dimecres, 20 de juny del 2007

¡Viva la mentira!

Así es, ¡viva la mentira! Gracias a la mentira la vida tiene salero. Si siempre se dijera la verdad, las relaciones humanas serían imposibles. Es necesaria la mentira y en proporción no menor a la verdad. En realidad, de proporción debiera ser la misma, ya que muchas veces, la verdad y la mentira son las dos caras de una misma moneda. En todo caso a lo que aquí voy es a la importancia que tiene una buena mentira en el debate político. Si todo el mundo dijera la verdad la política no existiría; claro que tampoco lo harían la diplomacia o la religión, por ejemplo. Pero eso da igual, lo interesante es que sin mentira no habría política.

Hay mentiras y mentiras, como hay guerras y guerras y armas y armas. Hay mentiras que son como ametralladoras, mentiras-torpedo y mentiras como baterías de grueso calibre, que se disparan desde detrás de las líneas enemigas y van a voleo, al tuntún, a hacer el mayor daño que puedan. Mentira de grueso calibre es que Abc y El Mundo salgan diciendo que sí, que hubo reuniones del Gobierno con ETA/Batasuna. La mentira venía de una publicada por Gara, que ya había publicado otra trola sobre unos supuestos "compromisos" incumplidos por el Gobierno. Innecesario decir que no había habido tales compromisos. Ahora el bulo son las reuniones. En poco tiempo, Gara va a publicar como noticia que el Gobierno de España está en manos del PSOE.

Claro que los desmentidos, a los mentirosos compulsivos parece como que los animan y acaban fabricando realidades ficticias, laberintos, interacciones complejas, mundos aparte en los que se recluyen, teniéndolos por verdaderos. Por más veces que las pruebas, las declaraciones, los momentos procesales han desmentido las fábulas de la "conspiración" del 11-M, ésta ha seguido prosperando, inmune a la comprobación empírica de los hechos porque se basa en un cuestionamiento básico de todo, incluso de los instrumentos de medición. Resulta evidente que la teoría de la conspiración no quiere que haya un proceso, sino un golpe de Estado, que no es lo mismo. En tanto se produce el último, sus teóricos seguirán insultando, agrediendo, acusando sin pruebas, en definitiva, provocando.

En ese bombardeo de posiciones con baterías de grueso calibre, éstas apuntan ahora que concluye la vista oral y comienzan las deliberaciones, a los tres magistrados que han de sentenciar y en especial al juez Gómez Bermúdez. Que Dios lo coja confesado.