diumenge, 10 d’abril del 2011

Para variar: contra el Gobierno.

Estas broncas manifas de la derecha contra el gobierno de Zapatero y contra el mismo Zapatero forman parte periódica del guión de actividades del PP y sus circos mediáticos y sociales. Sabedor de que todo en nuestro mundo es espectáculo, el PP los monta valiéndose de los más diversos motivos (hoy las víctimas, mañana la familia, pasado el honor de los Prizzi o de España, tanto da) para calentar el ambiente, salir en los medios, muchos de ellos suyos, y animar a su tropa insultando al Gobierno. Si de aquí al verano no hay otra por el mismo motivo o una en contra del aborto, que suele tener idéntica finalidad, el vacío se compensará con esa jornada internacional de la juventud, magna jamboree que tiene preparada la escuadra eclesiástica de los conservadores. Con ella piensa Rouco, hombre más del PP que de la Iglesia, recibir a SS el Papa de Roma, quien raro será si no viene mascullando algo en contra del Gobierno y la ola de materialismo, sensualismo, relativismo y ateísmo que invade la sociedad española, antaño tan hija de Cristo.

De lo que menos se habla -y berrea- en las manifestaciones por las víctimas del terrorismo es de las víctimas. En la de ayer, apenas unos gritos en contra de ETA y en cambio un vocinglerío en contra del Gobierno, de Zapatero -cuya dimisión se pidió en todos los tonos de la España nacional- y de Rubalcaba a quien se quiere ver en comisaría detenido por traidor.

En ese clima el señor González Pons, devoto asistente al tumulto sabatino, junto a los dirigentes del PP, dice que echa de menos la presencia de Zapatero, Rubalcaba y Chacón al lado de las víctimas. En verdad que este hombre es un caso clínico, una tan insólita mezcla de cinismo y estupidez no es frecuente entre los políticos de la derecha española; ni siquiera de la valenciana. Tan ausente estaba Zapatero como Rajoy o Aznar, quien no suele perder una ocasión de soltar algún desprecio, alguna maldad, pero sólo echa de menos a Zapatero cuando debía hacerlo con Rajoy que es con quien más trata. Pero, sobre todo, ¿realmente cree que Zapatero debe ir a una manifa convocada contra él, a que lo insulten y, seguramente, intenten agredirle como hicieron con Bono hace unos años y siendo éste ministro? Es imposible que tanta majadería sea inocente. Tiene su punto de provocación.

La derecha se apodera de las víctimas que, en el fondo, no le importan nada si no puede instrumentalizarlas (como se ve en el caso de las que representa Pilar Manjón), igual que se apodera de la bandera española, de la actual y de la de Franco -que es la más suya- pues las dos estaban ayer presentes. Se apodera de todo lo que pueda venirle bien a su fin que es conseguir que el Gobierno se vaya para auparse a su vez. Lástima que haya de haber unas elecciones por medio y a ellas vaya a llegar la derecha en una situación muy distinta a la de ahora, embriagada como está de victoria. Por eso altera lo que puede la vida cotidiana, instrumentaliza a los muertos, a los vivos, a los por nacer, organiza alborotos callejeros y trata de dar la impresión de inestabilidad, debilidad gubernamental, incluso a costa de los intereses de España. Cree justificar su desesperado intento de adelantar las elecciones siendo así que su único fin es impedir que se produzca el fin definitivo de ETA y el comienzo de la recuperación de la crisis económica bajo mandato socialista.

El PP es un partido muy patriótico.