diumenge, 12 de febrer del 2012

Garzón, premio Nóbel de la Paz.

¿Se apunta alguien? La idea no es mía, sino de una lectora que me la ha sugerido. Pero la hago mía de inmediato y por entero. Cuando un hombre ha hecho tanto por tanta gente en todo el mundo, ha trabajado con tanto ahínco por la justicia en su país y fuera de él, ha amparado a tantas víctimas sin distinción de nacionalidad, credo u opinión, merece un reconocimiento público. Si, en lugar de ello, se lo somete a una verdadera persecución y, finalmente, se le aparta de la judicatura mediante una sentencia judicial que, como todas, es opinable, además del apoyo público, merece un resarcimiento. No basta con criticar la decisión del Tribunal Supremo o mostrar solidaridad con el juez, pues no son actos que devuelvan al hoy por hoy condenado la legitimidad que indudablemente posee para seguir actuando en pro de sus convicciones e ideales. Hay que hacer algo más.

En un terreno práctico también podría Garzón solicitar la nacionalidad de la República argentina, exiliarse en ese país -dado que en el suyo no se le deja actuar- y, desde él, proseguir en su empeño por hacer justicia a las víctimas del franquismo que han ido en petición de amparo judicial a los tribunales argentinos. Y lo han hecho precisamente porque Garzón abrió esa vía, en contra de las concepciones más adocenadas de ls jurisdicción penal. Ahora bien, esta es una decisión que corresponde al propio interesado. En cambio, lo que no depende de él es su candidatura al premio Nóbel de la paz, pues eso es un asunto de opinión y de movilización de la gente entre la que habrá mucha que tenga algún motivo de agravio contra el juez. Nadie es perfecto. Pero unos merecen el Nóbel más que otros.

Los méritos de Garzón son cuantiosos. Ha desmantelado el terrorismo de Estado (los GAL) y el nacionalista (ETA); ha defendido la causa de la jurisdicción penal internacional al menos para ciertos delitos como los crímenes contra la humanidad y el genocidio; ha garantizado el acceso a la justicia personas a quienes se les negaba en sus países, como ahora podía estar siendo su caso; ha intentado procesar y ha procesado a militares golpistas y a criminales contra la humanidad; ha querido hacer justicia a las víctimas del franquismo en España; y ha luchado contra la mayor trama de corrupción político-empresarial de la democracia en su país.

Son méritos suficientes para solicitar la concesión del mencionado premio. Es de suponer, además, que la solicitud contará con un amplio respaldo en España y fuera de España, en la Argentina, en Chile, en Europa, probablemente en todo el mundo. ¿Qué tal si averiguamos cuánto apoyo tendría la propuesta? Se puede abrir una página en FB y ponerla a rodar con un TT, algo así como @garzonpremionionobelpaz. Los indignados podían echar una mano y Anonymous. Y no digo nada Avaaz y actuable.

Stand up and be counted.

(La imagen es una foto de la presidencia del gobierno de la Argentina, bajo licencia de OTRS).