dilluns, 2 de setembre del 2013

Nunca pasa nada.


Después de la versión rajoyana del "NO decíamos ayer" en Soutomaior, el curso se inaugura con esa reunión de un importante órgano colectivo del PP para encarar el tiempo inmediato. La tónica, según vaticinios, será el silencio sostenido, la falta de aclaraciones, explicaciones, comparecencias. En algo se ha de notar que el gobierno es sensible al hecho de vivir en la era del intercambio ilimitado de información. En realidad, piensa Rajoy, con tanta información, la del Gobierno, la suya propia, puede excusarse. Solo aportaría mayor confusión. La realidad no existe. Bárcenas no existe. Los discos duros no existen. Bueno, esos tienen una doble no existencia: no existen como discos ni existen como discos borrados. Las acusaciones públicas de delincuente al presidente del gobierno, tampoco existen. Iban a querellarse contra quienes hablaran de la caja B y ni siquiera responden a la acusaciones directas de delito.
 
A continuación, Rajoy, provisto de un buen Baedeker en español, recorrerá medio mundo en septiembre y no pasará por La Moncloa ni para cambiarse de muda. El día a día de la política quedará encargado a los segundos y segundas. Puede ser entretenido disfrutar de sesiones ampliadas de Cospedal, Floriano, González Pons y nada digo si, rompiendo su insólito silencio, Arenas enjareta algunas explicaciones. Son el pábulo de las redes sociales. Por las tardes, fútbol sin descanso y las fiestas de guardar, corridas de toros en las que se condensa el espíritu de la raza inmortal, esa que, según Vasconcelos, hará hablar al espíritu. Aunque parece que tarda.
 
La guardia pretoriana de la mayoría absoluta en el parlamento protegerá al ausente sin vacilación alguna, con espíritu de falange macedónica y, si necesario es, con el de la otra, la de verdad, la que se siembra en los huertos de las Nuevas Generaciones de calabazas, calabacines, boniatos y lechuguinos. La oposición, singularmente la izquierda, deberá pensar qué hace y si sigue legitimando este estilo autoritario, represivo, censor, caciquil de manejar las instituciones o toma alguna medida para salir de este marasmo. La moción de censura ante tanta irresponsabilidad es ya obligada. Su interposición no tiene por qué interrumpir una visita de Estado de Rajoy a las cataratas del Iguazú, pero dará la oportunidad a Rubalcaba de explicar al país cómo está la situación, ya que aquel se obstina en mantener silencio y en no afrontar los problemas.
 
Las vísperas catalanas estaban ayer en plena efervescencia. En más de cuatrocientas ciudades del mundo se habían convocado cadenas humanas por la vía catalana y, según parece, La Vanguardia no encontraba el asunto noticiable. Hoy sabremos el resultado pero no hay duda de que la internacionalización del asunto, del issue de la independencia catalana,  es un hecho.
 
Al parecer hay unas 400.000 personas apuntadas a la cadena en Cataluña. Es impresionante y también será de ver cuántos apuntados al final comparecen. Cada día gotean nuevas adhesiones e incorporaciones de nombres relevantes en la cultura y la sociedad civil catalanas. La Generalitat planea incorporar una partida a los presupuestos para la consulta. Y aquí vamos a tener un problema. Pero, segun está gestionándose este asunto, no será más que una sucesión de problemas.
 
Ya se estará argumentando que el independentismo ha alcanzado un punto en el que entra en funcionamiento la espiral del silencio. Es muy posible y, en tal caso, el asunto pinta mal para el nacionalismo español. Al fin y al cabo la espiral del silencio se produce siempre y es moralmente indefendible la posición de que solo sea criticable si me perjudica pero no si me beneficia. Es más, si me beneficia, no hay espiral del silencio. Es la pura libertad. Algo tan primitivo como esa actitud de quien solo considera nacionalistas a los demás pero no a sí mismo.
 
En fin. Es lo que hay.