dilluns, 19 de setembre del 2016

Sin novedad en el frente

En el arte de la guerra se sabe que las escaramuzas laterales al cuerpo de la batalla son importantes cuando pueden afectar la suerte de esta. Si no es el caso, su interés se desvanece y se las deja al resultado que den. Es lo que pasa con las dos elecciones autonómicas próximas: las encuestas, esas contra las que llama Sánchez a luchar, dibujan dos resultados probables que no cambiarán la correlación de fuerzas en Madrid. En Galicia, mayoría absoluta del PP en una prueba más de la conveniencia de que los politólogos, además de aplicar sus esquemas analíticos, se asocien con con otros especialistas, por ejemplo, los antropólogos, para hacer más substanciosas sus conclusiones. En el País Vasco, según parece, el PNV habrá de pactar con otro partido y no tendrá problemas para escoger a uno que no le haga estar en deuda con el PP en Madrid.

Ninguno de los resultados previstos cambiará la situación general. La mayor intensidad que muestra la campaña de Sánchez en Galicia se debe al interés en no quedar cuarta fuerza política, por detrás de En Marea porque eso trae resonancias de sorpasso, aunque parecen inestables. Pero, en todo caso, la campaña electoral tanto en Galicia como en el País Vasco persigue sobre todo finalidades de consumo interno. Ya se sabe que el PSOE va a tener un descalabro, de lo que se trata es de mitigarlo para evitar que se emplee después en las batallas domésticas por la Secretaría General.

En lo demás, estas elecciones autonómicas son escaramuzas colaterales. El PSOE no va a pintar mucho en Galicia, pero tampoco lo haría en alianza con En Marea porque no alcanza la mayoría absoluta. La elección tiene interés en cuanto a la correlación de fuerzas dentro de En Marea, en donde los de Podemos no están enteramente a gusto. En el País Vasco, el PSOE puede aliarse con el PNV y tendrá algo más de relevancia o los de Urkullu eligen otros compañeros, elección en la que por primera vez, aparece la opción Elkarri Podemos y habrá que ver qué alianza prefiere el PNV al final. El que no cuenta nada en Euskadi es el PP, el alma del "constitucionalismo", el partido de la mayoría absoluta en Galicia. Toda comparación entre los sistemas políticos autonómicos en España es un empeño inútil.

La campaña para arrancar la abstención al PSOE arrecia. Los barones se han batido en retirada a sus baluartes locales ante la cerrada reacción de los militantes y los votantes en apoyo del NO es NO de su secretario general. Ya no sirven de nada los consejos no pedidos administrados por las viejas glorias. Incluso irritan al auditorio y lo predisponen en contra. Así que los barones parecen estar complotando alguna maniobra o un golpe de mano para sustituir a Sánchez por Díaz. O quizá es un escenario que estén fabricando los medios. O ambas cosas. Lo más probable. Pero, se piense lo que se piense del supuesto propósito, no deja de ser también para consumo interno. Y de lo que se trata es de componer gobierno aquí y ahora.

Los derrotistas proponen abstenerse a cambio de una garantía tentadora: el candidato del PP debe ser otro, cualquiera, pero no Rajoy. Pues sí, es algo digno de considerarse. Empecemos por preguntar al interesado, el propio Rajoy. ¿Qué dirá Rajoy? Obviamente, NO es NO, pero aplicado a su retirada. Acudamos entonces a preguntar al PP. ¿Qué dirá el PP? Obviamente, NO es NO respecto a la retirada del líder. Se acabó. ¿Por qué no pedir la abstención del PP? Porque, dicen, 85 diputados no son 135. Cierto, pero 135 tampoco son 156, suma de PSOE y Podemos y menos aún 171, suma de PSOE, Podemos e indepes.

¡Ah! Pero si el PSOE se alía con Podemos y más con los indepes Rodríguez Ibarra se da de baja y, con él, presumiblemente, otros. Situación compleja con tensiones desagradables. Por eso, entiendo, insiste Sánchez en una alianza PSOE, Podemos C's. Esta opción tropieza con la inquina mutua personal de los dos líderes emergentes y siempre con la espantada de Rodríguez Ibarra ante Podemos, pero ahora seguramente tendría menos arrastre, al no aparecer los malévolos independentistas.

La propuesta del gobierno tripartito (PSOE, Podemos, C's) se basa en la urgencia del momento, la necesidad de poner fin a un gobierno quemado, abrasado en su incompetencia en todos los órdenes de la gobernación del Estado. Ni un instante puede seguir un gobierno al que, al parecer, han estafado millón y medio de euros, con los que pretendía comprar documentación para atacar a un rival político con supuestos escándalos que ha resultado ser falsa. Un millón y medio de euros de los fondos de reptiles para que al gobierno le den un toco mocho, unas estampitas.

Habrá quien diga que el cenagal de corrupción y estupidez que es la política gubernativa es un asunto menor porque lo realmente importante en España es hoy la cuestión catalana. Y añadirá que un gobierno tripartito, prácticamente un gobierno transitorio, casi provisional, no podrá hacer frente a ese problema. Es posible. Pero, en cambio, lo seguro es que el verdaderamente incapaz para gestionar el contencioso catalán es el gobierno del PP puesto que ya lo ha demostrado ampliamente llevando un conflicto más o menos negociable en 2012 a una confrontación sin vuelta atrás en 2016.

Y, en definitiva, queda la hipótesis de las terceras elecciones. Algo perfectamente legítimo y también lógico. Nada de dejarse impresionar por esas afirmaciones de que serán absurdas, ridículas, una vergüenza. En absoluto. La alternativa es decidirse por un mal que se cree menor, pero no es seguro, para evitar un mal que se cree mayor pero tampoco es seguro. El menor puede ser mayor y el mayor puede resultar menor o, incluso, un bien.

En esa decisión reside el liderazgo.

Entre el pasado y el presente

La xerrada de Reus salió muy bien. Tuvo lugar en un salón del Palacio del Marqués de Tamarit en el puro centro. El palacio era propiedad del filántropo reusense, Evarist Fàbregas, que se había hecho millonario, al parecer, en negocios dicen las malas lenguas que non sanctos durante la Primera Guerra Mundial y postguerra. Quizá aguijonado por la conciencia lo donó a una sociedad obrera fundada a mediados del XIX de nombre Centre de Lectura, el de hoy. O quizá lo tenía por costumbre ya que era hombre poco convencional. Federalista pimargalliano, posteriormente republicano (de hecho, él proclamó la II República en Reus) fue también presidente de un comité revolucionario, nada menos, y alcalde de la ciudad por ERC. El centro es ahora un potente foco cultural con unas instalaciones típicas de ateneo cívico en el que, entre otras cosas, estaba prohibido todo tipo de juego. Porque era y es un centro cultural con una notabilísima biblioteca y no un casino. 

Cataluña tiene mucho encanto. Considérese: un círculo obrero dedicado a la cultura a mediados del siglo XIX, sito en un palacio de marqueses, donado por un millonario presidente de un comité revolucionario y miembro de ERC, en una ciudad en torno a los 100.000 habitantes hoy día. Patria de Prim y de Fortuny, el de los casacones. Una sociedad muy abierta y muy trabada.

Del contenido de la xerrada diré algo cuando suba el vídeo.

Al día siguiente, domingo, los amigos de Ómnium y la ANC nos había preparado un recorrido por la ruta del modernismo de Reus con una expertísima cicerona, Úrsula Subirá, especialista en historia del arte, nacida y criada en la ciudad, cuyos rincones, piedras, monumentos y recovecos conoce a la perfección. Hasta le echamos un ojo a la antigua judería, que siempre tiene su aquel. Hay que ver qué buena fama suelen dejar los judíos en los lugares en donde los habían tenido en guettos o de los que los habían expulsado.

El punto fuerte del recorrido, en realidad su inicio, era una visita a la casa Navàs, cuya fachada principal a la plaza del Mercadal ilustra el post. Es un edificio puramente modernista, por dentro, por fuera, en su parte privada y en la pública mercantil por cuanto es una vivienda no solo adosada, sino engarzada en un negocio textil. El textil Navàs. Es obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, amigo y rival de Gaudí, a quien, por cierto, bautizaron y confirmaron en Reus, pero luego no lo contrataron como arquitecto por razones ideológicas. Reus prefirió a Domènech por ser más librepensador y republicano, quien también construyó algunas otras casas en la ciudad. Y la construyó para el adinerado matrimonio Navàs, propietario de la empresa textil. Los Navàs procedieron a derruir el edificio que habían comprado e hicieron construir esta especie de extraña fantasía en piedra, metal y vidrio con abundancia de mosaicos y reinado absoluto de la madera en el interior. Eran burgueses ilustrados, cultos, viajeros y de refinados gustos. 

El edificio luego derruido lo compraron a Eduard Toda i Güell, interesante personaje del último tercio del XIX y primero del XX, egiptólogo, diplomático, antropólogo, escritor que tuvo una vida muy variada, siendo descubridor de momias en Egipto y vicecónsul en la China, entre otros destinos. Según contó Úrsula, estuvo en París, presente en la firma del tratado del fin de la guerra de Cuba. Me dio por fantasear que podría ser el alto funcionario que inmortalizó Theobald Chartran en un cuadro en el que aparece firmando bajo la atenta mirada de otros dignatarios, obviamente el estadounidense, el francés y el grupo de españoles. Un momento dramático, solemne y amargo en la historia de España. Busqué su retrato por otra parte y creo haberlo reconocido en uno de esos asistentes, pero no el que con contenida congoja firma el documento. El cuadro es muy curioso y hoy cuelga en la llamada "Sala de los tratados" de la Casa Blanca, contigua al despacho oval.

La visita a la casa en sí misma es como un paseo por un interior de Alicia o de un cuento de Hoffmann. Desde el momento en que se traspasa el umbral no hay un centímetro cuadrado de paredes, suelos, techos, ventanales, muebles y resto de decoración interior que no sea rabiosamente modernista. Se admira mucho más, sobre todo cuando la muestra y explica una guia excepcional, Concha Blasco, familiar de los propietarios y que pasó en ella parte importante de su infancia. Realmente un privilegio porque aunque ella adoptaba una actitud de distanciamiento de guía, estaba hablando de los lugares y espacios en que había vivido. Y con tanto más mérito cuanto que lo hizo cargada con una hija bebé que ha empezado prontísimo a familiarizarse con el ámbito en que creció su madre.

Cuando una dueña, una propietaria, alguien que ha vivido en el lugar, lo muestra, transmite una vivencia muy distinta a quien lo hace por oficio, incluso aunque aquella también pueda hacerlo por oficio cuando quiera. La visita es un itinerario por multitud de espacios abigarrados, todos cargados de referencias y símbolos, salas, salones, patios, alcobas, galerías, dormitorios, cuartos de baño, cocina, comedor, despachos, vitrales, repletos de mobiliario de fantasía en maderas preciosas, taraceadas, con bajorrelieves, miradores, etc. Por cierto por ellos entraba la música de unos gigantes y cabezudos que bailaban fuera, como si la magia del lugar se prolongara en la plaza, antiquísimo lugar de mercado medieval. De inmediato hace presa en uno la sensación de que está en medio de una pura sinestesia, en donde los colores y las formas evocan sonidos armónicos. Que es justo el momento en que Concha recuerda que el modernismo profesa el concepto del arte total. Esas observaciones no tienen precio, son como síntesis de memoria, como fogonazos que trasmiten los que habitaron el lugar. Efectivamente, avanza uno envuelto en arte total. Hasta los cuartos de baño de los señores, con su complicada grifería y la cocina, con un fogón de los que llamaban "económicos", son modernistas.

Y cuando iba ya bien avanzada la visita, en la tercera planta, igualmente modernista, pero más humilde dado que eran aposentos de la servidumbre, la guía hace otra observación de radical intimidad: tras haber visto la casa entera en la que hay aposentos dedicados a casi todo, debe notarse que no hay ninguno dedicado a niños. Ella pasó la infancia en un lugar en el que no se suponía que hubiera niños en el mundo. El matrimonio Navàs no tenía hijos. En uno de los aposentos de la planta noble se ven dos fotografías de los dos cónyuges. Él, un caballero de abundante cabellera, poblado mostacho y cerrada barba con un gesto afable. Ella, una adusta matrona de severo porte. Produce tal impresión que se entiende muy bien otro comentario de la guía: a pesar de su apariencia distante, era en una realidad una mujer alegre y cariñosa. Casi parece como si hablaran las misteriosas palabras de la tribu.

En un velador perdido en una galería tropecé con un libro de poemas escritos por la abuela de la guía. Verso libre en catalán, de intenso lirismo inspirado por la casa y sus dependencias y transido de nacionalismo porque insiste en que los destinatarios de sus versos hablen catalán. El modernismo, en realidad, es un estilo nacional. Eso se ve en el patio interior de la casa, un amplio espacio al aire libre que cumplía y cumple la función de iluminar con luz natural cenital a través de unas claraboyas en el suelo el despacho al público de la tienda de textiles del piso inferior.Los textiles, ya se sabe, deben apreciarse a la luz natural. En las paredes del patio dos enormes murales de mosaico con dos temas fuertemente patrióticos: uno la flota que aparejó Jaime I para conquistar Mallorca en 1229 y el otro, una idealización del lugar en que fue asesinado en 1305 Roger de Flor, capitán de la Compañía Catalana, Gran Duque y Emperador y adalid de los almogávares. Los de desperta ferro!

(La imagen es una foto de Wikipedia, con licencia Creative Commons).

diumenge, 18 de setembre del 2016

NO sigue siendo NO

Mensaje a Sánchez: los muros están cayendo y las otras fuerzas políticas están cambiando de actitud a la vista de la firmeza del secretario general socialista.

El Sobresueldos, acorralado por la corrupción que le come por do más pecado había, o sea, por la cartera, está poniéndose nervioso. Con la verdulera Barberá en el grupo mixto amenazando con cantar lo que sabe sobre las infinitas trapisondas de la asociación de presuntos delincuentes a la que perteneció hasta ayer; con su compadre Rato entrando y saliendo de los juzgados a pique quizá de cometer algún desliz de consecuencias catástroficas; con Soria obligado a dimitir entre el ludibrio general, el Sobresueldos no tiene un minuto libre para dedicarse al gobierno. Está todo el día pactando con acusados, investigados, imputados, ladrones, presuntos ladrones y presuntos presuntos para no tener que ir a los tribunales. Todo el día dedicado a estrategias procesales: cómo conseguir que Bárcenas retire su acusación, que Matas no tire de la manta, que Cospedal no tenga que ir a declarar por la supuesta mordida de los 200.000 euros. Está alterado, pierde el control del ojo izquierdo y tiene que volver al plasma -de donde nunca debió salir- para dar esquinazo a los periodistas y que no le pregunten por los tropecientos casos de corrupción de los que es políticamente responsable. Por eso balbucea muy irritado que Sánchez es un "antipatriota" porque no le deja ser presidente del gobierno, siendo así que lo ha hecho todo de maravilla, como lo hubiera hecho su ídolo, el Caudillo Franco. Pero ya está resignado a que no podrá vencer la resistencia del socialista y a que sus contactos con González, Rubalcaba, Fernández Vara, Bono y otros go between entre el PP y el PSOE, más a favor del primero que del segundo, no le harán presidente. Me gusta ese coraje, esa fuerza, esa capacidad para vencer, empezando por los barones de su partido, alguno de los cuales más peperos que los peperos.

Los de Podemos, viendo que en unas terceras elecciones se desinflarían como globos de verbena, están abandonando sus tonos de perdonavidas y siete machos. Iglesias ya no insulta tanto y han debido de decir a Monereo que se calle. Ni dentro ni fuera del partido valen ya las necedades anguitianas de la verdadera izquierda contra la podrida socialdemocracia y el sorpasso. Es más, comienza a tomar cuerpo la idea de que Podemos, sacudido por las broncas de herencia comunista cada vez más visibles, al final vote la investidura de Sánchez, aunque sin entrar en el gobierno. Parece bastante razonable, aunque le costará un disgusto a Iglesias, que ya se veía de ministro.

Los de C's siguen con el ceño aparentemente fruncido pero la última tomadura de pelo del Sobresueldos blindando a Barberá y diciendo que no está en su mano "desblindarla" les ha dado la excusa perfecta para romper con la banda de presuntos facinerosos del PP: o entregáis a Barberá a la justicia o rompemos nuestro pacto anticorrupción. Fórmula retórica. El pacto está roto de hecho porque el Sobresueldos no permitirá que entreguen a nadie. Sabe que, cuando eso suceda (que sucederá) acabará entre rejas Ahora ya solo falta otro paso para que los de Rivera apoyen un gobierno de izquierda: el aplazamiento del duelo a muerte en OK Corral entre Earp Rivera y los Clanton Podemos.

Hasta es posible, dadas las circunstancias que se consiga la abstención de los indepes catalanes a quienes, quizá, sea posible hacer ver que siempre será más fácil convencer a los socialistas de la necesidad del referéndum que a la derecha. En realidad no estoy muy seguro, pero merece la pena intentarlo. En España es muy obvia la diferencia entre el PP y el PSOE, a pesar de las toneladas de densa estupidez asegurando que son lo mismo.

En definitiva, ¿de qué se trata aquí? Muy sencillo, de que todos comprendan algo que la derecha comprende siempre en cosa de segundos cuando trata de desbancar a un gobierno de izquierdas: nada de tonterías, polémicas, escisiones, controversias, etc; lo que hay que hacer es arremeter todos a una como un ariete contra ese gobierno y derribarlo como requisito antes de pensar en otras cosas. Primero, desalójese a los bergantes que llevan casi cinco años engañando a la gente y luego, ya veremos..

¿Hay algún inconveniente a que Sánchez siga consolidando su liderazgo con el apoyo de las bases y los votantes y en contra de la opinión de las andrajosas glorias y los barones sin oficio? Desde luego: esos mismos barones, los compañeros y jerarquías de su partido, gentes que no han salido de su terruño y no saben de lo que hablan cuando se refieren a la política en España. Ese es el verdadero peligro para el liderazgo de Sánchez: las maniobras para desalojarlo, incubadas en su bando. Recuérdese la anécdota de Churchill cuando explicaba a un nuevo joven diputado de la Cámara de los Comunes que los verdaderos enemigos de un político están en su propio partido: son, como se sabe, los González, Rubalcaba, Zapatero.

Sánchez está demostrando una capacidad de acción, una tenacidad, una clarividencia y un liderazgo que muy pocos le atribuían hace un año. El propio Palinuro no le tenía en buen juicio. Y, sin embargo, se lo merece. Si alguien puede librar a este país de la agonía de cuatro años más de la banda de ladrones sin escrúpulos es Sánchez y su gente.

Y, en último término, si no puede formarse gobierno, ahí están las terceras elecciones, esas que van a dejar a Podemos y C's en proporciones muy modestas, al PP estancado y al PSOE en una situación más favorable que ahora.

Así que, digan lo que digan esos dirigentes socialistas, políticos profesionales que están mucho más cerca de los peperos que de su militancia y que, en el fondo, quieren que gobierne el PP porque a ellos les va bien, NO sigue siendo NO.

NO sigue siendo NO a condonar los cuatro años pasados de arrogancia, corrupción, franquismo y saqueo sistemático de España.

NO sigue siendo NO a permitir otros cuatro años más a estos mismos pájaros robando lo que queda, arruinando a los españoles y dejándolos sin derechos y destruyendo el Estado del bienestar.

NO sigue siendo NO a ser la vergüenza del mundo y Europa en concreto con un presidente supuesto cobrador de sobresueldos, presidente de un partido imputado en cinco procesos penales y que actúa como tapadera de una organización de presuntos facinerosos.

NO sigue siendo NO a la destrucción de España

"Operación Cataluña"

Cataluña es la única oposición real al gobierno de neofranquistas corruptos que está destrozando el país. Los demás, sobre todo los partidos españoles, lo intentan, pero no lo consiguen por razones de dominio público: fraccionamiento, malas relaciones y desconfianzas entre ellos, difícil aritmética parlamentaria, bisoñez y narcisismo de sus líderes.

Lo único que pone realmente nervioso al gobierno es el proceso independentista catalán; es Cataluña. A los partidos españoles no se los toma muy en serio. A Cataluña, sí. Por eso está volcado en boicotear el proceso catalán, aunque, como siempre, sin saber por dónde empezar y poniéndose en ridículo una y otra vez. El diputado del PDC, Francesc Homs, en rueda de prensa ayer previa a su comparecencia ante el Supremo por la votación del 9N, ha denunciado una "operación Cataluña" desde las cloacas del Estado. Aquella votación fue la que el genio del Sobresueldos decía que era como una rifa en una verbena de pueblo y que no tendría consecuencias jurídicas. Las cloacas del Estado coinciden al milímetro con el ministerio del Interior en donde últimamente se cocinan las mayores pifias de ese ministro que parece un chiste con su rostro compungido de cagacirios y sus once mil vírgenes. Ayer mismo también, Miguel Ángel Aguilar denunciaba en Ahora que que una especie de estafador internacional ha timado un millón y medio de euros de nuestro dinero al tal ministro a cambio de una información sobre supuestas cuentas secretas del ex-alcalde nacionalista barcelonés Trias. El fin era involucrarlo en un escándalo para destruir su carrera política. Le ayudaban en tan sucia maniobra dos o tres de esos periodistas caninos siempre dispuestos a morder a la voz de su amo a cambio de un estipendio. Porque la información resultó ser falsa. O sea:

a) el ministro se dedica, aparentemente, a fabricar pruebas falsas contra sus adversarios políticos;
b) lo hace malversando fondos públicos y, encima, lo engañan;
c) además de un presunto delincuente, es un imbécil, un imbécil despilfarrador;
d) ahora, Trias se ha querellado contra el tal ministro y sus secuaces y, claro, los costes de la defensa de estos indefendibles sin duda los pagaremos los contribuyentes;
e) por lo menos, que pague el millón y medio de euros del toco-mocho de su bolsillo.

No hay día en que esta banda de mangantes no se pringue en algún latrocinio nuevo ni dé motivos de risa por su ridículo comportamiento. No hay día en que no se vea que, en lugar de perseguir a los delincuentes, estos ineptos persiguen a los ciudadanos honrados.

Son los mismos a los que hace unas fechas grabaron en una conversación en la que el interlocutor del ministro le decía que han "destruido el sistema de salud catalán" y el tal ministro no lo hacía detener de inmediato sino que se mostraba complacido y sugería mover también al Fiscal General porque, según dio a entender, este hace lo que él quiere. Realmente es atroz que el ministro del Interior persiga a los ciudadanos que no le gustan o que opinan algo distinto de las cuatro devotas melonadas del ministro. Es absolutamente atroz. Con este orate fanático en el ministerio, nadie puede estar seguro de que mañana no le fabriquen las pruebas para acusarlo de la muerte de Manolete.

Todo en este desgobierno presidido por un verdadero truhán está dirigido a machacar a la gente, a mentir y continuar con sus actividades de saqueo. Especialmente a los indepes catalanes, con lo cual lo único que hace es fabricar más indepes catalanes. La reforma de la Ley del Tribunal Constitucional va dirigida específicamente contra Cataluña y la querella contra Homs y los demás acusados, pero no aforados, Mas, Rigau y Ortega, también. Es un intento de amedrentar a los indepes, agitando el espantajo de unas condenas penales. Al mismo tiempo, en las cenáculos en que vierten habitualmente sus despropósitos, estos cómicos personajes, que parecen sacados de películas de mafia de risa, admiten que no pueden llevar la acción judicial muy lejos tampoco contra Carme Forcadell por temor a la reacción de la calle.

Es decir, además de corruptos e imbéciles, cobardes.

dissabte, 17 de setembre del 2016

La desvergüenza

Ahí lo tienen ustedes, lavándose las manos de toda responsabilidad en el cenagoso asunto de Rita Barberá, la chocarrera exalcaldesa de Valencia presunta delincuente a la que él lanzaba ditirambos en tiempos gozosos de impunidad y mayorías absolutas. Tiempos en que el dinero corría por las calles de Valencia, dinero de comisiones, de mordidas, de sobornos y que también servía, al parecer, para financiar ilegalmente al PP  y conseguir aquellas mayorías absolutas. Tiempos en que, sin ningún embozo, el sobresueldos proclamaba que Rita "era la mejor", con identica convicción con que llamaba al delincuente Fabra ciudadano ejemplar; al presunto delincuente Camps, su gran amigo; al delincuente Matas, un ejemplo por seguir; al supuesto delincuente Bárcenas, un hombre honrado. La vida de Rajoy es un ejercicio de amistades peligrosas y de supuestas complicidades que cada vez son más patentes. No hay un solo delincuente o presunto delincuente de esa asociación de malhechores que parece ser el PP que no haya tenido el apoyo entusiasta de Rajoy. Todos los delincuentes del PP -y son legión- han sido alabados en público como ejemplos a seguir. De haber sucedido tal cosa, de seguir todos el ejemplo de este banda de facinerosos, de España no quedarían ni las hierbas del campo.

Pero el caso de Barberá es especial, único y muy ilustrativo. Según se desprende de la actuado judicialmente hasta la fecha, la señora debió de convertir el Ayuntamiento de Valencia en los bajos fondos de Mackie el navaja. Toda la corporación municipal menos una persona (y ya es curioso: probablemente, no quiso) está imputada en varios delitos como prevaricación, malversación, blanqueo de capitales, etc. Al frente de esta industria de la mangancia estaba Rita Barberá, franquista de AP en sus primeros momentos, ejemplar hija de jerarca franquista de la prensa. La España más reaccionaria, negra, casposa, represiva con sonrisas, claveles en el pelo, ginebra Beefeater y bolsos de Vuitton. Un espectáculo del más sórdido caciquismo del siglo XIX en tiempos de progreso tecnológico. 

Consíderese la excusa esgrimida por el Sobresueldos para permitir que Barberá siga aforada y obstaculizando la acción de la justicia: ya no tengo ninguna autoridad sobre Barberá. Como siempre con este hombre, una mentira cargada de necedad hasta las cuadernas. Porque si ya no tiene autoridad sobre Barberá es porque antes sí la tuvo y, precisamente usó esa autoridad para poner a la exalcaldesa fuera del alcance de la justicia que este pájaro tanto dice respetar: la hizo senadora para aforarla y, cuando se disolvieron las cámaras, por si acaso, la nombró miembro de la Diputación Permanente de la Cámara para que siguiera aforada, protegida mientras no había Senado. O sea, cuando tuvo autoridad, en lugar de emplearla para forzar a su subordinada a rendir cuentas por sus fechorías, la empleó en esconderla, ocultarla, hacerla inmune a la acción de la justicia. ¿Por qué, aparte de porque es lo que siempre hace: amparar corruptos? ¿Por qué? Es obvio, ¿no? Por complicidad. 

De este modo, el propio Sobresueldos deja clara la mecánica de latrocinio que rige en su partido. Es una especie de trayectoria que muchos, muchísimos dirigentes del PP han seguido. Se afilian al PP para forrarse con negocios ilegales. Una vez que los pillan, no devuelven jamás lo birlado y esperan que en el barullo subsiguiente puedan obtener buenas condiciones penitenciarias para quedar en libertad en poco tiempo a fin de disfrutar de lo apandado.  Pura desvergüenza de franquistas que se piensan inmunes y en buena medida lo son.

Ahora, con este gobierno de hampones, averígüese qué conciencia socialista puede impulsar a muchos dirigentes y exdirigentes del PSOE a pedir a Sánchez que permita un gobierno de esta gente que, del primero al último, no tienen otro objetivo que llenarse los bolsillos  y machacar a la gente del común. Toda su obsesión es evitar terceras elecciones, probablemente porque de ellas saldría Podemos derrotado, igual que C's  y en  menor medida, el PP, mientras que el PSOE aumentaría en votos y escaños y se consolidaría la figura de Pedro Sánchez, a quien esta coalición de dinásticos semipeperos no puede ver ni en pintura por haber recuperado la confianza y la ilusión de la militancia y sus votantes. 

Porque esa es la cuestión. Todos estos socialistas apoltronados e interesados lo que quieren es que gobierne Rajoy. Al fin y al cabo a ellos personalmente les iría bien.

Conferencia de Palinuro en Reus

Hoy, a las 18:30 nos vemos en Reus, en una conferencia de servidor sobre el sugestivo título que figura en el cartel anunciador de la xerrada las 18:30 del sábado, 17, en la Sala de actos del Centre de Lectura en Reus.

El título. Aunque parezca que nos nos movemos, lo hacemos. No tiene mucho sentido repetir y repetir las razones de unos y las sinrazones de otros. Sobre todo si no se hace nada páctico si no que se pretende el inmovilismo. De la cuestión del contencioso España-Cataluña está ya todo dicho. No hay nada nuevo. Ahora corresponde decir menos y hacer más. 

De lo que apenas se ha hablado es de las relaciones Cataluña-Europa. Sobre eso hay que hablar ahora, explicar el propósito independentista  a una Europa que hoy, como siempe, está viva, alerta, dispuesta a acoger lo nuevo, lo avanzado. Europa es un continente en perpetuo movimiento, en donde reina la curiosidad por las novedades y el afán por experimentarlas. Europa no es rutinaria sino aventurada y sabe que su forma, sus límites, sus actores y protagonistas, sus Estados, sus miembros con realidades fluidas, entrelazadas, cambiantes, respondiendo al afán de sus pueblos por avanzar y mejorar.

Hay que hablar también de lo que Cataluña aporta a Europa, de su iniciativa y el ejemplo en el camino de una Europa distinta, que no será una estructura cerrada e inamovible sino una asociación voluntaria de entes y pueblos libres dentro de un espíritu común, europeo, hecho de tolerancia y respeto a la multinacionalidad.

divendres, 16 de setembre del 2016

Ritajoy

Valencia es un pozo sin fondo de corrupción. El caso de Rita Barberá (inocente, inocentísima, mientras no se demuestre lo contrario) es el penúltimo de una serie de otros poblados de personajes tan pintorescos y ridículos como la exalcaldesa valenciana; gentes como Camps, Fabra, Blasco, Cotino, Rus, Castedo, Grau, Costa, Alperi, Johnson, etc., etc. Todos presuntamente pringados en una multiplicidad de contratas, recalificaciones, basuras, ayuda oficial al desarrollo, mordidas, comisiones, y todo tipo de chanchullos y componendas para enriquecerse personalmente al tiempo que se financiaba ilegalmente el partido y se ganaban elecciones con tongo. Llamar partido político a un manojo de sinvergüenzas y mangantes es una de las ironías de este delirio de corrupción de la derecha española.

Incidentalmente, quizá esté aquí la explicación de aquel hecho que a todos llenaba de pasmo: cuanto más gorrinos eran los gobernantes valencianos de modo público y notorio, más votos obtenían. A saber cuánto habrán gastado estos mendas en sobornar al personal, comprar votos y engañar a los electores. Quizá sea la parte valenciana de una situación que también se da en toda España: parece como si, cuanto más roban los gobernantes, más granujas y embusteros son, más votos consiguen.

El emblema, desde luego, es Barberá que ha pasado de ser la Jefa, la reina indiscutible de Valencia durante veintitantos años a ser una sombra huidiza, escondida, vergonzante, que trata de escapar de la acción de la justicia y no dar cuenta de sus presuntas fechorías a lo largo de los años. El episodio en sí es casi de circo: una hortera, estridente, chabacana, literalmente insoportable, malversaba caudales públicos a mansalva, enchufaba a quien le daba la gana por cantidades astronómicas, se daba un vidorro de vicio a costa -y mucha costa- del contribuyente, blanqueaba dineros, se los quedaba y se enriquecía sin tasa. Todo eso presunto, cómo no. 

Dice esta mujer en un insólito escrito con membrete de su partido en el que anuncia su baja del partido del membrete, que no abandona su escaño porque eso sería admitir su culpabilidad. Pero precisamente lo que indica su culpabilidad es que se parapete en su acta para entorpecer la acción de la justicia. Y para cobrar dos mil y pico de euros más de los contribuyentes. Porque somos los contribuyentes, los saqueados durante años al parecer por esta sanguijuela, quienes ahora costeamos su blindaje.

Blindaje que le proporcionó el PP en su momento, cuando saltó de la alcaldía y del que se preocupó personalmente el de los sobresueldos. Con tanta eficacia como carencia de principios, Rajoy no solo la blindó, sino que la metió en la Diputación Permanente para que siguiera blindada cuando no había Parlamento por estar en periodo electoral. 

Y esto es un elemento decisivo. El editorial de El País de hoy, El silencio de Rajoy, insta al Sobresueldos a no esconderse, como hace siempre, y a dar explicaciones del comportamiento presuntamente facineroso de esa señora a la que él dedicó elogios sin cuento durante años mientras ella se lo llevaba presuntamente crudo durante esos mismos años. Que Rajoy hable de este asunto es practicamente imposible y que lo haga sin mentir, una quimera. Rajoy no puede exonerar a Rita porque él mismo es Rita, como es Bárcenas, Fabra, Camps, Matas, Baltar, y el conjunto de sinvergüenzas y presuntos ladrones a los que ha prestado su apoyo y llenado de ditirambos en años pasados.

Dice un periodista de talante reaccionario que a Rajoy no ha podido probársele personalmente delito alguno. Una falacia. Rajoy es políticamente (y ya se verá i penalmente) responsable de una multiplicidad de delitos, una culpabilidad por incumplimiento de su deber de vigilar que esas descaradas estafas, robos y expolios, no se produjeran. Rajoy es el principal responsable político de este lodazal de corrupción en que se ha convertido la política española. Es también el único responsable del bloqueo político en España.

Tendría que haber dimitido apenas comenzado ese mandato que ha sido un  desastre y un atentado contra la dignidad de los españoles. Y su marcha y desaparición de la escena pública, requisito indispensable para que pueda haber una regeneración democrática creíble.

No va a haber sitio

En las cárceles. No va a haber sitio en las cárceles para enchironar a los independentistas cuando los tribunales españoles, obedeciendo el mandato del gobierno, empiecen a condenarlos a docenas. Esa es la marcha que lleva el asunto de la investigación a Mas, Rigau, Ortega y Homs, y el posible encausamiento de otro puñado de dirigentes democráticamente electos por mayorías dispuestas a respaldarlos en la calle. Falta absoluta de entendimiento, de negociación, de diálogo.

En los años de plomo solía enunciarse la teoría general de que carecía de sentido y era rotundamente repudiable todo recurso a la violencia. Una vez se depusieran las armas se vería que en una democracia como la española cabe hablar de todo pacíficamente. Era mentira por partida doble: en primer lugar, hay muchos que no quieren el cese de la violencia y tratan de impedirlo como sea. En segundo término, tampoco es cierto que sin violencia, en democracia, quepa hablar de todo. Hay temas prohibidos, por ejemplo, el de las mbiciones de liberación de los pueblos.

El proceso independentista catalán plantea una contradicción entre la legitimidad y la legalidad, entre una aspiración política y una represión judicial. Frente a la legítima aspiración política del derecho de la nación catalana a la autodeterminación, el Estado y, desde luego, el gobierno del PP, contraponen el estricto cumplimiento de la ley. Esta, sin embargo, es injusta en el trato a Cataluña, a la que obliga a someterse a la tiranía de la mayoría. Pero, además, su misma invocación también es injusta, incluso inicua. La ley que el gobierno invoca para aplicar en Cataluña es la que él mismo ha venido cambiando unilateralmente y gracias a su mayoría absoluta hasta ahora cuando le ha dado la gana, lo cual le resta toda legitimidad. La última muestra, la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional para convertir a este en un órgano más político de lo que ya es, prácticamente, un brazo ejecutor de la política del gobierno. Se exige así que los independentistas catalanes se ajusten a una ley que es la ley del embudo.

Estamos a las puertas de una escalada del conflicto. En Cataluña, el gobierno anuncia ya una actitud de desobediencia a las instituciones españolas. En Madrid no hay gobierno sino un grupo de amigos en rebeldía frente al control del Parlamento, en realidad, un gobierno tiránico cuya actitud frente a Cataluña ha sido siempre, y sigue siéndolo, de cerrada hostilidad. Este callejón sin salida a que ha condenado al país la ineptitud de un gobierno de la derecha, desprestigiado por su arbitrariedad y por su corrupción, acabará propiciando un intervención directa o indirecta de las instituciones europeas y, quizá, de la comunidad internacional. 

A este respecto es sumamente de lamentar que el PSOE, el eje mismo de la izquierda, haya hecho suya la visión autoritaria y antidemocrática de la derecha. No solamente es una dejación de los principios, sino algo inútil porque, como demuestra la historia, es imposible contener los anhelos de libertad de un pueblo.  

dijous, 15 de setembre del 2016

Todos contra Sánchez

En la presentación del libro de Guindos, Rajoy no mencionó a Barberá, ni a Soria. A punto estuvo de no mencionar al presentado. No permitió preguntas de los periodistas, si es que había alguno en una sala atestada de ministros, altos cargos, grandes directores de bancos y consorcios y empresarios del IBEX35, todos con sus séquitos. Pero atacó a Sánchez, a quien culpó, en típico acto de proyección, del bloqueo político, del deterioro general de la situación y de anteponer sus intereses (personales o de partido) a los colectivos.

El enemigo por batir es Sánchez. Coinciden prácticamente todos los medios y casi todos los grandes y medianos comunicadores y, por supuesto, la empresa y la banca. Es una presión permanente y un sonsonete continuo: "Sánchez debe facilitar un gobierno del PP", "todo antes que ir a terceras elecciones". Se suma un coro de socialistas de diversa procedencia y distinto peso, unidos en cuestionar el NO es NO de Sánchez y en buscar alguna fórmula para que la oposición a la que el PSOE debe resignarse sea eficaz y controle de verdad el gobierno del PP. En definitiva, por tanto, el discurso es el mismo de Rajoy, los medios y las demás fuerzas vivas: "Sánchez debe facilitar un gobierno del PP", "todo antes que ir a terceras elecciones".

Acabarán culpando a Sánchez del bloqueo, como ya lo hacen Rajoy y la derecha. Es asombroso que prácticamente nadie recuerde que el culpable real del bloqueo es Rajoy. Su talante autoritario, despreciativo, su rechazo a asumir sus muchas responsabilidades políticas, su problemática actitud frente a la corrupción, lo incapacitan para encontrar aliados. Su negativa a retirarse para facilitar alguna alianza del PP es el cerrojo mismo del bloqueo. El país no se mueve porque Rajoy se niega a irse tras haber fracasado en todo.

La cuestión no es solamente que el responsable del bloqueo, Rajoy, acuse a otro, Sánchez, de serlo, sino que mucha gente lo cree o dice creerlo así. Lo que se está pidiendo, en realidad, es que siga cuatro años más en el gobierno de España un hombre que no lo merece y que no seguiría ni una hora en ningún otro país democrático del mundo. Un hombre que preside un partido imputado en varios procesos penales, algo que tampoco se toleraría e ningún otro país de esos con los que España quiere homologarse. Lo que se está diciendo es que el PSOE, con su abstención, amnistíe la corrupción pasada y admita la venidera. Es difícil creer que sobreviviera de hacer algo así.

¡Todo antes que terceras elecciones!

Y ¿qué es ese "todo" que evitaría las elecciones? Los dicen los derrotistas del PSOE: permitir un gobierno en minoría del PP que, controlado por una poderosa oposición, no podría continuar con su política radical de recortes, merma de derechos, ruina del país y desmantelamiento del Estado del bienestar. Quien esto sostiene no conoce mucho España. En primer lugar, la oposición no será nada "poderosa" porque las malas relaciones entre el PSOE y UP lo impedirán. En segundo lugar, el gobierno (PP con apoyo de C's) estará siempre a media docena de votos de la mayoría absoluta y podrá gobernar en minoría con tranquilidad cuando le plazca, sin derogar sus medidas anteriores. En tercer lugar, quien crea que Rajoy cumplirá cualquier promesa que haga con tal de quedarse en el sillón, no sabe de quién se está hablando.

Además, ¿por qué ese terror a las elecciones? Probablemente se da por bueno el vaticinio de un aumento del voto del PP que, según Arriola, puede llegar a 150 diputados. Estos augurios tienen un valor relativo pues, habitualmente, reflejan solo lo que quienes los hacen quieren que pase. A veces lo quieren con procedimientos retorcidos, por ejemplo, mintiendo. Público trae un análisis ómnibus de varias encuestas y, a su vez, vaticina que: Unidos Podemos perdería 7 escaños en unas terceras elecciones, pero la suma PP+C's quedaría igual en 169. Y es Púbico, el digital de Podemos. Dice más cosas. En concreto, que el PSOE aumentará en votos y escaños (como media docena más), mientras que el PP perderá otros seis escaños y un millón de votos. Si mantiene los 169 es gracias a que C's aumenta ligeramente. Es una lectura que se ajusta más a una idea distinta del impacto de la corrupción en la actividad política. Y cabe hacerla aun más optimista. Es poco creíble, que si el PP baja, suba C's y también lo es que la recomposición del PSOE sea tan escasa.

Las terceras elecciones son, ciertamente, la conclusión de un fracaso, pero carece de sentido querer evitarlo a costa de perpetuar el desgobierno y el desastre que nos han traído aquí.

dimecres, 14 de setembre del 2016

La Diada, un éxito

No merece la pena discutir. Quienes el lunes decían que la asistencia había mermado respecto a la Diada de 2015 y que el soufflé se desinflaba son los mismos que en 2015 decían que no había asistido ni la mitad de la mitad.

Uno puede ver el independentismo catalán como la conjura del maligno o como la erupción del Krakatoa, pero nadie puede negar que se trata de un proceso democrático y pacífico. Esto no es un puñado de orates armados hasta los dientes. Esto es la acción conjunta de unos partidos con las instituciones y amplia colaboración de las asociaciones sociales y el respaldo multitudinario de la gente. La Diada pone en marcha el último tramo del proceso y lo acelera, mientras España sigue sin tener gobierno ni visos de formarlo. En un vacío de poder, pero no de corrupción. Sobre esto mi artículo de hoy el elMón.cat.

A continuación, la versión castellana.

La Diada cataliza el proceso

En 2012, preguntado Rajoy qué pensaba de una Diada multitudinaria, pacífica, democrática e independentista, respondió que aquello era una “algarabía”. La “mayoría silenciosa” por supuesto, no alborotaba y no quería la independencia. Cuatro años después, la “algarabía”, que jamás fue tal cosa, sigue siendo un impresionante ejemplo de voluntad popular civilizada, ordenada, pacífica y democrática en lucha por una Estado nuevo. Un derecho inherente a toda nación como la catalana. A su vez, la “mayoría silenciosa” ha dejado de ser “silenciosa”, pero no ha conseguido ser mayoría y casi consigue no ser en absoluto. La manifestación convocada por la Societat Civil Catalana en favor de España como unidad de destino en lo universal no llegó a las dos docenas de participantes, contando los que sostenían las banderas. La convocada por En Comú Podem en favor del “referéndum pactado” con el Estado en lugar de la independencia, según parece, se quedó en unos trescientos o cuatrocientos pactistas o pactadores, que parecen pocos para convencer a Estado alguno.

La inmensa mayoría de la ciudadanía políticamente movilizada se echó a la calle el día once para mostrar a las autoridades, a los ciudadanos españoles y al mundo entero su voluntad de constituirse en Estado independiente. Un hecho que ha acelerado notablemente el proceso hacia la independencia.

Al caer la noche del domingo, la señora Colau afirmaba en la tele a Ana Pastor que la mayoría ciudadana no se manifestaba por la independencia, sino por un referéndum pactado con el Estado. En el trayecto no se escucharon gritos a favor del referéndum sino de la independencia, pero dicho quedaba y en la TV. Más o menos a la misma hora, Puigdemont anunciaba que, visto el éxito de la Diada, superada la cuestión de confianza, el día 28 de septiembre pediría un referéndum al Estado. Desde el punto de vista de En Comú Podem, se trataba de una feliz rectificación del Presidente. No hay que jugar con vías unilaterales que son callejones sin salida sino que hay que ir por la de la legalidad, con un referéndum pactado para reformar luego España de arriba abajo. Por fin, Puigdemont aceptaba que el proyecto de En Comú Podem era mejor que el suyo. ¿Cierto?

En absoluto. Puigdemont no pedía negociar con el Estado un referéndum. Pedía hacer un referéndum por considerar que es un derecho de Cataluña. La negociación era secundaria. Y, si el Estado no accedía, proponía elecciones constituyentes a un año vista. Es decir, nada que ver con los planteamientos de En Comú Podem. Una aceleración del proceso y un mantenimiento de la hoja de ruta hacia la independencia, eso que los de Podemos y confluencias consideran que es un inconveniente para la “normalización” de la situación.

Mucho más claro que la izquierda no independentista lo ve el gobierno español, que no se anda por las ramas. El lunes después de la Diada, el ministro Catalá ya anunciaba que el Estado español jamás aceptaría referéndum alguno en Cataluña, negociado o no negociado. Añadía, además, que la intención del gobierno era aplicar la legislación penal a todos aquellos comportamientos de los políticos independentistas que se la merecieran. Nadie por encima de la ley. Todos a cumplirla y afrontar sus responsabilidades si cometían algún ilícito. Pura amenaza implícita a Puigdemont, Forcadell, Mas, Homs, Rigau, Ortega. Y la lista va creciendo. Con esto, Catalá contestaba de una sola vez tanto a Puigdemont como a Colau.

La respuesta de Colau todavía no ha llegado y es probable que no llegue por razones que todo el mundo se malicia, esto es, porque hay un entendimiento de fondo entre Podemos y el Estado español que no se da en el caso de Puigdemont y los independentistas.

Por eso, la respuesta del Presidente no se hizo esperar de forma que, en la misma mañana del exabrupto del ministro de Justicia, Puigdemont, dando el caso por cerrado, puso fecha a las elecciones constituyentes catalanas: la Diada de 2017. El proceso de la independencia, que tenía término a quo, la sentencia del Tribunal Constitucional de mayo de 2010, aniquilando el Estatuto, ya tiene también término ad quem.

Vidas paralelas

Reconozco habérmelo puesto fácil hoy. El género vidas paralelas fue frecuente en épocas pasadas. Siempre con ánimo moralizante y ejemplificador. Basta con encontrar biografías que tengan puntos en común. Son composiciones contrapuntísticas. Dan muy buen resultado porque se aprende mucho sobre las gentes y sus actos cuando se pueden comparar unas con otras. Aunque ya dice el saber popular, siempre algo timorato, que las comparaciones son odiosas.

Aquí tenemos a Rita y Carme, punto contra punto. Con muchos elementos en común: las dos son mujeres, más o menos de la misma generación (se llevan cinco años). Ambas con formación universitaria más de letras. Las dos periodistas, entre otras actividades. Ambas son políticas, habiendo ejercido diversos cargos institucionales. Las dos con cierta proyección mediática.

Las dos pueden acabar ante los tribunales.

Como se ve, vidas paralelas. Lo interesante viene cuando se analizan esos puntos en común. Las dos son mujeres y han abierto caminos en un mundo que era aun más patriarcal que el de hoy. Una, Forcadell, es hija de un camionero; la otra, de un periodista y jerarca del Movimiento Nacional. Es decir, son más o menos de la misma generación, pero no del mismo ambiente ni de la misma clase y casi ni del mismo país. Su orientación periodística ha sido muy divergente. En política, una (Barberá) es de derechas de toda la vida, pues fue fundadora de Alianza Popular en Valencia, mientras que la otra es de izquierdas y republicana ya que milita en ERC. Comparten el ser oriundas del ámbito cultural catalán pero, mientras una (Forcadell) es independentista, la otra es nacionalista española. Los cargos institucionales fueron muy distintos y ejercidos de muy distinta forma. Al principio, los importantes eran los de Barberá; al final lo es del Forcadell. Porque ambas son parlamentarias, pero mientras Forcadell preside el Parlamento catalán, Barberá está prácticamente asilada o refugiada en el Senado para protegerse de la acción de la justicia. Su proyección mediática ha sido asimismo muy distinta. Donde Barberá proyectaba una imagen digamos folklórica con manifestaciones de ridícula chabacanería, Forcadell daba una de severidad y determinación, con elementos mesiánicos.

Las dos, en efecto, pueden acabar ante los tribunales. Una (Barberá) por supuestos delitos de derecho común, la otra por razones políticas, de conciencia.

No hace falta decir nada más.

(Las imágenes son sendas fotos de Partit Popular Comunitat Valenciana y Judesba, con licencia Creative Commons).

dimarts, 13 de setembre del 2016

Que nada se mueva

Parece mentira, pero algo así puede suceder: Rajoy lo intenta de nuevo y, quién sabe, igual esta vez sale. Al menos es lo que él debe de estar calculando: el PNV puede vacilar (¿no ha dicho Pablo Iglesias que no es de fiar, como si él lo fuera?), o los indepes catalanes, o el PSOE o, ¿por qué no? Podemos. Cosas más raras se han visto.

Pero mientras alguna de estas inverosímiles circunstancias no se dé, por mucho que se presente el Sobresueldos, seguirá sin salir.

Sin embargo, eso no es, no puede ser, bastante. Mientras este hombre esté en funciones, el país seguirá desgobernado (incluso cada vez más desgobernado, a extremos ridículos, como con esa presidenta del Congreso que no es más que la subalterna de Rajoy), la corrupción continuará campando por sus respetos, el deterioro institucional seguirá imparable y la posibilidad de que vuelva a ser presidente del gobierno un sujeto de la catadura moral e intelectual de Rajoy, una probabilidad muy clara.

Es una vergüenza, un desastre sin paliativos que, siendo mayoría los diputados partidarios de un cambio de gobierno, este no se haya producido. Una vergüenza, un desastre, y da una imagen lamentable de la capacidad de los políticos responsables, especialmente de Iglesias, Rivera y Sánchez, por ese orden. Iglesias sigue vetando a Rivera y empujando al pacto al PSOE al tiempo que lo insulta y zahiere; Rivera es incapaz de librarse del PP y sigue a su incondicional servicio; Sánchez no consigue entenderse con los indepes catalanes por su obstinación en negarles sus derechos.

Entre tanto, el presidente de los sobresueldos cada vez más feliz en su tarea de seguir hundiendo el país en esta sima de ignominia y corrupción. El Parlamento, un cámara inservible para el PP desde el momento en que no tiene mayoría absoluta, no pinta nada bajo mandato de una presidenta que pide permiso al del gobierno hasta para suspirar. Esto permite que, con la ayuda de C's, Guindos escurra el bulto del pleno y haga una comparecencia de pacotilla para explicar el escandalazo mayúsculo de haber enchufado (según su inveterada costumbre) a un dimisionario por presumida corrupción para un puesto de sueldo estratosférico y actividad simbólica. Una prueba más de la corrupción general en que vive esta organización de presuntos delincuentes.

El gobierno en funciones, autodeclarado en rebeldía frente al Parlamento, con la valiosa ayuda de un Tribunal Constitucional obediente al mando como la presidenta del Congreso, continúa con sus nombramientos a dedo, no sometido a ningún tipo de control. Hace un par de días renovó a la ex-esposa del presunto corrupto Rato como presidenta de Paradores Nacionales con un sueldo de 14.000 euros al mes. Y no sucede nada.

¿Y qué me dicen del hecho de que la inenarrable Rita Barberá no solamente no haya sido desposeída de su inmerecida inmunidad y entregada a la justicia, sino que ha sido nombrada presidenta de dos comisiones del Senado? ¿Y el nombramiento de ese prodigio de educación y elegancia, Celia Villalobos, como presidenta del Pacto de Toledo?

Lo dicho: los responsables directos de esta indignidad y vergüenza generalizadas están claros: el sobresueldos y la organización de compadres que preside, dedicada al expolio patrio. Pero ¿y los indirectos? ¿Qué pasa con esos políticos que, pudiendo poner fin a este espectáculo denigrante, lo toleran?

¿Es que no ven que, además de robarnos, se ríen de nosotros?

¿O ellos también lo hacen?

Sobre la República catalana

Hoy, a las 09:00 estaré en El matí de Catalunya Ràdio, con Mònica Terribas para, supongo, entre otras cosas, hablar de mi último libro sobre La República catalana que llegará mañana a librerías. Y eso dos días después de la séptima Diada camino de la independencia. No se me afeará que aproveche la ocasión para hacerme algo de publicidad, que no propaganda.

¿Por qué La República catalana? Muy sencillo: porque, después del objetivo independentista de esta gran movilización nacional, lo más decisivo es su carácter republicano. Algo que Palinuro ve con especial agrado. Pero hay más: imaginemos que alguien quiere encontrar una solución de compromiso en el contencios Cataluña-España, una de esas alambicadas fórmulas que tanto placen a quienes se las dan de grandes muñidores de soluciones felices. Por ejemplo, algo que suele oírse: una confederación peninsular. Dada la peculiar naturaleza de la institución monárquica, eso sería posible. Dos territorios autónomos, incluso mutuamente independientes, iguales, bajo un único monarca. Una situación que se ha dado algunas veces en la historia. Así estaba concebido el Imperio austro-húngaro. Pero, si uno de los territorios es una república, esa forma de Estado será imposible.

La República es una garantía de independencia.

El libro trata de muchos otros asuntos. De la problemática nación española y la emergente nación catalana, del sentimiento de frustración que se detecta en España y el de plenitud en Cataluña. Eso es palpable para quien observe los acontecimientos sin prejuicios. En ambos territorios la ciudadanía lo percibe con toda claridad. Por eso hay una continua, permanente, movilización voluntaria de la población en Cataluña y nada parecido en España sino todo lo contrario: desapego, indiferencia, hastío. Traten de organizar una manifestación voluntaria y sin trampas en pro de la unidad de España; a ver qué asistencia logra. La culpa, como es obvio, no la tiene la propia gente que, a este respecto, funciona como público o audiencia de un discurso que ha de hacerse en otra parte. En concreto, que deben hacer los políticos, los ideólogos, los intelectuales. Y aquí está el drama: ¿qué discurso hacen estos estamentos?

El horizonte de los políticos españoles es el de las próximas elecciones. El de los ideólogos, la vuelta al pasado o el mantenimiento del statu quo. El de los intelectuales, el silencio. Si quienes han de proyectar, propagar y realizar la comunidad imaginada que es la nación son incapaces de hacerlo, ¿qué futuro tiene esa nación?

dilluns, 12 de setembre del 2016

El quatre gats independentistes

Enhorabuena a los catalanes. Un año más, un ejemplo de reivindicación nacional, independentista, pacífica, democrática y en masa.

Si hace cinco años alguien hubiera dicho que todos los periódicos y los medios españoles abrirían con la noticia de la Diada (así como muchos y muy importantes extranjeros), casi nadie lo habría creído. Cataluña no era un problema. Los independentistas, cuatro gatos a los que nadie hacía caso. La cuestión catalana carecía de importancia en la política española.

El presidente de los sobresueldos, con su habitual perspicacia, calificaba la diada de 2012 como una algarabía. Ahora le dedicó algo más de tiempo y expresó su deseo de que la Diada fuera tranquila y democrática. Dos minutos más y dice lo del sentido común. Los dislates y las provocaciones este año han quedado adjudicadas a García Margallo, ese descendiente de familia militar africanista con un sentido del humor de cuarto de banderas, al decir que un atentado terrorista se supera pero la independencia de Cataluña es para siempre. ¿Queda alguna duda del tipo de personal en el gobierno hace ya casi cinco años?

Solo Palinuro clamaba en el desierto advirtiendo de que el independentismo catalán llevaba la iniciativa política mientras que el nacionalismo español actuaba a la defensiva, carecía de plan y proyecto y ni siquiera entendía la naturaleza de la cuestión a la que se enfrentaba.

Algunas cosas han cambiado. La derecha gobernante parece estar ideando planes de respuesta a la reivindicación independentista. Se los han encargado al ministro del Interior, quizá por su enchufe con las potencias celestiales. Según él mismo y sus hombres confiesan en unas cintas que van camino del juez, consisten en hacer la guerra sucia al independentismo, supuestamente destrozándole el sistema sanitario o, incluso inventándose chanchullos financieros.

Igualmente, los periódicos nacional-españoles ya admiten que la movilización popular es impresionante. Pero coinciden en señalar que va de retirada. El País habla de una "Diada menos concurrida" y La Razón sostiene que está "desinflándose". Y montan la habitual porfía sobre la cantidad de asistentes: 800.000 este año frente al 1,4 millones del año pasado. Dudo de que el año pasado esos medios admitieran que la asistencia había sido de 1,4 millones. Pero eso es irrelevante. La cuestión es: si tan seguros están de que el independentismo no tiene mayoría, de que son cuatro gatos, de que los no independentistas son la mayoría, ¿por qué no autorizan un referéndum que es la forma más rápida, clara y precisa de salir de dudas? ¿Que no es una cuestión de números sino de principios? Entonces, ¿por qué discuten los números?

Los que no se discuten son los números del mitin de la Societat Civil Catalana y el de En Común Podem que han sido muy moderados, sin comparación con la manifa independentista. 

Bueno, pero en este última estaban integrados los de Podemos y la masiva oleada de la calle no pedía la independencia, sino el referéndum. Tal sostiene, si he entendido bien, la señora Colau. Y también la señora Ubasart en diálogo con el señor Baños. La mayoría, parece pues sostener Podemos, no es independentista sino partidaria de un referéndum pactado con el Estado. El derecho a decidir no puede ejercerse unilateralmente. 

Los de Podemos aún no han señalado la coincidencia de su posición con la de Puigdemont cuando anuncia que el 28 de septiembre, respaldado por la confianza del Parlament, pedirá un referéndum al Estado. Lo harán apenas caigan en la cuenta.  ¿Acaso no es lo que ellos dicen?

Pues no. Puigdemont no necesita pactar nada. Pide lo que cree le corresponde y, si no se le concede, él sigue con su hoja de ruta y proclama la independencia unilateralmente. Justo, lo que no puede hacerse, según Podemos. Por eso mismo razona el señor Dante Fachín que Junts pel Sí y la CUP están embarrancados (o algo así) en su hoja de ruta. Lo lógico es proponer un referéndum pactado con el Estado.

Llegados aquí, no merece la pena seguir. Basta con contestar a una pregunta así formulada: sabemos que el Estado jamás pactará un referéndum catalán pero, imaginando que tal cosa fuera posible, ¿cómo se conseguiría con mayor seguridad, por la vía de Podemos o la de JxS?

Por si acaso, quien quiera estar informado de estos pormenores, que lea medios extranjeros. Los más importantes cubrieron la Diada. La cuestión se ha internacionalizado y el gobierno del Estado no sabe hasta qué punto porque, entre otras cosas, no habla lenguas.

Para acabar de complicar las cosas, los independentistas reclaman un Estado propio y... republicano. En ese punto tiene la izquierda española una vergüenza por tapar porque admite que la defensa de la nación española coincide con la de la monarquía. Ni siquiera se atreve a formular un proyecto republicano en la esperanza (probablemente vana) de que una República española pudiera entenderse mejor con los catalanes.

Arte jondo

En el centro de Córdoba, en donde el Guadalquivir traza su curva, cerca de la Mezquita que los curas se han apropiado con la codicia que les caracteriza y algún día habrán de devolver, en la Plaza del Potro, se encuentra el museo Julio Romero de Torres. Contiguo a él, un Museo de Bellas Artes en el que lo más destacable son unas interesantes esculturas de Mateo Inurria.

La colección que alberga el museo de Romero de Torres, donada por su viuda y sus tres hijos, cuenta con las obras más conocidas del pintor, de forma que viene a ser como una especie de exposición antológica permanente y su visita, muy provechosa para hacerse una idea de conjunto de su personalidad y su espíritu.

Romero de Torres (1874-1930) fue un artista esencialmente cordobés. Conocía la pintura de su época, muestra algunas tenues influencias impresionistas y surrealistas, otras más fuertes simbolistas y, sobre todo expresionistas. Sus referentes más directos son Arnold Böcklin y, sobre todo, Franz von Stuck, el del grupo Sezession, de quien tomó toda una visión de la mujer, caracterizada por la fatalidad, la pasión, el destino y la muerte. No hay tanta carga moral como en el alemán, quien la identificaba sistemáticamente con el pecado y lo satánico con un aplauso generalizado en su época (fines del XIX), pero se reviste de los mismos tonos sombríos. Era tanto el paralelismo que von Stuck pintó su vez algunos personajes femeninos en estilo de Romero. Como lo haría Francis Picabia, que por cierto prácticamente lo imita.

Así que, cuando la copla dice que Romero "pintó a la mujer española", no hace justicia a la verdad por partida doble. En primer lugar, no pintó a la mujer española, sino a la cordobesa y el hecho de que el franquismo reprodujera el rostro del pintor y el cuadro de La Fuensanta en los billetes de 100 ptas. de 1953, solo responde a la tendencia de dar a lo andaluz dimensión española. En segundo lugar, tampoco pintó a la cordobesa, sino un prototipo idealizado universal de mujer como objeto del deseo y vaso del pecado al mismo tiempo, habitual en la tradición artística misógina del Occidente cristiano y llevada al paroxismo por von Stuck. Su Salomé le debe mucho y también algunos de sus desnudos (por ejemplo, la ofrenda al arte del toreo), aunque sin serpientes. El español, algo más imbuido de la luz, el sol y la alegría andaluza, daba a sus temas un aspecto ligeramente más amable, aunque dentro de su tradición tenebrista. Su tipo de mujer solía presentar los rasgos de un puñado de cordobesas, en concreto, su modelo preferida, María Teresa López, la que aparece en sus obras más famosas, singularmente en la Chiquita Piconera, la mejor para mi gusto. Y la última, antes de su prematura muerte.

El pintor cordobés tampoco podía sublimar su visión de la mujer con el grado de obsesión de von Stuck porque la completaba con otras dos: el cante jondo (del que era un auténtico fanático) y su amada ciudad al borde del Gualdaquivir. La presencia de esta, aun no siendo tan importante como en la pintura metafísica de Chirico, cuya influencia también se da en Romero, suele aparecer en los paisajes de fondo y, de modo patente en los numerosos carteles que pintó para fiestas y en honor de su ciudad a lo largo de los años. Carteles que estaban muy de moda en el modernismo a los que Romero añade su paleta más sombría y su visión trascendental.

Para él, Córdoba era más que una ciudad; era un concepto, un cruce de impulsos, fantasías, pasiones, sentimientos, poesía. Todo lo que aparece en una de sus más célebres, celebrados y problemáticos cuadros, Cante Jondo, que contiene sus típicos elementos símbólicos: Andalucía, la muerte, la mujer, el amor, el destino y todo ello como entorno de un crimen pasional, un asesinato por celos o, como diríamos hoy, un crimen machista. El cuadro es bueno, sombrío, angustioso, quizá algo sobrecargado pero plantea de inmediato la necesidad de relativizar la experiencia artística y preguntarnos si es posible formular un juicio estético cuando lo que el cuadro embellece, ennoblece y pretende poetizar es un acto tan inhumano.

Junto la Ofrenda al arte del toreo, el museo alberga el magnífico retablo de siete piezas, Poema a Córdoba, el título del de Góngora, que resume cuanto venimos diciendo. Los siete lienzos representan mujeres cordobesas, personificación de la ciudad a lo largo de la historia y en las distintas versiones que el pintor les ha atribuido, en alegoría a celebridades: Córdoba guerrera (el Gran Capitán), Córdoba barroca (Góngora), Córdoba judía (Maimónides), Córdoba cristiana (San Rafael), Córdoba romana (Séneca), Córdoba religiosa (San pelayo) y Córdoba torera (Lagartijo). No entiendo por qué no incluye una Córdoba árabe. Averroes se ha quedado sin su alegoría.

Los conservadores del museo señalan que Romero de Torres consiguió lo que pocos pintores logran: un estilo propio. Algo de eso hay, desde luego. Un estilo propio, quizá en la tradición tenebrista española con elementos míticos, que no tuvo muchos imitadores. Quizá el más famoso en la época y más peculiar fuera Jorge Apperley, el estrafalario inglés afincado en Granada hasta el comienzo de la guerra civil.

diumenge, 11 de setembre del 2016

Donec perficiam

Esta Diada es el punto de no retorno. Lon indepes estarán todos al carrer en fuerza, por séptimo año consecutivo a afirmar su condición nacional de modo pacífico, después de la sentencia del Tribunal Constitucional en 2010 que dinamitó la última posibilidad entendimiento entre Cataluña y España.

Todos miran hoy a Cataluña. Los mayores medios extranjeros, para informar cumplidamente de lo que suceda y cómo condicionará el futuro. Los españoles, incluidos algunos que se editan en Cataluña, para tergiversar, mentir y ocultar la realidad. Una realidad de cientos de miles, quizá millones, pidiendo referéndum y/o independencia y de varias decenas de nostálgicos del franquismo, flameando banderas de guerra. Y como no es posible ensalzar estas ridículas capillas gritonas de fachas resabiados, los medios se concentran en buscar divergencias y enfrentamientos entre los independentistas y en negar que haya manifestaciones. Es tanto el afán por ver lo que no hay que ya venden como desunión la convocatoria de la Diada en las cuatro capitales de provincias.

No he acabado de entender el acto de anteayer de Sant Boi de Llobregat con En Comú Podem (Dante), la CUP (Gabriel) y ERC (Junqueras) con exclusión del PDC, aunque tampoco me parece que tenga mayor importancia, aparte de aclarar las diferencias entre la izquierda no independentista y la independentista, cosa conveniente porque la primera sigue jugando a la ambigüedad y el oportunismo. Sí, en cambio, está claro el significado del de hoy en el mismo sitio, Sant Boi, convocado por los Comunes y al que asiste Ada Colau. Los de Podemos y confluyentes tratan de contraprogramar el independentismo y dividirlo. Aspiran a materializar el derecho de autodeterminación mediante un referéndum pactado con el Estado, que es como esperar que llueva hacia arriba y a ese señuelo lo llaman catalanismo popular, sin darse cuenta de cómo suena a democracia popular el cuento con que los comunistas disfrazaron las dictadura de partido que erigieron los soviéticos en los países europeos que ocuparon. Por lo demás, tampoco parecen tener gran éxito: al mitin han acudido entre 300 y 400 personas, familiares de los intervinientes incluidos.

Sí, se trata de restar fuerza a los independentistas. Los del Junts pel Sí y la CUP verán el empeño con muy malos ojos y lo calificarán de "lerrouxista". Pero estos izquierdistas no independentistas están en su derecho. Si los indepes, a su vez, quieren ganarlos, deberán intensificar sus esfuerzos y acrecentar la visión de unidad. Probablemente este sea el sentido de la presencia de Junqueras y Gabriel en el pasado mitin de Sant Boi: evitar una baza del españolismo pepero y sociata hablando de "desunión" entre los indepes. Quizá sea igualmente la intención de Colau y Domènech cuando dicen que también irán a la Diada: no dar sensación de enfrentamiento, aunque igualmente puede tratarse del deseo de que no los vean como el grupúsculo escisionista que en realidad son.

Algo es claro. Lo importante es hoy la Diada. Todo lo demás, perendengues. Y una Diada fuerte, masiva, pacífica, democrática. Independentista. La gente con las asociaciones cívicas, los partidos políticos, las instituciones y su presidente a la cabeza. Esa imagen va a dar la vuelta al mundo. Donec Perficiam.

Cuando hagamos el balance de la jornada de hoy comentaremos también la jugada de Puigdemont de anunciar una petición de referéndum al Estado para el próximo 28 de septiembre. Cuando el Estado lo niegue, el camino a la unilaterialidad estará expedito.

Un castillo en España

La expresión española "castillos en el aire" se dice en francés "chateaux en Espagne". No estoy muy cierto de la razón, si la hay. Según parece, algún viajero gabacho despistado volvió a su país contando que en España no había castillos. Debió de ser muy antes de lo que se llama la Reconquista porque las fortalezas son tan frecuentes que la región más extensa de la península se llama Castilla, nueva o vieja, de arriba o abajo, del norte o del sur, pero castilla, abundante en castillos. Es igual: los franceses, más dados al racionalismo cartesiano que al empiricismo inglés, siguen pensando que los "chateaux en Espagne" son fantasías, ilusiones, quimeras, espacios inexistentes. Santa Lucía les valga.

Hay en España abundancia de castillos. Muchos de ellos muy bien conservados o restaurados con destreza, y pueden visitarse. Quien quiera más información, contacte con la Asociación Española de Amigos de los Castillos. Los hay de variados tipos y construcciones, con distintos orígenes políticos y hasta religiosos pero casi todos o todos son fortalezas de guerra. No hay en España esas mezclas de palacios y castillos como los "chateaux de la Loire" o los de los Cárpatos. Los castillos han seguido utilizándose con fines bélicos en nuestra bélica historia hasta la última guerra civil del siglo XX.

El castillo de Almodóvar del Río, a unos veinte Km de Córdoba, sobre un promontorio llamado, creo, la Floresta, es una fortaleza inexpugnable. Domina el valle, la llanura hasta Córdoba y, desde luego, el Guadalquivir que, cuando los bereberes lo construyeron, era navegable hasta la ciudad. La historia que narran las guías es sencilla: sobre un presunto castro romano, pues la zona era un oppidum, los bereberes construyen la primera fortaleza hacia 740, que luego se desarrolla hasta la imponente forma actual, sufre numerosas vicisitudes y pasa a manos cristianas con Fernando III en el siglo XIII, primero como villa de realengo, luego señorío de Calatrava y Santiago (vi la bandera de la primera, pero no de la segunda, aunque seguro que está), después me pierdo y por fin reaparece como herencia Rafael Desmaissières y Farina, XII Conde de Torralva, (1857-1932) quien ha dejado más huella en el castillo que los almorávides, los almohades y los cristianos. Lo dice él mismo en un vídeo: que la restauración del castillo se convirtió en la obsesión de su vida y, en efecto, a ella la dedicó, pues las obras duraron unos 36 años y él no llegó a verla acabada. Aunque, desde luego, se la había imaginado con todo lujo de detalles.

El hombre, un curioso personaje tranquilo, culto, desenvuelto, nos cuenta su propósito, sus proyectos en dos vídeos muy ilustrativos porque, en realidad, trasladó su personalidad a las piedras. Torralva era como un antiquijote, pero no en el sentido de ser sanchopancesco. Al contrario, compartía con Alonso Quijano la locura de vivir en el mundo de las caballerías, solo que, en lugar de hacer burla de ellas, como el de la triste figura, las veneraba. Y con otra diferencia, la caballerías quijotescas son del ciclo carolingio sobre todo, mientras que las de Torralva son del ciclo artúrico, porque el Conde era de formación inglesa. De hecho, al comienzo del primer vídeo nos muestra un monociclo que compró a finales del XIX en Londres, uno de aquellos con pedal a una rueda enorme pues aún no se había impuesto la cadena.

Es decir, visitar la fortaleza que los árabes llamaron al-Mudawwar, de ahí el nombre, es entrar en un castillo interpretado, incluso teatralizado. Desde luego, Torralva está por todas partes, en la disposición de los espacios, sus contenidos y las correspondientes explicaciones. Es como un escenario de un castillo feudal que aúna las escenas más reales, duras y hasta crueles con las idealizaciones más poéticas. La torre del homenaje, perfectamente restaurada, acoge toda la solemnidad de un juramento de vasallaje (las figuras están un poco raídas) base misma del orden piramidal medieval a escasos diez metros por debajo del suelo en que se encuentra un siniestro ergástulo con unos infelices aherrojados a las paredes. Fuera, en un espacio abierto, una reproducción de la roca en la que estaba clavada Excalibur por orden de Merlín, en espera del Rey Arturo. Tres vértices: la visión legendaria del poder, su articulación jurídica y su fundamento coercitivo. Más claro, agua. Encima, Torralva rodea la peña artúrica con una preciosa colección de espadas desde una falcata íbera a los sables de la restauración, pasando por todo tipo de modelos, algunos imitación de legendarios, como las Colada y la Tizona del Cid, la de William Wallace y alguna de los cuatro mosqueteros. Creo que también está la Balmung, igualmente clavada por Odín en un roble para que la sacara el predestinado, Sigmund. Pero que los árboles no nos hagan desconocer el bosque. Los tres vértices aparecen culminados por un ojo: la espada, símbolo del poder.

El resto de la visita depara sorpresas no menos agradables y divertidas. Torralva vivía en un palacete neogótico que había mandado construir muy al gusto de su época porque su buen juicio lo llevó no solamente a restaurar concienzudamente la mole bereber, lo cual está bien, pero es pura imitación, sino a incrementar el valor artístico del conjunto con el estilo propio de fines del XIX. En esos aposentos siguen residiendo los descendientes. Si no entiendo mal, el hijo de Rafael, actual XIII Conde de Torralva, hace visitas guiadas en ciertas ocasiones, en las que muestra sus aposentos privados. Por cierto, se viste en el mismo estilo que su padre en los vídeos. Imagino que lo representa y, en efecto, la visita es teatralizada.

La torre del homenaje es albarrana, está separada del cuerpo del castillo, unida tan solo por un pasadizo aéreo que, al parecer, era un puente levadizo de madera, para cuando, habiendo sido tomada la fortaleza, había que refugiarse en la torre. Ahora es de piedra. De hecho, las matacanas miran hacia el interior, el patio de armas, de donde podían venir los ataques. Desde el punto de vista del Conde, podían habérselas ahorrado porque creo haberle oído decir en el vídeo que la fortaleza nunca había sido tomada. Y no estoy muy seguro de eso porque no se compadece con la leyenda de la hermosa Zaida a la que el propio Torralva de pábulo con el ilustrado y comercial propósito de dotar al castillo de su correspondiente fantasma. Encerrada por los almorávides en la mazmorra, Zaida murió de amor y tristeza cuando su amante, príncipe Al-Mamún de Córdoba, no pudo rescatarla porque lo mataron antes. Desde entonces su figura blanca recorre una vez al año los pasillos del lugar gimiendo. Pero, ¿no quiere eso decir que la fortaleza había sido tomada?

Hacen bien los Condes de Torralva en animar, dar vida al castillo. Por cierto, en una de las salas, para ilustrar la inexpugnabilidad de la plaza, se representa un sitio, supongo que de los almorávides, con movimiento de tropas y mucho aparato de catapultas de uno y otro lado, lanzando vistosas bolas de fuego. Me trajo a la memoria aquel curioso tío carnal de Tristam Shandy, especialista en fortificaciones y sitios del siglo XVII en el que vivía. Sterne tenía un punto cervantino muy fuerte.