dilluns, 2 de juliol del 2007

Diálogo del párroco y el obispo.

Párroco: ¡Qué sofocón, monseñor! Todavía no me he repuesto de la penitencia.

Obispo: Ya lo veo. Has tardado un día en venir a darme cuenta del desfile del Orgullo Gay al que te envié precisamente para que me informaras.

P.: Y lo haré, padre; a eso vengo. Pero pongo a Dios por testigo...

O.:Hijo, que te pierdes.

P.:...de que jamás presencié tanta depravación, tanta inmoralidad, tanta deliberada ofensa a las más santas instituciones y blasfemia contra el Creador.

O.: Bueno, bueno, pero ¿qué viste?

P.: De todo; vi de todo. Había mujeres desnudas en actitudes lascivas.

O.: ¿Seguro que eran mujeres?

P.: Bueno, llevaban las...las... esas al aire.

O.: Claro, hijo; pero eso, hoy, por desgracia, ya no quiere decir nada. El Maligno te lo cambia todo sin que te enteres. Hombres en mujeres, en vasos del mal. ¿Qué más viste?.

P.: ¡Qué vasos, padre! Hacen burla de la Iglesia. Había mujeres impúdicas disfrazadas de monjas.

O.: Y eso si fueran mujeres , ya te digo.

P.: Hombres sin Dios disfrazados de curas.

O.:Y eso si fueran hombres o, lo que es peor, si es que iban disfrazados.

P.: ¿Qué queréis decir, Monseñor?

O.: Tú y yo, ¿qué sabemos? Tenemos al clero alborotado y crecido con esto de la Teología de la Liberación y muchos curas ya no sólo quieren casarse, sino hacerlo entre sí. En estos tiempos está todo mezclado y nada es lo que parece ni parece lo que es. La Filosofía, hasta la Teología están confusas. La que reina hoy es la Teología de la Confusión. Fíjate en la bandera de los "gays". Tiene todos los colores porque su mensaje es que hay "gays" en todas las ideologías, credos, religiones, profesiones, clases, sectas y clubes. Todos los colores. Esa es una pretensión desmesurada y muy peligrosa para nosotros. Muestra el violeta de la penitencia, el azul de la inocencia, el verde de la esperanza, el amarillo vaticano y el rojo de la pasión. Lo quieren todo. Un peligro.

P.: Es lo que pienso, padre, es un desfile del orgullo contra la Iglesia.

O.: Cómo cambian los tiempos.

O.: También vi la burla de un paso de procesión, con falsos encapuchados y una Santísima Virgen en andas. Esto parece Sodoma y Gomorra.

O.: La Santísima Virgen, Virgen Santísima. Virgo Mater, no tienen límite. Habrá que ver si nuestra gente en Tele Madrid, a las órdenes de la señora Aguirre, presidenta liberal, ha censurado el reportaje. Sólo Dios sabe a dónde vamos a llegar.

P.: Vi también a la ministra de Cultura, doña Carmen Calvo, vestida de arcoiris y en actitud más que familiar con el señor Pedro Zerolo.

O.: Esos son los culpables de todo, los socialistas, corrompidos por el escepticismo y el relativismo, de relajadas costumbres, productos de la permisividad de la izquierda. ¡Qué ejemplo para nuestros hijos! Nuestros hijos espirituales, claro es. Espero que Rajoy interpele al Gobierno en el debate sobre el estado de la diócesis acerca de esta desmesura que convierte a España en el vertedero moral de la Humanidad y se deje de tonterías sobre ETA que, al fin y al cabo no mata curas porque es una organización de meapilas.

P.: También estaban los señores José María Fidalgo y Cándido Méndez.

O.: ¿Mostrando sus partes? ¿También en actitud "más que familiar"?

p.: No, iban serios, como si fuera el 1º de mayo. Asimismo vi al señor Llamazares y un cartel de Izquierda Unida...

O.: Claro, los comunistas. Esos han estado siempre en contra de los valores cristianos, aunque en algunas cosas podíamos coincidir antes. Hoy no es seguro. Antes, cuando había países comunistas como Dios manda, los maricones lo tenían crudo. Me lo decía Woytila, que una de las cosas en las que coincidía con los gobernantes comunistas de su querida Polonia era en perseguir a los atravesados. Y hoy creo que en Cuba se sigue haciendo. Sana costumbre. Pero estos comunistas de aquí se han pasado a la inmoralidad.

P.: Los comunistas, Amnistía Internacional.

O.: Pues eso, comunistas.

P.: Había personajes populares, presentadores de televisión, la señora Veneno.

O.: La ¿qué?

P.: La señora Veneno, que es una famosa que tiene una vida que válgame el Señor. Y un grupo musical que se llama "Locomía".

O.: Esos son buenos. Le hicieron una canción a Gorbachov a comienzos de los 90, con un viejo aire folklórico ruso que decía: "Cuando lleguemos a Rusia/Gorby nos acogerá/Y en la Plaza Roja/Gritaremos Libertad". Si alguien quiere oírlos, que pinche. La calidad del video deja que desear, pero es arte "gay".Sigue, hijo, sigue. ¿Qué más viste?

P.: Aparta, Señor, de mí este cáliz.

O.: Curita que ahora sí que te pierdes, eso es del guión de Jesucristo.

P.: Sólo quería haceros ver que mi alma sufre al verse obligada a recordar tan satánicas visiones. Vi... diablos.

O.: Y diablas, supongo, que serían más atractivas.

P.: Las tentaciones de San Antonio, Monseñor...

O.: Déjate de guasas, hijo. ¿Cuánta gente había?

P.: Un millón, padre.

O.: ¡Jesús!

P.: De todo el mundo.

O.: La puta de Babilonia, la conjura judeomasónica, plutocrática, comunista, antiespañola empeñada en destruir a este firme baluarte de la fe y la familia cristianas. ¿Cómo vamos a permitir a estos descreídos, enemigos de Dios, que establezcan esa asignatura propia de chequistas/franquistas de Educación para la Ciudadanía?

P.: Y no vamos a permitirlo, Monseñor. Hay que tocar a rebato, reunir nuestras fuerzas, tomar la calle.

O.: Esa, hijo, es suya. Míralos cómo van, pidiendo guerra. Frente a eso. ¿qué pueden hacer los nuestros? Abusar de la infancia, del confesionario. Nada en comparación con estos. Hay que destruirlos, encerrarlos, evitar que salgan a la calle. No salir nosotros porque, ¿qué vamos a sacar nosotros? Una colección de beatas, excombatientes, pijos, matones de la extrema derecha y demás lumpenproletariat? Es mejor impedir que ellos salgan. Porque estos sí que son los enemigos de la Iglesia: los que pierden el horror a la desnudez propia y ajena, no se consideran afectos por el pecado de nuestros primeros padres. Es una herejía adanista que prescinde de nosotros por entero. Es cuestión de supervivencia. Si el sexo es libre y no pecado, la Iglesia desaparece. Espero qye hayas comprendido ya la importancia de la misión que te encomendé. Ahora ve con Dios y limpia tus pensamientos.