dimecres, 26 de novembre del 2014

Carta abierta a Mariano Rajoy sobre la independencia de Cataluña.


Señor presidente. Le escribo esta carta decepcionado y desanimado de que incluso llegue a leerla, pues no se publicará en el Marca. Y, aunque la lea, tampoco es seguro que la entienda al estar escrita en su letra; de su puño y letra. Porque versa sobre la independencia de Cataluña, una posibilidad convertida en probabilidad tangible tras el discurso de ayer del presidente Mas y algo de lo que es usted directo y último responsable, aunque no lo sea solo. Otros llevan también el peso de esa trágica carga que es la ruptura de España.

Hicieron los suyos una guerra civil para evitarla. La ganaron y gobernaron luego el país dictatorialmente, sin dejar hablar a nadie, materializando sus obsesiones. Una de ellas, evitar la ruptura del país. Varias veces ha dicho usted que, mientras sea presidente del gobierno, España no se romperá. Sin embargo, todas sus medidas, sus pronunciamientos, sus declaraciones en lo tocante a Cataluña han estado teñidas de catalanofobia y han parecido provocaciones con ánimo de buscar el enfrentamiento no de tender puentes y dialogar. Le acompañan y jalean muchos en este lamentable intento; pero el último responsable es usted.

Comenzó ya en la oposición recogiendo cuatro millones de firmas contra el Estatuto reformado de 2006, bajo la consigna écheme aquí una firmita contra los catalanes; siguió recurriéndolo ante el Tribunal Constitucional; se mantuvo insultando la famosa diada de 2012, con su millón y medio de asistentes, llamándola algarabía; intensificó su hostilidad y desprecio afirmando que la consulta del 9N, con sus 2,2 millones de votantes, era un festival carente de efectos jurídicos; y ha coronado su deplorable actitud yendo próximamente a Barcelona a un acto de su partido y negándose a hablar con el presidente Mas, representante máximo del Estado en Cataluña, cosa de esperar pues su actitud ha sido una negativa cerrada a toda forma de diálogo.

Ya tiene usted sobre la mesa la respuesta de Mas y la Generalitat a su último desplante: convocatoria de elecciones anticipadas nacionales, declaración unilateral de independencia a 18 meses vista. Su fracaso es clamoroso. Ha pasado usted de la incapacidad a la irrelevancia. Si pudo evitar la consulta del 9N por varios medios, desde los negociados y pacíficos a los coactivos, sin ser capaz de hacerlo, excuso decirle con estas elecciones anticipadas que caen fuera de sus competencias. Aquella consulta se celebró, aunque usted la tenga por una rapa das bestas y estas elecciones se celebrarán con todas las garantías democráticas del mundo. Lo que venga después, quizá lo sepan los dioses.

Señor mío: ¿no se da cuenta de lo que ha hecho? Nos ha dejado sin país por zote. Muchos soberanistas catalanes manifiestan que su marcha no es voluntaria sino como resultado de sentirse expulsados. Y eso es cosa suya señor presidente, que ha gobernado España contra Cataluña, dicen que por razones electoralistas. Sin duda, pero no solo por ellas. También por su profunda, intolerante, convicción de que no hay más España que la que la cabe a usted en la cabeza. Todo lo demás debe ser ignorado, sofocado, ocultado, reprimido y, si llega el caso, extirpado. Es la tradición autoritaria de la derecha española. La del recurso al ejército. Dice este hoy, sin embargo que, aunque las fuerzas armadas están al servicio del gobierno, la cuestión catalana no se arreglará por lo militar. Debe ser por lo político. Es decir, imposible; porque usted, de política, no sabe nada.
 
Tiene usted ante sí una crisis nacional, acoplada con la económica que tampoco ha sido capaz de resolver. Con el añadido de unas prácticas presuntamente delictivas y mafiosas que deslegitiman su acción de gobierno, pintorescamente empeñado en abanderar una ola de regeneración y contra la corrupción de la que es principal responsable político.
 
Por supuesto, no hay nada que hacer. Según el ridículo chundarata de propaganda en que han convertido ustedes los auduovisuales públicos, el país sale rumbosamente adelante aunque algunos lo nieguen. El bono se financia a menos del 2%. Fin de la cita. 
 
Es lamentable que aún no se haya ido usted y continúe haciendo como que gobierna, solo para que los de Pontevedra sepan quién es su vecino.

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).