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diumenge, 11 de març del 2012

¿Se puede ser más canalla?

Quizá sí, pero debe de ser muy difícil. Cuando el exfalangista y neofranquista Aznar trató de colgar a ETA el atentado del 11-M con el único fin de ganar las elecciones tres días después, no sólo dio la bajísima medida de su calaña moral (que luego ha corroborado al ir por el extranjero hablando mal de su país) sino que sentó un ejemplo que muchos otros, igual de abyectos han seguido, aunque esta vez no con el fin de ganar las elecciones, sino de vender periódicos.

Si querer ganar elecciones mintiendo descaradamente sobre 200 cadáveres es repulsivo, prolongar durante años la misma patraña, la misma superchería sólo para vender periódicos es todavía peor. Es condición humana que el sufrimiento de unos sirva para el enriquecimiento de otros. Pero no suele darse de un modo tan evidente, directo y claro: alimentando las estupideces de la conspiración del 11-M, El Mundo hace caja.

Lo de menos es aquí que, en el camino, se arrastre por el lodo un proceso judicial que fue modélico y se atuvo a todas las garantías, que se difame y calumnie a las fuerzas de seguridad del Estado y a los jueces que no ceden al matonismo de los conspiranoicos. Lo de más es que, aparte de vender periódicos, la contumacia en la propalación de este bulo sin consistencia alguna revela la condición psicótica de quienes lo alientan. Estos mendas son unos megalómanos con fantasías de omnipotencia infantil que debieran ponerse en manos del psiquiatra en lugar de amenazar con reventar la confianza de los españoles en sus instituciones.

dijous, 30 de juny del 2011

Crónica de la revolución indignada (XIV).


Unos debaten, otros se infiltran.


Los indignados llevaron el debate sobre el estado de la Nación a su foro habitual en la Puerta del Sol con lo que Esperanza Aguirre, que asistió al del Congreso el martes, podrá comparar los dos. Hubo varios cientos de personas que debatieron sobre cuestiones de economía e hicieron algunas propuestas tan razonables que cualquiera las suscribiría, como abolir los paraísos fiscales, cosa que ya había dicho, entre otros, Sarkozy. Según los economistas, muchas de esas propuestas son realizables. Por supuesto, seguramente todas. La dificultad no es de carácter económico, sino político. Los ricos no quieren, y son los que mandan.

En su fulgurante evolución, el 15-M está realizando un curso de aprendizaje revolucionario. Empezó con una proclamada vocación apolítica, apartidista, asindical y a ella sigue remitiéndose, aunque cada vez con menos intensidad porque la realidad le demuestra tozudamente que, quiera o no, su combate es político y tendrá que librarlo en sede política e institucional. De lo contrario, además del peligro de la irrelevancia, correrá el de caer víctima de alguna manipulación de infiltrados en su seno procedentes de otro partido. De eso venimos hablando hace días. Hasta la fecha, la izquierda se ha mantenido en una actitud prudente: quisiera integrarse en el movimiento, orientarlo, pero sabe que no debe hacerlo y, además, los indignados no se dejan.

Pero la maniobra puede salirle a otro partido. Por ejemplo, según se denuncia en Kaosenlared, una manipulación mediante infiltración es lo que han pretendido los republicanos de ese inenarrable personaje que es Trevijano, el viejo inspirador de la conspiración republicana de los años noventa (Lo sentimos chicos del MCRC, habéis sido descubiertos: O de cómo DRY empieza a desmarcarse de los infiltrados), una oscura maniobra en la que participaban otros aficionados a las conjuras de opereta cuyo eje suele ser El Mundo. El MCRC es el Movimiento Ciudadano por la República Constitucional que, según el artículo, está conectado a un partido de extrema derecha de un periodista de Intereconomía que ya ha intentado en otra ocasión acaudillar a los indignados en favor de sus postulados y, por otro lado, a UPyD. Una infiltración en toda regla para orientar el 15-M en una dirección delirante que recuerda la Conquista del Estado, de Ledesma Ramos o el Estado libre de Fiume, de Gabriele d'Annunzio, aunque con un lenguaje mucho más pedante y relamido.

Por esto DRY (Democracia Real Ya) se desmarca de la propuesta de Referéndum para el 15 de octubre que Palinuro consideraba poco viable en un post anterior. Y lo hace al caer en la cuenta de que ha estado a punto de ser instrumento de un grupo de conjurados compulsivos que quiere instaurar una República mediante un golpe de mano en el tiempo que le deja libre su incansable búsqueda de los verdaderos autores de la matanza del 11-M.

(La imagen es una foto de sergi MD, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 26 de juliol del 2009

La derecha, como una piña.

Roto el diálogo social, llega el intercambio de recriminaciones. El Gobierno dice que los empresarios se han cargado las conversaciones, que no tenían interés en ellas y deja entrever que tal actitud está movida por el PP a la sombra con la finalidad de empezar el próximo curso político con un gobierno socialista contra las cuerdas, con tasas nunca vistas de paro, sin concertación social y con una deuda que tiembla el misterio. A su vez los empresarios sostienen que el Gobierno está muy beligerante pero que ellos no han roto las conversaciones. Se han limitado a presentar una contrapropuesta y en ella no piden el despido libre, según dicen, sino la rebaja de cinco puntos (dispuestos a dejarlos en tres o dos y medio) en las cotizaciones a la Seguridad Social y, desde luego, flexibilizar el despido, cuestión poco menos que innegociable. Flexibilizar, en realidad, quiere decir hacer gratuito. Los empresarios no piden el despido libre sino el despido gratuito. Nada de indemnizar a los obreros por los años trabajados. Ya se beneficiaron bastante con el mismo trabajo. Ahora, a descansar. Pero que se paguen el descanso de su bolsillo.

En el PP no están interesados en seguir directamente el diálogo social (que el Gobierno se las apañe), sino en convertir el caso Gürtel en una causa general Rubalcaba-PRISA-Policía Nacional-juzgados. Está claro que los estrategas de la derecha creen que la mejor defensa es un buen ataque por lo que han cursado multitud de demandas, querellas, denuncias a los medios judiciales en contra del Gobierno, el Ministerio de Justicia, la Dirección General de la Policía y los propios jueces por las supuestas filtraciones de un sumario secreto e incluso de un secreto que no está en el sumario al periódico del postfelipismo, su radio y TV. Esto es completamente descabellado porque equivale a sujetar a sospecha a las instituciones de gobierno de una comunidad civilizada: si los partidos, la policía y los jueces delinquen, el orden social es imposible. En el caso Gürtel ya poco más debe de quedar todavía por ahí así que el interés del PP es que se sepa todo cuanto antes, los culpables sean condenados y que el tiempo haga borrosos los recuerdos de los Jaguars, el Curita, el Bigotes, el Albondiguilla, el Cabrón, el cuarteto del trinque, con Camps y Bárcenas de galanes y la señora Aguirre, la cojonuda, de Reina de corazones de Alicia.

Puede que sí, que el señor Camps vaya de Beau Brummel a cuenta de un beneficiado de sus dádivas contractuales, como también puede ser que el señor Bárcenas se haya forrado gracias a los donativos del bueno de San Gervasio Conseguidor. Pero ¿por qué se sabe si el sumario es secreto? Porque hay una conjura del Gobierno con los jueces para machacar inmisericordemente al PP filtrando a El País o Público escándalo tras escándalo. Es una táctica muy vieja: si los jueces te procesan sostén siempre que prevarican. Y procesa a los procesadores, para que escarmienten y aprendan de una vez que el Estado de derecho funciona hasta que topa con los intereses de la gente bien, hoy toda ella liberal.

En la división del trabajo de la derecha, junto a la oposición económica de la CEOE, y la querellante del PP, la escatológica y trascendental corresponde a la Iglesia que amenaza con la excomunión a quien practique un aborto o coadyuve a su realización. La derecha cierra así el círculo. Por la mañana habla el patrón de la necesidad de trabajar gratis para resolver la crisis. A mediodía sigue el edecán, señor Rajoy, azote de las instituciones del Estado de derecho, debelando conjuras chequistas y en vísperas sale la Iglesia pidiendo el arrepentimiento de los pecadores y oponiéndose hisopo en mano a todo lo que alivie el destino del ser humano en este valle de lágrimas. Sí señor; eso se llama unidad de acción. Como en los mejores y más plácidos tiempos del nacionalcatolicismo. Sólo falta la fanfarria militar. Mecachis.


(La imagen es una foto de Jaume d'Urgell, bajo licencia de Creative Commons).