dissabte, 22 de novembre del 2014

Espasmos en la izquierda.


IU está de parto. Un veinteañero procedente del 15 M toma las riendas. La momia de Lenin se remueve en su mausoleo o en dondequiera se halle ahora. El viejo PCE mira con nostalgia su larga historia y se pregunta en qué se equivocó. El que se lo pregunta porque los hay convencidos de ser portadores de la razón histórica.
 
Con el dinámico Garzón en IU, la izquierda aparece liderada por una trinidad de figuras de similar porte y estilo, entre cristológico y populista. Para la trinidad perfecta faltan Dios padre y el espíritu santo. El relevo del venerable Cayo Lara deja expedito el escenario en el que van a actuar las tres figuras, cuyos parlamentos consisten en hablar continuamente sobre unos programas que o no tienen (caso de Podemos), o esperan establecer de la mano del nuevo dirigente (caso de IU) o, según en qué casos, lo aplazan hasta ver qué decisiones adoptan los demás (caso del PSOE).

En realidad hablan de programa porque de algo es preciso hablar, pero los tres fían su tirón electoral al aspecto mediático/iconográfico de su líder en un caso palmario de "americanización de la política". Con flujos y reflujos. Sánchez y Garzón van de ida; los de Podemos, de vuelta. Hacen una finta táctica de replegarse para preparar el siguiente asalto. Han calibrado el peligro de la sobreexposición a los medios y han decidido economizar imagen para reducir riesgos y conservar su fuerza. Con tanto en que pensar, ¿quién se acuerda del programa?
 
 Es probable que la reciente dimisión de Pérez Tapias al frente de la corriente Izquierda Socialista que se hará efectiva hoy en una asamblea, obedezca también a esa ola de relevo generacional de la izquierda. Aunque la carta en la que la formaliza es tan confusa, tan críptica, que permite otras interpretaciones, más de contenido. En IS se produce un convulso proceso de revisión interna que apunta a la existencia de una red de intereses creados en una típica oligarquía michelsiana de partido. El petardazo de Parla puede poner a IS en trance de refundación. De darse esta, veo la federación socialista madrileña al comienzo de otro proceso de examen interno. Va siendo hora. No hace falta ser de Podemos para preguntarse para qué sirve un partido que lleva veinte años perdiendo elecciones.