dijous, 2 de febrer del 2017

La raíz de la corrupción

En el post de ayer, titulado Corruptópolis, Palinuro comentaba tres asuntos de corrupción en España y vergonzosas y/o ruines actuaciones del presidente Rajoy: el nombramiento de su amigote Arsenio Fernández de Mesa como consejero de la Red Eléctrica (150.000 € al año), puesto para el que tiene tantos merecimientos como para ser director de la Guardia Civil, su cargo anterior: ninguno. Solo su amistad con Rajoy y su canina lealtad a este. La incapacidad para pedir perdón a los familiares de las víctimas del Yak42 que lo fueron por la imperdonable actuación del gobierno en el que él, Rajoy, era vicepresidente. El insólito homenaje póstumo que se tributó a Rita Barberá, con el mismo Rajoy (el que la echó del partido) cantando sus alabanzas. A los familiares, no, pero a Rita Barberá, sí. Todo ello coronaba un jornada en la que PP y C's impedían la mísera subida de 1,2% de las pensiones, mientras el PSOE, que lo pacta todo con este gobierno, no hacía nada.

El post era un florilegio de la corrupción que caracteriza a la España actual bajo el PP, una corrupción generalizada, estructural, procedente de un gobierno cuyo presidente está acusado de haber cobrado sobresueldos en negro y cuyo partido es considerado por algunos jueces como una "asociación para delinquir".

Me quedé pensando en que este fenómeno de corrupción generalizada, descarada, desvergonzada (repásense los vídeos de Rajoy, Trillo, Bárcenas y resto de esta cuadrilla), tenía que tener alguna explicación racional. No podía ser una plaga divina, sin causa terrena aparente. Y creo haberla encontrado. A ver qué opinión merece.

Mariano Rajoy Brey nació en 1955. Él y sus tres hermanos (dos chicos y una chica) sacaron unas de las oposiciones más difíciles del Estado (registradores y notarías) a la primera y apenas terminadas sus carreras. Hay quien relaciona estos milagros con el hecho de que fueran hijos de Mariano Rajoy Sobredo, el magistrado que presidía la Audiencia Provincial de Pontevedra cuando se juzgó el famoso escándalo del aceite de Redondela en la primera mitad de los setenta, un proceso lleno de misterios, con siete muertes escasamente investigadas y menos explicadas y en el que aparecía mezclado el hermano del dictador, Nicolás Franco, quien ni siquiera fue llamado a declarar. El juicio terminó sin pena ni gloria, condenándose a unos años de cárcel a tres pichichis y dejando todo lo demás en la oscuridad, incluido el destino de millones de litros de aceite de los que nunca más se supo. Todo lo anterior y más lo encontrará el lector en el documentado artículo de Eusebio Lucía Olmos, titulado  ¿Fue Mariano Rajoy un lumbrera o simplemente un beneficiario directo del caso 'redondela'"?

Luego, Rajoy no debió de ejercer su profesión ni tres años pues ya en 1981 lo encontramos activo en Alianza Popular (nombre anterior del PP) y diputado del Congreso en 1982. Desde entonces, hace ya 35 años, no ha abandonado la actividad política como presidente de diputación, ministro, vicepresidente del gobierno y actual presidente, secretario general del partido y también actual presidente de este. O sea, un político profesional con una formación escasísima (basta con oírlo y ver lo que lee) y prácticamente ninguna experiencia laboral que no sea intrigar para conseguir los cargos. No es pues exagerado considerar que al frente de los destinos del país se encuentra un absoluto mediocre que solo prospera en los tejemanejes políticos de los partidos. A la conocida idea de la sociología funcionalista estadounidense de mediados del siglo XX de que las sociedades industriales se rigen por el principio de la meritocracia, Rajoy contrapone una larga práctica demeritocrática.

Y es lógico. Nadie que ascienda por encima de sus dotes, cualidades y esfuerzo tolera a otros a su vera que puedan hacerle sombra. Los necesita más mediocres, más inútiles, con menos escrúpulos que él y completamente entregados a su voluntad pues, si no se benefician de los arbitrarios nombramientos del jefe, no son nada.

Ahora repásense los nombramientos de Rajoy desde siempre. ¿Se busca en ellos la experiencia, la competencia, la capacidad, la voluntad de trabajo, o basta con ser amigo y gozar de la confianza del jefe para ascender meteóricamente aunque no se sepa nada de trabajo (Báñez), de sanidad (Mato), de educación (Wert), de energía e industria (Soria), de seguridad (Fernández Díaz), de la Guardia Civil (Fernández de Mesa), del ejército (Cospedal), etc.? Y ese ejemplo se extiende de arriba abajo por la pirámide del Estado y se reproduce en todos los niveles, en los que se entregan competencias a gentes que carecen de ellas y solo se distinguen por su obediencia ciega y su afición a incurrir en comportamientos presuntamente delictivos y muy enriquecedores. En España, en política, y gracias a Rajoy, no se selecciona a la gente por su mérito sino por su entrega y su demérito.

Y esa es la raíz de la corrupción general imposible de atajar porque, milagrosamente (tan milagrosamente como la carrera política de Rajoy) la raíz está en la copa del árbol. 

(La imagen es una foto de la Casa Rosada (Argentina Presidency of the Nation), bajo licencia Creative Commons).

La República Catalana se defendió bien

El acto de presentación en Blanquerna estuvo muy bien, con lleno absoluto y gente sentada en las escaleras. Transcurrió animada y pacíficamente porque fuera había cuatro dotaciones de policía por si acaso. El acaso provenía cautamente de las amenazas en las redes. Es una alegría que la policía proteja la libertad de expresión; es una pena que, en Madrid, según qué opiniones solo puedan expresarse bajo protección policial. Es lo que hay en España. En todo caso, muy agradecido a la fuerza de seguridad por protegernos.

Ferran Mascarell, el delegado de la Generalitat en Madrid, hico un amplia y muy meditada presentación y Joan Tardà estuvo, como siempre, fogoso, dialéctico, brillante, leonino y muy humano. Gracias ambos.

Según me dijeron hubo streaming del acto. Además, Ferran me ha dicho que subirán el vídeo en su página web y ha prometido enviarme el enlace cuando esté disponible. A mi vez, lo reproduciré en Palinuro.

dimecres, 1 de febrer del 2017

Corruptópolis

Con la que está cayendo a cuenta de las puertas giratorias y de las empresas eléctricas (un suculento negocio para los políticos y sus amigos a costa de que la gente pague unas de las tarifas más altas de Europa), cualquiera diría que este nombramiento muestra poco tacto o sentido de la oportunidad. Otra puerta giratoria y más que giratoria, una verdadera lanzadera. El puesto para el que se ha nombrado a este personaje con unos 150.000 € al año, queda vacante porque su anterior titular se incorpora al gobierno. ¿Habían oído hablar alguna vez del capitalismo de amiguetes? Son las reglas del mercado: las empresas no se arredran en contratar auténticos inútiles por una millonada porque saben que se las recompensa por otro lado. La experiencia del nombrado en asuntos de energía viene de haber sido director general de la Guardia Civil, puesto al que fue ascendido sin merecimiento alguno, como decisión personal de su amigo Rajoy. ¿Paganos? Los contribuyentes.

La idea de que este nombramiento muestra falta de tacto es, en realidad, una simpleza. Los que proceden a hacer nombramientos caciquiles se pasan el día haciendo cosas parecidas. El Estado es de su propiedad y hacen con él lo que quieren. Nombran a la gente que les da la gana, amigos, allegados, parientes. ¿Para qué van a necesitar tacto o sentido de la oportunidad? Hacen lo que quieren porque es lo que quieren y nadie protesta y, lo más grave, nadie lo impide. Es una desvergonzada conciencia de impunidad. Después de 14 años de humillar la memoria de las víctimas del Yak42, sin pedir perdón por el inaudito atropello, los mismos que son políticamente responsables de él reciben a los familiares como si les hicieran un favor y siguen sin pedir perdón.

¿Por qué habrían de hacerlo? El país es suyo. Si hubieran de andarse con remilgos y cuestiones de oportunidad, ¿cómo iban a homenajear póstumamente a Rita Barberá? "Era buena, decente y trabajadora; la echo de menos", dice Rajoy. ¿Sentido de la oportunidad? Debe de ser el mismo Rajoy que la obligó a dejar la militancia cuando las cosas se le pusieron feas, pero que ahora, llevado por el entusiasmo, ha llegado a comparar a Barberá con los ediles muertos por atentados terroristas.

Todo eso y mucho más, cotidiano, permanente: latrocinios, expolios, estafas, malversaciones...la corrupción en España es estructural y todo lo que se hace es funcional a esa estructura. Que, por lo demás, sigue manteniéndose sobre las costillas de los más débiles, los jóvenes, los parados, los dependientes y, en esta ocasión los jubilados pues el PP y C's han conseguido paralizar la subida de las pensiones de un 1,2%, siendo así que la inflación en enero ha sido del 3%.

A esta situación de trapaza y corrupción cotidiana, aquilatadamente española, hemos llegado con el impagable auxilio del PSOE al permitir con su abstención este gobierno de la derecha. Andan por ahí los voceros de la gestora diciendo que lo controlan y que son una oposición útil a la ciudadanía. A la vista está, en la impunidad con la que el gobierno hace lo que quiere.

Ahora amenazan con no aprobar los presupuestos. Será de ver hasta dónde llevan su negativa, teniendo en cuenta que Rajoy dispone de la llave de elecciones anticipadas. Y si, para evitar elecciones anticipadas, se forzó una abstención del partido que lo dejó fracturado, ¿qué no se hará para evitarlas de nuevo? Por ejemplo, aprobar los presupuestos con estos o aquellos retoques que el gobierno se encargará de ignorar olímpicamente, como hace con todas las proposiciones no de ley del parlamento mientras él procede por decreto.

La dimisión de Vidal y las consecuencias

Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado "las personas y el proyecto", trata de las desafortunadas afirmaciones públicas del juez Santiago Vidal y sus consecuencias, tanto para él como para la causa que representa. Personalmente, su comportamiento ha sido correcto: la dimisión como senador de ERC. Eso es lo que se espera de un político democrático en Europa. No lo es en España, claro, país en el que, hagan lo que hagan, los políticos (especialmente los de la derecha) no dimiten jamás. Un guasón diría que es una prueba más de que Cataluña no es España porque en Cataluña se dimite. Y poco importa si esa dimisión ha sido a propia iniciativa del interesado o por presión de su organización. Eso es indiferente. El hecho objetivo, claro, incuestionable es que, si alguien actúa inadecuadamente, debe asumir su responsabilidad.

Tiempo ha faltado a la oposición para exigir responsabilidades a todos los demás niveles: explicaciones, comparecencias, hasta una comisión parlamentaria de investigación. Produce cierta irritación ver que quienes no dimiten ni cuando los pillan con la mano en la caja sean ahora tan estrictos con los demás. Comportamiento típico de escribas y fariseos. Y, no obstante, el juez Vidal, ni ERC, ni el gobierno de la Generalitat pueden negarse o responder con un "y tú más". Esas explicaciones deben darse; esas comparecencias, producirse. Para que quede claro que el proyecto independentista no recurre a los mismos procedimientos de guerra sucia del Estado que quiere ahogarlo. Y si, de esas explicaciones se siguieran otras responsabilidades personales, también deben asumirse sin rodeos.

Las faltas, los errores, los cometen las personas, no los proyectos. Son las personas quienes deben arrostrar las consecuencias de sus actos y no los proyectos colectivos. Poco futuro cabe augurar a la hoja de ruta si recurre a los procedimientos del adversario. No solamente porque ello sería una inmoralidad sino también porque sería un error estratégico.

A continuación, la versión castellana del artículo:

Las personas y el proyecto

Se entiende por qué los políticos del PP no dimiten nunca, hagan lo que hagan, tanto si abusan de su poder como si impiden el ejercicio de derechos ciudadanos o cometen delitos. Saben que la dimisión no es nunca el fin de una aventura, sino su comienzo. A continuación vienen las exigencias de que se pida perdón, las peticiones de comparecencia o las comisiones de investigación. Es mucho mejor no dimitir y dejar que escampe.

Por eso no dimitió Trillo después de la catástrofe del Yak42 de la que es políticamente responsable. Por eso tampoco Rajoy pide perdón a los familiares de las víctimas 14 años después de aquel desastre acaecido cuando él era vicepresidente del gobierno y, por tanto, también responsable. Por eso igualmente tampoco dimitió Fernández Diaz aunque esté bajo vehemente sospecha de haber hecho todo tipo de juego sucio contra el independentismo catalán, incluida la presunta “hazaña” de intentar destruir la sanidad catalana. Dimitir es reconocer responsabilidad, quizá culpabilidad y eso no es práctica común de la derecha.

La dimisión de Santiago Vidal se aleja de la práctica hispana y se acerca a la europea. Se hacen declaraciones inoportunas o injustas o falsas y, en consecuencia, se dimite. Esta dimisión ha provocado la consabida avalancha de peticiones de la oposición, tratando de acorralar tanto al dimisionario como al gobierno catalán, principal afectado por las declaraciones del juez. Al margen de la torcida intención que tienen muchas de estas peticiones, es importante que el bloque independentista y especialmente ERC, organización a la que pertenece Vidal, continúen en el espíritu europeo iniciado por el juez, den todas las explicaciones que razonablemente quepa esperar y disipen la sombra de la duda en los procedimientos aplicados en la hoja de ruta.

Es irritante ver cómo quienes actúan de modo prepotente y a veces supuestamente ilegal, quienes recurren a las cloacas del Estado para conseguir fines ilegales e inmorales, quienes censuran y abusan, se erijan en paladines de la democracia y el Estado de derecho. Pero eso no justifica el recurso al “y tú más” por la muy sencilla y poderosa razón de que ambas partes no son iguales. Nunca serán iguales quienes luchan por la libertad y quienes lo hacen contra ella, quienes quieren emanciparse y quienes sojuzgar a los demás. Quienes aspiran al pleno uso de los derechos nacionales no pueden recurrir a los mismos procedimientos que quienes quieren suprimirlos
Las desafortunadas declaraciones de Vidal comprometen a ERC, a JxS y al conjunto del bloque independentista porque afectan al comportamiento de las instituciones. Los responsables no deben ser reticentes a la hora de disipar dudas, evidenciar la falsedad de las sospechas, mostrar la limpieza del gobierno y sus departamentos. La oposición, incluida la más reaccionaria y xenófoba, está en su derecho de exigir cumplidas explicaciones y el gobierno catalán está en el deber de proporcionarlas. Las comparecencias de las autoridades en sede parlamentaria no deben ser obligadas, sino voluntarias. Y si llegara a demostrarse, que incurrieron en ilegalidades o actitudes reprobables, deben asumir su responsabilidad ipso facto y actuar en consecuencia. Son las personas responsables quienes deben pagar por ello so pena de que lo haga el proyecto.

La Constitución de la República Catalana, de la que el juez Vidal es uno de los corredactores, como el proyecto de emancipación nacional a que aspira no puede fundamentarse en comportamientos dudosos y actividades que no puedan hacerse públicas sin suscitar la suspicacia y el temor de la ciudadanía.

Vidal-Quadras explica en twitter que, cuando se abandona la protección del Estado de derecho, cuando se va contra la ley, la única solución es la fuerza. Es una amenaza obvia. Aunque cabe discrepar de la idea de la ley y el Estado de derecho que profesa el exeurodiputado del PP, en un sentido realista solo cabe darle la razón. Ir contra ley, por inicua que esta sea, es arriesgarse a sufrir el uso de la fuerza, que a nadie agrada.

Por eso es muy importante que todas las actuaciones del gobierno catalán sean escrupulosamente legales, para ajustarse al enunciado de Puigdemont “de la ley a la ley”. Es esencial que, al llegar el momento crucial de la confrontación política del referéndum, el Estado no haya recurrido al uso de la fuerza, amparado en una supuesta ilegalidad previa. Que se atreva a declarar ilegal el referéndum, a su vez amparado en una legitimidad que tiene un amplio reconocimiento interior y exterior.

La República Catalana hoy en Madrid

Hoy llegará La República Catalana a Madrid, a la emblemática librería Blanquerna, sita en la calle Alcala, 44, a las 19:00. Presentará el acto Ferran Mascarell, delegado de la Generalitat en Madrid e intervendrá Joan Tardà, diputado de ERC en el Parlamento español, y Palinuro, el autor del libro.

El encuentro promete ser interesante. Se quiera o no reconocer, el proceso independentista catalán es el problema más importante que tiene planteado el sistema político español. Llevo años diciéndolo y defendiendo el derecho de autodeterminación de los catalanes. Al principio, todos me miraban como un extraterrestre, por insistir en algo que parecía una quimera o completamente irrelevante, algo a lo que ninguno prestaba atención. La incapacidad de los políticos y de lo intelectuales españoles para ver lo que tienen delante de las narices es fabulosa. Y así siguen. Todavía hoy asombra el silencio de la clase política, incapaz de tomar una sola iniciativa, y del estamento pensante, dándose pote en sus columnas en los periodiquitos y en sus enchufes en la tertulias audivisuales en donde llevan años diciendo las mismas sinsorgadas. Ninguno dice o hace nada constructivo en relación a Cataluña salvo repetir como carracas que la autodeterminación es ilegal. Como lo fue la independencia de los Estados Unidos, por supuesto, y la de todas las posesiones españolas hasta la fecha, exceptuada la de Guinea, que fue legal, y la del Sahara que, además de ilegal, fue una traición. 

Seguro que alguien en el público se pregunta en voz alta en dónde están los intelectuales españoles en estas circunstancias. No es difícil responder: están con el poder español, como siempre. Y lo están también los de izquierdas, incapaces de reconocer una revolución como la que está dándose en Cataluña porque no se hace según sus apelmazadas consignas.

dimarts, 31 de gener del 2017

Cuando se quiere hacer historia

El fastuoso guirigay montado en los dos partidos de la izquierda (el dinástico y el antisistema, para entendernos), en realidad se reduce a cuatro nombres: Susana Díaz, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. Cuatro nombres en lucha por el poder en sus respectivas militancias. Ninguno de ellos, excepto Errejón, es conocido por elaboración teórica o ideológica digna de mención. Su plataforma solo es personal. Es eso que se llama la americanización de la política pero que, en el fondo, también aquí ha sido casi siempre así. En la izquierda, la costumbre generalmente fue dejar a los partidos la tarea de elaboración teórica e ideológica, sobre todo a través de los congresos, y fabricar de este modo la plataforma para el candidato personal. También la derecha acostumbra a hacerse presente en los congresos pero en ellos prácticamente no hay intercambio teórico ya que su actitud suele ser pragmáticamente conservadora.

Pero la crisis de la izquierda es más profunda de lo que parece porque afecta a los mismos partidos. Podemos todavía no lo es y está por verse qué estructura, que tipo de organización, con qué práctica saldrá del congreso próximo. La intensa conciencia de los primeros tiempos de estar haciendo historia en el país (pues todo cuanto emprendían era "histórico") se ha convertido en la asustada comprobación de haber sido engullidos por un presente al que es muy difícil engatusar con promesas por mucho que uno se autoatribuya una veracidad nacida, quizá, de la bisoñez.

El PSOE está fracturado en un enfrentamiento interno que nada tiene que envidiar al que se vive en Podemos. En la confrontación hay elementos interesantes. Los autores del golpe de mano del 1º de octubre van a quedarse roncos pidiendo el reinado de la paz, el compañerismo, los buenos modos y otras pamplinas. Su golpe de mano fue el mayor de los atropellos y nada ni nadie podrá dotar de autoridad la palabra de quien ha jugado sucio para defenestrar al SG e imponer su criterio en un asunto de importancia mayúscula como era la continuidad del gobierno del PP. Por supuesto, de considerar el contexto, se entiende que el PSOE haya quedado en la sombra mientras se decide el próximo duelo entre Díaz y Sánchez. Un duelo de personas acerca de cuyas intenciones nadie puede tener las ideas claras porque o no las explicitan o, si lo hacen, es solo para confundir más. En este momento la decisión entre Díaz y Sánchez está movida básicamente por intereses (los seguidores de Díaz) y sentimientos (los seguidores de Sánchez). Si el debate no se lleva a la confrontación de programas, el voto de primarias vendrá dado por las campañas de comunicación e imagen de los candidatos Y ahí Sánchez lleva alguna ventaja a Díaz. Ventaja que aumenta proclamando su socialismo "de izquierda" que, después del triunfo de Hamon en Francia y el acceso de Martin Schulz al SPD, parece presentar buenos augorios.

Más o menos lo mismo sucede en Podemos. Los dirigentes siguen sin admitir la realidad de los hechos, siguen negándolos y atribuyendo su comunicación a campañas diabólicas para apagar el faro, la luz que ilumina en las tinieblas. Es más que una mera disonancia cognitiva. Es un cierre dogmático en banda: esto no puede estar pasándonos a nosotros. "Esto" es el conflicto, inevitable en toda asociación, sobre todo en la que pretende alcanzar el Poder de forma que la acción de este se hace sentir en el partido. "Nosotros" somos eso, nosotros, los mejores, más críticos e incorruptibles. Al propio tiempo, los modelos "históricos", rechazables por ser del pasado, son sin embargo muy atractivos porque forman parte del universo mental de la izquierda de Podemos. El partido bolchevique salió de un congreso de confrontación. Esa imagen es poderosa y actúa en el Super Yo de los dirigentes. Cuando todavía negaban que hubiera conflicto en la organización, corría el chiste de que en Podemos había bolcheviques, mencheviques y echeniques. Venía a ser un recordatorio de que, en el mosaico de Podemos (en donde también habita IU y, con ella, el PCE) actúa el grupo de Anticapitalistas. El chiste está desactivado porque Echenique obviamente se ha hecho bolchevique, si bien Anticapitalistas subsiste, quizá como lo más coherente de Podemos. Pero aquí arrasa el duelo singular de las dos figuras mediáticas y -no se olvide- su presencia en las redes.

La historia se hace sola.

Mañana, "La República Catalana" en Madrid

Mañana, 1º de febrero, llegará La República Catalana a Madrid, a la emblemática librería Blanquerna, sita en la calle Alcala, 44, a las 19:00. Presentará el acto Ferran Mascarell, delegado de la Generalitat en Madrid e intervendrá Joan Tardà, diputado de ERC en el Parlamento español, y Palinuro, el autor del libro.

El encuentro promete ser interesante. Se quiera o no reconocer, el proceso independentista catalán es el problema más importante que tiene planteado el sistema político español. Llevo años diciéndolo y defendiendo el derecho de autodeterminación de los catalanes. Al principio, todos me miraban como un extraterrestre, por insistir en algo que parecía una quimera o completamente irrelevante, algo a lo que ninguno prestaba atención. La incapacidad de los políticos y de lo intelectuales españoles para ver lo que tienen delante de las narices es fabulosa. Y así siguen. Todavía hoy asombra el silencio de la clase política, incapaz de tomar una sola iniciativa, y del estamento pensante, dándose pote en sus columnas en los periodiquitos y en sus enchufes en la tertulias audivisuales en donde llevan años diciendo las mismas sinsorgadas. Ninguno dice o hace nada constructivo en relación a Cataluña salvo repetir como carracas que la autodeterminación es ilegal. Como lo fue la independencia de los Estados Unidos, por supuesto, y la de todas las posesiones españolas hasta la fecha, exceptuada la de Guinea, que fue legal, y la del Sahara que, además de ilegal, fue una traición. 

Seguro que alguien en el público se pregunta en voz alta mañana en dónde están los intelectuales españoles en estas circunstancias. No es difícil responder: están con el poder español, como siempre. Y lo están también los de izquierdas, incapaces de reconocer una revolución como la que está dándose en Cataluña porque no se hace según sus apelmazadas consignas.

dilluns, 30 de gener del 2017

Tambores de guerra

¡Qué mal ha sentado en los despachos el acto de Dos Hermanas y la presentación de la candidatura de Sánchez! Están los barones indignados y Herodías Díaz no sabe ocultar su despecho. El decapitado y troceado en el golpe de mano del 1º de octubre pasado, se ha recompuesto milagrosamente, como un nuevo Dionisos, y se presenta entre el frenesí de sus seguidores. La racionalidad apolínea que quería instaurar la Gestora se convierte en un tumulto dionisiaco lleno de ménades que se alborotan contra Susana Díaz y los consejos de los esclarecidos barones.

Es tal el enfado de quienes se temen perdedores en las primarias que ya se han puesto a hablar del riesgo de escisión en el partido. Como siempre, es difícil averiguar si se trata de un temor, una advertencia o una amenaza. Por supuesto que el PSOE puede dividirse. No sería la primera vez ni una escisión es algo tan extraño en un partido político. Todos los partidos pueden escindirse. Pero, por lo general, necesitan un motivo. Y eso es lo que no se ve claro en este caso. ¿Quiénes provocarán la escisión y qué motivo aducirán? No es sencillo. Según parece, son los seguidores de la Gestora, los barones, las viejas glorias y demás piezas del museo quienes amagan con la escisión. Experiencia y voluntad no les faltan. Es razonable suponer que quienes complotaron el golpe de mano del 1º de octubre no se arredrarán ante una escisión. No van a perder lo que ganaron al defenestrar al anterior SG. Estarán dispuestos a todo. O sea, a atacar a Sánchez, a imponer como puedan la candidatura de Susana Díaz, incluso con malas artes y, en último término, a no aceptar el resultado de las primarias e ir a una escisión.

Están, sin duda, dispuestos a todo eso y más. Pero no pueden decirlo. Tienen que invocar argumentos, razones. Y decir que no aceptan estar en un partido dirigido por un SG de izquierda no es una de ellas. Eso lo van soltando por las redes, en donde dejan constancia de su disgusto por la elección de Benoît Hamon frente a Manuel Valls en Francia porque es de izquierda. Aquí no se atreven... de momento.

Prefieren complotar. Los estrategas, partidarios de la gran coalición PP/PSOE a cuenta del "peligro" catalán, calculan las posibilidades de cada cual. Atribuyen a Sánchez una intención de voto del 30 por ciento. Se dibujan las propuestas de una alianza entre Susana Díaz y Patxi López (la forma es, de momento, lo de menos) para cerrar el paso a Sánchez. Por su parte, la misma Susana Díaz hace cálculos más alambicados, como corresponde a la estadista que cree ser. Si las primarias se ponen difíciles ya que Sánchez se lleva a la militancia entusiasmada en un misterio órfico, lo mejor es prescindir de aquellas. Para hacerlo baraja la posibilidad de trasladar el "no es no" a Rajoy (que costó la cabeza a Sánchez) al "no es no" a sus presupuestos. De este modo, Rajoy tendría la ocasión para disolver las Cortes y convocar elecciones anticipadas.

Sin duda, al no poder convocarse estas antes de mayo, el PSOE tendría tiempo para hacer las primarias a pesar de todo, pero, según parece, Susana Díaz sopesa la posibilidad de sustituirlas por una reunión del Comité Federal, en donde tiene vara alta, para nombrar una candidata del PSOE a la presidencia del gobierno. Quien da un golpe de mano, bien puede dar dos.

Podría entenderse que Rajoy y Díaz -que se llevan muy bien- están haciéndose un mutuo favor. Rajoy posibilita que Susana Díaz acceda a la SG y, de paso, gana las elecciones de nuevo probablemente con una mayoría si no absoluta, cercana a ella. De ser cierta esta sospecha, quedaría para los anales de la historia la irresponsabilidad de la pareja. Con el referéndum de autodeterminación de Cataluña en marcha, lo más disparatado que puede hacer el nacionalismo español (los dos partidos dinásticos y C's) es quedarse unos meses sin gobierno y sin parlamento. 

Desconcierto y tumulto en España y hoja de ruta a toda máquina al referéndum en Cataluña.

diumenge, 29 de gener del 2017

El referéndum está servido

La decisión de la CUP de apoyar los presupuestos de la Generalitat es un hito en el camino al referéndum. Utilizo el término referéndum y no independencia porque, siendo el primero un instrumento para lograr un fin, la independencia, también puede no lograrla. Con todo, con un poco de juicio, se verá que la mera convocatoria y realización del referéndum ya es un acto de soberanía, de independencia. Pero que se llegue a esto o no depende también en gran medida del gobierno español. La Generalitat insiste en que no se levantará de la mesa de negociación hasta el último momento, esto es, supongo, la víspera del referéndum. Se entiende que si el gobierno español se decide a hacer lo que invoca pero no hace, dialogar, y se llega a un acuerdo, cosa inverosímil, pero no imposible, podría hacerse un referéndum pactado, entendiendo por tal el que se convoque en Cataluña por acuerdo de ambas partes.

Dice Puigdemont que el "sí" de la CUP a los presupuestos es una "mala noticia" para el Estado. Malísima, desde luego. Lo entiende cualquiera medianamente informado del acontecer catalán. El problema es que en España, esa información no se recibe o no se quiere recibir o no se entiende o no se quiere entender. Viaja por las redes un agudo juicio, algo así como En Cataluña sabemos lo que pasa en España, pero en España no saben lo que pasa en Cataluña. Es decir, el "sí" de la CUP sería una "mala noticia" si el Estado supiera calibrar su importancia. Pero no sabe. Si habla de la CUP es para aconsejar a los de JxS que se alejen de los "radicales". 

Sin embargo debiera preocuparse porque ese "sí" reafirma la voluntad mayoritaria del Parlament de celebrar el referéndum en septiembre. A los efectos, los de la CUP avisan por boca de Arrufat de que es un sí "condicionado a la celebración del referéndum". Una advertencia creíble porque, al fin y al cabo, el voto de la CUP ha sido 39 a favor, 22 en contra y dos abstenciones. Aunque, por el momento, parece redundante. No hay razón para dudar de la palabra de Puigdemont, quien afirma que el referéndum se hará y será vinculante.

Y eso en un ambiente cada vez más enrarecido y crispado si, además de negarse en redondo a negociar, el Estado sigue con su política de persecución policial del independentismo. Encontrar formas de entenderse con alguien a quien se intenta meter en la cárcel no es tarea prometedora. Si, además, no se quieren encontrar, la tarea es absurda.

Pero a ver cómo paran ustedes ese referéndum sin meterse más y más en el laberinto.

Vuelve el Bautista

Tengo entendido que Susana Díaz llegó a la famosa reunión del 1º Vendimiario diciendo que no se iba de allí sin la cabeza "de ese". Se non è vero, è ben trovato. Nos da la imagen de Herodías en el palacio del tetrarca pidiendo, y obteniendo, la cabeza del Bautista. Y yo comparándola con Lady Macbeth. Herodías está mucho mejor.

Y he aquí que el Bautista ha recuperado su cabeza (por eso dice que no es el de hace tres años), se la ha puesto sobre los hombros y se ha presentado en la corte de su hipotética contrincante a continuar con su prédica en contra de los vicios del Tetrarca Rajoy y su cortesana Herodías. Por eso ha proclamado su candidatura en loor de multitud en un simbólico Jordán, un estanque muy oportuno para completar la imagen.

En estos momentos, el PSOE se estremece entre el ardor y el frío, entre el entusiasmo y el abatimiento. Los sanchistas ya tienen lo que anhelaban: un candidato que ensombrece las tristes apariciones del primer espontáneo, Patxi López, a cuyo actos no van ni los suyos y que anda pidiendo paz por los medios sin que nadie le preste mayor ataención.

Las miradas convergen sobre Díaz, que se ha puesto nerviosa. Le ha salido la vena autoritaria, pues la tiene pronta, como el genio, y ha asegurado que ahora "no toca hablar de liderazgos" porque debe de pensar que es ella quien decide de lo que toca hablar en cada momento. Lo importante, dice, es el congreso porque en él se ganarán las elecciones. Le ocurre lo que a Rajoy, que no sabe ni de lo que habla: ¿o no ha sido la gestora, es decir ella, quien ha puesto la elección del SG antes del congreso, contra toda lógica y raciocinio?

Así de seguros estaban de que iban a ganar las primarias. No contaban con el regreso del Bautista.

Otro asunto es qué efecto tendrá este retorno en la política española y en la izquierda en concreto.

dissabte, 28 de gener del 2017

Triste Vistalegre

Al comienzo de la peripecia de Podemos se me ocurrió detectar cierta tendencia a vender la piel del oso antes de cazarlo. No les gustó nada. Desde luego, las metáforas tienen su tiempo. A veces se perpetúan. Ya no se cazan osos para vender su piel, es de suponer, pero sigue habiendo gente que cree tocar el cielo con la mano, aunque no levante un palmo del suelo.

El ánimo que rodea hoy a Podemos es el de decepción. A veces se formula con refinada y devastadora gracia, pero decepción es, al fin y al cabo. Las encendidas promesas del principio, las expresiones como venablos ("casta", "régimen"), la crítica radical se han convertido en un parloteo confuso como de corrala medio ideológica/medio personal que no interesa a nadie y produce auténtica irritación.

Un partido en buena medida alzado por los medios gracias al uso inteligente de estos que supo hacer, aparece ahora zarandeado y hasta maltratado por esos mismos medios.  La razón es obvia: los medios queman. Mantener durante dos años una omnipresencia mediática solo puede hacerse renovando imágenes y contenidos. Si las primeras se quedan y los segundos se acaban es el propio partido el que se convierte en noticia a base de sus líos internos. Algo tan nefasto como cuando la noticia de un medio es él mismo, cosa que normalmente no interesa a nadie más. Lo mismo con Podemos: las imágenes, los rostros, se mantienen; los contenidos se han esfumado. Nunca fueron gran cosa pero ahora se han convertido en meras glosas de los acontecimientos políticos cuya iniciativa reside en otra parte. Esa falta de contenidos no puede sustituirse con consignas o jaculatorias del tipo de "mantendremos la unidad conciliando nuestras diferencias" cuando todo el mundo ve que no es cierto.

Lo sabían desde el principio, lo habían teorizado: la acción política de la izquierda tiene que hacerse ver en los medios, tiene que proyectar una imagen ganadora. Son seguidores de la doctrina del giro pictórico, de William  J. T. Mitchell. Las imágenes han desplazado a las palabras como medios de construcción/interpretación de la realidad. Ahí estaba el oso. Pero no lo cazaron. Porque, diga lo que diga Mitchell, detrás o delante o encima o debajo de las imágenes tiene que haber conceptos. Y no los hay.

Así, ¿qué imagen proyecta ahora Podemos? Pésima. Un batiburrillo de narcisistas y ególatras enzarzados en cuestiones reglamentistas, orgánicas que a nadie interesan pero que están cargadas de consecuencias para la adopción posterior de líneas de acción y doctrinas sobre las que, sin embargo, nada se debate. Detrás de los debates ideológicos hay siempre ideólogos de carne y hueso con sus proyectos personales. Y el de muchos de estos parece ya bastante claro: colar al viejo y carcomido Partido Comunista so capa del reverdecer de una izquierda antisistema surgida espontáneamente.

Una imagen de pendencia interna en todo similar a las que aquejaban a la antigua IU, antes de su imprecisa adscripción actual a Unidos Podemos. Las mismas quejas en foro público sobre la inconveniencia de salir al foro público. Similares dimes y diretes normalmente fastidiosos. A la agitación se añade la tendencia anticapitalista que no va por libre enteramente pero tampoco está integrada en el bloque y monta su propia presentación con recurso al mundo del espectáculo. Y, además de ello, el factor territorial que todavía fragmenta más la inicial y unitaria voluntad de conseguir por fin el ansiado sorpasso y consiguiente aniquilación del PSOE. 

A lo mejor es cierto que, como explicaban sus teóricos entonces, Podemos aprovechó la "ventana de oportunidad" que abrió la crisis y la espontánea movilización social del 15M. Pero también parece serlo que la ventana se ha cerrado. Y Podemos todavía no ha definido cómo se organizará ni qué línea general o estratégica seguirá. El congreso no va a reabrir la ventana. Va a cerrarla más en su empeño de mantener la matrioshka que es el fondo de su alma: dentro de Podemos, IU; dentro de IU, el PCE, del que nadie habla, ni sus mismos militantes, como Garzón, pero al que todos tienen en mente.

divendres, 27 de gener del 2017

Estar al tanto

Y van dos en casa Alsina. Después del éxito arrasador de "¿Y la europea?" llega el "ahí me ha sorprendido usted". Vamos, que no sabe de qué están hablándole. Sostiene que él no está en estas cosas, como el que dice "menudencias", ya que está dedicado a gobernar. A gobernar lo que los apandadores de su partido han dejado, que no es mucho.

La responsabilidad del PSOE por propiciar que el país siga dirigido por alguien tan manifiestamente incompetente es inmensa. Si "gobernar" no es estar al tanto del mayor proceso por corrupción de la historia reciente, que afecta a su partido, su gobierno y él mismo, el presidente debiera explicar qué es gobernar.

En unos casos por defecto y en otros por exceso, los personajes públicos deben controlar más sus discursos. Si duda con la mejor intención del mundo y cierto sentido de la ironía, el juez independentista Santi Vidal ha metido a la Generalitat en un lío. Albiol ya ha ido corriendo a chivarse a la Fiscalía. La política requiere malicia. Su ausencia puede producir auténticos terremotos.

Puestos a declarar con malicia y eficacia y hasta perversa intención, los anteriores podían aprender del ministro del Interior, Zoido, un maestro del framing cuando anuncia un dispositivo especial de seguridad en Murcia para evitar peleas entre radicales. La noticia, que yo sepa, lo que se difundió por las redes, no era que fuera a haber "peleas entre radicales" en Murcia, sino que los grupos neonazis se daban cita en Murcia para apalear a quienes les diera la gana. Hay una poderosa diferencia de matiz que iguala sin razón a los agresores y los agredidos y fabrica una idílica imagen de moderación pues los "radicales" son los otros. Aunque no sea cierto. Un artista, este Zoido. Al lado de Rajoy, un virtuoso.

Bethune. Una vida ejemplar

Una exposición interesantísima sobre la vida de Norman Bethune en el Conde Duque de Madrid. La organizan la Fundación Canadá, la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales y el ayuntamiento de Madrid. Colaboran el de Valencia y la embajada del Canadá. Y el resultado es espléndido pues, con muy escaso material (una película documental de la época y fotografías) documentan toda la vida de este médico canadiense que vino a España en 1936 con las Brigadas Internacionales y murió en China, en 1939, ayudando al VIII ejército de Mao Tse-tung en la segunda guerra chino-japonesa. En ambos lugares (España, 1936-37) y China (1938-39) su comportamiento fue ejemplar y extraordinariamente útil. En España puso en marcha un servicio móvil de transfusión de sangre que cargaba en retaguardia y actuaba en el frente. En china elaboró equipamientos para operar práticamente en la línea de fuego. En China tiene estatuas y el presidente Mao escribió su historia en forma de recuerdos que aprendían de memoria sucesivas generaciones. En España prácticamente nadie sabe quién fue. Aquí, los de Bethune perdieron la guerra. En China, la ganaron.

La exposición documenta detalladamente la vida de Bethune, una auténtica aventura. De una acomodada familia tradicional de origen escocés, era hijo de un pastor presbiteriano (también lo había sido algún otro antepasado) y tuvo una educación muy religiosa, aunque él salió ateo. Estuvo como voluntario en el servicio de ambulancias en la Primera Guerra Mundial, como algunos otros norteamericanos célebres. A su regreso pasó diversas peripecias y acabó establecido como médico de prestigio en una posición muy desahogada. Pero siempre mantuvo una visión idealista de la medicina como auxiliar en la tarea de emancipar a la humanidad del capitalismo. En 1936, España era el lugar en el que estos idealistas podía hacer algo más que hablar: actuar, frenar el fascismo, ayudar a la República.

La exposición se detiene especialmente en el terrible episodio de la masacre de la población civil que huía de Málaga hacia Almería. Decenas de miles de personas a merced de la aviación franquista y de los cañones del Canarias, Baleares y Almirante Cervera. Bethune estuvo allí con su servicio de transfusión y ayudando en lo que pudo. Lo dejó por escrito en un relato, El crimen de la carretera de Málaga-Almería.

La etapa china está mucho más someramente documentada, pero lo suficiente para comprobar que este hombre trabajó hasta el último momento, ayudando a los soldados y tambien a los campesinos, en condiciones terribles, mimetizándose con sus pacientes y siempre sin perder su fe en la misión emancipadora de la medicina y, por supuesto, en la seguridad de esa misma emancipación. Una fe capaz de mover a un médico canadiense de buena familia, respetado, prominente, rico, hasta llevarlo a morir a miles de kilómetros, pobre, consumido por la fiebre y con la sangre envenenada.

Hace falta algo más en esta historia. Si no me equivoco, la exposición no menciona (en todo caso, no lo he visto) un hecho que es determinante en la vida de Bethune: su pertenencia al Partido Comunista del Canadá desde el año 1935, fecha en que visitó la Unión Soviética. La ausencia de este dato es significativa. No por lo que hace al propio Bethune, que siempre proclamó abiertamente su pertenencia al partido, sino por lo que hace al modo de contar la historia. Las Brigadas Internacionales fueron sobre todo un asunto de la IIIª Internacional, del partido comunista "mundial" (por así decirlo) porque las otras tendencias, CNT, PSOE tenían sus propias milicias. Las Brigadas Internacionales han pasado a la leyenda y gozan de universal simpatía. Porque la merecen. Esas brigadas pararon a Franco en noviembre de 1936, salvaron Madrid y dieron a la República el tiempo necesario para reorganizarse. Y lo hicieron a un coste altísimo. Hubo batallas en las que pereció la mitad de los efectivos.

Las Brigadas Internacionales son leyenda. Norman Bethune, también. No es preciso ocultar que el origen es comunista. Salvo que se haya convertido en costumbre.

Por cierto, el documental, que narra sintéticamente la guerra de España y el servicio de transfusión de sangre, es magnífico. Un documental de alta calidad artística, aunque de material pobre. Muchas de sus fotos se han hecho célebres. 

dijous, 26 de gener del 2017

Manda webs

Lo primero o lo segundo o tercero que ha hecho Trump ha sido suprimir el castellano o español de la web de la Casa Blanca. El asunto incide directamente en la política interna de los EEUU y su trato a las minorías. Pero tiene también una repercusión internacional porque el español es una lengua que se precia de ser universal. El paso al monolingüismo inglés en los EEUU es un desaire a ese vehículo de cultura de la lengua española. Dada su habitual gallardía, las autoridades españolas dan por buena la explicación de la Casa Blanca de que la web en español no se ha suprimido; simplemente, está en construcción. Como el muro.

Por acá, la supresión de la web de la Casa Blanca se ha leído en clave interna. Los nacionalistas españoles ponen el grito en el cielo ante el atropello lingüístico de Trump y los de las otras naciones del Estado recuerdan que esa es la situación en España desde hace más de trescientos años. El Estado español es tan monolingüe como el gringo con Trump. Un caso patente de paja en ojo ajeno y viga en el propio.

Y justamente cuando las diferencias parecen suavizarse y van entendiéndose las cosas aparece el presidente español y proporciona un impromptu que deja a las audiencias boqueando como los peces. En su pintoresca comparecencia del Casino de Madrid, Rajoy afirmó, usando esa retranca tan suya que ya le gustaría a él (un demócrata como la copa de un pino) que la web de la Generalitat estuviera redactada en castellano, idioma que, según le consta, hablan más de siete millones de personas en Cataluña. Resulta que la web catalana está también en castellano. Rajoy en estado puro. ¿Y la europea?

No solamente la web de la Generalitat está en castellano sino que la que no está en catalán es la de La Moncloa. Como tampoco está en las demás lenguas del Estado. Sí lo está en inglés. ¿No es el momento de cerrarla y decir que está en construcción?

Franco, totalitarismo/autoritarismo

Debate este que agita las nunca tranquilas aguas de la historia, la ciencia y la teoría políticas, la sociología, la economía. ¿Fue el régimen de Franco totalitario del principio al final? ¿Solo al principio y fue luego autoritario? ¿Fue las dos cosas alternadamente? Los partidarios de una u otra interpretación siguen debatiendo, porque no hay acuerdo. Fue una dictadura, claro, pero en la calificación está la discrepancia.

Hace unos días leía un magnífico artículo sobre este asunto de Manuel Pastor en el que recordaba que, con motivo de un homenaje a Juan J. Linz, entonces recién fallecido, servidor se lo rindió por la distinción totalitario/autoritario hablando del franquismo y reconoció que ningunearla había sido la posición tradicional de la izquierda. Touché por Manolo, hube de volver sobre el asunto y reconocerme que, en realidad, ninguna de las fórmulas me satisfacía, pero vivir en la contradicción, tampoco. En efecto, el régimen empezó siendo totalitario. El propio Franco se jactaba de ello. Pero, pasados los años, ya en los sesenta, no cabía duda de que las cosas habían cambiado. Existía un margen más bien alegal para la oposición y no se procedía tan salvajamente contra ella como en los tiempos de la primera posguerra. Justo es el tema de la famosa película de Alain Resnais, La guerra ha terminado, con guión de Federico Sánchez, es decir, Jorge Semprún. Pero no menos cierto es que, en sus postrimerías el mismo régimen murió matando a base de fusilar opositores, como si quisiera dejar constancia de que mantenía el rescoldo totalitario.

No cabe una interpretación correcta de este agitado proceso, de este rompecabezas, si se omite una pieza esencial, que, sin embargo, no suele aparecer en el debate: la iglesia católica, firme sostén y leal aliada del régimen desde el mismo alzamiento el 18 de julio hasta los últimos sacramentos y más allá. El régimen se permitió el lujo de no ser totalitario y presentarse como autoritario (con la mitología tecnocrática de las dictaduras desarrollistas) porque del frente totalitario se encargaba la iglesia que, con el ejército, cogobernaba el Estado. El régimen se cuidaba adusto del orden público (militarizado) y no necesitaba mostrarse totalitario metiéndose en la vida privada de la gente y en lo que esta pensara en su fuero interno porque eso lo hacían los curas.

El régimen nunca fue solo totalitario ni solo autoritario porque fue nacionalcatólico; un híbrido.

Por eso, el debate totalitarismo/autoritarismo no puede resolverse ya que falta por identificar un actor esencial. No se identifica como tal porque en los análisis de los estudiosos, tanto de derechas como de izquierdas, lo dan tan por supuesto que no lo ven. La iglesia católica. Un Estado dentro del Estado.

dimecres, 25 de gener del 2017

Los tres pies del gato

Esos tres apellidos perfilan las tribulaciones del presidente Rajoy: el ala conservadora, el panorama procesal y el conflicto catalán o, para decirlo más a la pata la llana, como suelen hacer los medios: la extrema derecha, la corrupción y el separatismo. Y las tres se retroalimentan. La extrema derecha percibe no una sino tres desvertebraciones de España y, por este camino, no atisba futuro para el país. Pero eso no es nuevo. En buena parte la corrupción se origina en la falta de confianza de los políticos en el país que gestionan y la corrupción viene de los tiempos de Aznar. A su vez, los catalanes, convencidos de tener los elementos necesarios para seguir su propio camino, así lo plantean, sacando buenos réditos de la confusión española actual y la evidente expectativa que esta situación suscita en Europa.

En esas circunstancias, el país tiene un presidente sin mayoría absoluta, zarandeado por la corrupción y con una endiablada crisis constitucional a cuenta del referéndum catalán de la que no tiene ni idea de cómo zafarse. Solo se visualizan los dos presidentes, el de España y el de Cataluña, repitiendo sus voluntades: "todo el mundo sabe que ese referéndum no va a celebrarse", reitera Rajoy. "El referéndum se celebrará, sí o sí" insiste Puigdemont "y será vinculante", añade. La situación es suspensiva, de donde viene el "suspense", hoy sustituido por "thriller".

Pero la cuestión, como siempre, es la confianza que, para afrontar esta delicada situación, ofrece Rajoy. Desde luego, oírlo no tranquiliza nada. En una conferencia en el Casino de Madrid (hasta en esto es la derecha fiel a su espíritu caciquil), el presidente ha amontonado su habitual sarta de particulares lugares comunes. Son particulares por ser muy suyos y son comunes porque los repite siempre, desde que tomó posesión, hace ya un contraplán quinquenal.

Rajoy es experto en comparecer para no decir nada. Y eso, cuando admite preguntas. Y eso, cuando no comparece en plasma. Sobre Aznar no tiene nada que decir, lógicamente. Cada cual es dueño de sus opiniones. Sobre el señor de cuyo nombre no quiero acordarme es cosa en los tribunales y tampoco hay nada que decir, más lógicamente aun. En cambio el presidente fue cumplidamente informado con dos horas de antelación del rotundo fracaso cosechado por el separatista catalán en Bruselas, razón por la cual barbotó eso de que le habían dado "lo que merece" sin saber que quizá "se lo merezca", pero aún no se lo habían dado. Lógica metedura de pata cuando se va por ahí sin saber lo que se dice.

Es sana opinión de la gente de sentido común, la gente previsible, como Rajoy, según asegura él mismo: "no hay que buscar tres pies al gato". 


Alérgicos a la libertad y la democracia

Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado Juego sucio en el que se reflexiona sobre el enésimo ridículo que han hecho los neofranquistas del PP en Europa. En vísperas de una conferencia de Puigdemont, Junqueras y Romeva en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, eurodiputado del PP, envió una carta redactada en inglés macarrónico a sus cofrades de la derecha para que no fueran a escuchar a los malvados independentistas que solo quieren subvertir la ley y el orden en la España democrática, representada por él y los que, como él, militan en un partido fundado por un ministro de Franco, autoritario, ordenancista, incompetente, corrupto y... monolingüe. De verdadera risa.

Este Pons y sus amigos del PP aún no se han enterado de que, en una sociedad libre, un intento de censura provoca el efecto contrario... siempre. Y así fue. La sala se llenó y cientos fueron a escuchar a los catalanes, muchos más de los que jamás irán a escuchar a Pons o su jefe, Rajoy, si la gente puede escoger entre ir o no ir.

Hoy todos los medios españoles mentirán como acostumbran, asegurando que la conferencia fue un fracaso. Ayer ya allanó el camino Rajoy, con su habitual inteligencia y capacidad, asegurando que Puigdemont había fracasado en Bruselas, en donde le habían dado "el trato que se merece" y asegurándolo dos horas antes de que la conferencia comenzara porque, en realidad, esta especie de castigo que ha caído sobre España no sabe ni en qué día u hora vive.

Aquí, la versión castellana del artículo:

Juego sucio

Entre otras cosas, la democracia es un juego sometido a reglas. El juego es limpio cuando las reglas se respetan. No lo es si no se respetan. Una de las reglas democráticas básicas es que los participantes en un debate público se identifiquen adecuadamente. Un encuentro en televisión de un par de horas, contemplado por cientos de miles, quizá millones, de ciudadanos es algo innegablemente público.
Estos encuentros en los medios no pueden ser anónimos, como en las redes, en donde suele haber perfiles falsos. Y no pueden porque es faltar a otra regla básica del juego: la de igualdad de oportunidades. En el encuentro con el presidente Puigdemont este era él mismo, se representaba a sí mismo, no podía ser otro. Algunos de los intervinientes, en cambio, ocultaron sus adscripciones ideológicas, incluso militancia o pertenencia a unas u otras organizaciones, simulando ser ciudadanos normales, de a pie. De todas formas, parece que el presidente ha ganado de calle porque el juego sucio no paga.

Y, mientras se debate apasionadamente sobre el programa de preguntas a Puigdemont, en Bruselas se ponía en marcha otra operación de juego sucio. Ahora se trata de boicotear la presencia de Puigdemont, Junqueras y Romeva en el Parlamento Europeo a explicar el llamado procés.

Este tipo de encontronazos son frecuentes en los últimos tiempos. El ministerio de Asuntos Exteriores debe de tener un departamento exclusivamente dedicado a seguir la pista de la acción exterior de la Generalitat, que no parece descansar. Cada vez que detecta un acto montado por el Diplocat, comisiona al personal de la correspondiente embajada para que le pongan todos los inconvenientes que se puedan. Parte del servicio exterior del Estado se dedica a combatir en un conflicto interior.

Pero ahora el asunto se plantea en otros términos, más agudos y simbólicos. El eurodiputado del PP González Pons ha enviado una carta circular a los diputados del PP para que no vayan a la conferencia de los catalanes. Lo pide como correligionario y como amigo, insistiendo en que las reivindicaciones de los conferenciantes quebrantan la ley, la Constitución y el Estado de derecho en España. La verdad, resulta divertido que un dirigente de un partido fundado por un exministro de Franco hable con tanta unción del Rule of law y de la Constitución en contra de la cual votaron algunos dirigentes de esa militancia.

No debe dejarse de lado el hecho de que también el PSC ha manifestado su opinión contraria al acto de JxS en carta dirigida al órgano central del Partido Socialista Europeo, pero no piden a los demás diputados de su orientación que no asistan. Es una posición mucho más respetuosa que la del PP y no juego sucio.

¿En qué consiste el juego sucio? En el hecho de dificultar a los demás el ejercicio de sus derechos. Puigdemont, Junqueras y Romeva comparecen en una sala de una comisión del Parlamento dentro de unos trámites y procedimientos legales. No hay razón para prohibir la comparecencia, aunque el empeño por boicotearla deja entrever que, si pudieran, la prohibirían. En todo caso, el boicot es una especie de censura porque se presiona a otros para que no accedan a una información, pero no se ofrece sustituirla por otra.

Esa es la parte más claramente antidemocrática de este juego sucio. Si los representantes españoles del PP en el Parlamento Europeo quieren proteger a sus colegas de toda contaminación con discursos ilegales, anticonstitucionales y contrarios al imperio de la ley, lo que tienen que hacer no es impedir que se escuchen sino ofrecerse voluntarios para mantener un debate con quienes traen tan protervos designios. Eso sería, además, una clara muestra de respeto a la dignidad del Parlamento, órgano capaz de escuchar y ponderar todo tipo de reclamaciones políticas sin que venga nadie a darle permiso.

No sé si esa comparecencia podría convertirse sobre la marcha en un diálogo/debate entre las dos posiciones. Sería muy precipitado. Pero sí podría proponerse en serio por los canales oportunos para un futuro a corto plazo, inmediato, un nuevo encuentro en el Parlamento europeo entre representantes de la Generalitat y del Gobierno español. De ese modo, el gobierno español podría ejercer ese diálogo que pregona y hacerlo delante de un público muy interesado. Seguro que no habría problemas de asistencia.

dimarts, 24 de gener del 2017

El derecho al pataleo

Alarmados están los gestores de lo revueltas que bajan las aguas después de que ellos reventaran el dique de pronto y sin avisar hace ya casi cuatro meses. No se lo esperaban. No estaban preparados. Y siguen sin estarlo. Jiménez, cada vez más ostentosamente contrito y compungido, pide "respeto" a los compañeros y no "insultos ni gritos". Nadie reconocería en él al agente que cumplió el designio de Díaz, cuando, al parecer, pidió la cabeza de Pedro Sánchez.

En realidad, los de la gestora tienen miedo de perder las primarias por goleada. La maniobra de diversión de Patxi López está en el alero. Todo va a decidirse el próximo sábado, con sendos mítines/encuentros o como se llamen de Sánchez por un lado y el repentino dueto Díaz/Rubalcaba por el otro. Será interesante ver qué valoraciones se hacen de uno y otro y qué criterios se usan.

Por lo demás las gentes de la gestora podrían mostrar un mínimo de sensibilidad democrática tratando de entender que eso que ellos consideran tumulto, gresca, insultos, falta de respeto, etc, otros lo llaman derecho al pataleo, un derecho de andar por casa, no reconocido en ninguna declaración pero muy socorrido en infinidad de ocasiones cuando la gente se siente acogotada por los que mandan, que no la dejan hablar, quejarse, protestar. Si no hay mejor forma de defenderse y hacerse escuchar, piensa la gente, se recurre al derecho al pataleo.

Porque, en estos cuatro meses, ¿cuántas veces ha hecho la gestora gesto alguno de reconocimiento de la agitación de las bases? ¿Cuántas veces ha entrado en diálogo con lo que las plataformas pedían? ¿Qué atención ha prestado a la reiterada petición de convocar congreso y primarias mucho antes de lo que lo ha hecho? ¿Qué sensibilidad ha mostrado hacia quienes votaron "no" en la investidura?

Su comportamiento ha sido arrogante, cerrado, excluyente y absolutamente despreciativo. Han creído que su excepcionalidad era patente de arbitrariedad y han actuado en consecuencia. Y siguen haciéndolo, no dejando a la gente otro derecho que el del pataleo. Solo que ahora han decidido que ese tampoco puede ejercerse.

Europa en el ojo de Europa

Miquel Seguró y Daniel Innerarity (eds.) (2017) ¿Dónde vas Europa? Barcelona: Herder. 261 págs.
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El 20 de diciembre pasado. Palinuro publicaba una reseña de este libro editado por Miquel Seguró y Daniel Innerarity y en el que colabora una veintena de autores, entre ellos el propio Palinuro, titulada "El éxito de Europa es su fracaso" y en la que prometía volver sobre el asunto con más detenimiento. No es que vaya a hacerlo ahora; eso queda para mejor ocasión. Pero sí aprovecha una feliz coincidencia, casi diríamos astral, que se dio ayer para traerlo de nuevo  colación. Coincidencia de tres poderosos medios, el mundo del libro (la editorial Herder), la prensa de papel (El País) y la radio (RAC 1, una emisora catalana) para hablar del gran tema que nos apasiona a los europeos: Europa.

El sábado pasado, la sección de Cultura de El País, publicaba una crítica del libro, escrita por Borja Hermoso con el título Europa...¿seducción o rapto? en la que, además de señalar los puntos que el crítico considera más reseñables, se hace hincapié en el carácter colectivo, en cierto modo coral, de la obra. Una diversidad de temas y de puntos de vista a veces en el mismo tema que, en cierto modo, reproduce la agitada existencia de Europa y el problemático futuro de su último intento de unificación. Un dato. Los distintos tiempos de los medios se hacen sentir. Cuando los participantes en la obra redactamos nuestras aportaciones, ninguno/a pensamos que Trump pudiera ganar las elecciones. Esa elección y sus expectativas prueban hasta qué punto hablar de Europa es adentrarse en lo imprevisible. Trump es América, claro; pero Europa no se puede pensar sin América.

Y la radio. Ayer la RAC 1 dedicó parte del programa No ho sé, dirigido por Joan Maria Pou, a hablar del libro también. Estuvimos Miquel Seguró, Daniel Gamper en Barcelona y servidor en los Madriles. Quien quiera escuchar la conversa, por cierto muy grata, puede hacerlo en este enlace a partir del 39'39''. La radio es un medio "caliente". Lo tritura todo y tiene una fuerza inmensa, más que la televisión, en contra de lo que suele decirse, porque se transmite solo a través de la palabra; no hay imagen que distraiga. Por eso importa muchísimo que la palabra sea clara. La claridad es prometeica. A los escritores, acostumbrados a ver la palabras, incluso tocarlas, pero no oírlas, nos encanta que nos dejen escucharnos sin necesidad de leernos. Pero envicia. Yo me hubiera pasado una horita más charlando con los colegas y el presentador, que tiene una capacidad de síntesis fabulosa. 

dilluns, 23 de gener del 2017

"Delenda est Monarchia"

El 15 de noviembre de 1930 Ortega publicaba en El Sol su artículo "El error Berenguer" que se hizo famoso por terminar, al modo de Catón El Viejo, con un sonoro Delenda est Monarchia!, "la Monarquía debe ser destruida". Tan famoso que para muchos el artículo se titulaba justamente como terminaba, lo cual demuestra que, en nuestro tiempo, la transmisión de la información sigue siendo esencialmente oral, como cuando el mester de juglaría.

La invocación a destruir la monarquía okupó el título porque respondía a un sentimiento muy extendido entonces. La prueba es que cinco meses y un día después se proclamaba la II República. Un sentimiento que sigue siendo muy extendido porque, si bien Ortega pudo envanecerse de ser profeta, al ver cómo la Monarquía tomaba el camino del exilio, nosotros hemos presenciado su retorno. Lo que hace pensar a algunos -pesimistas, a fuer de españoles- que la monarquía borbónica es indestructible. Tres veces dejaron los Borbones de ser reyes (Fernando VII, Isabel II, Alfonso XIII) y otras tantas retornaron con renovados bríos, aunque en medio de las más pintorescas aventuras. Estas, en realidad, los animaban a hacer con mayor intensidad eso que la larga ristra de serviles cortesanos llaman en voz baja borbonear.

¿Qué es borbonear? Exactamente todo lo que ha hecho el primer Borbón de la nueva (y tercera) restauración desde que lo nombraron Rey. La interpretación de Juan carlos en sus casi 40 años de reinado ha sido tan completa que fue necesario por primera vez en la historia jubilarlo antes de que en su disparatada vida en los últimos años se llevara por delante la institución. Su destitución como rey, tras asomarse a la TV a pedir disculpas por su comportamiento disoluto, era un medida preventiva para salvar la monarquía una vez más. Si se consigue, habrá que empezar a admitir su indestructibilidad.

Porque pocos han hecho tanto y tan cualificado por destruirla como su titular entre 1975 y 2014. Apúntense los jalones de esta increíble historia borbónica:

a.- El rey debe su cargo al nombramiento arbitrario de un dictador que se salta la línea dinástica y ante el cual jura fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional. Empieza bien y borbónicamente el monarca con una felonía y un perjurio.

b.- Su papel en la huida de España del Sahara y el abandono de los saharauis, de lo que Martínez Inglés lleva años hablando, queda hoy en evidencia con los documentos de la CIA. Un papel siniestro. Tras viajar a la zona con Franco entubado a arengar a la tropa y prometer el respaldo de España, se puso de acuerdo con Hassan y España entregó el Sahara a Marruecos y Mauritania. Más borboneo y del gordo: entrega de territorios y abandono de la población.

c.- Del golpe de Tejero mejor no hablamos, ¿verdad? Porque sale todo el mundo, socialistas incluidos, pringado de borbonismo hasta las cejas. Un golpe de Estado de pandereta entregado a una especie de general Pavía sin caballo y con menos estrellas.

d.- Y ¿qué decimos de la fortuna que la revista Forbes, una publicación seria en esto de contar los cuartos de la gente, le calculaba hace tres o cuatro años de 2.000 millones de dólares? Nadie en España ha pedido explicaciones, ni la Casa Real se ha dignado aclarar nada de esa futesa. Silencio. Por cierto, ese silencio sumiso de los medios ante los presuntos desmanes del ex-rey es la más vergonzosa prueba de que el último baluarte de la dictadura en España no son el ejército, ni las fuerzas del orden, ni los jueces. Son los medios. Los que han tejido un pacto de silencio para proteger la monarquía hasta de los destrozos causados por su titular. De sus borboneos. Lo cual convierte a estos medios en lacayos y cortesanos, continuadores y cómplices de este régimen cuya intrínseca corrupción arranca de su misma cabeza. ¿De dónde ha sacado 2.000 millones de $ un monarca que, cuando llegó a España a ponerse bajo la tutela del dictador, venía con una mano delante y otra detrás?

e.- Mientras no se demuestre lo contrario, esa pila de millones puede proceder de todo tipo de chanchullos, comisiones y regalías y nunca mejor dicho. Algo de chanchullos el viejo monarca ya sabía cuando aconsejaba a su yerno, lanzado como un bólido a amasar una fortuna por la vía rápida. Lo mismos de él con los lugares en los que situaba a sus amigas que, además de atenderlo en lo íntimo, le organizaban cacerías de otro tipo. Abatía en ellas animales salvajes cosa que compatibilizaba, como buen Borbón, con la presidencia honorífica de la WWF, organización dedicada a proteger los animales salvajes.

f.- La cacería y la ristra de amoríos e infidelidades del rey -dos cualidades tan borbónicas como la afición a los chistes malos- no debieran ser objeto de relación en una ristra de agravios por pertenecer al ámbito privado, íntimo, del personaje. Pero tampoco es así desde el momento en que para ambas ocupaciones, cazar con armas de fuego o con lo que un noble libertino francés llamaba la terza gamba, se valía, según parece, del erario, de los dineros de todos. Esos amoríos chantajeados con una actriz de los que hablan todos los medios porque ya no les queda otra salida tampoco son cosa privada de este trapisondista y galán de noche. Es más, son muy de interés público y si de verdad, el silencio de la interesada se compró con 500 millones de pesetas que se retiraron de los fondos de lucha contra el terrorismo, alguien debe pagar por ello, el mismo rey o el lacayo-ministro que corresponda porque es un delito. Claro que en esto de ser gobernados por delincuentes, los españoles saben mucho.

g.- Y aparece, para terminar el cuadro, esa información de que Juan Carlos agredió a su mujer -a la que venía engañando sistemáticamente- en presencia del jefe de su Casa, Sabino Fernández Campo, uno de esos cortesanos serviles, que solo hablan cuando están despechados. O sea, el borboneo a la enésima potencia. Y tampoco aquí reza lo de la intimidad y privacidad, aunque no haya habido uso de los dineros públicos, aunque cada bofetón a Sofía de Grecia haya salido gratis al erario porque la violencia de género es siempre pública, se ejerza en la calle o en un sótano. Hemos tenido un Jefe del Estado presuntamente felón, perjuro, disoluto, cobarde, mujeriego, corrupto, conspirador y maltratador. Y no, no es el personaje. Es la institución y son los Borbones.

Y no pasa nada porque, a diferencia de la época de Ortega, la prensa ya no está para pedir la destrucción de la monarquía, sino de la República y la democracia.

Y, de paso, de la dignidad ciudadana.