diumenge, 25 de desembre del 2016

El discurso de Rajoy

Estuvo muy bien ayer Rajoy caracterizado de Felipe VI. Se le ve rejuvenecido, menos huidizo, con mayor aplomo, no se le cierra el ojo, vocaliza bien y hasta se entiende lo que dice que, en lo esencial, es lo que lleva años diciendo: a) la crisis es historia; vamos de recuperación; b) el independentismo catalán no existe y ojito con que exista; c) el pasado no se toca; la única memoria admisible es la desmemoria.

a) La crisis como pasado. La típica mentira del sobresueldos reiterada por este figura, siempre que no se miren los datos del paro, la dependencia, los subsidios de desempleo, el fondo de reserva de las pensiones o la deuda.

b) Ojito a los catalanes. La democracia, dice Rajoy por boca del Borbón consiste en obedecer a la ley. Ninguno de los dos parece comprender que esa definición es absolutamente imbécil porque dependerá de cómo sea la ley. Las dictaduras (la de Franco, por ejemplo, tan estupenda para ambos) también tienen ley y eso no las hace democracias. La democracia se basa en el consentimiento de la gente y de ese andan los dos escasos.

c) El pasado, lo de las "heridas cerradas" es el habitual insulto de los vencedores de la guerra que no permiten a los decendientes de los vencidos enterrar sus muertos en paz más de 40 años después de la muerte del criminal que ambos veneran y añoran.

Se le entiende hasta lo que no dice. La corrupción no existe y, dentro de poco irá a hacer compañía a la crisis, junto a la rueca y el huso. De la Constitución no se habla y de reformarla, menos aun. En realidad, a estos pájaros, el país les importa una higa. Solo se importan ellos.

El resto de la perorata podría llamarse "relleno real", con retórica flamígera: el esfuerzo de los españoles, el trabajo, el sacrificio para el engrandecimiento de la nación española. Género arenga civil. Con algún broche destinado al tercio más nacional-católico con un ditirambo a la familia ensalzada no por sus valores intrínsecos, sino por su condición de Estado del bienestar privado y subsidiario. La derecha se hace realista.

Este año, como tocaba dar imagen de modernidad, nos han encasquetado un pequeño monográfico sobre las TICs, con la muy novedosa advertencia de que la revolución digital está dando al traste con formas de vida no de siglos, sino de decenios, de hace unos años. Pues sí, ese el tema en el que todo el mundo está perdido porque nadie tiene brújula alguna. Por si acaso, el orador de anoche apuntó a la importancia fundamental de la educación. Justo uno de los capítulos en donde más ha recortado el gobierno del PP. Basta con comparar el porcentaje del PIB que España destina a educación e I+D y el que destinan los países nórdicos.

Un apunte de imagen. Yo suprimiría estos mensajes de Nochebuena en un país oficialmente aconfesional y que tanto recuerdan los discursos de Franco. Por cierto, en las imágenes de plano general, la pared del fondo luce el retrato de Carlos III por Goya. Carlos III es el único Borbón que merece buen juicio general, aunque de modesta ambición, pues ve en él sobre todo "el mejor alcalde de Madrid". Y Goya. Supongo que se trata de un mensaje subliminal de carácter reformista. "Yo no soy como mis antecesores". La cuestión es si le importa a alguien.