dissabte, 9 de gener del 2016

El cuarteto de San Jerónimo

Cuatro grupos parlamentarios pide Podemos para él mismo (violín), En Marea (clarinete), Compromís Podem (cello) y En Comú Podem (piano). Una petición que choca con el rechazo de los demás grupos parlamentarios y, sobre todo, con el reglamento de la Cámara, artículo 23.

¿Y por qué querrá Podemos pedir algo tan estrafalario -recuérdese que asegura ser un solo partido con 69 diputados- aparte de por la muy respetable razón de entrar por costumbre en todas partes armando el pollo para llamar la atención?

Según los análisis más solventes de la prensa, por tres razones. Primera: para pillar cuartos, ya que, con cuatro grupos, los 69 diputados se levantan una pastuqui similar a la del PP, que tiene 123. No creo, sin embargo, que sea esta la razón. Los de Podemos, gracias a los dioses, tienen una relación distinta con el dinero que la del PP. No se les pega a las manos ni se les desliza en el bolsillo sin que se den cuenta. Son gente desprendida y austera. Definitivamente, no es la razón.

La segunda, se dice, es que, al ser cuatro, les corresponden cuatro veces más asesores y personal de apoyo que a los demás grupos. En el fondo, es igual a la primera: apunta a la codicia, aunque esta vez en especie, en kilo de asesor más que en metálico. Y tampoco me parece cierta. Los de Podemos no son codiciosos, al menos de bienes materiales. Quizá de gloria, pero eso no está mal.

La tercera apunta a que, al ser cuatro grupos, aumenta el tiempo de intervenciones que les corresponden en la actividad ordinaria, sobre todo en el pleno. Aquí sí puede haber algo de motivación por cuanto a los morados les gusta mucho hablar, sobre todo si hay cámaras cerca. Es lo que mejor saben hacer. Algunos dicen que lo único, pero es maledicencia. No obstante tampoco creo que sea toda la causa porque los de Podemos saben que, al estar el tiempo tasado en el Parlamento, se lo distribuyen entre los grupos y lo que de más le corresponda a él será de menos para los otros. Y eso no es elegante ni juego limpio. No estoy seguro porque, según mi experiencia, eso del juego limpio, les suena un poco a tagalo.

En realidad, la verdadera razón es más profunda, se mantiene oculta y, en principio, es de imposible solución o de solución metafísica, que viene a ser lo mismo. Se explica así: los 69 diputados de Podemos y las confluencias de taifas quieren cuatro grupos porque no son un solo partido, sino cuatro, con lo cual cumplirían con el art. 23,1 del Reglamento, que prohíbe taxativamente grupos distintos a diputados del mismo partido. No son el mismo partido.

Pero eso choca con el discurso oficial, consistente en contabilizar los 69 diputados en un solo rebaño, pastoreado por Podemos. Así lo dijo Iglesias en la noche electoral y lo repiten todos, dirigentes y medios afines: Podemos tiene 69 diputados.

Entonces, exactamente esas 69 señorías ¿a cuántos partidos pertenecen? ¿A cuatro o a uno? Si pertenecen a uno, como dice la dirección de Podemos, solo puede tener un grupo parlamentario, según el reglamento. Si pertenecen a cuatro, como sostienen las taifas-confluencias, pueden tener cuatro grupos, pero eso contradice el discurso oficial y, no pudiendo decirse eso de "tres personas y un solo dios verdadero", pues son cuatro, hay que aclarar el embrollo. Para complicarlo, cada una de las confluencias tiene el partido de los círculos (o sea, que sí son el mismo partido) pero también tienen otros partidos, grupos, asambleas (o sea, que no son el mismo partido). ¿Ven como la solución es metafísica?

En el fondo, la que Podemos propone es lo que podría llamarse de razón cínica y consiste en lo siguiente: los lideres pueden seguir hablando de los 69 diputados de su partido, pero los interesa que haya los cuatro grupos parlamentarios porque así se disimula más que no son 69 diputados sino 42 (de Podemos) y los 27 restantes se reparten entre las confluencias/taifas. De esa forma a nadie le extrañará mucho que los 12 de En Comú Podem voten contra un posible gobierno de Podemos si no hay referéndum o que hoy el clarinete vote contra el violín y mañana lo haga el cello. Si estuvieran todos en el mismo grupo no sería un cuarteto sino un gallinero, lo cual pude resultar vistoso y entretenido, pero es poco leninista. .

La solución es un algo descarada pero a los de Podemos les va de entrada que se los tomen en serio. Por ese motivo ya han empezado las negociaciones para la constitución del Parlamento y, según mis noticias, en este momento, ofrecen al PSOE la presidencia de la Cámara a cambio de que se les den los cuatro grupos.

Un ejemplo vivo de nueva política.