dilluns, 27 de juliol del 2015

Catalunya no es pot.

Exclaustrarse ha venido bien a la monja Forcades que parece haber recuperado el tino. Porque, si no recuerdo mal, fue ella precisamente quien primero llamó a la confluencia con Podem y hasta con la CUP, por sorprendente que parezca, bajo la advocación de un procés constituent que era algo inefable, como la visita del Espíritu Santo en Pentecostés, pero poco tangible.
 
Quizá por esa intangibilidad, en realidad inconcreción, se sumó a él rápidamente Podem, incluso rompiendo su animadversión a los "pitufos gruñones" de IU, porque, siendo catalanes, serían menos pitufos o menos gruñones. Además, el nombre de Catalunya sí es pot recoge en parte el suyo. De este modo, la correspondiente asamblea de Podem ha ratificado la confluencia con un 80% de los votos. Lo que no sé es cuál será el total de votos emitidos sobre el de votantes. El abstencionismo en Podemos es pavoroso. Que a Pablo Iglesias o su lista lo haya elegido el 92% de los votantes, siendo estos el 16% del censo quiere decir que lo ha elegido el el 14% del censo o algo así.
 
El caso es que el Procés constituent de la señora Forcades, que iba sexta en la lista de Catalunya sí es pot, no confluye, se queda fuera de la plataforma que iba a presidir Arcadi Oliveres, quien se negó a ello. Como ahora la asamblea rechaza confluir con la izquierda. No tengo muy claras las razones. Parece que en el Procés acusan a Podem de no tomarse muy en serio el procés, pero tampoco estoy seguro. La razón más esgrimida es que la plataforma de Forcades/Oliveres es un movimiento social, pero no un partido político. Es poco convincente. No hay ninguna razón para que un movimiento no pueda confluir con un partido. Dependerá de lo que acuerden. No obstante, el Procés avisa de que no será opción votable, lo que deja libre la imaginación para saber a quién votarán los que se han negado a confluir con Podem y los partidos de la izquierda catalana.
 
Los partidos de la izquierda catalana excluido el PSC que, a su vez, también ha rechazado otra confluencia, esta más a la derecha, entre el PP, C's y el PSC. Incluso duda de que PP y C's puedan aliarse. El PP catalán, en pleno fervor patriótico español, ofrece un pacto con un término de clarísima raigambre del catalanismo político, un pacto por la concordia, como Cambó.
 
ERC, por nadar contra la corriente, ha reafimado su pacto con CDC, su enemigo de clase, pero aliado de nación, al tiempo que Junqueras reafirma la orientación izquierdista de su partido. La alianza con la burguesía catalana es transitoria, mientras se consigue el Estado propio. Luego, cada cual volverá a su lugar.
 
Los de la CUP consideran que esta alianza es innecesaria y mantienen su voluntad independentista pareja con su pureza ideológica.
 
La evidente hegemonía del soberanismo induce a preguntar por la suerte de Catalunya sí es pot en las elecciones, después de la defección de Forcades/Oliveres. Podría pensarse que, al no sumarse el Procés, la plataforma ganaría en nitidez programática y claridad ideológica. Pero sería falso. La confusión, la indeterminación, la falta de claridad está en Podem y las dos formaciones de izquierda que lo acompañan. Quedando poco tiempo y estival para mejorar la imagen y hacer convincente el discurso antes de las elecciones, lo verosímil será que su voto se desplace hacia el PSC que, por lo menos, ya ha dejado claro que no quiere ni oír hablar del derecho a decidir o a la CUP que tiene también espíritu de movimiento social, pero permite votar. Y hacerlo por la independencia.