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diumenge, 30 d’octubre del 2016

Lo que pudo ser

La Facultad de Educación de la UNED (c/ Juan del Rosal, 14, Madrid 28040) tiene en su segunda planta una exposición sobre la historia del Centro de Zona, Andrés Manjón. Este centro se había fundado en 1933 como parte de la primera tanda de escuelas de las más de 25.000 que la II República planeó construir en su política educativa. Cuando estalló la guerra civil se habían levantado, creo, unas 16.000. Claramente la República hacía suyo el apotegma de Joaquín Costa: despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid

Esta escuela en concreto se llamó en su comienzo "Francisco Giner de los Ríos" en honor del jurista, filósofo y pedagogo que llevó el ideal krausista heredado de sus maestros a las más interesantes prácticas. Fue fundador de la Institución Libre de Enseñanza e impulsor de otras iniciativas como la Junta para la Ampliación de Estudios, de la que salieron realizaciones tan importantes como la Residencia de Estudiantes, entre otras. Residencia por la que pasaron Lorca, Buñuel, Dalí, etc. Dentro del espíritu krausista que ya había empezado a llamarse institucionista hubo logros no menos importantes, como las Misiones Pedagógicas, posteriores a la muerte de Giner. También como herencia de ese espíritu, el colegio de que aquí se habla, sito en la calle de Francos Rodríguez.

Es verdad que la exposición es muy modesta pues apenas consta de un par de vitrinas con no más de seis o diez objetos de la época y dos o tres muebles también de entonces. Lo más curioso, un mueble destartalado que debió de servir como cajista o clasificador de tipos de imprenta, oficio que allí se enseñaría. Algunos plumieres, cuadernos, libros, mapas, escasas fotografías y poco más. Lo que, al parecer, se pudo rescatar en los desvanes. La razón de esa parquedad es que, al estallar la guerra, el colegio Gíner de los Ríos quedó en primerísima línea de fuego en la batalla de la ciudad universitaria, que duró toda la contienda. Además de los destrozos de la artillería, los que hicieron las distintas milicias que en ella se acuartelaron y que, según dice su antigua directora, María Sánchez Arbós, en un diario, usaban los muebles y los libros para encender fuegos. 

No obstante, la escasez de material la compensa sobradamente la parte documental de la exposición, un relato pormenorizado de la historia del colegio con abundante ilustración gráfica y todo muy interesante pues la exposición la ha organizado el Departamento de Historia de la Educación que tiene un conocimiento exhaustivo y riguroso de la cuestión. Y lo expone de modo muy grato, así que los profanos aprendemos mucho. ¡Ah y con gran exactitud en el orden semántico! Llaman a las cosas por su nombre y se niegan a hablar de tropas "nacionales" con más que sobrados motivos.

Por supuesto, la escuela original, mixta, aunque con separación de pabellones, incorporaba los principios más avanzados de la pedagogía de la época. El intríngulis de la exposición es el relato del cambio de la escuela al acabar la guerra. Todo el claustro depurado. La directora y algunos otros profesores incluso encarcelados y luego expedientados e inhabilitados para el ejercicio de su profesión, castigo que solo se les levantó muchos años después. La escuela pasó a llamarse Andrés Manjón, que es el nombre con el que recibió los edificios la UNED cuando tras cerrar el colegio, el Ayuntamiento se los cedió. Por lo menos no lo llamaron Ramiro Ledesma Ramos o algo así, porque podían hacerlo. Eligieron también un pedagogo y un innovador, como los krausistas, pero del otro lado del espejo de las dos Españas: un cura (jurista y filósofo también) fundador de las escuelas del Ave María (movimiento que se extendió por todo el mundo) , donde se instruía a los niños en el espíritu del dogma católico y las demás concepciones de la Iglesia. Donde la escuela mixta Giner de los Ríos educaba en una moral cívica, laica, crítica y en contacto con la naturaleza; la escuela unisex masculina Andrés Manjón los educaba en la fe de Cristo, la obediencia y la sumisión con métodos librescos. Lo dicho, las dos Españas. Cada una tratando de educar a las sucesivas generaciones en sus creencias y doctrinas. La primera es ingenua; la segunda, malvada. Y así seguimos.

Fue la UNED la que movió el retorno del nombre original, Giner de los Ríos. Pero como los tiempos de la transición son de consenso y flexibilidad, han conservado el de Andrés Manjón para la biblioteca. Los fascistas quitaron sin más un nombre y pusieron el suyo. Los de la Restauración han reequilibrado ambos nombres. Pero la historia del lugar, escrita y descrita queda. Y con una clara moral. Su enseñanza consiste en permitirnos especular cómo hubiera sido España si aquel intento pedagógico de la República no hubiera sido ahogado en sangre.

dijous, 26 de maig del 2016

Por qué es repugnante la Ley Wert

Entre 1866 y 1868, los catedráticos Nicolás Salmerón y Emilio Castelar fueron despojados de sus cátedras en virtud del llamado Decreto Orovio que exigía que todas las enseñanzas en España se ajustaran al dogma católico. Posteriormente, por iniciativa del mismo indigno personaje, en 1875, fue también desposeído de su cátedra y confinado en el castillo de Santa Catalina Francisco Giner, quien más tarde fundaría la Institución Libre de Enseñanza. La Institución fue origen de lo más sano y fructífero del sistema educativo español a lo largo de los años: el Museo Pedagógico Nacional, la Junta para la Ampliación de Estudios, la Residencia de Estudiantes, las Misiones Pedagógicas y, posteriormente, en los años más negros del franquismo, el Colegio Estudio, como centro privado laico, único refugio para una enseñanza libre de las imposiciones de la secta católica.

Entre otros abusos y estupideces, la llamada "Ley Wert" vuelve a introducir el catolicismo en la enseñanza española pública y hasta en la privada. 

Los católicos tienen sus centros de curas y monjas (apoyados, además en esa estafa que llaman "enseñanza concertada" por la que hacen competencia desleal a los otros centros privados que no tienen concierto) y nadie se lo impide. Lo que no es de recibo es que quienes aspiran a una enseñanza libre tengan que sufrir directa o indirectamente de nuevo las imposiciones de estos fanáticos. La ley vuelve a instigarlas pero el espíritu institucionista debe rechazarlas. 

dissabte, 12 de desembre del 2015

Las pobres no sabían lo que les esperaba.

Con motivo del centenario de la creación de la Residencia de Señoritas como grupo femenino de la Residencia de Estudiantes, creada, a su vez, en 1910, esta alberga una documentada y cuidada exposición, sobre aquella, muy bien comisariada por Almudena de la Cueva y Margarita Márquez Padorno. Abarca de 1915 hasta 1936 y más allá, en los años del franquismo aunque, naturalmente, solo como apéndice porque, como cabe imaginar, los fascistas no iban a tolerar un centro de educación superior para mujeres y, como todo lo que tocaban, y tocan, la convirtieron en una farsa, una burla, una triste muestra de la cerrazón mental y el machismo de esa gente.

Año 1910, 1915, los años veinte, treinta, el llamado siglo de plata español, cuando florecían los Garcia Lorca, los del 27, Dalí, Buñuel, (todos residentes), los Juan Ramón, los Machado, Unamuno, Ortega, Azorín, etc., etc., pero también las Victoria Kent, Clara Campoamor, Zenobia Camprubí, Maruja Mallo, María de Maeztu, etc., etc,. Gracias a los esfuerzos de la Junta para la Ampliación de Estudios (JAE), creada en 1907 y presidida por Ramón y Cajal, asistido por el infatigable José Castillejo, foco poderoso de fomento de la ciencia, las humanidades, el saber en general, que becó a cientos de jóvenes investigadores y científicos y subvencionó sus viajes y estancias en centros extranjeros, España conoció en aquellos años una explosión de creatividad que justifica aquel título. A su vez, la JAE, fue el resultado del prestigio de la Institución Libre de Enseñanza, organismo de educación superior que se nutríó con los catedráticos de la central expulsados a partir del siniestro decreto Orovio, dirigido por Giner de los Ríos. Giner introdujo en España las ideas del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause hoy casi desconocido en su propio país, pero muy influyente en este a través del krausismo que trajo con él Julián Sanz del Río, el maestro de Giner.

La Residencia de Estudiantes y subsiguiente Residencia de Señoritas son resultado del krausismo de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Entre los rasgos característicos de su enfoque filosófico y educativo se contaba en primerísimo lugar la equiparación de las mujeres y los hombres en la educación, cosa revolucionaria en España en donde hasta 1910, precisamente, no se derogó la norma que exigía a las mujeres un permiso especial para estudiar en la universidad. Algunas de las mujeres que accedieron a estudios universitarios en el siglo XIX, como María Goyri o Pardo Bazán lo hicieron en condiciones casi heroicas. Por ejemplo, Concepción Arenal iba a las clases de Derecho vestida de hombre. El krausismo y la ILE querían acabar con esta discriminación y, dicho y hecho, en 1915 nacía la Residencia de Señoritas en un palacete en la calle Fortuny que hoy ocupa la Fundación Ortega-Marañón con el adjunto edificio Arniches, actualmente también en uso.

Antes de seguir, una breve observación para quienes aún no hayan caído en lo significativo y simbólico oculto, latente de este asunto. Residencia de Estudiantes, o sea, de chicos y chicas, ¿no? Ni hablar. Solo de varones. ¡Ah! Pero los términos que acaban en "ante" o "ente" (caminante, viandante, paseante, combatiente, representante) ¿no incluyen a ambos sexos según las gentes que niegan la estructura patriarcal del lenguaje y tachan de "políticamente correctos" con sorna a quienes defendemos lo contrario? Al fin y al cabo, he oído por ahí, esa terminación "ente" viene de ens, entis y no tiene género. ¿Seguro? Entonces ¿por qué las chicas fueron a su propia residencia? Y, sobre todo, ¿por qué no se llamó la nueva casa Residencia de Estudiantes II si no se quería llamarla Residencia de Estudiantas? Obviamente, porque en el primero había estudiantes y en el segundo señoritas. Por si no estuviera claro: el término estudiantes no incluía a las mujeres. Es más, ya veríamos si las mujeres llegaban a estudiantes. De momento y por si acaso, señoritas. 

En fin, vamos allá. La exposición está muy bien. Por la Residencia de Señoritas pasaron generaciones enteras de mujeres que formaron una especie de elite de la vida española y hubieran dado mucho más de sí de no haber ganado la guerra los fascistas y nacionalcatólicos: María Zambrano, las mencionadas más arriba, Delhy Tejero, Joaquina Zamora, Marina Romero, Josefina Carabias, Maria Luz Morales, quien, por cierto, crearía en 1931 una Residencia Internacional de Señoritas Estudiantes en Barcelona (estas catalanas, siempre poniendo los puntos sobre las íes: "internacional" y "estudiantes"), África Ramírez de Arellano, Encarnación Aragoneses (Elena Fortún), Ernestina de Champurcin, las hijas de Sorolla o su sobrina. A propósito del autor de ¡Y dicen que el pescado es caro! lucen en la exposición algunos bocetos y bosquejos del propio autor valencianpo y un par de bustos bastante de buenos de su nieta, Helena Sorolla. Debe recordarse, de todas formas, que el asunto no tiene mayor misterio: el pintor vivía prácticamente en la acera de enfrente de Martínez Campos, un poco más arriba, en donde está hoy el Museo Sorolla. Volviendo al personal de la Residencia, allí anduvieron también como docentes ocasionales y conferenciantes personalidades como Ortega, Lorca, Azorín, Alberti, Gerardo Diego, Bergamín, Victoria Ocampo, María Montessori, Marcelle Auclair, Gabriela Mistral, etc. Mucho para la época, aunque muy poco si se compara con la febril actividad de la Residencia de Estudiantes en aquellos años.

Pero hay más. No sin melancolía, hay que reconocer que esta Residencia de Estudiantes, probablemente no hubiera sido posible o lo hubiera sido en menor importancia sin la actividad en España (en 1892 en Santander y 1903 en Madrid, calle de Miguel Ángel) del International Institute for Girls in Spain, fundado por el matrimonio de misioneros protestantes de Massachusetts, William Gurlick y Alice G. Gurlick con la intención de hacer adelantar la condición de la mujer en España. Para los protestantes anglosajones España, último cerril reducto del papismo más fiero, siempre ha sido una tentación. Recuérdese a George Borrow y su viaje a la Península a predicar la Biblia. Y con él, muchos otros, inútilmente dedicados a conseguir que los españoles se aficionasen a la lectura directa de la Biblia (según el ideal evangélico) en lugar de permitir que se la cuenten los curas. Poco conocimiento de los españoles revelaban estas buenas gentes pues, aunque supieran leer (el analfabetismo en España a comienzos del siglo XX era de un 85% de la población), no irían a la Biblia.

El caso es que este IIGS pronto anudó lazos con la JAE y con la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (AEM) que algunos beneméritos varones como Fernando Castro, Rector de la Universidad Central, pusieron en marcha en los años setenta del siglo XIX y gracias a la cual se consiguió que, poco a poco, las mujeres fueran accediendo a ciertos oficios y profesiones, considerados propios de su sexo, como el de taquígrafa, mecanógrafa, institutriz y cosas así. Risum teneatis amici: fue un adelanto enorme en la época. La amistad entre Susana Huntington, directora del IIGS, y María de Maeztu que lo sería de Residencia de Señoritas desde 1915 hasta 1936, posibilitó un funcionamiento magnífico de esta (actividades al aire libre, profesorado estadounidense, prácticas de laboratorio, una biblioteca espléndida de más de 14.000 volúmenes) así como el intercambio de estudiantes entre España y los Estados Unidos, con las españolas haciendo estancias en algunos colleges femeninos de la costa Este de los Estados unidos. Todo ello y muchos otros aspectos de esa interesante aventura pedagógica que, luego conectaría con las Misiones Pedagógicas de la República, está muy bien documentado en la exposición con todo tipo de piezas: fotos, manuscritos, diarios, cartas, periódicos, libros, cuadros, etc. Acaba uno muy impuesto de lo que fue la vida y obra del pendant femenino de la Residencia de Estudiantes.

La historia de la citada María de Maeztu, en el fondo, condensa el drama vivido por esta institución desde el fin de la guerra civil. De Maeztu dimite en septiembre de 1936, al comienzo de la guerra civil, conmocionada por el asesinato por los republicanos de su hermano Ramiro, con cuyos ideales tradicionalistas comulgaba porque, aunque aplicaba los principios krausistas en la Residencia, ella era mucho más conservadora en su actitud. Exiliada luego en la Argentina, a donde intentó trasladar la ILE y la Residencia, no lo consiguió y la muerte la sorprendió a mediados de los cuarenta, preparando su vuelta a España pues ella, a diferencia de otras mujeres alumnas o profesoras de la Residencia, como María Zambrano, Zenobia Camprubí, María Teresa León, etc, podía volver sin temor a represalias.

Muchas de aquellas residentes se exiliaron, otras se sumieron en un exilio interior y tardaron mucho en reemerger, como Josefina Carabias y otras, por fin, colaboraron con la Dictadura desde el primer momento como la que fue su primera directora en el franquismo, Matilde Marquina García, residente entre 1932 y 1934 que aceptó la tarea de fascistizar la casa y depurarla de personal "desafecto". Muy amiga de Pilar Primo de Rivera, convirtió la Residencia en el Colegio Mayor femenino Teresa de Cepeda, en el que se impartían cursos de la Sección Femenina de la Falange. Merece la pena comprobar el contraste entre las fotos anteriores a 1936 y las posteriores a 1940: falangistas de camisa azul brazo en alto con el correspondiente cura también con el saludo fascista por si alguien se olvida del papel que correspondió a la Iglesia en la Sagrada Cruzada contra el comunismo y la masonería y los cuarenta oprobiosos años posteriores.

Merece especial atención el acopio de obra gráfica de la exposición, tanto por los fondos que allí fueron depositándose de artistas ajenos como por la obra que se guarda de las propias rsidentes. singularmente Maruja Mallo, de la que hay abundante obra, como su famosa verbena y algunas otras piezas con evidentes rasgos surrealistas. Igualmente hay bastante de Delhy Tejero incluido un curioso autorretato. Destaca un interesante retrato de María de Maeztu pintado por su otro hermano, Gustavo, republicano y anticlerical. Algunas piezas de influencia cubista y bocetos para escenografías de Victorina Durán. Igualmente un magnífico retrato de María Zambrano por Gregorio Toledo y los citados bronces de Helena Sorolla, Saeta y un busto de su abuelo.

El lado femenino de la Generación del 27, del Siglo de Plata, otra ocasión que pudo ser pero, como siempre en España, no fue.

La exposición merece la pena. En algún lugar (un vídeo, creo) hay una cita de Carmen Martín Gaite que, con su fino ojo de novelista, cuenta cómo de chica le gustaba ver aquellos rostros alegres de las muchachas del pelo corto (llevar el pelo corto también fue un derecho que las mujeres tuvieron que conquistar) y añade con esa trágica sencillez que la caracterizaba: "las pobres no sabían lo que les esperaba".

dissabte, 25 d’octubre del 2014

Niños antiguos.


Antiguos como el mundo en donde aparecen; como el aire y el sol que los alumbra; como el agua que beben. La verdadera sal de la tierra, la metáfora del espíritu, el genio de la especie. Patria y padre del hombre, puente a la eternidad. Niños eternos, sublimes. Niños.

Llevo unos días pensando escribir este breve crónica sobre la exposición de la Fundación Canal en Madrid, titulada Caminos a la escuela. 18 historias de superación y aprovechar la ocasión para hacer un paralelismo ejemplarizante entre las increíbles historias de sacrificio, esfuerzo, trabajo que 18 fotógrafos de todos los países han reunido aquí y el denigrante espectáculo de la vida pública en España, en donde los ejemplos son de codicia, corrupción, molicie y vileza. Tan preocupado estaba que, no fiándome de mi primera idea, acudí segunda vez a la exposición para cerciorarme. Y, en efecto, cambié de idea. Escribiría, sí, la crónica, pero omitiría toda referencia a España por no ensuciarla.

En cierto sentido, ya sabía que no saldría una crónica al uso porque es imposible. No sería capaz de acertar en la elección del tono para hablar de estas historias. Lo único que cabe hacer es recomendar vivamente la visita. Miren las fotos, todas ellas normales, sin pretensiones artísticas, ni paisajísticas, ni vanguardistas; puras instantáneas de la vida cotidiana de unos niños entre 8 y 14 años de edad en los más diversos lugares del planeta. Lean los textos, magníficos textos, tan minimalistas como las imágenes. Vuelvan a mirar las fotos y, después, hablamos.

Si así fuera, este sería mi parlamento. He visto niños de todas las razas y todos los colores, con un solo factor en común: la pobreza, la privación, en condiciones muy duras, en medios extraordinariamente adversos y peligrosos. Niños ágiles, sanos, vigorosos y también niños enfermizos, contrahechos, estropeados por la naturaleza o la mano del hombre y todos de nuevo con otro factor en común, la alegría y las ganas de vivir, de salir adelante. Adelante salen todos los días camino de sus escuelas, que es el tema monográfico de la exposición. Escuelas muchas veces alejadas kilómetros y kilómetros, al otro lado del río, del lago, incluso del mar en el caso de islas próximas a las costas. Escuelas destartaladas que, en ocasiones, tienen que cerrar cuando llegan las lluvias porque no tienen techo y que, cuando abren, han de agrupar niños de todas las edades porque no hay aulas ni profesores.

La exposición se centra en esos trayectos cotidianos de los niños, de ida y vuelta, en los que pueden llegar a demorarse tres, cuatro, cinco horas. Se trata de un verdadero catálogo de heroicidades. Hay chavales que cabalgan kilómetros por el sertao a lomos de burro; niñas de Kenia que han de atravesar zonas enteras de chabolas de campos de refugiados convertidas en verdaderas letrinas con riesgo constante de que las violen como sucede indefectiblemente al veinte por ciento de ellas; peligro que también acecha a las niñas marroquíes a las que es fuerza acompañe un hermano mayor al autobús; críos con malformaciones que han de desplazarse diariamente en vehículos especiales para asistir a una alejada escuela adaptada a sus necesidades; alumnos aventajados en las zonas deprimidas de Queens o el Bronx que invierten cuatro horas diarias entre metros, autobuses y transbordos; niños japoneses de núcleos arrasados por el Tsunami hace unos años que habitan espacios urbanos como de película de Mad Max y solo pueden asistir a escuelas en otras ciudades; hijos de pueblos esquimales que viven por encima del círculo polar y han de ir a la escuela corriendo porque, no teniendo abrigo suficiente, pueden helarse.

Un hilo de oro recorre este aluvión de voluntad, de espíritu, de esfuerzo titánico: los niños lo hacen contentos, riendo y jugando. Como los dioses antiguos. 

dimarts, 5 de novembre del 2013

Erasmo de Rotterdam.


Hay algo simbólico muy profundo en el nuevo latrocinio del ministerio de Educación de privar a los alumnos Erasmus de esos míseros 100 o 180 euros mensuales, con el curso comenzado. El significado obvio está rebotando por las redes y movilizando afectados y simpatizantes en el rechazo al nuevo tajo a la educación, perpetrado, además, con la felonía habitual en este gobierno, es decir, con retroactividad. Los alumnos ya habían incurrido en gastos que, si los dioses no lo remedian, ahora serán de su exclusiva cuenta. Y lo más obvio de todo: el gobierno, el ministerio, el ministro que ahorra en esto una cantidad x es el mismo que subvenciona las corridas de toros, obviamente más necesarias al progreso de la sociedad que el saber de las nuevas generaciones. No hay dinero para becas Erasmus pero sí lo hay para restaurar el Francoleo del Escorial o dárselo a manos llenas a la iglesia. Algún cínico llega a decir que para qué quieren los jóvenes ir a Alemania; ya irán a buscar trabajo cuando se licencien.

Son las críticas al uso. Pero el significado del nuevo tijeretazo va más allá. Más allá, incluso de otra crítica que denuncia la política del ministerio como clasista y contraria al acceso a la educación de las clases menos pudientes. Por ello se inventa requisitos caprichosos, disfrazados de eso que llaman "exigencia" como que solo obtendrán beca Erasmus los que tengan otra previa del ministerio. O algo así. Pura arbitrariedad.

Pero el significado profundo radica en otra parte. En el sempiterno odio de la derecha española a Europa y todo lo que Europa significa: tolerancia, convivencia, moderación, respeto, libertad de juicio, honradez en los tratos y sinceridad en los discursos. Todo lo cual está estupendamente representado en la figura que da nombre a las becas: Desiderio Erasmo de Rotterdam (1466-1536). Sin duda, Europa, que es bastante versátil, se identifica también con otras figuras y símbolos y les atribuye funciones ceremoniales de diferentes aires: Carlomagno, la coral de la IXª sinfonía. Pero Erasmo tiene un peso especialísimo porque es un simbolismo filosófico, teológico, literario y político.

Este monje agustino que jamás ejerció y vivió toda su vida como lo que hoy llamaríamos un "intelectual free lance" puede considerarse en gran medida el padre de la Europa contemporánea. Su traducción de la Biblia, rivalizando con la Vulgata, fue la base de las versiones de Lutero y del Rey Jacobo I; es decir, está en en el origen de la Reforma. Lutero lo consideraba su inspirador y él se llevaba a partir un piñón con el fiero monje de las tesis de Wittenberg, con el que se carteó largos años, hasta que al, final rompieron porque Erasmo se negaba a tomar partido entre católicos y protestantes. "O sea, un equidistante", rezonga el integrista español con la mosca detrás de la oreja. Si a eso se añade que Erasmo atacaba la autoridad de la iglesia, su corrupción, sostenía todo tipo de herejías (siempre intermedias) sobre el libre albedrío y otras complejidades, sin contar con su manía de glosar los textos santos y hacer que las gentes los leyeran o de andar burlándose de la necedad empingorotada del clero o su sinvergonzonería, se entiende que el bueno de Desiderio Erasmo no sea personaje grato al recio nacionalcatolicismo español.

¿Y qué? ¿Acaso no estuvo este agente del diablo a punto de pervertir la patria cuando el país se llenó de erasmistas, que vinieron con la corte de Carlos I o florecieron aquí alimentados por el espíritu humanista y renacentista de los flamencos? ¡Los erasmistas españoles! Tenebrosa secta simpatizante de las ideas de aquel extraño holandés enemigo de Roma, pero amigo de Tomás Moro. ¡Ah! Pero la Inquisición actuó a tiempo y, aprovechando una ausencia de Carlos en Italia que se llevó a los cabezas de fila, despachó la secta entera, repartiendo torturas, penas, multas, condenaciones, abjuraciones, encierros y destierros, hasta que el país quedó, como siempre, limpio cual patena. Y yermo.

Convertir a Erasmo en símbolo de Europa es una provocación al recio tradicionalismo de la carcunda hispana así que, en cuanto han podido, se lo han cargado. "Becas Erasmus, becas Erasmus... Lo que hacen falta son becas Torquemada", razona la fe de Trento. Esas podrían otorgarlas las señoras Sáez de Santamaría y Cospedal, tocadas con peineta y mantilla, prueba del gran papel que la iglesia otorga a las mujeres. 

Parece como si un ministro de Educación y Cultura debiera tener alguna sensibilidad para estas cuestiones. Prever, por ejemplo, la repercusión de sus decisiones que, si no están dictadas por un resentimiento primitivo contra los estudiantes, rebeldes por condición, lo están por los intereses más mezquinos y la más correosa indiferencia ante las cuestiones de justicia social o del significado de los símbolos que constituyen Europa.

Pero no hay cuidado. Dios protege a los suyos aunque no tengan ni idea de lo que dicen o hacen. A ver, ¿acaso no es Erasmo hijo natural de un cura católico y, al parecer, su ama de llaves? Sin duda, tuvo una educación privilegiada en colegios de élite, de los que gusta la derecha española. Pero no por eso dejaba de ser ilegítimo, imposible de ajustar al elevado concepto de estirpe que maneja Rajoy  con su profundidad de pensamiento. El tal Erasmo no era de los de toda la vida. ¿Y no protagonizó asimismo unos amoríos homosexuales, más o menos realizados en su juventud? Tenía que ser: hereje, luego gay.

Así que fíjese el lector cuántos bienes se derivan de una medida que la chusma considera inicua:

1.- Nos ahorramos unos dineros que podemos invertir en subvencionar las corridas de toros.
2.- Alejamos a nuestros jóvenes de los núcleos europeos de pensamiento peligroso.
3.- Eliminamos el riesgo de un renacimiento del abominable erasmismo español.
4.- Garantizamos que todos los hijos de españoles sean legítimos, habidos en católico matrimonio.
5.- Salvamos a los jóvenes del riesgo de infección de esa enfermedad del homosexualismo.

Supongo que es a esto a lo que se refiere la izquierda cuando acusa al gobierno de pretextar la crisis para imponer sus más reaccionarios criterios ideológicos.

(La imagen es un famoso cuadro de Hans Holbein "el joven", pintado en 1523, que se encuentra en el Museo del Louvre. Holbein, que adoraba a Erasmo, al que trató mucho tiempo en Basilea, pintó varios cuadros del humanista, todos de 1523, un par de años antes de marcharse a Londres. Tenemos la seguridad de que clavó al personaje porque estuvo años estudiándolo. Se conservan bocetos, dibujos, de las manos de Erasmo hechos por el pintor. Esas manos que aparecen en el cuadro. Se supone que Erasmo redactaba los comentarios al Evangelio según Lucas, patrón por cierto del gremio de Holbein). 

divendres, 25 d’octubre del 2013

El wertedero de la educación y la cultura.


La huelga fue prácticamente general en la enseñanza pública en todos los niveles y de más de un 30 por ciento en la enseñanza concertada. Por supuesto, el aparato de propaganda del gobierno y sus innumerables voceros dirán que fue un día normal.

Cientos de miles de ciudadanos se manifestaron en toda España contra el proyecto de la LOMCE  aprobado con los solos votos del PP y contra la política educativa del ministerio; en muchos casos a pesar de la lluvia y en otros a pesar de la brutalidad policial, habitual ya en este gobierno. Todas las edades, todos los estamentos y condiciones -excepto los curas, por supuesto, los únicos a quienes beneficia el proyecto y la dicha política educativa-, todo el país salió a la calle a protestar contra estas imposiciones retrógradas e ideológicas.

Si en una democracia normal un proyecto de ley tropieza con un rechazo universal, en especial de los sectores a los que afecta directamente, el proyecto se retira y el ministro responsable se va a su casa entre la rechifla general. Pero España no es "una democracia normal", ni sus ministros tienen el decoro o la dignidad de dimitir y menos este, al que la gente ha calado desde el primer momento, razón por la cual lleva dos años valorándolo como el peor ministro del gobierno y, probablemente, de toda la democracia.

Esa opinión pública cerradamente negativa, hostil, se extiende también al ámbito cultural y artístico más amplio, de forma que no hay inauguración, gala, estreno o aparición pública del interesado que no suscite airadas reacciones en contra, abucheos, silbidos. Palinuro no se inventa nada. Es ya habitual ver cómo llega luciendo de ministro en su coche oficial, pero luego se transmuta en furtivo y entra en los locales por la puerta de servicio, para evitar la inquina popular.

Él mismo condescendía a explicarlo hace unas fechas: le reconcome ser el peor valorado del gobierno pero, dice, solo porque eso demuestra que la gente no entiende sus proyectos. Es decir, el 80 por ciento de ciudadanos que lo suspende carece de inteligencia. Su engreimiento no le permite entender la situación ni ver a un palmo de sus narices. Y, sin embargo, no es tan difícil. Así, a vuelapluma, pueden fijarse las causas siguientes de tan contumaz como notable desprecio popular hacia el ministro:
  • reintroduce la religión en la escuela como asignatura evaluable y entrega la enseñanza a la iglesia católica, cuya permanente injerencia parasitaria en los asuntos civiles y políticos es la plaga de España y la causa principal de su retraso;
  • subvenciona los centros que discriminan por razón de sexo, amparándose en un par de sofismas y el rodillo de la mayoría absoluta de su partido;
  • recorta y reduce todo tipo de becas y ayudas y endurece los requisitos para conseguirlas atacando la función compensatoria que debe tener el Estado en la garantía de la igualdad de oportunidades;
  • suprime la enseñanza de la educación cívica laica, argumentando que es ideológica en un caso claro de proyección por cuanto ideología es lo que él impone en la enseñanza; ideología retrógrada, elitista;
  • menoscaba, reduce, recorta o suprime la financiación de la enseñanza superior pública y favorece de mil maneras la privada, siempre en ese mismo sentido;
  • encarece el acceso a la enseñanza y pone la universitaria fuera del alcance de los trabajadores;
  • desinvierte -él y su gobierno- en investigación y desarrollo, sin tocar las cuantiosas transferencias a la iglesia, con una concepción tridentina del avance del conocimiento;
  • se recortan las subvenciones a los museos pero se declara que las corridas de toros (y, supongo, otros espectáculos taurinos aun más crueles y sangrientos) son de interés cultural o patrimonio espiritual o cualquier otra sandez de este tipo que se podía presentar a la UNESCO, a ver cuál sea su opinión;
  • se cierran bibliotecas y centros culturales de todo tipo, pero se subvencionan las corridas de toros; y no es un ejemplo, como se dice del romano pan y circo  pues en Roma, al menos desde César, el grano se repartía gratis entre la población y aquí cada vez es más caro. Es decir, hay "circo", pero no hay "pan". Los pobres han de ir a buscarlo a la basura y, si los pillan, los multan. Una actitud muy de la derecha para la cual la pobreza es producto de la gandulería o el delito y hay que castigarla;
  • es el espíritu que anima la política educativa y cultural de este gobierno. Pura ideología conservadora, rancia, anterior al positivismo del siglo XIX con una pátina de modernidad neoliberal. Su objetivo es retornar a una sociedad desigual, clasista, de privilegiados y desposeídos, patriarcal, seudomoralizante, autoritaria.
¿Qué tiene de extraño que lleve dos años siendo el ministro peor valorado de un gobierno en el que tiene una furibunda competencia para hacerse con el galardón? Lo extraño es que no lo esté aun más pues, a su carácter retrógrado, ese espiritu añade su absoluta inutilidad. ¡Tanto caudal para nada! La ley nace muerta. Va contra los tiempos.

(La primera imagen es una captura del vídeo de La Tuerka, subido a You Tube. La segunda es un tweet de Josep Maria Grau.)

dimecres, 5 de juny del 2013

España, en pie de escrache.


¡La que se puede armar con un gesto! No hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Esos estudiantes, los mejores, que se han negado a estrechar la mano del ministro Wert, estaban ayer en todas las portadas de los medios y movían olas de pasiones en las redes. ¡Qué ironía y cómo habrá dolido en su orgullo, que es inmenso, al afectado que algunos de los excelentes se nieguen a dar la mano al ministro peor valorado del gobierno! Sospecho que al peor valorado de todos los ministros de Educación del país desde 1978. Quizá de todos los ministros a secas. Hay aquí un símbolo poderoso. Dejemos a los todólogos de las tertulias la tarea de dilucidar su alcance. Al fin y al cabo, se reúnen no para debatir sino para insultar. El insulto es una forma de juzgar por la vía rápida pero solo interesante para los el gremio. Aquí nos concentraremos en dos puntos del hecho, considerándolo como categoría y en sí mismo.

Como categoría está muy clara. La movilización social creciente se materializa, entre otras formas, en escraches a todas horas y en todos los lugares. Apenas hay casos en que los gobernantes aparezcan en público y no se lleven su ración de pitidos, abucheos e improperios. Son grupos, pero muy sonoros y visibles y multiplican su acción a través de los medios, con lo que sirven de información, ejemplo e incentivo. La alternativa sería censurar las informaciones y a ella se ha recurrido en alguna ocasión, sobre todo en los medios públicos gubernamentales. Pero viene a ser peor el remedio que la enfermedad. A Cospedal suelen increparla, llamándola de todo; y a Rita Barberá; y a Camps. El público pita a los Príncipes de Asturias y hace escraches siempre que puede a Rajoy, es decir, siempre que este no aparece en plasma. Mato, Báñez, Gallardón pueden dar fe de lo mismo, hasta el punto de que seguramente pensarán que hay una conspiración contra ellos. Esto aparte de que ya no se respeta nada y estamos incurriendo en el libertinaje. Precisamente el ministro Wert, el antiguo tertuliano "moderado" hoy lider visionario de la extrema derecha nacionalcatólica, colecciona ya un amplio historial de desplantes, así como una intensa movilización de sus administrados en todos los órdenes: profes, alumnos, padres.

Y ahí le duele epecialmente, en el ámbito académico. La oposición masiva a los designios ministeriales ha acabado forzando al responsable a confesar sus móviles reales y tiene pinta de poner en entredicho toda su obra legislativa, auténticamente arrasadora de la enseñanza pública. En efecto, Wert inició su tarea pretextando la legalidad vigente (aunque tuviera que ir a buscarla a la UNESCO), así como criterios racionales, positivos, empíricos, en último término científicos. Pretextar que la ciencia manda eliminar la Educación para la ciudadanía por ser "ideológica" y reimplantar la enseñanza de la religión como materia obligatoria curricular es verdaderamente absurdo. Pero el ministro, muy a tono con otros acreditados intérpretes del saber científico, como los obispos, lo hacía. En esto se parece mucho a su colega Gallardón, quien ampara sus designios reaccionarios en fraseología emancipadora, como cuando justifica su inquina al aborto como un derecho en su preocupación "por el más débil".

Pero en el caso de Wert, el absceso ha reventado y el ministro reconoce ahora que su ley tiene aspectos ideológicos en los que puede haber diferencias. Ideología por ideología, obviamente la del ministro ha de ser mejor porque es el que manda. Y punto. Ignoro qué interpretación querrá usar del difuso concepto de "ideología". Por mi parte, entiendo que se trata de puro partidismo, del partido nacionalcatólico, el más fuerte de la derecha española, apoyado por la Iglesia. Pero, aunque no fuera esto, la afirmación de Wert es lógicamente inaceptable. Al decir que puede haber "diferencias", relativiza la ideología. Y, si es así, ¿por qué suprimió la (supuesta) de Educación para la ciudadanía? No hay criterio racional alguno, solo hay una imposición, un acto de fe, un "quítate tú que me pongo yo", una arbitrariedad que el propio ministro debería corregir si quiere que lo tomen en serio.

Porque, en último término, también hay que pensar en los perjudicados por esta obcecación ideológica: los estudiantes, a quienes habrá que someter a una nueva reforma legislativa de la educación en España que llegará cuando se haga la razón y se comprenda el absurdo de la enseñanza evaluable de la religión en las escuelas de un Estado no confesional.

diumenge, 26 de maig del 2013

El pueblo del Señor


A estos de Metroscopia cualquier día les cierran el chiringuito. Pero, hombre, ¿a quién se le ocurre ir a preguntar a la gente lo que quiere? ¡Si es la última en saberlo! Para eso está el magisterio de la Iglesia que conoce mejor que los creyentes lo que les interesa para la salvación de sus almas. No se entiende cómo, cuando está en juego algo tan trascendental, se pretende acudir a técnicas demoscópicas, en el fondo populistas, que ennoblecen el vano sentir de las muchedumbres, siempre atolondradas, cuando no desquiciadas. Hace muy bien el legislador imponiendo una norma contra el sentir mayoritario del gentío. El príncipe cristiano atiende siempre a la salud espiritual de sus súbditos, aunque ellos no quieran.

Desde luego, es llamativo. Un gobierno con mayoría parlamentaria sólida tiene en contra de una de sus principales medidas una enorme mayoría social. Y luego hay quien se extraña cuando los del M15M dicen que no nos representan. Desde luego que no. Hasta los votantes del PP no quieren implantar la religión como asignatura evaluable en los planes de estudio. Los electores están más en el mundo que los elegidos y los elegidos, a su vez, seguramente más que los gobernantes. El gobierno es de tal clericalismo que a veces España parece una teocracia: el ministro de Justicia quiere eliminar el aborto, el del Interior se la tiene jurada al matrimonio homosexual y el de Educación impone la religión en la enseñanza. Por supuesto, el de Hacienda no toca los privilegios fiscales de la Iglesia y el de Defensa sigue pechando con el clero castrense.

Este parasitismo del Estado por la Iglesia arranca de la posición cerrada del clero español, que sigue con la mentalidad de la Contrarreforma. Cuando Rouco quiere reevangelizar el país, lo que quiere es acabar con las formas civiles de vida, con las corrientes de pensamiento no ya socialistas o democráticas sino liberales, volver al Syllabus, de ser posible, a Trento. Se ve claramente en la convencida indignación con que la jerarquía niega que la religión, la enseñanza y el culto religiosos hayan de reducirse a la esfera privada de los ciudadanos, de forma que estos no tengan que encontrársela en la escuelas, los hospitales, los cuarteles o el registro civil. Eso es el pernicioso relativismo que nos corroe, claman los obispos. Al contrario, la religión, el culto, son públicos, forman parte de la esencia cultural nacional española. El Concordato de 1953, cuya situación es típicamente ambigua, pues sobrevive en los Acuerdos con la Santa Sede de 1979, sigue fijando la religión católica, apostólica y romana como la oficial de España. Contradice la Constitución, pero eso es irrelevante pues está inspirado en la Ley de Dios, que prevalece, como se ve. Es, pues, justo y conveniente que la iglesia decida cómo se casa la gente, cómo se reproduce, lo que estudia, lo que lee y lo que ve. ¿No dice la TVE que rezar ayuda a sobrellevar la crisis y no sostiene la ministra de Empleo que este es cosa de la Virgen del Rocío? ¿Por qué no imponerlo, ahora que su partido ha ganado las elecciones?

Hacer comprender al clero español que la Iglesia será tanto más fuerte y auténtica cuanto más separada esté del Estado y de las cosas del siglo es inútil. El catolicismo español sigue siendo el nacionalcatolicismo de la Cruzada.

dissabte, 11 de maig del 2013

Fracaso absoluto, total.


La semana pasada, con el paro disparado en 1.200.000 personas más y todos los indicadores por los suelos, el gobierno reconocía paladinamente el fracaso de sus políticas al admitir que concluiría la legislatura en 2015 con una tasa de desempleo superior a la que había heredado. La población será en conjunto más pobre de lo que era cuando Rajoy tomó posesión. El PIB cae más de lo que había caído antes. Un fracaso rotundo en el orden material, económico frente al cual el gobierno ha reaccionado como cabía esperar: negándolo. ¿Cómo puede negar lo que acaba de confesar? Muy sencillo, con la retórica estilo Báñez que el presidente maneja con igual soltura: es verdad que estamos mal, pero podíamos estar peor; es verdad que hay más de un millón de parados nuevos, pero podía haber dos millones; es verdad que aumenta el desempleo, pero lo hace con más lentitud. Todo esto es lo que el gobierno llama "signos esperanzadores". Unos signos que solo ve él.

Esta semana, además del fracaso material, económico, el gobierno ha encajado el fracaso ideológico, espiritual. En un solo día ha tenido que retirar los dos anteproyectos legislativos que iban a ser los pilares de la contrarrevolución: la ley de educación y la del aborto. Los ha retirado porque hasta él, con su talante autoritario, se ha dado cuenta de que levantan una fuerte oposición social mayoritaria. Ni sus propios votantes ni militantes están de acuerdo con esos dos ataques reaccionarios a los derechos de las gentes, el aborto por un lado y la educación por otro. Y lo mismo acabará pasando con la sanidad. La privatización es tan expolio que hasta puede no salir.

Es curioso que se hayan retirado los dos proyectos acariciados por dos de los ministros más reaccionarios y que muestran un rasgo en común: la altísima consideración en que se tienen a sí mismos, no compartida por nadie más. Dos sectarios altaneros que creen saberlo todo y los prejuicios no les dejan ver ni en dónde están. Sus compañeros de gobierno, más simples, tienen sin embargo más olfato político. Estos dos, con su soberbia y su pedantería, son dos verdaderos metepatas. La inauguración de Wert pidiendo españolizar a los niños catalanes ha hecho más por el soberanismo catalán que todas las esteladas juntas. Su idea de lo que deba ser la educación es perfectamente compatible con la que pueda tener Esperanza Aguirre, que no conocía los horarios laborales del profesorado al que gobernaba. 

Los espectáculos de Ruiz-Gallardón teorizando sobre la condición femenina y la esencia de la maternidad son cómicos y se convierten en hilarantes cuando el ministro -quien, al parecer, pasaba por ser persona equilibrada en no sé qué círculos- se empeña en justificar su legislación represiva con argumentos emancipadores poco menos que sacados de mayo del 68. No es cosa de cebarse con esta pareja de fatuos majaderos pero su caso sirve muy bien para entender la razón profunda de sus políticas. Si no se impide que la mayoría de la población disfrute de sus legítimos derechos, entre ellos, singularmente, la educación, acabará probándose que solo el dinero permite que individuos tan estúpidos como estos dos lleguen a alguna parte a extremo de amargar la vid a sus semejantes.

Porque el resto del gobierno, desde los aristócratas tipo Morenés hasta los plebeyos enriquecidos como Cañete o las tontas pijas estilo Mato, ya sabe que no pasa de ser un puñado de inútiles cuyo único mérito es haber sido muy amigos de Rajoy (quien tampoco se hace notar por la profundidad del concepto) y, en algunos casos, haber trincado los dineros que esta pandilla reparte entre los suyos para "compensarlos" por el ímprobo trabajo de hacer las cosas rematadamente mal. 

Fracaso en lo material, fracaso en lo ideológico y bajo sospecha de corrupción: ¿sirve para algo este gobierno?

(La imagen es una caricatura mía por el procedimiento de "animalización" a partir de una foto de La Moncloa en el dominio público).

divendres, 10 de maig del 2013

Sí se puede y se debe.


El otro día asistí a una magnífica exposición del Profesor Francisco Llera sobre la crisis y la desafección democrática en España. Fue una intervención muy elaborada, muy trabajada, magistral, muy convincente y... preocupante por lo que de ella se desprende para nuestro país. Lo resumo mencionando la observación del colega Llera del significado de que las tres instituciones mejor valoradas del último barómetro del CIS sean el ejército, la policía y la guardia civil. Bien para ellas, sin duda; pero mal para todas las demás. Y preocupante por la tendencia subterránea a las soluciones autoritarias que parece delatar.

El desprestigio del sistema es pavoroso. Recojo tres noticias que apuntan en la misma dirección de la portada de El País de hoy. La primera, los sobresueldos de Aznar. Se recordará la bravura con que el expresidente respondió con una querella contra ese periódico por insinuar meses atrás que podría haber recibido dineros irregulares según los papeles de Bárcenas. Ahora no es una insinuación. Ahora es una acusación concreta con fechas y cantidades de la comisión de un posible delito. Supongo que habrá otra querella o alguna declaración pública explosiva. O quizá quede la cosa así, un escándalo más que acumular en la pila de desmanes que parecen haber estado cometiéndose en el partido del gobierno hace mucho tiempo. Porque el caso de Aznar no es diferente del de Rajoy, Cospedal, Arenas, Cascos e tutti quanti que parecen haber estado cobrando sobresueldos a cuenta de una presunta trama de corrupción que asemeja a una administración para el saqueo dentro de la otra administración. No es exagerado decir que el partido que, según Aznar, era incompatible con la corrupción ha resultado ser una especie de asociación de mangantes, dedicados al expolio del común en beneficio propio y de una recua de familiares, enchufados, clientes y empresarios amigos corruptos.

La denuncia del fiscal Pedro Horrach de que el PP está tratando de tapar la corrupción pone de relieve otro aspecto de deterioro institucional gravísimo. Dice el fiscal que cuando el PP no se sale con la suya en los tribunales deslegitima y difama jueces, fiscales y procedimientos. Como si quisiera darle la razón, el PP ha recurrido la decisión del juez Ruz de apartarlo de la causa al argumentar que más que acusación es defensa, acusando al juez y fiscales de prevaricación y otras lindezas. Es obvio que el PP está incordiando todo lo que puede en la labor de la justicia. El problema es que es un partido presidido por Rajoy, quien también preside el gobierno. Se da así la pintoresca situación de que Rajoy presidente del PP se persona como acusación en una causa en la que aparece involucrado y puede aparecer imputado Rajoy presidente del gobierno. Si esto fuera un asunto de psiquiatría, podría hablarse de un caso de desdoblamiento de la personalidad. Al tratarse de política, más nos encontramos con que un presunto mangante trata de encubrirse a sí mismo mediante triquiñuelas legales y fraude de ley. En lugar de dimitir, como correspondería en una situación de honradez y dignidad ordinarias.

Por último, contra todo pronóstico, el gobierno se arrugó ayer y retiró el anteproyecto de ley Wert. Conociendo la soberbia del ministro que comenzó queriendo españolizar a los niños catalanes como si fueran tailandeses y siguió metiendo la gamba en todos los charcos de la educación y la cultura, habiendo visto con qué prepotencia desterró la educación para la ciudadanía y reintrodujo la religión, siendo testigos de la satisfacción del clero que ha alcanzado incluso más de lo que se esperaba está claro que la decisión de retirar la propuesta ha debido de ser muy reñida y muy dura. La excusa es perfilar las previsiones económicas de la LOMCE. La realidad, que el gobierno parece haber sido sensible por primera vez al estado de ánimo encrespado de la calle y, en efecto, se ha arrugado y lo que está haciendo es tratar de salvar la cara de este ministro que es el peor valorado de toda la democracia. Y con razón, por tratarse del más altanero, arrogante a la par que necio de los pésimos gobernantes que ha tenido este país, un epítome de todos los vicios y defectos de la carcunda nacional sin ninguna de sus escasísimas virtudes.

Y lo mismo le sucederá al gobierno con la sanidad y el resto de las reformas profundas, nada equitativas (diga Rajoy lo que diga) y muy injustas. De hecho, la práctica abolición del aborto en contra de la voluntad de una gran mayoría de la población solo es un pasaporte para que el próximo Parlamento, si muestra otra mayoría, se dedique a una labor de intensa derogación. Una labor consistente en restaurar todo lo destrozado por esta agrupación de apandadores, dispuestos a esquilmar todos los bienes del común en su provecho.

En esta situación de deterioro institucional, en que el gobierno actúa de forma autoritaria y la oposición parlamentaria es irrelevante, la oposición extraparlamentaria, la acción popular, demuestra que sí se puede constituirse en los frenos y contrapesos necesarios contra los desmanes y latrocinios del poder. Se puede y se debe.

dilluns, 3 de setembre del 2012

La Universidad despierta

El 99 por ciento de los políticos con mando o en la oposición son titulados universitarios. ¿Por qué esa inquina contra nuestra alma máter? Alguien dirá que no hay tal, sino que se aplica al ámbito universitario el mismo rasero de recortes que al resto del gasto públicos.
Mentira.
El gasto público destinado a la iglesia no se ha recortado un solo céntimo de euro. Si al gobierno le parece bien seguir financiando una secta supersticiosa, que viene del más negro pasado, y recortando el centro de producción científica del país, única esperanza de futuro, tendrá que admitir que este se defienda.
El gasto público militar -casi todo él perfectamente prescindible- sigue siendo demasiado alto. Solamente con dejar de comprar dos cazas a los gringos -que, de todas formas, no volarán por falta de combustible- se pueden devolver los 175 millones de euros que la derecha pretende birlar a las Universidades públicas.
La enseñanza privada no debe estar subvencionada. Si los ricos y los meapilas quieren llevar a su hijos a que los curas los domen, háganlo en buena hora, pero con su dinero; no con el de todos.
A la vista de lo que suelta por su boca Mariano Rajoy, los seiscientos y pico asesores sobran. También sobran todos los cargos "de confianza" ("confianza", tratándose de políticos de la derecha; ja) que no son otra cosa que parientes, nepotes, allegados y todo tipo de enchufetas. Solo con lo que se ahorra en esos capítulos se pueden dejar en paz las universidades.
¿Por qué no se hace?
Sencillamente porque, aun siendo universitarios, los políticos reaccionarios odian la universidad, especialmente,la universidad pública porque en ella se fomenta el espíritu crítico, que es lo que más aborrecen. Prefieren las universidades privadas, sobre todo de jesuitas, de curas, de sectas católicas, de donde la gente salga bien aborregada para pasarla luego por la televisión y que los voten. 
Así que olé por los estudiantes, profes y PAS que ayer dijeron a las autoridades lo que los universitarios pensamos de ellas, de su permanente injerencia en nuestros asuntos, de su insolencia y prepotencia. Esperanza Aguirre, siempre tan astuta, igual que la beata de Lucía Fígar -ambas enemigas juradas de la libertad de pensamiento- no se dejaron ver y la bronca se la cargó el director general de Universidades, Jon Juaristi, el  converso de la derecha. Está en su sueldo, que será alto, seguro.
Algunos rectores, entre ellos el de la Complutense, José Carrillo, deploraron los hechos y aseguraron que así no se consigue nada. Espero que fueran declaraciones de circunstancias para no parecer que respaldaban las protestas y no ser presa de la brutalidad mediática de la derecha. Pero si alguno lo dijo pensándolo de verdad, que reflexione un poco. Frente a la arbitrariedad y la imposición de un poder que no conoce límites, esta es la única forma de protesta que tiene éxito porque da a entender a la carcunda gobernante que, aunque no los reconozcan, esos límites al despotismo existen y están representados por una comunidad universitaria que no se dejará amedrentar y menos expoliar en provecho de los curas, los ricos y los puros delincuentes.

dijous, 23 d’agost del 2012

Estampas del verano. Wert podría llamarse Unwert.

Más o menos como el protagonista de El Ángel azul se llamaba profesor Unrath o profesor basura. De igual modo el supuesto "valor" del apellido del ministro español es, en realidad, un desvalor y, desde luego, para todos sus administrados, una desgracia. Una desgracia que, gracias al espíritu sectario, prepotente y cerril de este hombre, esté volviendo lo más reaccionario y siniestro del nacionalcatolicismo a España.
La iglesia no descansa, no da jamás una posición por perdida, siempre está al acecho para recuperar lo que las luces y la razón le hayan arrebatado, no perdona nunca deuda alguna y recurre a los más insólitos medios para imponer su dominación, por ejemplo, halagar la infantil vanidad de este petulante al que hace creer que es el salvador de las esencias religiosas del buen pueblo español, a punto de echarse a perder merced al relativismo izquierdista, que todo lo emponzoña.
Wert es el correveidile de la iglesia y el opus en el intento de restaurar la sombría influencia de la iglesia en todos los aspectos de la vida social y, por supuesto, la garantía de que la iglesia seguirá acaparando dinero de la colectividad por los más diversos conceptos porque, en el fondo, de lo que se trata siempre es de eso, del dinero, lo único que verdaderamente interesa a los curas.
Gracias a Unwert, un gobierno ultraliberal, capaz de retirar la magra subvención a decenas de miles de parados, mantendrá los dineros destinados a las corridas de toros, espectáculo de crueldad degradante que este desalmado considera un "patrimonio cultural de España". Gracias también a él, la iglesia conservará todos sus privilegios en la educación y podrá adoctrinar a sus futuros monaguillos con cargo al erario público en la esperanza de que le salgan tan meapilas como el propio ministro.
Ahora pretende este mantener las subvenciones públicas a los centros religiosos privados concertados incluso cuando sean escuelas segregadas que discriminan por razón de sexo y a pesar de la oposición del Tribunal Supremo. En efecto, cuando está en juego la pasta, la iglesia no para en barras y, si hay que desautorizar al Tribunal Supremo, se le desautoriza. Todo antes que perder el cepillo.
Ya la misma enseñanza privada concertada es un abuso y un atropello mediante la cual los curas consiguen que la colectividad financie sus centros de adoctrinamiento. Debieran estar prohibidos por mor de la igualdad, pero eso es una utopía en un país en el que hasta la socialdemocracia acepta la tiranía y el expolio eclesiásticos. Pero que se trate igual también a los centros privados del Opus que practican la segregación raya en la burla intolerable.
Sin embargo será posible gracias a los inapreciables servicios de este amanuense del clero. Cuando el Supremo falló que los colegios del Opus que segregan no debían recibir fondos públicos (corre peligro la pasta) salió de inmediato el esforzado paladín de los curas recurriendo a su habitual panoplia de falsedades para zafarse de cumplir la sentencia del alto tribunal. Sostenía Unwert que la Convención de la UNESCO de 1961 sobre la lucha contra la discriminación en la enseñanza advierte que la segregada por razón de sexo no tiene por qué ser discriminatoria y que España era firmante de dicha Convención. Se callaba ladinamente que el texto literal de la citada Convención, en su artículo 2 expresamente dice que, para que ese supuesto se dé, es preciso que "el Estado las admita" (esto, es, las enseñanzas segregadas), lo que no es el caso en España. Alguien ha debido advertir al ministro de que se posición será muy beata y bienquista por los curas, pero es insostenible con la misma Convención en la mano que él cita para justificar lo injustificable.
Como el primer intento de falsear los datos no ha cuajado, la sentencia del Supremo es muy ajustada a derecho y, por lo tanto, los del Opus pueden quedarse sin los dineros públicos que el ministro está deseando entregarles, lo que propone ahora es cambiar la ley en la que toma pie el supremo para negar subvnciones a los centros que segregan. De esa forma se elimina el obstáculo que impone la citada Convención, las sentencias del Tribunal Supremo serán papel mojado y los setenta centros discriminadores que hay en España, podrán seguir discriminando y cobrando de fondos públicos. ¡Todo sea por la pasta!
Se trata de un ejemplo de manual de la ley del embudo que emplea esta derecha neofranquista para imponer sus principios oscurantistas y expoliadores: todos deben respetar la ley a toda costa excepto la propia derecha que, cuando aquella le molesta, como sucedía con la Ley de RTVE o, ahora, la Ley Orgánica de Educación (LOE), simplemente, la cambia.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 23 de maig del 2012

El peor ministro de Educación de la historia.

Al día siguiente de que toda la educación española en todos sus niveles, y estamentos le haya hecho una huelga sin precedentes y haya salido a la calle en manifestación en el país entero, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, se encuentra con un plante de los rectores de las Universidades españolas que se niegan a ir a una reunión de ordeno y mando típica de la mentalidad autoritaria y prepotente de aquel. ¿La razón? Que en ella, por mandato ministerial, no se puede hablar del contenido del decreto-ley recién aprobado y por el que se abre el camino a la destrucción de la educación en España. Bien por los rectores, que han demostrado estar a la altura de las graves circunstancias, cosa que ha quedado clara al decir Wert lo contrario, esto es, que no han estado a dicha altura pues sabido es que quien no lo está, ni a esta ni a ninguna por baja que sea, es el propio Wert.
Los sucesos reseñados ponen en claro el talante de este tertuliano de Intereconomía metido a gobernante. Ultramontano, meapilas, pedante, petulante y botarate, es obvio que, con su comportamiento pone de relieve que carece de los dos requisitos que debieran ser básicos en su ministerio: educación y cultura. Subvenciona los toros mientras suprime ayudas a la cultura de verdad y  excluye de la enseñanza a los sectores sociales que más la necesitan y a los que más podía beneficiar. 
Su comportamiento arrogante y suficiente, producto de su convicción de valer más que sus conciudadanos cuando tanto intelectual como moralmente, vale menos que el último de ellos y, si está en donde está, es por enchufe y maniobra política, lo acreditan de lo que es, un tertuliano todólogo de tres al cuarto acostumbrado a hablar para los suyos y que los suyos lo jaleen; nada más. Su razonamiento de que no es que las familias no puedan pagar los estudios de los hijos que él ha encarecido y dificultado sino que hacen un cálculo de costes beneficios por el que deciden dedicar sus recursos a otros fines refleja, de un lado, su espíritu clasista y de desprecio hacia la gente del común y, de otro, su servil admiración por los sofismas de la teoría de la decisión racional que solo un badulaque como él aplicaría a este caso.
Hay un hashtag en Twitter pidiendo la dimisión de Wert. Me parece de sentido común. El país no tiene por qué soportar a un individuo que no sabe hablar sin insultar y provocar a la mayoría de sus ciudadanos. Y así se lo han hecho ver la calle por un lado y los más cualificados representantes de la cultura y la educación por otro.
(La imagen es una foto de Irekia, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 21 de setembre del 2011

Una digna respuesta.

La educación, la sanidad, la vivienda, el seguro de desempleo y las pensiones son los pilares del Estado del bienestar, la conquista democrática del siglo XX en Europa basada en la idea de que esos servicios constituyen derechos de los ciudadanos. Como tales deben tener igual reconocimiento y garantía que los derechos clásicos civiles y políticos y los derechos fundamentales. Porque son derechos fundamentales, no mercedes graciables del poder ni actos de beneficencia de organizaciones privadas. Mucho menos negocios.

Esa conquista democrática es la que la derecha neoliberal quiere desmantelar y lleva camino de hacerlo si las sociedades bajo ataque no se defienden. Las pensiones están congeladas; el seguro de desempleo, reducido y acortado; el acceso a la vivienda es una quimera. Ahora el ataque es contra la educación y la sanidad que, privatizadas, son suculentos negocios. La novedad de la situación es que el neoliberalismo no niega ya (como sí lo hacía antes) que la educación y la sanidad sean derechos. Lo que dice ahora es que, por desgracia, no hay dinero para financiarlas y que, en época de crisis, hay que recortar. Pero esto es una excusa.

En primer lugar, no hay dinero porque hace años que está descapitalizándose el Estado a base de reducir los impuestos y renunciar a ingresos bajo la engañosa consigna de que "en donde mejor está el dinero es el bolsillo de los contribuyentes", sin especificar de qué bolsillos se habla. En segundo lugar si, con todo, hay que reducir partidas, habrá que pensárselo mucho, ser muy transparentes y justificar que no hay otro lugar del que reducir que no sean la educación o la sanidad. Si las exenciones fiscales y privilegios que la Comunidad Autónoma de Madrid concede a la enseñanza privada concertada alcanzan los ochenta millones de euros y esa es la cantidad que se ahorra con los recortes de la enseñanza pública, será preciso demostrar por qué es más justo privilegiar a la privada en detrimento de la pública. No blandir el hacha y asestar el tajo sin más explicaciones.

Esa es la política de la Comunidad de Madrid, la de los hechos consumados y las confrontaciones. Porque a Esperanza Aguirre no le interesa conservar la enseñanza pública sino desmantelarla en beneficio de la privada. Por eso no razona, sino que insulta. La historia de su mandato es de hostilidad a los servicios públicos. No da razones sino que va por la vía de hecho y, en lugar de, cuando menos, explicar las medidas tomadas, pues no las ha consensuado con nadie, trata de desprestigiar a los docentes (como intentó hacer en la legislatura anterior con la sanidad pública y las calumnias al doctor Montes) mintiendo sobre su jornada laboral, descalificando su labor y agrediendo a los sindicatos. Eso no es política democrática, de diálogo, sino política autocrática, de imposición. Y no es casual ni repentino sino algo calculado, planeado y ejecutado fríamente, es el desmantelamiento del Estado del bienestar.

La colectividad de enseñantes, padres y alumnos respondió ayer ejemplarmente por segundo día en la calle con una manifa multitudinaria que es en realidad una enmienda a la totalidad de la política educativa de Aguirre y de su consejera, Lucía Figar, esa pía dama que según ella misma dice, piensa entregar suelo público gratuito para que las sectas ultracatólicas que son de su agrado pueden adoctrinar a los niños de la región. Visto lo visto imagino que estas sectas edificarán en los terrenos públicos unos colegios de excelencia para los hijos de los ricos y, al lado, unas chabolas para enseñar el catecismo a los hijos de los pobres que, bien pensado, es lo único que necesitan aprender.

Y no acaba ahí el alcance político de la combatividad de Aguirre. No solamente desprestigia a los docentes y miente sobre su jornada sino que ataca la legitimidad de la huelga atribuyéndosela a los sindicatos, el PSOE, los indignados y "los de la ceja" y, en definitiva, al gobierno central. Es decir, todo el conflicto está provocado y planeado por la Comunidad de Madrid con el fin de plantear un problema más al gobierno central y como eso es absurdo porque éste carece de competencias en la enseñanza en Madrid, se lleva por el lado de la demagogia, asegurando que está alentando a los huelguistas y poco menos que sosteniendo que la huelga está organizada por Rubalcaba y que el ministro de Educación dimita por ello. Una actitud de tan disparatada frivolidad en un asunto de tal importancia muestra que a Esperanza Aguirre la enseñanza pública y los docentes le importan un comino. Y los alumnos, menos.

dimecres, 18 de maig del 2011

Evalúa, que algo queda.

Hay en marcha un proceso de evaluación de los rendimientos escolares dentro de un plan de evaluación general del sistema educativo previsto en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) que descansa fundamentalmente en las autoridades educativas de las Comunidades Autónomas (CCAA) ya que la educación es competencia suya. La LOE, que es un infierno redaccional de cuya confusión es dificilísimo escapar con una idea razonable de qué sea lo que se pretende, establece un juego a tres bandas para el establecimiento de lo que llama un Sistema Estatal (nada de Nacional) de Indicadores de la Educación (art. 143, 3) y para la redacción de planes plurianuales de evaluación (art. 143, 1). Dicho sistema será la base de los informes que luego el Gobierno hará llegar anualmente al Parlamento con los resultados de las evaluaciones (art. 147, 1). Las tres bandas son un Instituto de Evaluación que era Nacional pero ha dejado de serlo (art. 142,1), las autoridades educativas de las CCAA y el Ministerio de Educación y Ciencia. Pero esas tres bandas, como la Santísima Trinidad, son una y trina: las CCAA. El famoso Instituto de Evaluación, en el fondo, está compuesto por las CCAA, y el Ministerio de Educación y Ciencia establece el sistema con los datos que le facilitan las CCAA (art. 143,3). O sea, mandan las CCAA.

La Comunidad de Madrid desarrolla la LOE a través de una Orden 3319-01/2007, de 18 de junio que, a su vez, se formaliza en una Resolución de la Dirección General de Mejora de la Calidad de la Enseñanza por la que se dictan instrucciones para la evaluación de diagnóstico. Y nunca estuvo tan clara la eficacia de la vieja picaresca legal: Tú haz la ley, que yo hago el reglamento en especial cuando, como es el caso, la ley no dice nada. Por ejemplo, es la Dirección General citada la que determina cuáles son las competencias básicas que se someterán a evaluación. Y lo hace con absoluta libertad porque la ley es muda al respecto. Muda al estilo de los hermanos Marx. Los artículos 21 y 29 dicen que Estas evaluaciones tendrán como marco de referencia las evaluaciones generales de diagnóstico que se establecen en el artículo 144.1 de esta Ley. Y el art. 144, 1 citado dice que: Estas evaluaciones versarán sobre las competencias básicas del currículo (...) e incluirán, en todo caso, las previstas en los artículos 21 y 29. Un divertido ejemplo de círculo vicioso. Resultado: las que decidan las CCAA.

A su vez, las CCAA realizan las pruebas de evaluación en los dos momentos concretos que determina la LOE: al finalizar el segundo ciclo de la educación primaria y al finalizar el segundo curso de la educación secundaria obligatoria. Es decir, que todos los centros de una misma Comunidad Autónoma realizan la misma evaluación en el mismo instante curricular. Por tanto aquellos centros (normalmente privados no concertados) que tengan proyectos pedagógicos propios en cuanto al ritmo y los tiempos de aprendizaje, tendrán que marcar el paso en la Gleichschaltung, la uniformidad educativa so pena de sufrir malos resultados en las evaluaciones. Así se interpreta el mandato del artículo 145 de la LOE que reza que: las Administraciones educativas apoyarán y facilitarán la autoevaluación de los centros educativos. Salvo que por autoevaluación no se entienda literalmente nada, la práctica de la Comunidad significa una injerencia pública en la autonomía pedagógica de los centros privados, que es una forma curiosa de entender el liberalismo y afecta a muchos que enviamos a nuestros hijos a estos centros precisamente porque son distintos.

Añádase a ello que, aunque la Ley prohíbe tajantemente que los resultados de las evaluaciones se usen para el establecimiento de clasificaciones de los centros, eso no es estrictamente creíble. Es de suponer que estos resultados se conocerán de un modo u otro, y establecerán jerarquías de los colegios que perjudicarán a aquellos privados que tienen sistemas pedagógicos no coincidentes con el oficial. Un caso de claro atentado a la autonomía de los centros que no son financiados con fondos públicos; probablemente un abuso de poder contra el que haya que recurrir.

divendres, 22 d’octubre del 2010

Siete puntos para el alcalde del PP de Valladolid.

  • Su observación no es únicamente "sexista" sino una grosería, una falta de respeto

  • Y de educación. ¿Nadie le ha enseñado que no se hacen comentarios insultantes sobre los rasgos físicos de las personas?

  • ¿O sólo los hace cuando las personas son del PSOE?
  • La grosería es especialmente repulsiva por tratarse de una señora a quien un caballero no debe ofender jamás. Un caballero.

  • ¿Piensa el grosero que la grosería se lava pidiendo disculpas como el que ha pisado a alguien sin querer?

  • El comentario sobre el "dibujo animado” corona la grosería de imbecilidad.

  • Por último, este alcalde, ¿se ha mirado en un espejo?

(La imagen es un busto de Franz Xavier Messerschmidt en alabastro, titulado El lascivo y esculpido hacia 1780).

divendres, 27 de novembre del 2009

El último refugio.

La señora Aguirre ha puesto ya en marcha el proyecto de ley que consagrará el principio de autoridad en las aulas escolares de la Comunidad Autónoma de Madrid... en los colegios públicos. Los privados se rigen por sus propias normas. Es decir, en román paladino y para entendernos: a la enseñanza privada se la privilegia y beneficia con subvenciones públicas a chorro a través del artilugio de la concertación, hasta el extremo de que ésta es la forma de enseñanza hoy predominante en Madrid; en cambio, a la pública, a la que se restringe la financiación y se estrangula por todos los medios posibles, palo y tentetieso. En donde no hay medios, que cunda la autoridad del profesor amenazada, precisamente por esa falta de medios, la masificación de las aulas y el desvío malicioso e intencionado de los alumnos inmigrantes a los que la enseñanza privada concertada no quiere.

De esta forma y tanto en el orden simbólico como en el práctico se hace real el viejo sueño de la reacción personificado en la obra de la señora Aguirre en Madrid: sustituir las escuelas por comisarias.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 8 de setembre del 2009

Pozuelo borroka.

Aunque Palinuro esté de mudanza, como ya advirtió en una entrada hace unos días, aún figura avecindado en Pozuelo de Alarcón, motivo por el cual se ve afectado por los últimos acontecimientos de violencia callejera en este municipio que tiene la renta por habitante más alta de los de España y en el que convive una mayoría de autóctonos con dos numerosas minorías de dominicanos y marroquíes. Es un verse afectado de carácter simpatético porque resulta fácil de entender que ni por aficiones, tendencias, condición civil, situación familiar o amistades sea probable encontrar a Palinuro confraternizando con jóvenes y adolescentes borrachos a las cuatro de la madrugada en mitad de la vía pública.

Siempre que se produce uno de estos estallidos en lugares urbana y socialmente determinados generalmente originados en una intervención policial, solicitada o directa, proporcionada o desproporcionada, los medios se llenan de sociólogos a la violeta dando explicaciones causales que suelen tener un poco de cierto y un mucho de fantástico. Un repaso a todas ellas permite apuntar a las siguientes: a) la socialización de la juventud y de la adolescencia; b) los hábitos de la clase media-alta; d) la venta masiva de alcohol en la vía pública; e) la cultura social de los españoles en general y los castellanos en concreto en relación con los festejos; f) la generalizada mala educación; g) las pautas y valores que trasmiten los agentes sociales, singularmente la televisión; h) cierta permisividad familiar en lo atingente a comportamientos en público. Supongo que, de haber una explicación (cosa siempre problemática en estos comportamientos en donde lo irracional acaba primando) estará localizada en la interacción de estos factores con algún otro elemento que pueda haber olvidado, pero no se minimice en esto el efecto del alcohol corriendo a raudales por la calles.

No sé hasta dónde se podrá llegar con estas aclaraciones de carácter teórico. Lo que sí puedo aportar es mi experiencia empírica a pie de calle precisamente de la zona en que se dieron los hechos, el Camino de las Huertas, por donde anduve circulando con mi familia unas seis horas antes del estallido y puedo asegurar que, en cierto modo, el asunto estaba ya en el aire: muchos de los integrantes de las peñas en manifiesto estado de embriaguez dándole al bombo, armando bulla y buscando bronca. Imagino que la policía aplica protocolos de actuación que toman en consideración varios de los factores apuntados pero sólo sé decir una cosa que también es fácil a toro pasado: se veía venir. Incluso comenté algo con mi familia. Igual que después se veía venir que alguien, el alcalde singularmente, hablara de los "venidos de fuera" como si el mundo se dividiera en mala gente y pozueleños.

(La imagen es una foto de R. Duran, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 25 de juliol del 2009

Mr. Fields en dique seco.

Los últimos acontecimientos de los trajes que el Bigotes regalaba al Curita presumiblemente a cambio de un tratamiento de favor en la adjudicación de contratos de la administración, hicieron olvidar que este presumido petimetre además es inspirador de una de las mayores majaderías que se hayan visto en este país y se han visto ya algunas, en concreto, la de impartir la asignatura de Educación para la ciudadanía en inglés. Algún observador rousseauniano podría pensar que la decisión era un homenaje a la antigüedad de la cultura inglesa en estos asuntos de la ciudadanía y los derechos de las personas a la que honraba haciendo que la materia se implantara en la lengua en que están escritos la Magna Charta y el Bill of Rights, pero no es así sino que la estúpida decisión respondía al intento del político valenciano mejor trajeado de boicotear una decisión del Parlamento nacional. Probablemente la adoptó en conciliábulo con la señora Aguirre, otra política que entiende que su trabajo no es gobernar en interés de los madrileños sino boicotear las decisiones del Gobierno central. Por fortuna y siendo algo más despierta, la señora Aguirre se limitó a fomentar la llamada "objeción de conciencia" respecto a la materia, olvidándose del requisito de que se imparta en inglés.

Éste último es el que ahora ha desestimado el Tribunal Superior de Justicia de Valencia (TSJV) que entiende que la motivación de la idea es confusa, contradictoria e incongruente, forma elegante de calificar una solemne memez. Incidentalmente, el mismo Tribunal también ha declarado nula la pretensión de la Generalitat valenciana de autorizar la objeción de conciencia respecto a la asignatura. Como es lógico. ¿Qué es eso de declarar la objeción de conciencia siempre que una ley no nos guste y basada exclusivamente en un hipotético derecho a desobedecer la norma impunemente? Eso es confundir la objeción de conciencia con la delincuencia.

Como conclusión de este episodio que parece de cabaret, me he quedado pensando si es justo que los políticos adopten medidas manifiestamente absurdas sólo con ánimo de boicotear las decisiones de otras instancias, hagan perder el tiempo a todo el mundo, mantengan paralizadas las instituciones sólo para irse de rositas, sin afrontar responsabilidad alguna por un fiasco que ha tenido unos costos considerables en la Comunidad valenciana, desde las tareas de organizar la oposición al atropello hasta la decisión del TSJV .

¿Por qué no subasta el Curita sus trajes para compensar con el importe a la Administración autonómica por los gastos absurdos en que incurre a causa de sus delirios?

(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).