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dissabte, 13 de gener del 2018

Entre bromas y veras

Las chirigotas de Cádiz son irreverentes e irrespetuosas. Deben serlo. Casi todos los festejos populares lo son, según explican los antropólogos culturales. Me atrevería a decir que todos los festejos, populares o no. Pero ese es otro asunto.

El humor no tiene límites ni fronteras. Se los pone el siglo, según el momento en que se viva. Los jueces, por ejemplo, dictan límites muy estrictos a la irreverencia de izquierda (titiriteros, tuiteros con chistes sobre Carrero Blanco, etc.) y muy holgados a la de derecha, especialmente si es anticatalana. 

La chirrigota ha movido a indignación en Cataluña, en donde se habla de delito de odio, por sí misma. Se entiende que el ridiculizado Puigdemont simboliza Cataluña entera. Pero este escándalo está mal enfocado. No puede venir del cargo en la picota porque en los carnavales los cargos no cuentan. Tampoco de que sea un tema político ya que la política, sobre todo la política del poder, es tema preferido de las chirigotas. Lo censurable en la representación es que hace la burla no del poder, sino de su víctima, que toma partido por el poderoso, que pone la chirigota al servicio del mensaje del gobierno. El teatro del poder hecho teatro. Y, peor aun, añade dos mensajes implícitos muy desagradables: es el público el que exige decapitar a Puigdemont (aspecto "democrático") y se da por buena la pena de muerte, cuestión que siempre acaba saliendo en los casos de terrorismo y, si no hay terrorismo, de cualquier cosa que pueda calificarse como "alta traición", sobre todo si viene acompañado de un ladino empleo de la violencia, consistente en ser agredido, no en agredir.

¿Tiene que haber "intocables" para el humor? Pienso que no, aunque eso será cosa de lo que decidan las partes afectadas. Siempre hay profundos y legítimos sentimientos que pueden considerarse injuriados por expresiones de terceros. También es algo que decide el siglo que puede considerar delito hacer chistes sobre el Holocausto, pero no sobre el régimen nazi. Quiza justificado por la disimilitud señalada entre el poder y su víctima.

 Pero, en todo caso, hay que atender a los matices para no acabar metiendo las dos patas: la una, al tomarse a chacota la desgracia ajena y la otra al conseguir lo contrario de lo que se busca pues, lejos de humillar a Puigdemont, esta chirigota lo ensalza sobre sus espectadores, jueces y verdugos entre bromas y veras. Y de la causa de Cataluña, que lo ocupa todo, desde el consejo de ministros hasta los carnavales de Cádiz, ya no hablemos.

dijous, 6 d’abril del 2017

Los "límites" del humor

Da la impresión de que la colectividad está desbarrando. Se persiguen judicialmente los chistes; se condena penalmente a los chistosos. Y, claro, se arma un escándalo por lo que muchos consideran un ataque a la libertad de expresión ya que, en principio, el humor no delinque.

Fue, más o menos, el contenido del intercambio parlamentario en sesión de control entre el diputado de Podemos, Alberto Garzón, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Garzón cuestionaba el hecho mismo de juzgar a alguien por chistes y señalaba discrepancias judiciales según los tribunales estuvieran compuestos por miembros del Opus Dei o por "personas del siglo XXI". Catalá respondía que no se condenaban chistes sino un delito de humillación a las víctimas del terrorismo. Es decir, en definitiva, un chiste puede ser un delito, porque tendrá toda la humillación que se quiera, pero es un chiste. Y dentro de una tradición nacional de humor negro que es materia de interpretación. Otra cosa sería si habláramos de amenazas. Pero esas no suelen ser perseguidas. Curioso.

El episodio de Wyoming, un peldaño más en esta escala de persecución de la libertad de expresión, cierra un ciclo de verdadero absurdo. La Audiencia Provincial admite la querella de la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos contra el programa el intermedio por un presunto delito de ofensa a los sentimientos religiosos. La acusación va contra un sketch de Dani Mateo, titulado las cinco cosas que nunca te han contado del Valle de los Caídos que, por cierto, es bien ingenioso. Considera la Audiencia que el tal sketch podría estar incurso en el magmático artículo 510 del Código Penal sobre el odio. ¿Odio Dani Mateo? El Valle en cuestión sí es un monumento al odio, un monumento supuestamente a la reconciliación pero en realidad a la victoria de unos sobre otros a quienes, además, se robó el derecho a yacer bajo los símbolos por los que habían caído. Eso es odio. Y no lo de Dani Mateo.

Véase el vídeo. Las cinco cosas de que se habla aportan datos empíricos apabullantes: cuántos caídos yacen, cuántos identificados, cuántos años tardó el monumento en construirse, cuántos trabajaron en la construcción y de dónde procedían, cuánto mide la cruz, cuánto pesa. Son datos fríos, numéricos, no contienen odio. No hay odio en decir que hubo miles de presos políticos trabajando en aquella obra faraónica y en qué condiciones.

La única expresión valorativa, no estrictamente empírica es la calificación de mierda para la cruz. No se olvide, además, que la palabra de las seis letras pone siempre nerviosos a los temperamentos conservadores. Lo sabía muy bien Ubu Rey. Porque por esas andamos. El juicio de mierda dedicado a la cruz es un juicio estético. Si uno no puede decir que el monumento al general Martínez Campos le parece una mierda, realmente el concepto de libertad de expresión al uso es reducido. Aplicar a unos datos objetivos y estadísticos y un juicio estético una presunción de delito de odio, sí que parece un chiste.

Y un chiste de humor negro, macabro. Ese monumento lo es al fascismo. Por eso está enterrado en él el fundador de la Falange. Y, sin embargo es sostenido con dineros públicos, como lo son las organizaciones estilo Fundacional Nacional Francisco Franco. Lo que es un chiste es que la Fundación de marras reciba subvenciones públicas.

En el fondo, la culpa de haber llegado a esta situación de verdadero ridículo es de la izquierda que, pusilánime como siempre, no se atrevió cuando tuvo mayoría absoluta a encontrar una solución para eliminar o, cuando menos, disimular ese horror y resolver el problema de las asociaciones y organizaciones dedicadas a ensalzar y enaltecer la dictadura.

¡Ah! Y, para acabar: al autor de estas líneas, a Palinuro, le parece que, no solo la cruz, sino todo, absolutamente todo lo que hizo el franquismo, fue una mierda. Una mierda y un crimen. 

dissabte, 14 de gener del 2017

El humor no delinque

Eso es algo que se alcanza a todo el que no esté cegado por prejuicios o fanatismos de cualquier condición o estofa. A bote pronto se vienen a la memoria dos episodios -los más sonados- en los que la publicación de dos caricaturas de Mahoma provocó sendos actos terroristas en los que murieron varias personas. Todo el mundo se echó las manos a la cabeza por lo que se consideraba un depravado disparate: asesinar a alguien por un chiste.

En España, país civilizado, no se asesina a nadie por un chiste, faltaría más: se le encarcela.

La causa que se sigue contra la tuitera Cassandra V. y la petición fiscal de varios años de cárcel, más inhabilitación y libertad vigilada por unos chistes sobre Carrero Blanco es tan alucinante que casi parece otro chiste. Incluso lo es, si se piensa en el nombre que se ha puesto la tuitera : Cassandra, aquella que profetizaba desgracias pero nadie la creía. 

Efectivamente, el Código Penal castiga el delito de "descrédito, menosprecio o humillación de las víctimas de los delitos terroristas o de sus familiares". La cuestión es averiguar si los chistes de los tuits encajan en ese tipo. Si así se admite, también habrán de ser delito los chistes sobre Dato, Canalejas, Cánovas o Prim. Aunque se recurra a la ridícula excusa de que han prescrito. El problema es que eso de la humillación es muy resbaladizo, como la falta de respeto a esto o a aquello o el "enaltecimiento" de aquello otro. Se aplica la vara de medir del juez, que suele ser la del poder... Y se llega a la situación de encarcelar a una persona por haber tuiteado unos chistes sobre un atentado hace 45 años, unos chistes que se habrán contado miles de veces en las sobremesas a lo largo de estos 45 años hasta que se han ido olvidando.

¿O es la persona misma del almirante Carrero la que justifica esa dureza penal? ¿Por qué? ¿Porque era el presidente del gobierno de un dictador, un títere a las órdenes de este durante toda su vida?

El humor no delinque, como no lo hace la poesía, ni la creación en general, sea de orden mayor o menor.

divendres, 22 de gener del 2016

"Esto no es serio" o el pito del sereno

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¿Nadie puede librar al país de este imbécil?

Un periodista catalán llama a Rajoy haciéndose pasar por Puigdemont y el sobresueldos pica.

Escuchen el audio. Escuchen con qué premura las secretarias se lanzan a pasar la llamada a Rajoy. Nadie comprueba nada; nadie verifica nada. Con qué ansia se echa sobre el teléfono el de los sobresueldos que, obviamente, pierde el trasero por hablar con Puigdemont.

Escuchen la conversación, que no tiene desperdicio. Cómo le toman el pelo. El pájaro cree que tiene una baza: ya no es el inepto al que nadie llama, del que nadie se acuerda, al que nadie toma en consideración. ¡Puigdemont lo llama! Reconoce la superioridad de su gobierno; se somete. Por fin cree contar con una baza, algo de que presumir, algo que vender a la prensa y a Felipe V + I. No es el cero a la izquierda, el presidente amortizado, el perdedor de las elecciones con que ya no cuenta nadie, en espera de que en España haya un presidente y no este pelele en funciones.

¡Puigdemont lo ha llamado! Y es todo mieles. Recuerda cuándo se conocieron en el pasado en alguna inauguración o juego de cualquier cosa. Ha hecho cálculos y, como tiene algo que ofrecer al Borbón, le pide que espere al lunes, le dice que lo llamará él y la reconoce que tiene la agenda "bastante libre". Se entrega en canal. O sea, nada que hacer.

Y cuando le descubren que le han tomado el pelo, solo acierta a balbucear que esto "no es serio".

De verdad. Es absolutamente urgente que el país se libre de este majadero de mala idea si quiere tener alguna posibilidad de salir adelante.

dissabte, 25 de juliol del 2015

Don Quijote y el humor.

El centro cultural Galileo, dependiente del Ayuntamiento de Madrid, presenta una exposición con las ilustraciones que hizo Enrique Herreros en tres ocasiones distintas para otras tantas ediciones del Quijote. Debe de ser de los pocos artistas, si no el único, que haya ilustrado tres veces la misma obra. Se aprecia en ello algo exuberante, hasta que uno se entera de que Herreros era un coleccionista de Quijotes como quiza no haya habido otro igual. Según su hijo llegó a tener 600 ediciones de la novela más famosa de todos los tiempos. El primer ejemplar se lo regaló una tía suya en 1909, teniendo él entonces seis años. Y allí comenzó una pasión que le duró 63 años más y lo llevó a ilustrar la obra tres veces. Todo en Herreros era exuberante. Él mismo: humorista, pintor, dibujante, grabador, cartelista, actor, montañista, cineasta y varias cosas más era casi un cruce de caminos.

La exposición trae quince ejemplares de cada bloque de ilustración y hay así un "quijote codornicesco", otro "expresionista" y otro "cubista". Pero todos ellos son de humor. Herreros era, además, condigno representante del ala humorística de la generación de 27, Miguel Mihura, Wenceslao Fernández-Florez, Jardiel Poncela, Edgar Neville, etc. Pero es justo en este elemento del humor en donde se encuentra el problema que afecta a todas las ilustraciones. En su conjunto dan una extraña impresión de ser como pegotes, frías referencias a las escenas que ilustran. ¿Cómo es posible que un hombre apasionado por el Quijote que lo conoce al dedillo lo ilustre de una forma tan fría y tan distanciada? Sencillamente por eso, por el humor. Todo el Quijote es humor, es un inmenso chiste, una carcajada sostenida cuyo roce acaba provocando sangre y lágrimas, pero carcajada al fin al cabo. Una carcajada sardónica, como la de algunos grabados de Goya o cuadros de Solana, dos referencias, por cierto, de Herreros. El humor sobre el humor no agarra. Es imposible ridiculizar más a don Quijote de lo que lo hace Cervantes. Por eso, los chistes no tienen sentido.

Las tres tandas de ilustraciones presentan variaciones estilísticas muy acusadas. La primera, la del Quijote "codornicesco", es el estilo de las portadas de Herreros para La Codorniz. La revista más audaz, para el lector más inteligente, sucesora de La ametralladora, una revista de humor en el bando sublevado con la que Herreros también colaboró y que tenía permiso del régimen franquista para publicar siempre que incluyera propaganda falangista y no se metiera con la Iglesia. De las portadas de La Codorniz viene mi conocimiento de Herreros pues, creyéndome lector inteligente, lo era de la revista. Herreros estaba muy presente y marcaba un estilo que tenía algo que ver con el primer Tono, antes de que este se estilizara en extremo. Bueno, de las portadas de La Codorniz y también de los carteles de cine de la Gran Vía en los años 50 y 60. En eso de la cartelística, no tenía rival.

Pero si la exposición no sirve mucho para ver algo nuevo sobre el Quijote, cosa por lo demás comprensible porque es el libro sobre el que se han hecho más comentarios, interpretaciones, referencias, evocaciones de la historia, sí sirve para traernos a la memoria a un notabilísimo dibujante, muy caído en el olvido y una publicación, La Codorniz que, aunque llena de franquistas de camisa azul, permitía sobrevivir en la asfixia intelectual del régimen y hasta ser pasto para posiciones de izquierda. Las ilustraciones "codornicescas" traen una muy notable que es una copia/imitación de Las meninas velazqueñas cuyo contenido es la muerte de Alonso Quijano. Están todos los personajes de Velázquez pero, en la famosa imagen del fondo, la que plantea la dimensión metafísica de la obra de Diego de Silva, se ve a don Quijote agonizando y, a su vera, la muerte que viene a buscarlo en forma de esqueleto. La muerte era tema preferido de Herreros. En el supuesto de que la imagen del fondo sea un espejo, ya sabemos que el cuadro lo pintó la muerte misma. El fallo está en que no aparece el pintor, como Velázquez se autorretrató, pues ha sido sustituido por el notario, encargado de levantar acta del triste suceso.

Las ilustraciones expresionistas son las más logradas a mi gusto porque no pretenden ser humorísticas. Algunas tienen una evidente impronta picassiana. Las ilustraciones "cubistas", las últimas, ya son casi adaptaciones de Picasso. Hasta la que muestra a Sancho relatando a la duquesa las aventuras de su señor don Quijote, de ambientación velazqueña, está vista con los ojos del malagueño y el propio don Quijote, al advertir a Sancho sobre el buen gobierno de la ínsula Barataria, es una reproducción de un famoso Picasso de la época azul. Por no hablar de su interpretación del retablo de Maese Pedro, que no es ilustración del Quijote pero es de gran valor porque consiste en una composición picassiana inconfundible: el Gernika.

Merece la pena pasarse por el centro cultural Galileo, a ver cómo mantean al pobre Sancho o cómo la pareja de orates, montada sobre Clavileño, cree cruzar los espacios sublunares.

Y, pues es imposible escribir sobre don Quijote sin soltar una "quijotada" con ánimo de pasar a la gloria aupado por tan insigne ángel, ahí va la mía: sospecho que don Quijote, en realidad, era un reencarnación de Merlín. La última.

dijous, 1 de gener del 2015

Una nueva revista.

De humor y de papel. Todavía queda gente brava en el mundo porque el papel da ya para poco y su destino parece sellado. El churro ilustrado nace para sobrevivir en un mundo hostil y quizá por eso viene sonriendo, en clave humorística. Sus redactores se ven como continuadores de La codorniz, nombre al que suele acompañar el adjetivo de "mítica". Palinuro es muy fiel a su memoria porque la única medalla que tiene le fue concedida, precisamente, por sus continuadores, y con ella le reconocían el mérito de ser luchador de causas perdidas. Desde luego, jamás cometeré la vulgaridad de apuntarme a una causa ganadora.

Lo del papel es inevitable signo de los tiempos. La revista tiene una especie de página web, Panini Comics, en la que se da cumplida información de sus propósitos. Estos se resumen en uno: hacer reír, cultivar el humor, la sátira. También aquí el panorama parece abigarrado. Hay dos publicaciones más de ese género en el mercado de papel el Jueves, la revista que sale los miércoles y Mongolia. ¿Es mucho? Los lectores dirán, pero sí cabe señalar algo colateralmente: es una ley política y sociológica que, cuando los sistemas democráticos se convierten en dictaduras, como está pasando en España con el gobierno de los sobresueldos, la corrupción y la Ley Mordaza, la opinión pública busque salida por la vía del humor. Los mejores chistes de la edad contemporánea salían de la Unión Soviética y la dictadura del genocida Francisco Franco a quien Dios, acojonado, tendrá a su diestra y, sobre todo, a su vista, por si los golpes de Estado celestiales. Que está este Papa sacando demasiado los pies del tiesto.

Mucha suerte a los del Churro ilustrado.

divendres, 7 de febrer del 2014

Wyoming: Fastest gag in the West.

Lo piensa toda la peña en la Corte: el Gran Wyoming es la única oposición real al gobierno. Y a la oposición. Y al conjunto del sistema político. Y a sí mismo. Eso es lo que le da el toque de genialidad y lo que, de momento, lo hace inexpugnable. Las presiones, intrigas del gobierno y sus gentes, que ya han desmontado al Llanero solitario Ramírez, han tropezado con un bravo plante de la Sexta: Wyoming no se toca. ¡Ah, Wyoming! una respuesta propia de Leónidas en las Termópilas: "¡Entregad el Intermedio!" "¡Venid por él!". El grupo Planeta, de José Manuel Lara, baluarte de la libertad de expresión. La libertad es rentable desde el punto de vista empresarial, como se prueba por el hecho de que el share del "Intermedio" es altísimo. Tienen razón los neoliberales: mercado. Compárese ese share con el que pueda alcanzar un programa similar en TVE (si eso fuera posible) que es una TV sometida a los dictados del gobierno. Lo que no se explica es por qué son ellos precisamente, los neoliberales, quienes someten a dictado a las televisiones públicas. Salvo que la parte liberal del neo-liberalismo también sea mentira.

El poder se enfurece de verse ridiculizado. El poder y todos los demás, excepto los ciudadanos que caen bajo la cámara y el micrófono de ese reportero de luenga barba que parece hipnotizarlos. Todos los demás se pican. Pero el gobierno y su partido se pican más porque, sobre tener más motivos de picazón, les aqueja una radical falta de sentido del humor intrínseca a la derecha española. Mídase el sentido del humor de la ministra Báñez o del ministro Fernández Díaz. Más o menos, así son todos. Casos especiales, el de Montoro, cuyo sentido del humor es puro sarcasmo, y el del presidente del gobierno, que es pura socarronería.

A todos los saca de quicio que los pongan en solfa. Especialmente si se hace con la rapidez, el ingenio y la versatilidad de Wyoming. No hay hipocresía del poder, embuste, demagogia, simple ridículo que no pase por el cedazo del Intermedio y no revele su miseria. Es pura dinamita. Tanto más destructiva cuanto que tiene un fondo moral. La pelea es nombre de la justicia, la equidad, la lucha contra los privilegios y los abusos y el juego limpio y eso queda siempre muy claro en las muchas veces disparatadas conclusiones de Wyoming.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia Creative Commons).

dimecres, 18 de setembre del 2013

Entrevista a Mariano Rajoy.


Palinuro, el reportero más duro, consiguió colarse hoy por la mañana en La Moncloa gracias a un primo que tiene, empleado de asesor de Rajoy. Una vez en el complejo, se atuvo a sus consejos: hacer como si nada, coger unos papeles y andar de un sitio para otro recorriendo los pasillos como si fuera a algún sitio o viniera de algún otro. El truco consistía en hacerse el encontradizo con el presidente y, una vez contactado este, no darle tiempo a reaccionar y recordarle aquellos inolvidables tiempos cuando ambos -Palinuro y él- se conocieron siendo él presidente de la diputación de Pontevedra y Palinuro algo que, de momento, no revelará, pero es históricamente cierto. Pasaron antaño unos gratos momentos y, fiado en este recuerdo, esperar que accediera a retirarse a un diván en un rincón y mantener esta charla que damos hoy a los lectores en rigurosa exclusiva mundial.




Pregunta: Usted dijo que no cumplía su palabra pero sí con su deber. Pero, ¿no es el primer deber de un hombre cumplir la palabra?

Respuesta: Mireusté, déjese de frivolidades. España es una gran nación y hay que sacrificarle todo. Hasta la hombría. Yo estoy dispuesto.
 
P.: Es opinión universal que no hace usted más que mentir.
 
R.: Mentira, verdad, ¿cómo distinguirlas en política? La verdad es una quimera y la mentira ya tal.

P.: Casi todos sus ministros son ignaros en la materia que les ha encomendado. ¿Cree que es bueno para España?

R.: Excelente. Si supieran algo de lo que gestionan podrían tener ideas y eso es peligrosísimo. Las aplicarían, en lugar de obedecer órdenes como hago yo. El gobierno es cosa de jerarquías.

P.: ¿Cree que los medios públicos de comunicación en España con usted son imparciales?

R.: ¿Tiene alguna duda? La cobertura respeta rigurosamente los apoyos electorales. A más votos, más razón se le da a un partido. No solo tiempo sino razón. No querrá que sea al revés. Sería reírse del pueblo. ¿Me entiende?

P.: Por supuesto. ¿Cree que la democracia es compatible con el gobierno por decreto y el ninguneo del Parlamento?

R.: Lo dice usted como si fuera gobernar por ukase. Y no. El Parlamento tiene luego que convalidar el decreto. Así que nada de ninguneo. El Parlamento tiene la esencialísima tarea de convalidar los decretos del gobierno.

P.: Y aplaudir.

R.: Solo si me lo merezco. No obligo a nadie. Pero el Parlamento es fundamental en España.

P.: Fundamentalísimo, desde luego. Presume usted de haber conjurado la amenaza de la crisis sobre España y de que estamos al inicio de la recuperación. Pero los datos no dicen eso. ¿A quién deben creer los ciudadanos, a los datos o a usted?

R.: ¿Ve por qué no admito preguntas en las ruedas de prensa?

P.: Claro. Las preguntas las carga el diablo.

R.: ¡Qué va! Las carga Carlos Marx. Mireusté, entre los datos y yo, lo tengo claro: yo. Además, los datos los fabrico yo, que tengo sentido común y soy muy previsible. Los ciudadanos, que crean lo que quieran. España es un país libre. Al final se hará lo que yo diga y seguro que coincide con los datos.

P.: ¿Y si no hay recuperación?

R.: Se parece usted a Guindos, que es un agonías. Claro que la habrá. ¿No ve que ya hemos arruinado el país y empobrecido a sus habitantes al extremo de que España entera es pieza codiciada de los fondos internacionales? En nada de tiempo volverán los inversores con una lluvia de miles de millones.

P.: O sea, otra burbuja.

R.: Claro, solo que yo no la llamo así sino recuperación económica. Es como cuando Aznar. Cogió España en la ruina y la dejó con superávit. No seré yo menos que Aznar, que no era un lince.

P.: ¿Por qué han de pagar la crisis los más desfavorecidos, lo que la convierte en una estafa?

R.: Es obvio. La pagan porque son los currelas, los que nacieron para pagar. Si tiene alguna duda, léase los artículos que escribí en El berrido de Pontedeume en mi juventud, en donde demuestro que lo natural es la desigualdad de la gente, que la igualdad es una manía de psicópatas y envidiosos, como demostraba Fernández de la Mora, mi guía espiritual. Unos, como yo, hemos nacido para mandar y ser ricos; otros, para obedecer y ser pobres. Es el orden natural de las cosas. ¿En dónde está la estafa?

P.: Con la excusa de la crisis su gobierno está realizando una involución de 100 años y, mientras Francia impone la laicidad en las escuelas, ustedes les imponen la religión. ¿Cree usted que Francia sea un país más atrasado que España?

R.: Desde luego. Todos masones y antiespañoles.

P.: ¿Por qué no condena el PP el franquismo?

R.: Ya lo hicimos.

P.: Pero de mentirijillas. Luego no lo condenaron en el Parlamento Europeo. Su partido está lleno de franquistas, ustedes han derogado de hecho la Ley de la Memoria Histórica y se niegan a investigar los crímenes del franquismo.

R.: No queremos reabrir viejas heridas. Es un error. Además, no me importa reconocerlo, en el fondo, fondo, somos todos tan franquistas como el Rey. Pero todos, ¿eh? Todos. Ustedes, los rojos, también.

P.: ¿Qué quiere decir?

R.: ¿No se da cuenta? Franco marcó todas las generaciones. Nosotros somos los continuadores del régimen y, en cierto modo, ustedes también lo son del antirrégimen. Si se acabara el franquismo, ¿de qué iban ustedes a hablar?

P.: Tenemos muchos temas.

R.: No es eso lo que me dice Arriola. Su único tema, además del franquismo, es la transición: que si fue buena, que si mala, que si se hizo bien, mal o regular. Viven ustedes en el pasado y ni sobre eso consiguen ustedes entenderse. Son ustedes de una vaciedad mental asombrosa.

P.: Volvamos al presente. ¿Cuándo va usted a dar explicaciones reales sobre el caso Bárcenas? ¿Está esperando a hacerlo ante el juez?

R.: ¡Qué murga, oiga! Precisamente hoy ha tenido Sorayita que responder a sus insidias en el Parlamento. He dado ya todas las explicaciones. No hay más. Se acabó. Reconocí haberme equivocado, como el Rey con el elefante y ya solo los enemigos de España, la canalla marxista y los periodistas, que viene a ser lo mismo, pueden pretender que siga dando explicaciones porque lo que quieren es ver si me pillan en un renuncio.

P.: Insisto: tendrá que dárselas al juez.

R.: No sea panoli, hombre. Los jueces hacen lo que nosotros decimos. Los militares, los curas, los jueces, los periodistas. Todos. El Caudillo lo dejó todo atado y bien atado y así sigue. Escuche a Marhuenda, que lo explica de cine.

P.: Imposible no hacerlo. Está en todas partes.

R.: Sí me es más fiel que mi caniche. Claro que Lara se porta y le astilla una pastuqui. Aunque yo sé que lo haría por las lentejas.

P.: Pero el escándalo Bárcenas no remite. Cada día se descubren casos nuevos de corrupción de su partido, sus cargos públicos, de usted mismo…

R.: Es un fastidio, ¿verdad? Pero ya escampará. Mientras tanto, nosotros a no dejarnos distraer, a lo nuestro. Empeñé mi palabra y nadie me apartará de ello.

P.: ¿Cuál palabra? Porque tiene usted muchas.

R.: La que me dé la gana. Once millones de ciudadanos confían en que sabré mantener el rumbo. Así que seguiremos a lo nuestro.

P.: ¿Qué es lo suyo? Hay gente que dice que lo suyo es robar.

R.: Hay gente pa tó, ¿no? Como decía Belmonte. No niego que algunos de los nuestros trincarán (aunque nunca tanto como los sociatas; fíjese en los EREs), como hizo ese señor mayor de pelo entrecano que está en Soto del Real y diz que fue tesorero del PP. Nada. Nosotros a lo nuestro, a sacar a España del abismo sociata.

P.: Con el fracaso de Buenos Aires se ha quedado usted sin cortina de humo.

R.: Desde luego. Vaya chasco. Entre nosotros, en off, por favor, le diré que Botella es casi tan tonta como su marido. Un charlatán le ha estafado dos millones de dólares con la coña esa de las olimpiadas. Igual que a Aznar le birlaron otros dos millones prometiéndole una medalla que no le dieron. Pero es verdad, con los juegos a la porra tendremos que concentrarnos en otros asuntos para distraer la atención de la chusma. Gibraltar siempre estará ahí y de los polacos ya ni le cuento.

P.: ¿Piensa Vd. bombardear Barcelona, como ha dicho hace poco un tertuliano facha de los suyos?

R.: No quisiera, desde luego. Soy muy aficionado a pasear por las Ramblas, pero si no queda otro remedio para preservar la unidad de la Patria…

P.: La fundación Francisco Franco propugna un golpe de Estado en contra de Cataluña.

R.: ¡Ah! Esa fundación en la que está el suegro del ministro de Justicia. Sí, ya imagino. También los militares están que bufan. Bueno, sabe usted que soy partidario del diálogo. Hasta contesté la carta que tuvo la desfachatez de mandarme Mas. Pero si hay que pasar a la acción, no le quepa duda de que no me temblará el pulso.

P.: Como con las pensiones…

R.: Exacto.

P.: La sanidad pública.

R.: Desde luego.

P.: La educación.

R.: Por supuesto. Si hay que bombardear, se bombardea, pero Cataluña es España y lo demás, una patraña.

P.: Si va a bombardear, ponga a Trillo al frente de la operación.

R.: ¡Toque madera, hombre! Ese confunde Cataluña con Honduras y los aviones se le caen.

P.: No se enoje. ¿Ha cobrado usted sobresueldos?

R.: Por supuesto. Como todo el mundo. El PP es una empresa y el que más rinde, más cobra.

P.: ¿Se le ha pasado por la cabeza dimitir?

R.: Claro que no. Al contrario, estoy pensando continuar varios mandatos más y sin necesidad de que haya elecciones. Son muy caras y, total, ya sabemos que la gente me elegirá sin vacilación.

diumenge, 15 de setembre del 2013

La verdadera carta de Rajoy a Mas.


Mireusté, Arturo, no sé ni cómo se atreve usté a escribirme una carta, con lo caro que va el papel y lo tacaños que son ustedes los polacos catalanes. Más les valdría ahorrar un poco que buena falta les hace, a ver si pagan a los proveedores y no usan las partidas presupuestarias para sus marranadas estilo Gürtel Palau.

En cuanto al contenido, le digo sinceramente que no he entendido nada. Es como si su carta estuviera escrita con mi letra. No sé qué dice de una consulta. ¿Quiere usté abrir una consulta? ¿De qué? ¿De negocios, de asuntos matrimoniales, de marketing? Tenga sentido común, hombre. Un poco más de sexy, de seny, de ese que tanto le alaba el ABC, el único periódico que puede leerse y yo le recomiendo por su bien, aunque no sea tan bueno como La Razón, que ese sí que es un periódico de verdá, dirigido por mi bravo Parranda, un perro de aguas muy lindo que compré en Pontevedra y da el pego perfeutamente, como si fuera un homiño. Déjese de algarabías, Arturo, tenga sentido común y sea previsible, como yo. Porque, a ver ¿qué quiere usté consultar? ¿Sobre la independencia de Cañañuña? ¿No ve, amigo mío, que eso no conduce a nada salvo a que algún primo de Morenés le parta la boca después de salir del gimnasio? Y ¿a quién quiere preguntar? ¿A los catalufos catalanes que de las piedras sacan panes? No sea demagogo, Mas; no sea más demagogo, Mas; sea Menos, llámese Arturo Menos y nos entenderemos. Aquí en La Moncloa, uno de mis seiscientos asesores, el único que sabe leer y escribir y es un antiguo rojo, lo llama usted Arturo Ui. No sé qué quiere decir ni me importa. Parece que es un nombre de un personaje de no sé qué autor de libros y, por si no lo sabe usté, yo, de libros, solo el de cheques para los sobresueldos.

Mireusté, sabeusté que la consulta esa no cabe en la Constitución y yo, desde luego, a nivel de presidente del gobierno le digo con toda sinceridad que en lo atingente a todo lo que es la gobernación del Estao que cae bajo mi responsabilidad, mientras sea presidente del gobierno y el gobierno que presido tenga la mayoría para cumplir y hacer cumplir la Constitución que protege al Estao estaré siempre vigilante como no podía ser de otra manera para evitar enfrentamientos inútiles que no conducen a nada y desprestigian la marca España porque en vez de sumar, como hacemos en el PP a base de sobresueldos, restan como hacen los sociatas y otros corruptos con lo que los chuches se venderán a su precio, se lo garantizo y todos a una Fuenteovejuna y a ocuparse de las cosas verdaderamente importantes y no de las algarabías que montan ustedes los botiflers, catalanes, solo por ganas de fastidiar.

Porque, mireusté, sabeusté, oigausté, Arturo, usté no es Cañañuña, mientras yo sí soy Ejpaña. Hay muchos polacos, catalanes que no le siguen, que se sienten osbornemente ejpañoles antes que cañañañes, dispuestos a marchar al Principao a dar un castigo a los separatistas. De momento los he frenao a la altura de Blanquerna pero mañana pueden estar en el Ebro y, claro, cuando los hijos de la Raza llegan a los límites del Imperio, puede pasar algo.

A ver, Arturo, daré su carta por no recibida -es una gracia que le hago por haber votado a favor de nuestra Ley de Opacidad-, pero redacte usté otra, más aceptable que pueda llevar al Parlamento. Por más aceptable entiendo más llana, más sumisa, menos arrogante. Cañañuña no tiene derechos que exigir sino solo gracias que darnos por nuestra magnanimidad ya que no hemos entrado todavía en Barcelona rompiendo cabezas ni la hemos bombardeado y han pasado ya más de cincuenta años desde que lo hiciera por última vez el Invicto.

Ande, Arturo, sea razonable. Escriba otra carta, pidiendo algunos dinerillos más para organizar un concurso de sardanas. Le aseguro que, aunque Montoro se niegue, yo se los conseguiré y, si preciso es, me quito de uno o dos sobres para pasárselos disimuladamente.

Venga, Arturo, sea fuerte.  Hacemos lo que podemos. ¡San Jorge y cierra Ejpaña!

(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimecres, 4 de setembre del 2013

Radiografía del gobierno.


Mariano Rajoy. Presidente. Un gandul, embustero, más corrupto que Caco, pillasobres, hipócrita y falso. Dice que no está en política por el dinero, pero trinca toda la pasta que puede. Sostiene tener una profesión, pero no la ha ejercido jamás, salvo el tiempo mínimo para tomar posesión y asegurarse unos emolumentos substanciosos que nadie sabe si sigue cobrando o no a las escondidas. Su popularidad en España está por los suelos y en el extranjero, por debajo de los suelos.

García-Margallo. Exteriores. Un fantoche reaccionario que confunde el patriotismo con las soflamas de los cuartos de banderas. Un personaje ridículo, como sacado de una película de Cifesa sobre los Tercios de Flandes: gárrulo, bravucón y pendenciero con los más débiles. Se hace acompañar de un perillán parlanchín y ridículo, hoy embajador en Londres, imagen viva de la caricatura despectiva que los ingleses hacen de los españoles: Federico Trillo, un jayán de pacotilla capaz de sacrificar la honradez y la justicia a sus estentóreas payasadas.

Fátima Báñez. Trabajo. La ministra que ni ha trabajado en su vida ni sabe qué sea esta ocupación. Todo su afán es ver si la Virgen del Rocio (que, aun sin existir, incide más sobre la realidad que la ministra) le sopla alguna fórmula para dejar de hacer tonterías. Por ahora la cosecha es enteca: la reducción del paro en 31 personas en agosto es su gran conquista y el intento de convertir a la población en una manga de chivatos, lo más brillante que se le ha ocurrido en veinticuatro meses sin hacer literalmente nada, pero cobrando la correspondiento pastuqui.
 
Ana Mato. Sanidad. Un prodigio absoluto de incompetencia en la materia que tiene asignada y en todas las demás. Prácticamente una analfabeta funcional cuyo mérito es caerle simpática al holgazán que desgobierna el país por el hecho de haber atribuido todas las corruptelas y sivergonzonerías en las que parece haber vivido a su marido divorciado. Precisamente al andoba a quien el PP ha estado pagando un sueldo de cine hasta ayer mismo en prueba de la práctica inveterada de esta panda de inmorales de comprar con dinero de todos los españoles el silencio de sus corruptos cuando los pillan trincando y ponen en un brete a lo que todavía están robando impunemente.

Ruiz Gallardón. Justicia. Un repelente niño Vicente, chupacirios a las órdenes de los curas que son quienes le dictan la política a seguir en materia de derechos de las mujeres. Las necedades con las que la adorna ya son de cosecha propia y de lecturas de dominicales de periódicos sobre mayo del 68. También actúa por su cuenta a veces, siempre en el mismo sentido: privatizar la justicia para ponerla al servicio de los ricos e impedir que los ciudadanos sin recursos puedan beneficiarse ella.

José Ignacio Wert. Educación, Cultura y Deportes, El petulante monaguillo con ínfulas de ingenio cuyo concepto de sí mismo es tan alto que no lo comparte nadie más. Ya solo su declaración de que hay que "españolizar a los niños catalanes", que incendió Cataluña, demuestra el grado de indigencia mental del sujeto, pues perteneciendo a la corriente ultraderechista que considera Cataluña parte de España como el dedo lo es de la mano, la afirmación no puede ser más estúpida. A tono con la de declarar las corridas de toros "bien de interés cultural".

Cristóbal Montoro. Hacienda El alter ego de Nosferatu. No sirve para nada,no atina ni una salvo para proteger los intereses de los suyos, o sea, los defraudadores y las grandes fortunas. Pero se las pinta solo para chupar la sangre de los españoles. Como Nosferatu.
 
De Guindos. Economía y competitividad. Un alto responsable del desastre de Lehman Brothers puesto a gestionar la catástrofe que él mismo (y sus cuates) organizaron por su manifiesta incompetencia. Como ministro, no hay día en que no se supere a la hora de decir lo primero que se le pasa por la cabeza por absurdo que sea. Su última ocurrencia es que confía en 2014 como un año de crecimiento superior "a lo esperado". ¿Y quién esperaba algo?
 
Fernández Díaz. Otro tragahostias de misa diaria que confunde los cirios de las procesiones con las porras de sus matones armados. Su concepto del orden público es idéntico al de un internado de una novela de Dickens y su idea de los derechos y libertades de una sociedad democrática sejante a la que pudiera tener Gengis Khan.
 
Los demás ministros, Soria, Pastor, Cañete, a fuerza de desdibujados, no salen en la radiografía. Solo se aprecia en una esquina a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a modo de hormiguita hacendosa, incapaz de contestar de modo directo a una sola pregunta por elemental que sea por temor en poner en un brete el gobierno del holgazán oculto que tiene de jefe.
 
 

dimecres, 4 d’abril del 2012

Mingote.

Mingote era un hombre muy de derechas. En determinadas cosas francamente reaccionario. Pero tenía sentido del humor (le dedicó su vida) y una especie de honradez natural que le hacía interesarse por los puntos de vista de los demás. Retrató el franquismo y lo hizo con tanto realismo que sus dibujos adquieren el doble valor de ser testigos de una época y documento de ella. Y no solo el franquismo, también la transición y la democracia subsiguiente. Sus dibujos son una crónica de cincuenta años de la vida del país.

Mi madre, que era lectora del ABC no porque fuera monárquica sino porque decía que era el diario menos fascista de todos, era muy aficionada a Mingote y celebró mucho uno de ellos en los tiempos del impacto del Concilio Vaticano II, del que se hablaba sin parar en España porque parecía ir contra el nacionalcatolicismo. En el dibujo se veían dos señoras bien, endomingadas, a la entrada o a la salida de misa y una de ellas decía: "Sí, pero al cielo, lo que se dice al cielo, iremos los de siempre." Le servía, a mi madre, digo, para demostrar la contumacia de la derecha española y estuvo años valiéndose de él.

Siempre he tenido a orgullo que Mingote me dedicara un chiste que reproduzco a la derecha. Corría el año 1993 y así queda probado que algunos llevamos luchando contra ese vicio nacional del ruido hace mucho tiempo. Poco a poco se va admitiendo que la contaminación acústica es un vicio o, incluso, un delito. Al principio, a los que protestábamos por el ruido nos miraban como a excéntricos, algo chalados y maniáticos, cuando no directamente como a antiespañoles. El patriotismo español es extraordinariamente vocinglero. Me dedicó otro chiste, aunque no expresamente, como este, poco después a propósito de un episodio chusco que me ocurrió en el Congreso de los Diputados con una novia que tenía por entonces. Era un chiste muy divertido pero, por desgracia, no lo tengo.

diumenge, 5 d’abril del 2009

El último de israelíes.









Llega un israelí al puesto de control del aeropuerto de Madrid.

Policía: ¿ocupación?

Israelí: no, vengo de visita.

diumenge, 1 de març del 2009

¡Llueven cerdos voladores sobre Euskadi!

¡San Sabin Arana nos coja confesados y envueltos en la gloriosa ikurriña! A día de hoy, los cielos de nuestra amada patria vasca están llenos de cerdos maketos voladores, todos con el bocata pagado por las casas del pueblo que aún funcionan. Y nadie se hace responsable si alguno de estos gorrinos le cae en la txapela a un auténtico vasco, de los de toda la vida.

(Interpretación libre de una idea que tomo del blog de Joaquim, Aventura en la tierra).

(La imagen es una foto de hakaider, con licencia de Creative Commons).

dilluns, 9 de febrer del 2009

El ingenio filosófico.

¿Qué es un bufón? En el sentido más tradicional del término un gracioso que hacía reír a los reyes ya sólo con su contrahecha apariencia física pero, sobre todo, con su ingenio que muchas veces rayaba en la insolencia. Un bufón es el que puede decir las verdades más incómodas a los poderosos amparado en la inmunidad de que va revestida su situación. Eso es algo que, según ha descubierto González Calero (La sonrisa de Voltaire. Más filosofía para bufones Ariel, Madrid, 2008, con ilustraciones de Anthony Garner, 175 págs) pueden hacer también los filósofos y con mayor competencia pues no en balde tienen más profundo saber. Así que éste es el segundo libro que el autor dedica a presentar la filosofía en esta, por así decirlo, bufonesca forma, como un torrente de chispas e impertinencias muy ingeniosas.

Como viene pasando con los últimos libros de filosofía que se han reseñado en Palinuro, La sonrisa de Voltaire tampoco es una historia de la filosofía sino una especie de antología de ocurrencias, frases, anécdotas simpáticas, respuestas perspicaces; algo así como la vieja recopilación a cargo de Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno, pero atribuida a los filósofos en las más diversas circunstancias a lo largo de los tiempos y ordenadas, sí, en sentido cronológico. El autor las agrupa en cuatro grandes órdenes: la filosofía antigua, la oriental, la cristiana, la moderna y la contemporánea. El jardín es muy variado y hay muestras de gran diversidad. Unas son más conocidas (algunas son célebres) que otras pero de casi todas ellas pueden extraerse enseñanzas provechosas.

Se entiende por lo demás que es casi imposible reseñar una antología como no sea proporcionando a su vez una muestra de lo que el reseñante, Palinuro en este caso, considera más digno de guardar en la memoria.

Así por ejemplo, es oportuno el conocidísimo apotegma de Gorgias: "Nada existe; si algo existiera no podría ser conocido; y si pudiera ser conocido no podría ser comunicado" (p. 14), el origen mismo de aquella obra radical del español Francisco Sánchez, Que nada se sabe.

En otro punto ilumina la doctrina platónica del conocimiento como reminiscencia con una leyenda hasídica según la cual los niños vienen al mundo sabiéndolo todo pero, en el momento de nacer, un ángel los invita a guardar silencio. (p. 23).

Muy en la línea de Onfray Calero defiende a Lucrecio, objeto de la maledicencia y el desprestigio de San Jerónimo, quien fabuló la leyenda de que el romano epicúreo había tomado un bebedizo que lo hizo enloquecer de amor hasta la muerte (p. 42).

Del capítulo de la filosofía oriental me quedo con la idea confuciana de que las normas de conducta que rigen en el seno de la familia han de tomarse como modelo para el ámbito de la convivencia social y política (p. 53) porque demuestra que la humanidad comparte dos o tres ideas fundamentales en todo tiempo y lugar. Está de la traslación de la familia al orden político o, si se quiere, de la fundación del orden político en el familiar es tópica en Occidente como se puede ver, entre muchos otros ejemplos, en la obra de Sir Robert Filmer (el punching ball de Locke) y la Ciudad antigua de Fustel de Coulanges.

Del capítulo de la filosofía cristiana, resalto la convicción de Tertuliano de que la filosofía es la cuna de la herejía, lo que es una verdad como un templo o, por lo menos, como una hoguera para quemar filósofos.

Igualmente de reseñar la idea gnóstica de que el mundo es la obra de un dios maligno, cosa que siempre me ha parecido una idea sorprendente y, según cuándo y dónde, francamente peligrosa pero que no se me alcanza qué resuelve. Un dios maligno no deja de ser un dios y en Oriente cuentan con varios de esos.

Tiene mucha gracia la crítica de Roger Bacon a los grandes escolásticos, San Alberto Magno y Santo Tomás, de los que decía que querían enseñar "antes de haber aprendido" (p. 72). No sé, por lo demás, si esa no es una idea que tienen todos los profesores a poco pundonorosos que sean. Y en todo caso está claro que este primer Bacon hizo bien en andarse con tiento.

Según parece, atraído por la fama del místico y filósofo Jakob Böhme, Carlos I de Inglaterra envió a un sabio de su corte a conocerlo a Görliz y dice Heine con su habitual elegancia que si bien Carlos I perdió la cabeza en Whitehall, su sabio sólo perdió el entendimiento en Görliz (p.78).

Muy curioso el anagrama de Renatus Cartesius que publicó Chauvin en 1692: Tu scis res naturae; sorprendente el malévolo de Leibniz: Cartesius = Sectarius (p. 84).

Hablando de cómo Kant había despertado de su "sueño dogmático" al leer a Hume pero viendo que siguió postulando la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, Bertrand Russell decía que debió de tomar otro somnífero (p. 110).

Schopenhauer pensaba que la filosofía de Hegel no es más que una sarta de disparates propia de un chiflado. Hay muchos positivistas que piensan lo mismo hoy día. Pero Schopenhauer no tiene razón del todo cuando dice que quien sostiene que "el ser es la nada" debiera estar en un manicomio (p. 124) pues eso sólo es admisible si hacemos al manicomio coincidente con el ser. Y por supuesto que éste es la nada como puede probarse hoy perfectamente preguntando en dónde esté Schopenhauer.

Por último es un consuelo la opinión de Nietzsche de que "hay pensadores que necesitan que nadie los refute. Ellos mismos, sin darse cuenta, se encargan de hacerlo" (p. 136). A poco que hayan vivido y escrito, casi todos.

dimarts, 3 de febrer del 2009

El gran Gran Wyoming.

Pleno, Wyoming, tío, pleno. Qué golpe maestro. Cómo te conoces al personal. Con qué elegancia y sin insultar has dejado a esa gente en el más espantoso ridículo. Porque el vídeo en cuestión no engaña más que lo suficiente a los que anden escasos de meninges. La prueba es que muchos internautas en los foros y la blogosfera apostaban por el fake. Pero lo que es impagable es cómo muerden el anzuelo los pardillos de Intereconomía, con qué fingido escándalo y disimulado contento, con qué hipocresía lamentan ese comportamiento de "capitalista" y dan entera la falsificación sin comprobar nada, ni el remite del envío. ¿Y qué decir de la tertulia posterior? La plancha de Cendoya escandalizado, haciéndose cruces, Señor, Señor, estos rojos... Eso es lo más valioso de la trampa tendida: que han caído en ella ciegos de siniestra alegría, pensando que podían triturar a la competencia, que tenían un exclusiva explosiva.

Y no, ninguna pena. Estos de Intereconomía ¿no son los que enviaron unos jayanes a impedir el trabajo de una periodista haces unos meses? ¿No son los que enviaron a otros -o los mismos- contratados suyos para tender una trampa y presumiblemente chantajear al abogado que acusa al señor Fabra de Alicante? Ninguna piedad con gente que recurre a estos procedimientos. Al contrario, que quede bien claro que no sirven ni para las chapuzas y sí sólo para insultar.

Al Gran Wyoming no le hace falta insultar. Que hay clases.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons).


dilluns, 2 de febrer del 2009

Filosofía risible.

Este curioso libro de Cathcart y Klein (Platón y un ornitorrinco entran en un bar... La filosofía explicada con humor, Planeta, Barcelona, 2008, 220 págs.) parte de una idea sencilla, audaz y muy cierta: la de que los chistes y la filosofía están hechos de la misma materia, que ambos juegan con la mente de la misma forma y que los dos ponen de relieve verdades que a veces son incómodas sobre la vida y otras cuestiones de no menos enjundia. La idea es que cabe explicar los conceptos filosóficos a través de los chistes y que estos están cargados de un fascinante contenido filosófico (p. 12). Por supuesto, depende de la calidad del chiste; pero lo mismo puede decirse de las filosofías, que depende de su calidad. Un buen chiste -y este libro trae muchos- es normalmente una revelación; como una buena filosofía.

La compleja estructura del chiste ya había quedado clara en la interesante obra de Freud, El chiste y su relación con el inconsciente y Bergson, en su célebre ensayo sobre la risa había aportado una visión filosófica a este aspecto de lo cómico, lo risible, lo chistoso, normalmente abandonado en el terreno de las graves preocupaciones del intelecto. Pero hasta ahora nadie, que yo sepa, había llevado la audacia a exponer -en tono liviano, por supuesto- la historia de la filosofía a través de chistes y, aunque reputo la idea muy buena, no creo que tenga muchos partidarios entre filósofos y gentes con escaso sentido del humor. Los propios autores, resignados, ya reconocen en el capítulo de agradecimientos que: "No conocemos a nadie, aparte de nosotros mismos, que esté dispuesto a responsabilizarse de la idea de este libro..." (p. 219). Pero la gente lo lee con gusto. Véase si no: cuatro ediciones (imagino que quiere decir impresiones) en un año.

El caso es que, efectivamente, es posible repasar un poco a grandes rasgos y vuelapluma la historia de la filosofía, concebida como la sucesión de los temas más conocidos que han preocupado siempre a los filósofos (el telos, la ética, la epistemología, la lógica, el libre albedrío, la muerte, la razón, la política, etc) y hacerlo a través de los "filochistes", como los llaman los autores. La verdad es que casi todos son buenos y, en definitiva, el libro viene a ser como una antología de chistes que tienen interpretación filosófica. Por cierto, como los autores son judíos, hay una gran cantidad de chistes de judíos. Hablando de la virtud platónica, que es la sabiduría:

"En un encuentro que se está celebrando en la universidad, se aparece de pronto un ángel y le dice al jefe del departamento de filosofía:

- Te concedo uno de estos tres dones: sabiduría, belleza o diez millones de dólares.

Inmediatamente el profesor opta por la sabiduría.

Envuelto en un halo de luz, el profesor aparece transformado. Pero sigue ahí sentado, contemplando la mesa y uno de sus colegas le susurra:

- Di algo.

El profesor responde:

- Debería haber pedido el dinero." (p. 92)

Hablando de la existencia, la muerte y Heidegger:

PINTOR: ¿Qué tal van mis ventas?

PROPIETARIO DE LA GALERÍA: Bueno, pues tengo buenas y malas noticias. Vino un hombre y me preguntó si eras un pintor que se revalorizaría al morir. Cuando le dije que pensaba que sí compró todo lo que tenía tuyo en la galería.

PINTOR: ¡Vaya! ¡Es maravilloso! ¿Y las malas noticias?

PROPIETARIO: El comprador era tu médico." (p. 137).

dijous, 18 de desembre del 2008

Zapatazo a Bush.

Extraigo este bonito juego de InSurGente. Quien quiera arrojar un zapato a la cabeza al señor Bush, que pinche sobre la imagen. Anímense que hay que mejorar el oprobioso rendimiento de España: ocupamos el lugar vigésimo quinto entre los países que más han zapateado el melón de Mr. Bush. Por cierto, el primero son los Estados Unidos en donde ya deben de tenerle ganas.

dijous, 20 de novembre del 2008

Sarko/Bruni/Berlusconi.

No todo ha de ser la peste de la señora Aguirre, que no para quieta, pues es presa de una actividad frenética y siempre metiéndose con alguien. Aprovechemos para sonreir un poco

Divertido juego de palabras. Gracias, Pilar
.

dissabte, 2 d’agost del 2008

Vacaciones.

Como está muy contenta por marcharse de vacaciones mi amiga Pilar me envía esta presentación pwp con chistes de Forges satirizando esos comunes afanes vacacionales del personal. Mentiría si dijera que me gusta Forges, a quien encuentro bastante ñoño y acomodaticio. Pero reconozco que si me limitara a subir las viñetas que me gustan sólo subiría los de El Roto, lo que sería monótono; así que reproduzco la presentación forgiana con los apuros de los españolitos de a pie, espantosa expresión que, con el paso de España al primer mundo, ha venido a sustituir a aquella otra fascicatólica de Juan Español.

También puede accederse a la presentación en Google docs pinchando en Vacaciones Forges

Gracias, Pilar y felices vacaciones.

dimarts, 10 de juny del 2008

Vicios nacionales. El ruido.

Fiel a su promesa de fustigar los vicios comunes en la convivencia de los españoles, Palinuro combate contra el ruido como lo hace contra la fiesta de toros y una miriada de atentados contra el medio ambiente, etc, etc. El ruido es uno de los temas preferidos para fustigar porque es muy típico de España, casi privativo de ella. El ruido es ubícuo porque está en todas partes: la calle, las cafeterías, las casas de vecinos, las aulas etc. Es como una maldición bíblica. Cuanto se haga por mitigarlo o -no caerá esa breva- erradicarlo será poco. Por eso traigo hoy aquí el chiste de Forges ayer en El País que tiene mucha gracia y es muy cierto.