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dissabte, 20 de maig del 2017

De la socialdemocracia, internet, Palinuro y otros asuntos

Aquí, una entrevista que me han hecho en la revista argentina La Vanguardia, de orientación socialdemócrata de izquierdas. El entrevistador, Fernando Manuel Suárez, profesor de Historia. La reproduzco a continuación. Quien quiera leerla en el original que, además, tiene unas excelentes fotografías de Jorge Barreno y Jordi Borrás, que pulse más arriba, en el título de la publicación.


Ramón Cotarelo (Madrid, 1943) es un veterano de mil batallas. Reconocido y destacado como académico y profesor universitario, sin embargo su labor intelectual no se ha limitado a esos cenáculos. Desde muy temprano en la postergada –y renacida- democracia española Cotarelo se convirtió en un animador incansable del debate público, sus recurrentes artículos de opinión en periódicos y su participación como tertuliano en radio y televisión le granjearon una bien ganada fama de mordaz polemista y agudo analista que sostiene hasta hoy, a pesar de haber perdido cierta presencia en los medios masivos españoles. Quizá la inconveniencia de sus opiniones, signadas por una franqueza sin bemoles, lo han desplazado de un universo mediático reacio a las voces disonantes, como él mismo sugiere en su libro Rompiendo amarras (Akal, 2013).

Esto no lo ha privado en absoluto de su derecho de ejercer diariamente su opinión desde su blog Palinuro y las diferentes redes sociales, de las cuales también es un estudioso incansable. Desde allí, sin censura ni controles, Cotarelo lanza sus opiniones sin cortapisas, con una contundencia y fiereza para nada usual. Desde allí no ha dudado en calificar al presidente Mariano Rajoy –a quien apoda con sorna el “Sobresueldos” – de corrupto e inepto; al discurso de los líderes de Podemos –de los que fue profesor– de “vacío, reiterativo y pomposo”; o al de la dirigente socialista Susana Díaz –a quien bautizó como la “Caudilla”- de “una pobreza intelectual apabullante” o como “una sarta de vulgaridades”. Se define como un intelectual independiente, pero de esos –como dicen los españoles– “que se mojan”. Así como en los 80 supo ser un defensor del gobierno socialista de Felipe González, hoy se muestra más cercano –aunque prudente– a la propuesta de Pedro Sánchez. Uno de sus blancos predilectos, más allá de las múltiples expresiones de las derecha a las que ataca sin descanso, es el comunismo, es decir la alternativa –ya bastante languideciente por cierto– de una izquierda no sinceramente democrática.

Autor y compilador de más de cuarenta libros, traductor de casi una veintena de autores, ensayista, escritor, Cotarelo no descansa en su vocación por comprender e interpelar a la realidad política de su tiempo. Su compromiso más notorio y sostenido ha estado en la construcción de una izquierda democrática, afincado en las experiencias concretas de la socialdemocracia pero con miras a un futuro de profunda incertidumbre signado por un capitalismo cada vez más inequitativo y el avance de ideologías ostensiblemente reaccionarias. Sobre esas y muchas otras cuestiones Ramón Cotarelo ha dialogado generosamente con LA VANGUARDIA.

La transición democrática española, antes considerada modélica, está hoy siendo cuestionada tanto política como intelectualmente ¿Se considera generacionalmente un intelectual de la transición? ¿Comparte las críticas actuales al llamado “régimen del 78”?

No me considero generacionalmente atado a nada. La propia idea de generación, como si los/las nacidos/as entre unos determinados años debieran ser una especie de clones no es de recibo. Sirve siempre para calificar a los demás; nunca a uno mismo. O sea, es una especie de crítica o menosprecio. Nací durante el régimen de Franco y cuando este murió, yo tenía 32 años. Estaba medio formado. ¿Podría decirse que fuera un intelectual franquista? No, claro. ¿Un intelectual antifranquista? Tampoco, entre otras cosas, porque nunca me llevé bien con aquellos intelectuales. En general rechazo toda adscripción colectiva, generacional, religiosa, literaria o política. Mi experiencia es radicalmente individual y así sigo. Viví la transición sin implicarme personalmente en ella, como espectador. Posteriormente la analicé como estudioso. De alguna de las obras de esa época hay quien dice que sentaba las bases de la justificación de la transición como eso, algo “modélico”. Nada más falso. Es cierto que hice trabajo académico sobre la transición, pero lo hice intentando que fuera riguroso, científico, desapasionado. Por ejemplo, una de mis conclusiones, que aún hoy veo citada por ahí es que la transición se hizo a base de tres consensos: a) un consenso sobre el pasado (olvidarlo: Ley de Amnistía); un consenso sobre el presente, (régimen liberal, democrático, capitalista, Pactos de la Moncloa); y un consenso sobre el futuro (Estado monárquico: Constitución), que es exactamente lo que pasó. Y, como pasó, lo analicé. Otra cosa es que yo personalmente estuviera de acuerdo con ello, cosa que no es cierta. – De las críticas actuales a la IIIª Restauración (que es el nombre que debiera tener a mi juicio) unas me parecen más acertadas que otras. Pero lo principal es que el presente -que sí es, en mi opinión absolutamente negativo- sea o no producto de aquella transición. Es producto de los actos de los que viven hoy y que prefieren echar las culpas a los de antes.

Usted estuvo siempre muy vinculado a la política y a la intervención pública ¿Se consideró en algún momento intelectual orgánico de algún partido –el PSOE, por ejemplo? ¿Cómo considera que se debe establecer esa relación entre intelectuales y política?

Ya contestada en parte. No me considero intelectual orgánico de nada. La relación entre intelectuales y política daría para un grueso volumen de ensayo. Solo hay algo cierto: los políticos (el poder) suele buscar intelectuales para legitimarse; los intelectuales se sienten halagados cuando el poder los atiende porque se creen importantes y piensan que, con sus ideas, está cambiando el mundo. La historia rebosa de ejemplos, desde Platón y Dionisio de Siracusa hasta Anthony Giddens y Tony Blair. Otra cosa es la esfera pública burguesa en la que todos intervenimos. Los intelectuales también. Unos lo hacen más como gentes de partido y otros vamos por libre. Que, ocasionalmente, aparezca uno coincidiendo con un partido por las razones que sean no quiere decir que sea miembro de ese partido. Es mi caso.

En los años 80 usted pareció muy vinculado al PSOE, en especial con la Fundación Sistema animada por el importante dirigente socialista Alfonso Guerra ¿Cómo era su vínculo en ese entonces con el partido? ¿Cuáles eran los principales debates de la época?

No es así. Mi vinculación con Sistema -de cuyo consejo de redacción formo parte- es de amistad personal con [José Félix] Tezanos. Por aquellos años 80 se me ocurrió proponerle unas jornadas de revisión doctrinal del socialismo como teoría y práctica y él y la Fundación -que tenía y tiene más medios que yo- las pusieron en práctica como “Jornadas de Jávea sobre el futuro del socialismo”, en las que participé como un debatiente más. Al cabo de unas cinco ediciones de las Jornadas, de estas salió la idea de elaborar un “Programa 2000”, que sería algo así como el programa del PSOE para el siglo XXI, un programa de partido. Y yo me aparté. No volví a las jornadas ni tuve nada que ver con el Programa 2000. Los principales debates de la época eran de poco alcance, en mi opinión. El que más me interesó por entonces fue el de la defensa del Estado del bienestar frente al desmantelamiento neoliberal. Sobre eso escribí bastante entonces, tratando de articular una línea que, desactivando algunas críticas neoliberales (sobre todo a la inviabilidad fiscal del Estado del bienestar) permitiera defender los logros alcanzados hasta la fecha y consolidarlos. Me temo que no tuve gran éxito y, con la crisis de 2008, inducida desde el proceso de financiarización de las economías, esa falta de éxito se ha consumado. En la actualidad el reto es reconstituir una teoría y práctica del socialismo democrático en tiempos del posbienestar.

Hay lecturas divergentes con respecto al gobierno de Felipe González y el rol del PSOE en la postransición, algunos lo consideran un puntal en la modernización de España y otros un capítulo más en la neoliberalización de la socialdemocracia europea ¿Cuál es su valoración al respecto?
A mi entender, fue ambas cosas. Por lo demás, España estaba tan atrasada que hasta el proyecto neoliberal era modernizador. El PSOE de González modernizó en buena medida la España tradicional atendiendo a reivindicaciones tradicionales: educación universal, Estado del bienestar, sanidad, igualdad, modernización de las administraciones públicas, del ejército, del encaje en Europa etc. Algunas vías ni se transitaron: por ejemplo, el gobierno González I no tenía ninguna mujer; el González II, tuvo una; el González III, dos y el González IV, tres. Las relaciones con la Iglesia no se tocaron. De ecología, ni se hablaba. Y en política económica se aplicó el consenso de Washington. Esto ha sido característico de los gobiernos socialistas españoles: han sido avanzados en lo social y ortodoxos (o, si se quiere, retardatarios) en lo económico. Pero, a mi entender, esa es escasamente la cuestión. Tiene gracia que siempre que se plantea esta cuestión de la Transición y el PSOE, se proceda en abstracto, como si fueran los únicos datos del problema: transición y PSOE, sin más contextos. Siempre que me encuentro con esta cuestión me surge a mi vez otras preguntas: ¿había en aquellos años propuestas alternativas? Si las había (cosa que me siento inclinado a negar, pues no se puede llamar propuestas a los erráticos bandazos del PCE y luego de IU que acabaron formando una infame alianza táctica con la derecha) ¿qué apoyo electoral conseguían?

Ha sido un autor muy prolífico y polifacético en sus intereses, reflejado en el libro que han hecho en su homenaje recientemente (. Si tuviera que reseñarlos usted: ¿Cuál cree que han sido sus trabajos más influyentes?

Los libros que han servido como textos y manuales en diversas universidades sobre Teoría del Estado, Ciencia Política, Partidos Políticos y el más reciente de la Introducción a la política (Tirant lo Blanch, 2015). En los últimos años, La desnacionalización de España (Tirant lo Blanch, 2015) y La República catalana (Ara Llibres, 2016), ambos sobre la sempiterna cuestión del ser de España.

También ha mostrado una preocupación muy notoria por las nuevas tecnologías y su impacto en la política ¿Cómo creen que influyen en esta democracia que está –según algunos autores- sufriendo una “crisis de representación”? ¿En qué lugar nos encontramos hoy tras muchos años del catastrofista diagnóstico de Giovanni Sartori en su célebre Homo Videns (Taurus,)?
En mi opinión, internet tiene una importancia similar a la invención de la imprenta, cotarelodecuplicada y de onda larga. No hemos hecho más que empezar. Las TIC están cambiando el modo de producción capitalista y, por supuesto, su forma de representación política. La democracia sufrirá mutaciones hoy inimaginables. La vieja política parlamentaria, convertida en partidocracias sometidas a la manipulación salvaje de los medios está agonizando. Es pronto para hablar de formas, pero las tendencias son innegables: aumento exponencial de las libertades (por eso los gobiernos se hacen más autoritarios y se decantan por el “estado permanente de excepción”, al estilo de Agamben); incremento de la crítica ciudadana y vigilancia de los poderes públicos; rupturas cada vez más frecuentes de los secretos de Estado, la forma típica de la tiranía; crisis de los partidos, cuestionados por sus bases; acción colectiva potenciada; “multitudes inteligentes”; denuncias del mal gobierno; participación universal, solo sometida a la audiencia que cada cual consiga por sus méritos y no por el medio empresarial a cuyo servicio trabaja. El mundo de Sartori está trasnochado. La televisión (sistema unidireccional de información, manipulación y adoctrinamiento) está en decadencia frente a las redes, que Sartori no llegó a analizar. La televisión aísla y entontece; las redes comunican y empoderan.

En su blog Palinuro suele esbozar críticas muy duras contra el PP, de hecho ha señalado en varias ocasiones que en España no ha surgido una versión de la“nueva derecha” radicalizada porque, de algún modo, habita en el propio Partido Popular, al que caracterizado como “neofranquista”. Siendo que el PP es tomado como modelo por la derecha argentina: ¿Cuáles son los rasgos específicos que lo distinguen a este partido como fuerza de derecha? ¿A qué cree que se debe su éxito electoral y su persistencia en el poder (a pesar de las múltiples denuncias de corrupción y las dificultades socio-económicas)?

Que el PP es un partido neofranquista (incluso puramente franquista) está fuera de duda desde el momento en que fue fundado por un ministro de Franco y sus dos dirigentes hasta ahora son descendientes y herederos ideológicos de sendos franquistas: Aznar, de un leal a Franco, un periodista fascista, su abuelo; Rajoy, hijo de un juez corrupto franquista. El franquismo era la extrema derecha y el PP es franquista y de extrema derecha. Por eso no condena la dictadura, no aplica la ley de la memoria histórica, se niega a castigar a los torturadores y asesinos de la dictadura. Su éxito electoral se explica porque, en España, los franquistas (eso que llamamos “el franquismo sociológico”) son muchos, millones (entre cinco y ocho millones) de beneficiados de la dictadura por diversas vías y esos votan a los franquistas siempre, sin importarles si roban o no porque ellos aspiran a hacer lo mismo. La otra razón es el fraccionamiento y la incompetencia de la izquierda.

Ampliando el panorama: ¿Cuál es su lectura del ascenso de las derechas en Europa y en el resto del mundo? ¿A qué cree que se debe su crecimiento electoral?

A la inseguridad generada por la crisis que no es crisis sino un episodio más de la lucha de clases entre el capital y el trabajo y que el primero va ganando porque, en contra de la profecía de Marx, es él, el capital, el que se ha internacionalizado y no la clase obrera. Junto a la inseguridad de la crisis, la precariedad en la vida laboral y la xenofobia rampante a causa de la demagogia que se hace con los refugiados e inmigrantes.

Uno de sus temas más recurrentes a lo largo de su vida académica e intelectual ha sido el análisis de las izquierdas: ¿Cuál es su valoración general de la situación de las izquierdas en la actualidad? ¿Qué opina al respecto de la muchas veces mentada crisis de la socialdemocracia?

La situación de las izquierdas es la de siempre: calamitosa. Sus discrepancias son muy profundas y, en realidad, irreconciliables porque afectan a su estatus epistemológico y axiológico. De hecho, hay varias izquierdas y algunas peor avenidas entre sí que con la derecha. Hay, incluso, una corriente, el anarquismo, a la que las demás izquierdas00106533034770000_1__640x640 consideran de los suyos, pero no se ve a sí misma como tal. A mi entender, la izquierda tiene que ser democrática. Cualquier otra forma de izquierda que menosprecie la democracia o acepte procedimientos dictatoriales, no es verdaderamente de izquierda. El caso del anarquismo es diferente por razones largas de explicar. Los ácratas de la acción directa toman la vía de la violencia, pero la ideología anarquista, en la medida en que rechaza toda forma de poder, se articula como una democracia radical. El problema del anarquismo no es democracia sí o no sino uno de viabilidad o de factibilidad de una sociedad sin poder. La “crisis de la socialdemocracia” es un cliché. La socialdemocracia siempre está en crisis. La crisis es la forma de vida ordinaria de la socialdemocracia como, por lo demás, de las otras orientaciones políticas. Lo que se llama crisis es la aventura de la adaptación de la socialdemocracia a las nuevas condiciones políticas, económicas, tecnológicas, etcétera, del siglo XXI. Se adapta o perece. Como cualquier otra proposición de carácter colectivo. Las otras izquierdas, aparecidas ahora a raíz de la crisis económica y otros factores, tienen un terreno de desarrollo a base de recuperar un radicalismo nominal que la socialdemocracia ha perdido. Pero, en la medida en que, en realidad, solo suponen una reanimación del antiguo y semi-extinto comunismo, no le veo porvenir en nuestras sociedades abiertas.

Así como hay nuevas –y no tan nuevas– expresiones de la derecha, también emergieron en los últimos años diferentes fuerzas de izquierda igualmente novedosas que podríamos llamar –a riegos de generalizar- ‘poscomunistas’ ¿Cuál es su visión de las experiencias de Podemos en España, Syriza en Grecia o Melenchôn en Francia?

En parte ya he contestado antes. En mi opinión, lo que caracteriza a estas tres experiencias es su oportunismo. Creen encontrar la “ventana de oportunidad” en la mala situación -momentánea- de la socialdemocracia. Pero eso no las lleva a ningún sitio porque no se formula un programa político positivo que la gente pueda votar a base de criticar al adversario (el socialismo democrático) sin aportar ideas nuevas. Este es el problema de los “postcomunistas”, que son más comunistas que “post”. Y eso es una desgracia. En 100 años, en unos 200 países del mundo, los partidos comunistas no han ganado casi nunca una sola elección democrática en sitio alguno; quizá en un par de ocasiones. Nada. Es un dato que prueba que el discurso comunista no tiene aceptación en las democracias. De ahí que sus propuestas sean una mezcla de oportunismo y confusión.

Muchas de estas fuerzas se referenciaron –y algunas aún lo hacen- con los procesos de ascenso de fuerzas progresistas o de izquierda en América Latina: ¿Considera que estas experiencias –hoy también en crisis- aportaron elementos para la renovación de las izquierdas?

No. Una de las tendencias más frecuentes de la izquierda europea desde los años 70 ha sido copiar modelos latinoamericanos que, a su vez, estaban muy influidos por corrientes y tendencias europeas. O sea, una especie de bucle. Ni las concepciones teóricas, ni las formas de organización ni, por supuesto, las experiencias, tenían nada que ver. La importación de modelos latinoamericanos en Europa se ha saldado siempre con un fracaso. El último, el de Podemos en España, con una concepción populista y “nacional-popular” inapropiado a las condiciones del país. De hecho, el experimento puede darse ya por fracasado, al margen de los réditos que personalmente puedan sacarle sus protagonistas.

Algunos autores –Perry Anderson y Razmig Keusheyan los más destacados- han señalado que uno de los problemas de la izquierda en la segunda mitad del siglo XX ha sido, en algún punto, el divorcio entre los intelectuales y los partidos políticos: ¿Comparte este diagnóstico? Asimismo, y algo ya mencionó anteriormente: ¿Cuáles cree que son los temas más importanten053p16s que debe plantearse la izquierda democrática en estos tiempos?
Esa tesis es problemática. Los partidos siguen teniendo sus intelectuales orgánicos. Lo que sucede es que en una sociedad tan mediática, su utilidad es mayor presentándose como “independientes” en lugar de como militantes de este o aquel partido. Sin parar mientes en que ser “independiente del partido tal” roza el oxímoron. Los objetivos de la izquierda democrática son muy sencillos: asegurar la propia democracia, feminizar y “ecologizar” la política y, sobre todo, ser capaz de unirse. Realmente, la unidad es el gran reto de la izquierda democrática. No creo que lo supere. Por eso, lo verdaderamente importante sería fabricar un marco teórico e ideológico que sirviera de “casa común” de la izquierda en todas sus variedades.

Usted ha demostrado largamente su compromiso con para la conformación de esa izquierda democrática desde su faceta como intelectual y académico. En tal sentido, casi a modo de guía de lectura: ¿Cuáles son los autores y libros que considera imprescindibles para pensar en ese horizonte socialista y democrático?.

Esto equivale a preguntar por los autores preferidos de uno. Imposible de contestar. Y no solo imposible, sino nada recomendable. Establecer listas de autoores para bien o para mal es inconveniente. Para mal, porque es censura y no leer, y no estamos por tal labor. Para bien, porque implica “línea correcta” y dogmatismo. La persona de izquierda debe leer todo, de modo voraz, no hacer ascos a casi nada, compaginar autores actuales (Piketty, por ejemplo) y otros pasados, pero más actuales que los actuales (Etienne de la Boètie, por ejemplo).

QUIÉN ES

Ramón Cotarelo García es profesor emérito e investigador de la Universidad de Educación a Distancia (UNED) de Madrid. Ha escrito y compilado más de cuarenta libros entre los que se destacan Los partidos políticos (1985, Sistema), La izquierda, desengaño, resignación, utopía (1989, Ediciones del Drac), La política en la era de Internet (2010, Tirant lo Blanch), Rompiendo amarras. La izquierda entre dos siglos (Akal, 2013), entre muchos otros. Sus últimos trabajos se han abocado al estudio del problema de la nacionalidad y el nacionalismo en España, con particular foco en el caso catalán. Ha traducido al español los trabajos de, entre otros, Erik Olin Wright, Georg Simmel, Rosa Luxemburgo y Jürgen Habermas. Escribe diariamente notas de opinión en su blog Palinuro (https://cotarelo.blogspot.com.ar/).

Fotos Jorge Barreno en El Español (http://www.elespanol.com)/Jordi Borrás en El Món

Fernando Manuel Suárez
FERNANDO MANUEL SUÁREZ
PROFESOR EN HISTORIA (UNMDP). COAUTOR DE "SOCIALISMO Y DEMOCRACIA" (EUDEM, 2015). ES EDITOR DE LA VANGUARDIA DIGITAL.


dilluns, 10 d’abril del 2017

El bloqueo de blogspot en Movistar

Ayer era imposible acceder a los blogs de blogspot desde Movistar. Al comenzar las protestas, a lo largo del día se normalizó el acceso a blogspot (entre otras cosas, a Palinuro), pero solo como lectores. Como administrador, seguí bloqueado hasta casi las 23:00. Todavía ahora, no las tengo todas conmigo. De vez en cuando, Palinuro vuelve a quedar bloqueado.

He hecho averiguaciones y he visto que también quedó bloqueado Wordpress, lo dicen en este foro. No he encontrado otro similar para blogspot pero, en ese de wordpress también comentan que lo mismo pasa con blogspot.

Realmente no las tengo todas conmigo. Hay indicios de que el bloqueo va a repetirse.

Por supuesto, aquí nadie da ninguna explicación, ni blogspot ni Movistar. Tiene uno que perder el día entero tratando de resolver un problema que no es de uno sino de la baja calidad del servicio.

Saben los lectores que Palinuro jamás falta a la cita. Pero esto ya es fuerza mayor. Si vuelve a bloquearse el acceso a blogspot como administrador, no podré permitirme el lujo de perder todo el día haciendo gestiones porque tengo mucho trabajo. Interrumpiré Palinuro hasta que el servicio se restaure con normalidad.

dimarts, 28 de febrer del 2017

La concordia por whatsapp

Acontecimiento de primera magnitud, el Mobile World Congress, una feria internacional de tecnología móvil que reúne a más de 100.000 participantes. Un momento único para que los usuarios de lo digital, los blogueros, los internautas, los administradores de redes, los tuiteros en todas sus ya diversas manifestaciones, intercambien información e ideas, incorporen novedades, reprogramen. De no ser en Barcelona, no me la hubiera perdido. Otra razón para envidiar a los catalanes que siempre montan estos acontecimientos rompedores, mientras aquí, en la corte, tenemos ARCO.

El evento atrajo una representación de las fuerzas e instituciones del Estado en la parte más conflictiva de este, Cataluña. El Rey y la virreina o vicepresidenta del gobierno central. Del lado catalán, Puigdemont, un descorbatado Junqueras, Forcadell y Colau. Ignoro si en los séquitos había alguien que entendiera realmente de móviles. Pero eso es indiferente. No estaban allí como usuarios directos de estas tecnologías sino como representantes políticos. La presencia del jefe del Estado testimonia la gran importancia que la autoridad concede a las llamadas TICs. La de la vicepresidenta del gobierno personificaba el nuevo espíritu de diálogo, cuyos efluvios llegan a Cataluña en forma de interesantes entrevistas que Sáenz de Santamaría celebra de vez en cuando con cargos de diversos gobiernos locales y solo ahora medita incluir en tan laudable actividad al gobierno de la Generalitat.

El día anterior, en una cena -esta gente pasa la vida entre cenas, galas y festejos- el rey pidió colaboración leal entre las administraciones. Hasta ahí llega el compromiso del monarca con las aspiraciones de los catalanes que, mientras las cosas no cambien y mucho, son tan súbditos suyos como los extremeños. Tiene gracia, además, que estas invocaciones se hagan siempre dirigidas a unas administraciones más que a otras. Felipe VI no se acuerda de la colaboración entre administraciones cuando habla en Madrid.

Claro, a su lado vigilaba la temible vicepresidenta del gobierno, dispuesta a imponer su forma de diálogo, consistente en un enunciado seco y negativo: "referéndum, no". Escaso es, por tanto, lo que la parte española puede aportar a diálogo o negociación algunos. Y tampoco la otra parte, la catalana, parece propensa a la comunicación en los casi infinitos campos de la actividad humana que no estén relacionados con su rotunda posición de "referéndum, sí". Si son políticos que van a un acto de tecnologías que no controlan y no hablan de política, ¿de qué hablan? De nada, claro. Y de ahí esa foto que parece un funeral con gente cariacontecida excepto el payo de segundo plano que parece haber reconocido a un pariente del pueblo. El humor lo pusieron los del Mundo Today avisando de que el Mobile World Congress era un caos porque sólo había un enchufe para cargar el móvil.

La realidad era que ese encuentro de reyes, gobernantes, autoridades estaba a la sombra de un acontecimiento que se producía a 600 kilómetros de allí: la comparecencia de Francesc Homs ante el Tribunal Supremo, acusado de desobediencia y prevaricación por la convocatoria del 9N. Un hecho tan insólito que llevó a Homs a decir que, si hay sentencia por el 9N será "el fin del Estado español". Era el titular de El País. Al ver en la crónica, sin embargo, que Homs hablaba del "fin del Estado de derecho en España", Palinuro publicó un post, Por la tremenda, entendiendo que El País manipulaba la información. Y no era así, Homs habló del "fin del Estado español". Procede, pues, disculparse ante el periódico.

Los juicios por el 9N son un auténtico disparate. Para refutar el argumento de que se trata de juicios políticos se señala que la acusación es desobediencia, no por razones políticas o ideológicas, porque los acusados sean independentistas. Pero desobediencia ¿a quién? Al Tribunal Constitucional y a su prohibición de adoptar medidas independentistas. Lo que se prohíbe es el independentismo. Es un intento de disimulo ridículo: se judicializa un proceso político pero luego se utiliza políticamente a los jueces.

En esas condiciones de diálogo efectivamente bloqueado, procesos abiertos, otros por abrir, quizá docenas, cientos, si entran en danza las autoridades municipales, y con una hoja de ruta que fija un referéndum en menos de siete meses, no están los ánimos para muchas celebraciones, como puede verse en la foto del Congreso Mundial de Móviles.

dissabte, 12 de novembre del 2016

Prohibir el recurso al pataleo

Inauguran su mandato como siempre: prohibiendo algo. Con la "Ley Mordaza" creían haberlo prohibido todo, pero se olvidaron de las burlas a la Ley. Ahora quieren prohibir las burlas y, ya puestos, todas. Porque eso es lo que son mayoritariamente los memes, burlas. El hasta ahora respetado derecho al pataleo. Para ello se invoca el derecho al honor. Un laberinto de interpretaciones. Si alguien, por ejemplo, ha cobrado comisiones ilegales, el derecho al honor vulnerado no está en el hecho en sí sino en el modo de comunicarlo. Porque los memes son comunicación. Es la imagen lo que se persigue; pero tampoco debe de ser eso porque, antes de internet, los memes eran dibujos, chistes, caricaturas que se remontan a los orígenes de la prensa. Los memes, los inocentes memes, pertenecen a la tradición de la caricatura. Muchas veces, los caricaturizados no se complacen con sus caricaturas pero de ahí a prohibirlas por ley media un trecho. Claro, a lo mejor no son las imágenes en sí, sino eso que se llama su "viralidad", esto es, que se difundan en cuestión de horas y que sean tan ingeniosas.

El honor es categoría social, por lo tanto la norma deja un amplio margen interpretativo a los jueces pero ahora quiere recortarlo sacando los memes de toda interpretación, prohibiéndolos de raíz. Y ¿cuál es el criterio para prohibirlos? La publicación de imágenes sin consentimiento, se entiende que expreso. Pero eso haría imposible el trabajo de los medios audiovisuales, gráficos y escritos que cubren los actos públicos de los partidos, por ejemplo. Si ls imágenes no pudiesen difundirse sin más, los actos no serían tan públicos; más bien privados. Y si los medios suben las imágenes, ¿cómo se va a impedir que otros suban las imágenes de los medios que traen las imágenes de aquellos cuyo derecho al honor ha de protegerse?

Prohibir los memes en las redes es prohibir los chistes.

dimarts, 9 de juny del 2015

Palinuro, hablando hoy sobre seres humanos artificiales.

Sí, ni más ni menos. En el Centro de Estudios Políticos  y  Constitucionales (Plaza de la Marina Española, 9, Madrid), sobre las 12:00 del mediodía. Se preguntarán ustedes cómo sea posible tratar tema tan extraño en el marco adusto del CEPC. Muy sencillo: han organizado un seminario con el título: Pescadores, peces y anzuelos, el long tail político del Big Data o, sea, para entendernos, ciberpolítica o política e internet que, ya se sabe, es una pasión de Palinuro. Todo eso de "internet cambiará la política, las elecciones, los partidos, la democracia", según unos; o "internet no sirve para nada, no cambia nada, los ciberactivistas ni pintan un pimiento", según otros. Asunto apasionante.
 
Palinuro, además, leyó mal el título y, donde dice "long tail", leyó "long trail". Y no sé, francamente y con toda humildad, creo que lo divertido de la minería de datos es su "long trail" y no su "long tail". Pero la empresa es ajena y los organizadores la bautizan como quieren. Hacen bien. En lo que quizá no hagan tan bien es en invitar a Palinuro que se puso muy nervioso cuando vio lo de los "big data" y  empezó a ver algoritmos, IPs y otras piezas de los analytics caminando por el pasillo. Por fortuna recibió a tiempo el programa y en él pudo ver cómo gente de categoría iba a hablar de temas altamente especulativos, casi teológicos, como la creación de seres humanos por seres humanos fuera del procedimiento científico habitual de la cigüeña de París y ya se animó algo más.
 
Por eso preparó una pequeña pwp sobre el tema San Miguel contra el Golem o la Babel interior", con intención de dar un repaso a esta constante del espíritu humano de ver si consigue igualarse a Dios o acercarse a él, aunque sea modelando algo tan imperfecto y arcilloso como un ser humano. Al terminar, pensó que el título no era justo, pues debiera llamarse San Miguel contra Matrix o la Babel interior, pero ya era tarde para cambiar, pues el programa estaba impreso. Pero queda claro: hablaremos de robots, cyborgs, androides, clones, entre otras criaturas que tratan de franquear la barrera entre el sueño y la realidad y también de smart mobs como entes no programados pero autopoiéticos.
 
Todo el mundo bienvenido al seminario, sobre todo si quiere saber por qué Matrix ha sustituido al Golem.

diumenge, 22 de març del 2015

El espacio público.

La democracia es el ágora, el foro; desde los tiempos de los griegos y los romanos. El espacio público en el que los ciudadanos debaten los asuntos de interés común. El lugar en el que se habla, se delibera, se razona, se acuerdan decisiones colectivas. Hasta en los tiempos más oscuros de la Edad Media se mantuvieron formas democráticas mínimas de carácter municipal, con asistencia pública a concejos o similares. Muy distintos según los países, pero a partir de los cuales fueron surgiendo luego los órganos deliberantes en las ciudades, hasta que el ascenso de la burguesía en el siglo XVIII institucionalizó el ámbito de lo público, la Öffentlichkeit habermasiana, como un lugar de encuentro y discusión de unos ciudadanos razonantes y críticos. Así nacería también la opinión pública y, en paralelo las instituciones representativas, eje de la forma de gobierno moderna, la más importante de las cuales es el Parlamento, esto es, el lugar en el que se habla. Porque hablar, debatir, deliberar, es la esencia misma de la democracia.

La política se hizo comunicación política.

Con la irrupción de los medios, la expansión de la prensa escrita (causa y efecto de la alfabetización de las sociedades), la aparición de los audiovisuales, especialmente la televisión y también el cine, el ámbito público invadió el privado y colonizó toda la acción social, arrebatando al Parlamento la centralidad del debate. La opinión pública se hizo más plural, más crítica, más informada y de mayor peso. Disponía de gran diversidad de fuentes. Entre ellas, las voces de los intelectuales que, ya desde el Rheinische Zeitung de Marx, se hicieron fuertes en sus barricadas de papel. Los filósofos se expresaban en la prensa. Parte de la obra de Ortega está en los periódicos. La de Sartre, en una revista. Y con ellos, muchos otros. Filósofos, literatos, sociólogos, psicólogos, juristas, expertos variados están permanentemente en los medios, generando opinión pública.

La comunicación política se convirtió en la metateoría de las teorías políticas y la opinión pública.

Y ahora, internet, las redes sociales. Muchos sostienen que hemos entrado en una nueva forma de ágora, de ámbito público. Sin duda. Es el ágora digital, una realidad inmediata que condiciona la interacción social sin que quienes en ella participan tengan claro cómo funciona. Porque, sobre ser nuevo este ámbito, es muy proteico, cambia continuamente de formas y pautas y presenta un elemento de incertidumbre.

Justo en el momento en que la comunicación política se ha convertido en el arte de manipular la opinión pública al extremo de poner en cuestión la esencia misma de la democracia.

Lo anterior está basado en una convicción democrática que todos compartimos, al menos públicamente, esto es, la de que el ámbito publico debe ser libre, de libre acceso y garantizar derechos fundamentales, como la libertad de expresión, la libertad de prensa, el acceso a la información veraz, etc. No puede haber censura ni manipulación por razones ideológicas o políticas. En realidad, por ninguna razón. Otra convicción general es que, así como los medios de comunicación privados pueden tener la ideología que quieran, los públicos deben carecer de ella, ser imparciales, plurales y garantizar el acceso a todas las opiniones. Si estas convicciones dejan de operar, si el gobierno las quebranta de modo deliberado y sistemático, no es posible hablar de democracia.

El presidente Rajoy inició su mandanto modificando la Ley de Radiotelevisión para nombrar un director general sin consenso, solo con los votos de su partido. La finalidad, patente: poner la RTVE al servicio del partido y el gobierno. Como está y a niveles de vergüenza. Telemadrid no puede verse y la RTVE comete diariamente los mayores atentados a la deontología periodística. No se informa sobre manifestaciones multitudinarias o, si se informa, es para dar noticias de altercados, sincronizadamente con las fuerzas de orden público a las que muchos testigos acusan de ser quienes los inician. Pero se emiten verderos publirreportajes y ditirambos al gobierno. Los medios no solo reflejan una realidad distorsionada. Llegado el caso, se la inventan. En la Televisión de Extremadura dan el discurso íntegro del presidente, como si esto fuera el sultanato de Omán y, cuando toca hablar a la oposición, pasan un episodio de una serie. Este es el régimen normal del audiovisual público. Pura propaganda y, en algún caso, como en Castilla La Mancha, Agitprop. Llenan además las tertulias y debates de comunicadores afines al gobierno, parásitos y bufones a los que mantienen con cargo al erario. Llaman habitualmente debate al linchamiento dialéctico.

Los medios privados, escritos o audiovisuales forman un cerrado frente progubernamental. En unos casos por afinidades ideológicas, fáciles de entender entre el gobierno de la derecha y los empresarios de los medios, muchos de los cuales tienen intereses en otros sectores generalmente dependientes de las decisiones de la autoridad. O bien por pura dependencia económica de los medios escritos frente a los poderes que discriminan en la publicidad institucional y en las subvenciones. El periódico más favorecido por el gobierno, La Razón, es el de menor difusión pero más ímpetu en su defensa, hasta el extremo de haber inventado un género nuevo, el del comic serio. La abundante presencia de comunicadores no ya de derechas sino furibundamente reaccionarios y agresivos, al estilo del Tea Party, descompensa de tal modo ese ideal ámbito público de debate democrático que lo convierte en una burla. Se habla mucho de las puertas giratorias en cuestiones económicas, pero las político-mediáticas son un hecho cotidiano. La señora Aguirre pasa de ser presidenta de la Comunidad de Madrid a candidata a la Alcaldía y columnista del ABC. La señora Aguirre columnista opina sobre la señora Aguirre candidata.

Realmente, en el ámbito mediático solo se oye el ruido y el discurso de la derecha.

Con las instituciones sucede lo mismo. El Parlamento no existe. Ni siquiera legisla, pues eso lo hace por decreto el gobierno. No se habla de nada que disguste a la mayoría de la derecha. O sea, no se habla de nada. No se habla. De vez en cuando, el señor Rajoy lee un papel, habitualmente, mal. La oposición lo critica, los suyos aplauden y se hace lo que él ha leído. ¿Debate? ¿Discusión? ¿Rendición de cuentas? ¿Explicaciones? ¿Asunción de responsabilidades? Por favor. No confundan la libertad con el libertinaje. De los tribunales, no hablemos. La lucha desesperada de los dos o tres jueces empeñados en hacer justicia en asuntos que incomodan al príncipe empieza a rozar lo legendario. Como legendaria es ya la identidad de criterios del Tribunal Constitucional y el gobierno que nombró a su presidente entre lo más granado de su militancia. La Fiscalía, el Tribunal de Cuentas, la Defensora del Pueblo, Marquesa de Salvatierra, etc. están secuestradas, convertidas en dependencias privadas del gobierno.

Las instituciones están al servicio del partido que, a su vez, está al servicio de la voluntad omnímoda de su presidente y presidente del gobierno. Esto, ¿cómo se llama?

Por último, el ámbito público digital. Aquí se concentra la escasa oposición que se da en España. Unos cuantos diarios digitales y las redes sociales. Si es algo que se hará ver en la política real se comprobará en breve. Pero el gobierno no duerme sino que, como las vírgenes prudentes, mantiene la vela encendida por lo que pueda pasar en un ámbito tan nuevo e imprevisible. Y no se limita a vigilar a los tuiteros y echarles mano cuando atenten contra las convicciones del pío ministro Fernández Díaz o a aprobar una ley de propiedad intelectual que permita acogotar a quienes se expresen en la red. Va más allá. La intención es pervertir la nueva ágora pública digital, manipulándola, pretendiendo hacerla inservible o colonizarla, como ha hecho con la mediática.

La jefa de la campaña electoral de Esperanza Aguirre está siendo investigada por tramitar contratos con dinero público a través de la red Púnica para mejorar la reputación en internet de altos cargos del Gobierno regional, entre ellos, el actual consejero de Presidencia y Justicia, Salvador Victoria, y el presidente, Ignacio González. Bien. ¿Qué llama la atención de esta noticia? Exactamente, la finalidad, "mejorar la reputación en internet de altos cargos", etc. Y eso, ¿cómo se hace? Esos dineros públicos ahora investigados han ido a parar ¿a quién? Y por hacer ¿qué? ¿A pagar trolls, comentarios en las redes, fabricación de noticias, fakes? ¿Cómo se mejora la imagen de Ignacio González en las redes? ¿Mintiendo, engañando, falseando la realidad con el dinero de todos?

Los mismos que destruyen los discos duros de sus tesoreros son los que gastan fortunas de dinero público en embellecerse en el ciberespacio, en pagar loas y ditirambos. Es decir, quieren destruir el nuevo ámbito público de internet. O controlarlo, lo cual vendría a ser lo mismo si pudieran y, en todo caso, llenarlo de la desvergonzada propaganda de sus telediarios y de las trolas y estupideces de sus tertulian@s a sueldo, la mayoría de l@s cuales es estomagante.
 
La intención es clara: privatizar todo lo público, incluida el ágora. En el fondo, privatizar el Estado, condición conveniente para ponerlo en manos de las multinacionales, como prevé el proyecto de TTIP.

divendres, 13 de febrer del 2015

El piloto y las multitudes.


Estuvo bien la conferencia de la UOC, aunque no me corresponda a mí decirlo. En todo caso, dio lugar a un animado coloquio que duró más que la propia conferencia, lo cual es siempre buena señal porque quiere decir que el auditorio no está deseando perder de vista al conferenciante.

Como no parece razonable ponerse a explicarla aquí, he decidido transcribir mi esquema-guión. Falta, por desgracia, el apoyo de las imágenes, siempre muy ilustrativas, pero, al menos, puede seguirse el hilo del razonamiento.


El piloto.
La definición de política de Easton sigue siendo válida: distribución social de valores materiales e inmateriales realizada por quien tiene autoridad para ello. La autoridad recae en los gobernantes. Es la división clásica y esencial de la política: gobernantes y gobernados. Entre el piloto y la tripulación y el pasaje. Es la idea platónica del filosofo rey.

El piloto está en posesión de un saber superior, generalmente arcano, monopoliza la información, lo que le permite orientar a los demás.

Los órdenes políticos se representan siempre como pirámides. Como jerarquías. Moisés: el líder por antonomasia, caudillo de pueblos, el héroe, ocupa la cúspide de la pirámide.

Todos los órdenes políticos son piramidales: la República Romana, el orden medieval, el Estado de derecho.

Las multitudes.
En la Edad Moderna, que arranca con la imprenta, se rompe el monopolio de la información y esta se difunde. Y con la ilustración, hija de la imprenta,surge una situación distinta. El ser humano titular de derechos emerge como un sujeto colectivo, la ciudadanía. Spinoza ya había hablado de multitudes. La forma política de la ciudadanía es el sufragio universal, lo que levanta la polémica sobre la capacidad de las masas para gobernarse. Surgen las teorías de las élites (Pareto, Mosca, Ortega). Una versión radical constituye a una parte de las masas, la clase obrera, en sujeto de la historia. El sujeto colectivo ¿es la clase o es la nación?

Pero ¿hay sujetos colectivos? ¿Hay conciencia de clase o espíritu del pueblo? Parecen constructos de la nueva élite: los intelectuales. Karl Mannheim y las ideologías. El intelectual orgánico gramsciano. La emancipación ¿de clase, racial o nacional?

Articulación de las multitudes en redes (Castells). Redes distribuidas: democracia deliberativa, horizontalidad y organización espontánea. Internet como segunda revolución de la imprenta y universalización de la información, gratis y en tiempo real. Las multitudes inteligentes (Rheingold) son el relevo por el fracaso de los sujetos colectivos.

Información y comunicación.
La universalización de la información se sigue en la de la comunicación con la supresión de las barreras lingüísticas y la gestión de una información cada vez más compleja.

El cruce de cibernética y redes da la ciberpolítica en donde la información, su correcta interpretación es básica, apoyada en la Teoría General de Sistemas y los sistemas autopoyéticos. Basta con ver la expansión por etapas, según se ampliaron los medios de comunicación: 1) organizaciones sociales civiles; 2) nuevos movimientos sociales; 3) multitudes inteligentes en procesos des autoorganización y conservación.

La comunicación alcanza niveles exponenciales con la universalización de las redes sociale, que son el banco de prueba de la teoría habermasiana de la acción comunicativa. La cuestión de si esta ha sido validada o falsada queda abierta.

La capacidad de asimilar información de complejidad creciente, la acción política digital, la viralización de la política 2.0, la coordinación a través de las redes distribuidas, configuran las multitudes inteligentes como confluyendo en una inteligencia colectiva, supuestamente propia de una sociedad emancipada. El inconveniente es que la inteligencia es siempre un atributo del individuo y que, el hecho de que hayan fracasado todos los sujetos colectivos propuestos a lo largo de la historia (creyentes, pueblos, proletarios, razas) no da mayor sustancialidad a una inteligencia colectiva que, aunque simulada como tal, seguirá siendo pura agregación de inteligencias individuales. El avance es que, ahora, en principio, contamos con todas.

Futuro.
¿Autogobierno de las multitudes o seguirán siendo necesarios los pilotos y de qué tipo?

Sueño kantiano de una cosmópolis con una opinión pública mundial.

dijous, 18 de desembre del 2014

El PP contra internet.

Antes de ayer, de madrugada (02:30 am), cerró Google News en español en respuesta al canon AEDE que el PP ha impuesto con efectos del 1º de enero próximo por la presión de los grandes periódicos (lo "grandes" es un decir) en la nueva ley sobre la propiedad intelectual. 15 horas después, el tráfico exterior de los medios españoles había descendido en un 15%, según se aprecia en el gráfico públicado por Gigaom que a su vez cita un estudio de Chartbeat, una empresa de análisis de la red.
A partir del 1º de enero todo el que enlace a contenidos de los medios tiene que pagar, incluso aunque los medios estén en código abierto, bajo licencia copyleft, ya que se trata, según dice la ley, de un "derecho inalienable". La decisión de Google, por tanto, es una respuesta movida por el interés y tiene considerable efecto porque daña la difusión de los contenidos de los medios. De hecho, es la experiencia que se extrajo de la llamada tasa Google, aplicada antes en Alemania. Dado que allí el pago no era obligatorio, Google suprimió todos los enlaces de los medios que cobraban y, ante el descenso de tráfico, fueron los mismos medios los que retiraron la exigencia de cobrar. Aquí, los editores de AEDE quisieron curarse en salud e hicieron obligatorio el canon pero, al parecer, ya están presionando al gobierno de nuevo para que busque una solución el problema planteado por el cierre de Google, que los daña más que el régimen de libre enlace.
Por supuesto, el canon no afecta solo a Google sino a todos los que enlacen a contenidos ajenos, a agregadores de noticias, sitios como Menéame que quizá no tengan la capacidad de resistencia y presión que tiene Google. Frente a la libre circulación de información en la red el gobierno adopta una actitud similar a la que tiene en todo lo demás, por ejemplo, en materia de orden público: restringir las libertades y derechos haciendo imposible su ejercicio por vías económicas, tasas, sanciones, multas. En la red, algo parecido.
Es obvio que quienes elaboran contenidos deben tener una justa retribución pero también lo es que este no es el procedimiento más adecuado porque causa mayores perjuicios de los que evita. Si la restricción se hace por razones económicas, empresariales, de coste beneficio, el canon habrá de modificarse, si no suprimirse. No se trata de dejar desamparados los derechos de autoría, pero sí de buscar una solución que no dañe precisamente los intereses que quiere proteger.
Pero si se hace por razones ideológicas, lo más sensato es mantener el canon, con lo que se cerrarán innumerables sitios, el tráfico se reducirá y se pondrá sordina a las redes sociales, un territorio de generalizada crítica política y movilización de la ciudadanía. Es un primer paso en la dirección que llevan todos los sistemas autoritarios: controlar internet. Y en algunos casos en los que la afición a reprimir se mezcla con la incompetencia, si no se puede controlar internet, matarla.
Pero eso es imposible. Internet son los nervios de la sociedad y no se puede cerrar porque la sociedad se pararía en horas. Eso sin contar con que el tráfico exterior actuaría como si el país fuera una especie de agujero negro de la red. La red no se puede cerrar y el gobierno hará el ridículo una vez más.  

dimarts, 9 de desembre del 2014

¿Cuánta democracia admite la democracia?


Hugo Aznar y Jordi Pérez Llavador (Eds.) (2014) De la democracia de masas a la democracia deliberativa. Barcelona: Ariel (204 págs.)
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Hugo Aznar, uno de los editores de esta recopilación de textos explica su origen  en la introducción. Se remonta al IV Seminario interdisciplinar Crisis y revitalización de la ciudadanía: ¿de la democracia de masas a la democracia deliberativa? celebrado en la Universidad CEU Cardenal Herrera (Valencia), al que los organizadores tuvieron le gentileza de invitar a Palinuro. El volumen recoge las ponencias que en él se presentaron y algún otro escrito y, como se ve por el título del libro, al haber desaparecido el interrogante del del seminario, parece damos por bueno que la democracia de masas deviene democracia deliberativa. Los trabajos aquí referenciados son muy interesantes y abonan esa impresión. Pero, antes de considerarlos por separado, tengo una querella previa con los nombres y cierta perplejidad que no afecta a los contenidos de aquellos sino a los términos que empleamos y no parecemos cuestionar. ¿Es acertado contraponer "democracia de masas" a "democracia deliberativa"? Esta última, ¿no es también de masas? Las masas ¿no deliberan? Se presume que no, y el término "democracia de masas", en realidad, quiere decir "democracia de élites" y, al llamarse "de masas", entiendo, está empleando el término en un sentido ideológico, de masas como rebaños. Esas masas aquí referidas presuponen las élites y como estas son las dirigentes y decisivas, la contraposición bien podría ser "de la democracia elitista a la democracia de masas deliberantes". De hecho me da la impresión de que es el espíritu que reina en el libro.

Los editores abren la recopilación con la ponencia de Palinuro, titulada Pasado y presente de una ciudadanía pendiente, sin duda por lo de poner el burro delante para que no se espante. No hablaré de ella por ser autoría de mi doble, quien siempre dice que no le gusta hablar bien de sí mismo y que, para hablar mal, ya están los amigos. Baste decir que se trata de entender la ciudadanía no como un estado o condición, sino como un proceso. La etapa en que encuentra ahora es la de las "muchedumbres inteligentes" y el reto siguiente, que ya se perfila, es el de la ciudadanía mundial, cosmopolita.

Jordi Pérez Llavador tiene un trabajo, "La no ciudadanía en la comunicación: opinión pública y propaganda" en el que traza de modo sintético y ágil el origen de los "muchos" como sujeto histórico en el desarrollo del capitalismo industrial del siglo XIX, con la extensión del sufragio universal, la aparición de unas masas que pusieron nerviosa a la burguesía, como se prueba por las teorías del liberalismo doctrinario que acabarían fraguando en las teorías de las élites de los primeros decenios del siglo XX. Hay un paso de la comunicación grupal de los antiguos públicos habermasianos a la comunicación de masas. Y, a partir de aquí, la propaganda. Aborda Pérez Llavador este asunto con especial referencia a Walter Lippmann. Lo mismo sucede con más autores del libro, pues participan en un proyecto de investigación que, entre otros asuntos, estudia la figura de este gran publicista estadounidense. Por el periodo que le tocó vivir, el de la Gran Guerra la entreguerra y los años posteriores a la segunda mundial, Lippmann comprobó cómo los medios de comunicación se convertían en vehículos de propaganda. Hablando del periodismo de guerra, Lippmann avisaba "el trabajo de los reporteros ha terminado así por confundirse con el de los predicadores, los misioneros, los profetas y los agitadores". La cita es de Pérez Llavador, pero la tentación salta de inmediato: ¿se habla de la guerra del 14 o de ahora mismo? A esa pregunta parece dar respuesta el párrafo de conclusión del autor: "El ciudadano, ante la propaganda, pliega su voluntad a designios ajenos. Muta para convertirse en súbdito de imágenes, sentimientos e ideas" (p. 66).

Rodrigo Fidel Rodríguez Borges tiene un interesantísimo capítulo titulado "las relaciones entre prensa, ciudadanía y democracia en Walter Lippmann. Un liberal en su laberinto", dedicado específicamente a desentrañar el sentido y contenido de la compleja, prolongada y muy influyente obra del afamado columnista. Entiendo que Borges explica la insistencia del Lippmann tardío en una forma de gobierno de técnicos y expertos, procedente de la idea platónica del filósofo rey (p. 87), como una especie de contradicción, si bien recuerda que  se defendía de la acusación de tecnocracia reafirmando su condición de "demócrata liberal" (p. 88), lo cual no le libraba de la acusación de Dewey de pretender despojar al ser humano de su dignidad en cuanto ser autónomo (p.91). Lippmann era un liberal en el sentido estadounidense del término, es decir, progresista. También lo era, a mi entender, en el sentido español, el del Siglo de Oro, como hombre magnánimo. Su conocimiento y gran admiración por Platón estuvieron presentes en su vida. La teoría del filósofo rey o el mito de la caverna. Jugando con ambos desarrolló su vida este gran periodista que intervino y definió momentos hitóricos decisivos, como los catorce puntos del presidente Wilson o la guerra fría en los cuarenta. Comenzó con unas expectativas éticas muy elevadas y, poco a poco, los acontecimientos lo fueron llevando a una actitud que sus defensores llaman "realista" y presupone un eclecticismo ético. Pero aquella actitud crítica y de principios se dio y sigue siendo un buen espejo de la profesión periodística.

El trabajo de Hugo Aznar, "De masas a públicos: ¿cambios hacia una democracia deliberativa?" me ofrece poco tema para considerar porque estoy de acuerdo en casi todo lo que dice. La desafección democrática (Norris et al.) es anterior a las NTICs (p. 97) y estas, internet, son una revolución similar a la de la imprenta, pues han traido un aumento exponencial de la autonomía individual (p. 99). Se añaden otras novísimas tecnologías, como la web 2.0 o el tráfico con dispositivos móviles y estamos en una era que Aznar caracteriza minuciosamente en doce factores, todos determinantes y entre los cuales subrayo como muestras la bidireccionalidad, la interconectividad, la intercreatividad y la velocidad (p. 102). Yo le añadiría "redes distribuidas" y "nubes", pero no sé qué nombres les daría. El tema central del trabajo es una comparación de caracteres de las masas (en su concepción tradicional) y los públicos en red. Equipara tres rasgos antropológicos, cuatro psicosociales y otros cuatro sociopolíticos y todos son pertinentes, desde la aparición de los prosumidores (p. 106) hasta la formulación de una ciberutopía (p. 118). La última parte del ensayo es una especie de visión metafórica de lo que las otras argumentan y así Aznar contrapone la célebre teoría de la aguja hipodérmica (p. 119), que suena un poco al huso y la rueca, a la posibilidad de una "especie de cerebro digital planetario" que suena otro poco a la máquina del tiempo (p. 120).

Manuel Menéndez Alzamora, en "Repensar la democracia: los retos de una ciudadanía cosmopolita", aborda el espinoso y huidizo tema de la globalización. La vieja raíz de la nación cívico-política y la nación cultural asoma en la polémica entre cosmopolitismo y comunitarismo (p. 131) y, aunque da la impresión de simpatizar más con el primero, siendo ambos formas del liberalismo, su máximo interés es que la democracia global sea deliberativa y superadora de su naturaleza "constitucional y normativa" (p. 134). Se apoya para proseguir en los importantes trabajos de Pogge y Nussbaum, pero sin duda es un territorio en el que queda mucho por indagar sobre todo en términos de factibilidad.

El estudio Pedro Jesús Pérez Zafrilla, "Génesis y estructura de la democracia deliberativa", es un buen trabajo introductorio al origen y situación actual de la democracia deliberativa. Frente a la hegemonía de la teoría elitista se alza en un momento dado una corriente "participacionista" (Bachrach, Macpherson, Pateman) (p. 145) que desemboca en la teoría de la democracia deliberativa con tres corrientes: a) republicana; b) rawlsiana; y c) discursiva (p. 150/152). Analiza luego sus elementos característicos que son participación, consentimiento y deliberación (pp. 155/157) y aclara las indudables ventajas de la deliberación. El autor concluye que la democracia deliberativa se revela como un nuevo modelo de acción política necesario para regenerar la vida democrática..., (p. 159). Y está en su derecho. Pero no acabo de ver que esos tres elementos de participación, consentimiento y deliberación sean ajenos a la democracia representativa tradicional. Otra cosa es que sean lo que nosotros quisiéramos que fuesen. La democracia es compromiso. 

El trabajo de Víctor Sampedro, "democracias de código abierto y cibermultitudes" es un muy estimulante ensayo, hecho con conocimiento de causa más que sobrado, para quienes creemos que el avance de lo digital no solo aumenta exponencialmente las fuentes de información, la capacidad y autonomía de los individuos sino que trabaja en un sentido progresivo de emancipación de la especie. El cambio social es impredecible y más con internet que, de nuevo, rememora a Gutenberg (p. 164) y lleva la imprevisibilidad al límite. Concibe el proceso en términos de guerra, con un intento de control estatal-corporativo del ciberespacio que amenaza la democracia (p. 169). Es el viejo dicho del complejo militar industrial actualizado. La resistencia viene hoy de los prosumidores o, mejor, de los tecnociudadanos que se valen del software libre o código abierto (p. 170). La lucha en la sociedad red, cuyo adelantado es WikiLeaks, aborda procesos "destituyentes" de los regímenes económicos y de representación (p. 173). La opinión pública digital y las cibermultitudes imponen hoy sus principios en la política (p. 178). Son todos postulados los de este análisis que pueden aplicarse con provecho al fenómeno de Podemos y sería interesante hacerlo porque así es como funcionamos en una dialéctica permanente de teoría y praxis.

Guillermo López Garcia titula su trabajo "Del 11M al #15M. Nuevas tecnologías y movilización social en España". Curioso título. Habrá colegas a quienes sea preciso explicar qué es un hashtag y qué función cumple. Los otros, los de las nntt, no lo necesitan pero podrán preguntarse por qué el 11M no lleva hashtag. Y la cosa tiene miga: porque el 11M no fue trending topic y el 15M, sí. Y no lo fue por falta de redes sociales, no por su importancia intrínseca como fenómeno. En marzo de 2004 hacía un mes que se había creado Facebook y Twitter no comenzó a funcionar hasta 2006. En términos de redes, el 11M pertenece a la edad de la piedra en comparación con el 15M. Y aun así uno de los aspectos más señalados de aquella fecha es que la movilización social contra el PP se convocara por SMS. Hoy, con Whatsapp, la cosa se habría triplicado. Con esto se da cuenta ya del contenido del trabajo, que está implícito en el título. Es curioso leer la observación de que en cuanto al movimiento del #15M, lo más llamativo es que surge "de la nada" (p. 196). Lo mismo que suele decirse de Podemos. Pero hay algo hasta ahora incontrovertible: de la nada no surge nada. Salvo el Ser, pero ese es otro asunto.

dilluns, 9 de setembre del 2013

El nuevo Palinuro ya está en la calle.


Para delectación general, con nuevo formato interactivo, mucho más ágil y entretenido. Con una interfaz motivadora en la que se salpimentan las distintas secciones de la página: política, economía, cultura, arte, asuntos internacionales, pensamiento, controversia, cine, literatura, etc. La aventura palinúrica sigue su curso, animada por el notable eco alcanzado hasta la fecha, la aceptación y benevolencia del amable público, su alcance nacional e internacional y su apreciable difusión. Para todos los momentos del día: la mañana de brega, la tarde de reflexión y la noche de ensueño, Palinuro está siempre al alcance de la mano, con lo más reciente y lo más perenne.

Y todo ello desde la más insobornable independencia de criterio. Palinuro no se vende, aunque no le falten ofertas de compra. No tiene hipoteca política, empresarial, religiosa alguna. Se rige solo por una mezcla de espíritu artúrico y código del bushido o, sea, la moral caballeresca aceptada por las naciones civilizadas y no civilizadas del planeta, que se basa en dos reglas de oro: la palabra del caballero es sagrada y no se hace a los demás lo que uno no quiera para sí. Palinuro no hace ni pide concesiones, no entra en cuadra, escuadra, grupo, partido o asociación algunos. No obedece órdenes. Ni las da. Es un territorio libre, abierto a tod@s y que solo espera de ell@s comportamiento similar, regido por la norma de San Francisco: "cuando te vayas de aquí, deja todo como lo encontraste."

Sobrevivirán los dos formatos, el Palinuro antiguo y el moderno, por supuesto. Pero, ya cabe entrar en el nuevo, que se actualiza con la misma frecuencia del antiguo, aunque espero que suceda a ustedes como al propio Palinuro, quien cada vez se encuentra más a gusto en el nuevo formato. Un exitazo de diseño que he de agradecer a mi amigo Pedro desde su admirable página de Publicoscopia, a la que considero tan mía como el propio Palinuro

Bienvenid@s. Están ustedes en su casa.

dimarts, 4 de juny del 2013

La culpa la tiene Twitter.


Erdogan está que bufa. La población se le ha sublevado a cuenta de su autoritarismo y su confesionalidad. Y no unos cientos de ciudadanos, sino miles; no en Estambul solamente, sino a lo largo y ancho del país; no de los jóvenes, sino de todas las edades; no los hombres, sino también las mujeres. De nuevo muchedumbres inteligentes en marcha, con sus tácticas horizontales, desestructuradas, espontáneas, su reiterada ocupación de espacios públicos, sus enunciados democráticos genéricos y su falta de programa concreto. Como está pasando hace ya un par de años en todas partes. En Turquía, sin embargo, por partida doble pues a la condición de país más o menos europeo (y, por lo tanto "indignable") se une la condición musulmana de la antigua Sublime Puerta. Aunque nadie hable de una "primavera turca", los acontecimientos alcanzan ya notable virulencia, los manifestantes tienen a las fuerzas de seguridad en jaque permanente y el gobierno parece políticamente acorralado.

Así que Erdogan está que bufa y habla, cómo no, de elementos extremistas, viejo cuento de los sistemas autoritarios que ya no cuela porque a la vista está el carácter pacífico y democrático de las manifestaciones, como el propio gobierno reconoce. Sin embargo, son sus fuerzas de seguridad las que recurren a la violencia, incluido el empleo de gases. Pero hay algo nuevo en las diatribas de Erdogan, el que bufa. Además de a los "elementos extremistas", culpa a Twitter, de quien dice que es una fuente de problemas. Lo mismo que decían Ben Alí en Túnez y Mubarak en Egipto, antes de que a este último le diera un ataque de locura transitoria y bloqueara internet.

Twitter, internet, las redes sociales son las que cargan con las culpas. El debate sobre si las redes son políticamente relevantes está muerto. Son relevantes. Son decisivas. Otra cosa es que, al estar en sus comienzos y arrastrar un considerable inconveniente en forma de brecha digital (que contradice la vocación universal de internet) su acción no sea inteligible en términos de la política institucional tradicional. Por eso se dice que estos movimientos son irrelevantes porque su falta de estructura orgánica no les permite influir allí donde se toman las decisiones: el Parlamento. Otra cosa fuera si se organizaran en partidos políticos. Pero ese es un juicio pobre. Hipostasia el juego institucional y no entiende que, dada la juventud de las redes, sus formas de acción están por inventarse.

Es indudable que las redes provocan conmociones sociales y políticas y, por supuesto, mediáticas. Es el ciberespacio a través de internet. Y la razón de esta revolución es internet.

Por eso todos los gobiernos tratan de controlarla. Todos. Hasta la fecha lo han hecho invocando el benéfico concepto de la propiedad intelectual y la necesidad perentoria de combatir la piratería en la red. A esa intencionalidad respondían los dos proyectos legislativos que no han conseguido imponerse de momento en los Estados Unidos, SOPA (Stop Online Piracy Act) y PIPA (Protect IP Act) así como su primo hermano, también fracasado por ahora en el Parlamento Europeo, ACTA (Anti Counterfeiting Trade Agreement). Un lío esto de la propiedad intelectual cuando lo que los Estados quieren es controlar directamente la red, censurar, bloquear lo que les parezca peligroso o ilegal. Por eso se forzó una reunión internacional hace un par de meses en Dubai, convocada por la China y la India, entre otros, deseosos todos de llegar a un acuerdo que permita a los Estados (o sea, los gobiernos) meter sus narices en la red, en las redes sociales, en la vida privada de los ciudadanos. El acuerdo no salió por la oposición de los Estados Unidos. No porque sea un adalid de la libertad de los mares digitales sino porque aspira a tener el monopolio de fiscalización de la red.

El gobierno español también se ha puesto manos a la obra y en el anteproyecto de ley de reforma del Código procesal penal que está cocinando el ministerio de Justicia hay un amplio apartado sobre investigaciones judiciales penales (para delitos catigados con más de tres años de cárcel) literalmente online. En el curso de la instrucción (que ahora parece la dirigirá el fiscal, aunque esto no lo tengo muy claro) y por decisión judicial, la policía podrá hackear ordenadores, meterles troyanos, robarles las contraseñas, espiar todos los movimientos de los internautas. Y quien dice todos, dice todos. Los delitos que se invocan para justificar esta posibilidad de vigilancia universal son los más detestables: pornografía intantil, acoso, trata, tráficos de todo tipo (de drogas o de armas), delincuencia organizada, terrorismo. La capacidad de intervención abarca ordenadores, tablets e iphones, los discos duros y lo que se almacena en la nube. Llega incluso a apoderarse de las IP de otros ordenadores en contacto con el investigado e investigarlos a su vez por los mismos procedimientos. Nadie está a salvo. Nadie está seguro.

Desde luego, la intención -procedente de un ministro que ya ha dejado nota de su talante autoritario y represivo con un proyecto de ley mordaza de la prensa que los medios le han hecho retirar de momento- suscita importantes reservas desde el punto de vista de los derechos cíviles más elementales: la intimidad, el secreto de la correspondencia, la inviolabilidad del domicilio, etc., etc. Sin duda hay terreno para un debate que va a durar lo suyo. Más interesantes me parecen dos consecuencias que no se han resaltado tanto.

De un lado, el recurso a los delincuentes para combatir el delito tiene el inconveniente de que se difuminan los límites entre la legalidad y la ilegalidad. Pero, sobre todo, parece ignorar que los delincuentes también pueden recurrir a otros hackers para defenderse de los del gobierno y atacar a este. De otro el fortalecimiento de la fiscalía en la instrucción, por mucho control judicial que haya, da mala espina, al menos mientras el Ministerio Fiscal sea una dependencia orgánica de hecho del gobierno. La mera sospecha de que el gobierno pueda utilizar al fiscal para desacreditar a un adversario político, debiera hacer pensar al ministro que eso también puede pasarle a su partido cuando esté en la oposición. Salvo que el ministro crea que el PP ya nunca abandonará el poder.

Que algo así es posible se echa de ver hoy mismo cuando el fiscal actúa más como abogado defensor de la infanta Cristina en su proceso que como acusación. Por algo así ha expulsado el juez del proceso de los papeles de Bárcenas al PP. A lo mejor también se puede expulsar a este fiscal. Aunque eso será irrelevante porque el sustituto seguramente hará lo mismo. Y no por presiones de la Casa Real. Qué va. En absoluto.

(La imagen es una foto de Rosaura Ochoa, bajo licencia Creative Commons).

dilluns, 13 de maig del 2013

La tradición revolucionaria

Casi todos los análisis por ahí danzando sobre el M15M suenan a anticuados. Están hechos a partir de categorías políticas anteriores a internet, en el contexto de venerandas instituciones que vieron la luz cuando ni existía la máquina de vapor. La mayoría de ellos concluye que, si el M15M quiere ser eficaz, debe dotarse de algún estatuto orgánico y entrar en el funcionamiento de las instituciones. O, cuando menos, ha de encontrar formas de acción llamémoslas "simbióticas" con unos u otros partidos políticos, que son los que tienen la sartén por el mango. Alguno se lo plantea como reto. "Hágase partido político", le recomendaba hace días Cospedal. En resumen: si quieren ustedes conseguir algo, pasen por el aro.

Estos análisis ignoran la realidad de la forma más crasa. Desde el primer aniversario, el M15M está demostrando una eficacia rotunda. 1.400.000 firmas metieron a Ada Colau y la PAH directamente en el Congreso y las llevaron luego al Parlamento Europeo. 929.903 ciudadanos madrileños han firmado en contra de la almoneda de la sanidad pública por cabezonería e interés del neoliberalismo rampante. La marea verde ha paralizado la Ley Wert con su ataque al derecho universal a la educación y las movilizaciones cudadanas lo han hecho con el asalto eclesiástico a los derechos de las mujeres a través del piadoso ministro de Justicia. Ahora el M15M pide un escrache al sistema.  Está clarísimo: en su proteica manifestación (ajena a toda estructura orgánica) el M15M es muy eficaz y se retroalimenta a sí mismo. Nadie hablaba de escraches en la Acampadasol del año pasado.

Claro que el M15M sigue vivo y tiene un gran impacto social. De hecho, el panorama político está cambiando. Desde el punto de vista conservador, rige un principio formal: la legitimidad se obtiene habiendo ganado unas elecciones y esa legitimidad ampara toda acción del gobierno, incluso la contraria al programa con el que se ganaron esa elecciones (en el caso de Rajoy) o la que no estaba prevista en tal programa (caso Fernández-Lasquetty en Madrid).

Pero esta es una concepción de la democracia como régimen de opinión tan anticuada como los análisis antes mencionados. El triunfo electoral  ya no puede ser un cheque en blanco hasta las próximas elecciones. Estas garantizan el gobierno por consentimiento de las mayorías. Pero, por un lado, las mayorías cambian a lo largo del tiempo y, por otro, rara vez serán homogéneas. Antes no era posible detectar estas variaciones con seguridad y por eso se ignoraban. Pero ahora es posible hacerlo a través de las TICs y en tiempo real. Si hay una mayoría, habrá siempre una o varias minorías y la calidad de la democracia se mide por el trato que esas minorías reciben.

Lo que posibilita esta movilización masiva es internet. Y, si lo puede hacer la gente con sus escasos medios, más podrá hacerlo el Estado con los suyos, siempre poderosos. Lo que le falta al Estado es voluntad; justo lo que le sobra a la gente. Y por eso esta puede con todo. Se dirá que el 1.400.000 firmas de Colau o las más de novecientas mil firmas de la sanidad proceden de la difusión a través de los medios. Sin duda. Pero esa difusión mediática (política 1.0) viene ahora replicada al infinito en la red, en donde la información circula prácticamente a la velocidad de la luz, se universaliza en tiempo real y, sobre todo, permite ser administrada libremente por todos los individuos que no son solo receptores de la información sino también emisores y, desde luego, replicantes (polítca 2.0) en el ciberespacio y haciendo ciberpolítica.

El predominio de las redes y la difusión fulminante de la información permiten, a cambio, una acción real más pausada, más elaborada en los procesos asamblearios, con mayor alcance y más posibilidades de eficacia. Lo decían al comienzo, hace dos años: vamos despacio porque vamos lejos.   

dijous, 29 de novembre del 2012

URGENTE.

Carta de Michael Sommer: 
internet, como la conocemos hoy, está en peligro.

El próximo 3 de diciembre puede acabar la neutralidad y la libertad de internet.
Ese día comienza la Conferencia Mundial sobre la Telecomunicación Internacional en Dubai. La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), una organización especializada de la ONU, conjuntamente con los ministerios de Telecomunicaciones de 193 países tomará medidas a puerta cerrada sobre el uso internacional de internet. Pueden adoptarse decisiones que permitan a los gobiernos limitar el acceso a internet en sus países y aumentar la vigilancia online.
Por ello, la Federación Sindical Internacional que presido ha abierto una causa urgente en Change.org en la que pedimos al Secretario General de la UIT que paralice el proceso iniciado y organice negociaciones transparentes. Puesto que una internet bajo control de los Estados y las empresas es contraria a lo que la red representa: acceso abierto y libre para todos.
El tiempo apremia: en los próximos días tenemos que dejar claro que no permitiremos que se destruya nuestro derecho a una comunicación sin barreras.
Firmad ahora nuestra petición y mostrad vuestro apoyo a la libertad en la libertad de internet. Enviad este mail a vuestr@s amig@s y conocid@s
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Michael Sommer
Presidente de la Federación Sindical Internacional (FSI) y Presidente de la Federación de Sinbdicantos Alemanes (FSA)

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MÁS CLARO.
Un grupo de empresas de telecomunicación está en contacto con países como la China, Egpto y Arabia Saudí, que ya hoy restringen cuanto pueden la libertad en internet con el fin de redactar una nueva normativa en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas  sobre telecomunicaciones internacionales en diciembre.

Su propuesta significa que los gobiernos y las empresas de todo el mundo tendrán la posibilidad de:

- Hacer de pago servicios como el correo electrónico o Skype;

- limitar el acceso a internet; y

- vigilar todo lo que hacemos online.

Para los habitantes de los países pobres y aquell@s que viven en dictaduras, las nuevas reglas todavía serán peores.

Firmad la petición mundial de la columna de la derecha y pedid al Secretario General de la UIT, Dr. Hamadoun Touré y a l@s representantes de vuestros gobiernos que toman parte en la Conferencia que rechacen el nuevo intento de restringir la libertad en internet.

¿Os imagináis a gente como Wert metiendo sus narices en lo que decís en la red?

dissabte, 28 de juliol del 2012

WikiLeaks

La designación de Garzón como director del equipo jurídico de defensa de Assange habla mucho en favor del activista y del juez. Del activista por haber elegido a un juez que combina su respeto por las garantías legales con una firme voluntad de lucha política en pro de causas justas, entendiendo por tales aquí las que afectan a los derechos fundamentales de los individuos. Del juez porque el nombramiento demuestra el gran prestigio mundial del nombrado que sus oscuros colegas de profesión no han conseguido aniquilar condenándolo por un delito; al contrario, lo han magnificado. La persecución injusta ennoblece las causas ya de por sí nobles. La combinación es perfecta. Son dos personajes extraordinariamente mediáticos situados en el centro de un huracán mundial en el que intervienen los más diversos actores, desde grandes potencias hasta organizaciones radicales secretas y servicios de espionaje de lo más variado, incluido, probablemente, el Vaticano.
Al comienzo de la aventura de WikiLeaks, Palinuro, dejándose llevar por su atávico optimismo, calificó a Julian Assange como un héroe de nuestro tiempo, una especie de caballero andante de la era digital, enfrentándose a los poderosos, deshaciendo entuertos, revelando maquinaciones, amparando a los débiles. La organización es una especie de estado mayor de un movimiento difuso de masas ilustradas que tienen acceso privilegiado a informaciones sensibles por muchos conceptos. Las fuentes de WikiLeaks son los miles de ojos de los internautas que, como si fueran cien Argos, todo lo ven, lo escanean y se lo hacen llegar a la organización. Ningún servicio secreto estará seguro mientras exista WikiLeaks que se nutre de informaciones de multitudes anónimas. De ahí que sea una organización sometida a persecución implacable por los poderes de la tierra y del cielo. Se observa en las cuatro afirmaciones que hace la página y que, traducidas al español, dicen:
  • WikiLeaks: 602 días de bloqueo bancario - sin decisión judicial
  • Assange: 599 días de detención - sin cargos
  • Manning: 796 días en la cárcel - sin proceso
  • Gran Jurado: 682 días de Tribunal secreto estadounidense - sin transparencia.
Es muy fuerte: tribunales secretos, penas de prisión prolongadas sin juicio. Es un asalto a los derechos fundamentales casi de carácter absolutista. Tratan de esfixiar la organización económicamente y por eso esta pide donaciones. El que pueda hacerlas que las haga. La causa merece la pena. Es acabar con el secreto en el poder político antes de que el poder político acabe con las libertades.
Leo en Twitter, en @wikileaks"El opio de los Juegos Olímpicos encubre un caso de corrupción de la policía británica, los disparos contra manifestantes saudíes y otro robo de tierra de Israel. ¿Qué viene después?" Se me ocurren varios temas más que podrían ocultarse tras las competiciones deportivas, por ejemplo, una posible guerra entre la China y el Vietnam o una crisis bancaria de la India o el efecto de la pérdida del hielo en Groenlandia.
WikiLeaks se ha convertido en una pieza esencial del edificio de las libertades humanas.
(La imagen es una foto de R_SH, bajo licencia Creative Commons).