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dilluns, 10 d’octubre del 2011

El precio del dinero.

Hay algo obsceno, inmoral, inhumano en el modo en que se reciben e interiorizan las noticias sobre el dinero que cada vez con más bestialidad, como si fueran los jinetes del Apocalipsis, van jalonando esta crisis que todos consideran financiera, es decir, del dinero. Algo que debiera considerarse antes de que la absurda conversión de un medio en un fin en sí mismo acabe llevando el mundo a una situación sin salida.

No se hablará aquí de lo que está pasando en Europa, en donde los poderes públicos corren prestos en auxilio de un banco que habrá cometido todo tipo de fechorías, mientras permiten que países enteros, como Grecia, se hundan en la ruina y su población en la miseria, con ser ello ya bastante repugnante. Tampoco se hablará de que, a su vez, estos mismos países, de nuevo Grecia, empobrezcan a sus habitantes mientras emplean el dinero que no tienen en comprar cuatrocientos carros de combate a los Estados Unidos con el único fin pensable de emplearlos contra sus propios ciudadanos si elevan el tono de sus protestas; cosa no menos repugnante que la anterior.

Este post se limitará a España, lugar en el que se dan máximos ejemplos de obscenidad en las injusticias del dinero sin que sea necesario ir a buscarlos fuera. En un país en el que el salario mínimo interprofesional es de 641,40 euros (y eso los que lo cobran) hay cajas de ahorros al borde del desastre, mal gestionadas, si no delictivamente, y cuyos directivos pueden llevarse, por ejemplo, cuatro millones de euros de indemnización por barba, es decir, más de seis mil veces el salario mínimo interprofesional. Como el dinero es un medio de cambio y el cambio se hace siempre cuantificando, resulta que cada uno de estos inútiles que han arruinado algunas cajas, vale por seis mil ciudadanos, muchos de los cuales, a su vez, si no todos, valen bastante más que él. Una catarata de dinero para premiar la incompetencia cuando no el fraude y la corrupción y que en realidad es una deslegitimación radical del sistema que lo tolera.

Porque es el sistema. Los beneficiados no hacen otra cosa que aprovecharse de las posibilidades que éste ofrece. Ninguna autoridad monetaria, financiera, económica del país ha salido al paso de semejante gatuperio. Estas autoridades, en el fondo, son cómplices. Hierve la sangre al escuchar al gobernador del Banco de España insistir en que hay que bajar los sueldos cuando el suyo el año pasado, después de una rebaja del quince por ciento "para dar ejemplo" era de 165.026 euros brutos, un 111 por ciento más que el del presidente del Gobierno. 165.000 euros brutos al año por no saber gestionar una crisis y permitir que las cajas parezcan cuevas de ladrones. Porque ¿qué hace falta para estar al frente de una de esas cuevas y forrarse el riñón para siempre? Enchufe y sólo enchufe, como siempre en el país.

Y del rey abajo, todos. No menos obscenos son los salarios, prebendas y bicocas de cientos, si no miles de consejeros, asesores, personas de confianza y altos cargos digitales. Camps, a punto de comparecer ante el juez acusado de un delito de cohecho, cobra un sueldo público de 57.586 euros anuales como miembro del Consell Consultiu y cuenta con coche oficial y secretaria. Los miembros del Consejo de Administración de RTVE, que hace una fechas pretendían imponer la censura en el medio cobran cantidades astronómicas y cuentan con numerosos privilegios a cambio de atentar contra el derecho a la información de los españoles. Un espectáculo bochornoso. Una caterva de asesores se forra literalmente a cambio de aconsejar a un político sin escrúpulos cómo burlar la ley en su gestión.

La clase política en su conjunto contribuye al espectáculo con fervor. Los diputados tienen un régimen de retribuciones, privilegios, pensiones y gajes varios al que debieran renunciar, ajustándolo a lo que moralmente puede defenderse en España hoy dadas las circunstancias. Esos alcaldes de poblaciones de veinte o treinta mil habitantes que se adjudican sueldos estratosféricos también superiores al del presidente del Gobierno son ejemplos de esta situación general de inmoralidad y abuso.

Después, los más demagogos entre ellos fingen asombrarse de la indignación que estas costumbres provocan cuando lo asombroso es que tal indignación no se haya transformado ya en un estallido social. Porque el asunto es muy sencillo. No es necesario poseer grandes conocimientos de la ciencia económica ni discutir sobre alambicadas fórmulas y políticas económicas de uno u otro tipo, que si la demanda, la oferta, el ahorro o el gasto. Basta con adoptar una regla muy simple que todo el mundo entiende y, generalmente, aprueba. Basta con que sólo cobren del erario público quienes realicen un trabajo real y útil y que lo hagan de acuerdo con su productividad, esto es, que se apliquen el criterio que pretenden imponer al sector privado. Y, ya en éste, que ese criterio se aplique no solamente a los salarios sino también a los beneficios.

(La imagen es una foto de ArchiM, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 20 de maig del 2011

Aguirre o la hora tonta de Dios.

La más avanzada teología contemporánea de la escuela de Fray Gerundio de Campazas sostiene que el demiurgo de los gnósticos manifiesta su aspecto humano a través de sus criaturas ya que él es espíritu puro. Así, evidencia su cólera a través de Lope de Aguirre, según Werner Herzog. La raza debe de estar empeorando porque con esta otra Aguirre Dios sólo manifiesta sus horas más tontas.

Según parece, la famosa anécdota de que, siendo ministra de Cultura, Aguirre confundió a Saramago con una inexistente Sara Mago, es apócrifa. La señora presidenta tiene un portafolios de necedades, sinsorgadas e inconveniencias dichas en público. No necesita a Saramago. En una biografía asegura que con los ingresos de su hogar muchas veces no llega a fin de mes , como tantos millones de familias en España. Basta con verla. Una prueba evidente de estulticia castiza.

En otra ocasión declaró que Franco era socialista. Eso se llama desparpajo, pero no la deja en buen lugar intelectualmente hablando. La Presidenta no pasaría una evaluación de comprensión de conceptos.

En otro momento, inspirada en su intensa fe católica, apremió a desterrar de una vez la superioridad moral de la izquierda, propósito tan racional como el de romper con el mayo del 68. Casi suenan como confesiones al psicoanalista, algo así como un rechazo neurótico al pasado.

A raíz de la detención de Strauss-Kahn acusado de delitos sexuales se pregunta que en dónde están las feministas. No debe de tener cerca a ninguna, desde luego, ni siquiera a sí misma o quizá no sabe verlas pues es difícil ver lo que no se entiende por carencias propias.

Cuando el forcejeo por la presidencia de Caja Madrid, Aguirre calificó de hijo de puta a un queridísimo compañero de partido a cuyos ayudantes, según parece, espiaba. Ese término dedicado a un conmilitón expresa claramente el nivel moral de esta dama del Imperio británico

Con motivo del M-15 sostiene Aguirre que lo importante es que no lo manipulen los partidos de izquierda. Bastante es tenerlo acampado permanentemente a la puerta del antiguo y siniestro ministerio de la Gobernación. ¡Lástima de tiempos en que la izquierda sólo podía manipular los barrotes de las cárceles! Aquellos tiempos en que liberales como Aguirre y augures como Mayor Oreja vivían apaciblemente porque tenían una democracia con el único apellido legítimo: ¡orgánica!

Son las horas tontas de Dios manifiestas a través de esta su aristocrática sierva.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 1 d’abril del 2011

Gallego, gallego.

Leo que hay algunos gallegos indignados con las gracietas de Aznar sobre gallegos. Tanto que lo tienen por un "cretino". Es para indignarse. Y es bueno que el personaje se dé cuenta de que quienes se indignan contra él no son necesariamente los izquierdistas, islamistas, antisonistas, negros, homosexuales, mujeres, catalanes y titiriteros entre otros sino también los gallegos.

Da la impresión de que el hombre es así, con escaso control sobre sí mismo y sobre lo que dice y hace. Es un temperamento autoritario y monocorde, cuando no repetitivo en sus gustos y aficiones. Las alusiones impertinentes a los gallegos pertenecen al rico mundo mental de quien dice con aplomo que le gusta la mujer-mujer y no la mujer con mezcla de hombre, supongo, igual que el famoso café-café de la postguerra no podía traer mezcla de achicoria.

(La imagen es una foto de Pontificia Universidad Católica de Chile de Santiago, Chile, vía de Wikimedia Commons).

dijous, 3 de març del 2011

Enrique Curiel.

Como el ladrón en la noche, la muerte se ha llevado de golpe y con antelación a un hombre que todavía hubiera aportado mucho al acervo común por lo mucho que sabía y lo mucho que vivió. Ha truncado una existencia que, habiendo dejado atrás el arrebato y la premura de los tiempos mozos, así como los compromisos y cargas de la edad madura, se adentraba ahora en ese periodo de reflexión y meditación distanciada que es el lago interior en que navega la sabiduría.

Era mucho lo que Curiel hubiera podido trasmitir y ahora nos quedaremos sin saber. En compañía de su amiga, Pilar Brabo, cuya aventura compartió en todo, incluso en lo prematuro de su desaparición, Curiel personificó el empeño más ambicioso y quimérico del comunismo por adaptarse en forma y fondo a las exigencias políticas y morales de una sociedad democrática con aquella fórmula que se llamó Eurocomunismo y que a la larga no pudo ser. El fracaso de ambos fue su triunfo. Igual que el triunfo de la muerte es su fracaso ante nuestro recuerdo.

Que la tierra te sea leve, Enrique.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 26 de febrer del 2011

Tres hombres y un destino.

Los tres hombres, muy distintos entre sí son Gadafi, Berlusconi y Camps. Gadafi es un apuesto barbián cuartelero; Berlusconi, un exuberante galán latino; Camps, un cacique de piadosa catadura. Pero su destino es el mismo: dar cuenta de sus actos, de los que son responsables a fuer de hombres, ante los órganos correspondientes, como cada hijo de vecino.

Ese es su destino, o debiera serlo porque los tres se han sublevado contra él y pretenden esquivarlo. Para lo cual los tres se escudan en el poder del que se valen no en interés de la colectividad sino en beneficio propio, al dictado del más primitivo instinto de los seres vivos, la supervivencia. En el caso de Gadafi probablemente en sentido literal pues la guerra en que ha metido el país es, como todas las guerras, a vida o muerte. En el caso de los otros dos, más en sentido figurado. La vida de Berlusconi ni la de Camps corre peligro, pero sí su condición jurídica que puede pasar de ciudadanos honrados e inocentes a delincuentes. Una muerte civil.

El poder político es al que se aferran; el de hacer las normas por las que se rige el común. Y, como se ve, ese poder político anda siempre rozando la guerra y, desde luego, el conflicto. Porque, ¿qué es lo que pretenden los tres parapetándose en el poder? De hecho lo que pretenden es que se les considere irresponsables de sus actos. Pero eso no se puede decir; es indecible. Así que se declaran prestos a rendir cuentas pero se valen del poder para impedir toda rendición. Gadafi a tiros; Berlusconi dictando leyes personales; Camps ganando unas elecciones.

En los tres casos el dinero es un elemento esencial, aunque cumple funciones distintas. En el de Gadafi se trata de una supuesta fortuna depositada e invertida en diversas partes del mundo. Una de esas montañas de dinero que los gobernantes cleptócratas acumulan en sus años de tiranía. Mobutu Sesé Seko era uno de esos ejemplos, y Duvalier en Haití, y Teodoro Obiang en Guinea o Ben Ali en Túnez. Supermillonarios que, en algún momento, deciden que hay que defender su riqueza a cañonazos.

Berlusconi posee otro tipo de fortuna. Acumulada mediante actividades industriales que puede que no hayan sido siempre legales. El acceso, o asalto, de multimillonario al poder se da en anticipación de algún proceso judicial por supuestas prácticas delictivas de carácter fiscal, financiero, etc. El dinero allana el camino al poder, como en los tiempos de Julio César o de los Medici o de los Rockefeller. Y el dinero permite conservarlo. No es disparatado pensar que el dinero es la argamasa que tiene unida a esa veintena de diputados procedentes de todos los demás partidos que han constituido un grupo independiente que se llama algo así como responsabilidad y garantiza que Berlusconi gane votaciones estando en minoría.

Berlusconi no solo gobierna en beneficio propio sino que se permite despreciar a los políticos a los que encuentra venales. Lo sabe él en sus libros de contabilidad.

El caso Fabra tiene unas dimensiones menos épicas pero más bufas. No parece que Camps se haya enriquecido como un Gadafi ni que tenga un fortunón que defender como Berlusconi. Nadie lo acusa de eso. Las acusaciones son de unas minucias, unos cohechillos, pero gracias a los cuales presuntamente otros se han llevado millones ilegalmente. Camps no puede liarse a tiros como Gadafi ni dictar leyes como Berlusconi; le falta poder. Así que ha decidido someterse al veredicto popular. Si se pretende juzgarlo mediante jurado, ¿qué mejor jurado que un plebiscito? De ese modo, el curita lleva meses componiendo la imagen del Ecce homo para que, al final, sea el pueblo el que lo aclame. Al margen de que haya o no tal aclamación, que está por ver, conviene recordar que la más afamada vez en que se recurrió a este proceder, el pueblo eligió a Barrabás. Claro que también podría ser Camps.

Pero el destino es común y tarde o temprano los tres tendrán que rendir cuentas de sus actos ante los órganos correspondientes que no son el ejército, el parlamento ni los electores sino los jueces. Y lo harán porque los tres son presuntos delincuentes.

(La primera imagen es una foto de El País, que dice es una toma de la TV libia. La segunda una de By Shealah Craighead, en el dominio público por ser una foto del Gobierno de los EEUU vía Wikimedia Commons. La tercera es de Carlesmari, bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 15 de febrer del 2011

Candidato Gürtel.

Reunión de urgencia del Comité Electoral Regional del PP del País Valencià. Resultado: unanimidad búlgara para nombrar a Camps candidato a la presidencia de la Comunidad Autónoma valenciana. Acto seguido, envío de dicha decisión al estilo prusiano a la sede nacional del PP en la calle Génova de Madrid con un lacónico comunicado en el que se lee textualmente que el Comité Electoral Nacional deberá ratificar la propuesta elevada por el PPCV. Deberá, imperativo; no deberá de, posibilista, desiderativo. Obviamente los valencianos piensan que el Comité Electoral Nacional es un órgano ratificante; como las Cortes de Franco. O sea, perfectamente inútil.

La taxativa comunicación quiere emplazar a la dirección nacional del PP ante un hecho consumado. Era la táctica preferida de Hitler. Y no estoy comparando a Camps con Hitler. Es obvio que no tienen la misma talla y no me refiero a la de los trajes. Hitler lo hacía porque podía: te descuidabas y había invadido la Unión Soviética. Camps y el PPCV lo hacen por si cuela. Tienen conciencia de su subordinación. Los traiciona el verbo elevar hablando de su propuesta. Sólo se eleva algo a lo que está más alto. Y desde el punto de vista de la derecha lo que está más alto prevalece siempre sobre lo que está más bajo.

Camps ha retado a duelo a Rajoy. Habrá analistas que digan que ha echado un órdago; cada cual con sus aficiones. El intríngulis es que Rajoy tendrá que pronunciarse, cosa que, al parecer, le molesta. Tendrá que decir sí o no. ¡Ah, que no quepa nombrar al "curita" embajador ante la Santa Sede! Podría, si las cosas se ponen muy mal, solicitar santuario en la basílica de San Pedro, escenario adecuado a la idea que tiene de sí mismo. Como El Escorial lo era para la que tenía Aznar también de sí mismo y de su prole. En la derecha siempre han gustado mucho las películas de Samuel Bronston.

Hay quien dice que si Rajoy no se ha pronunciado todavía es porque Camps conoce cosas cuya revelación le haría daño. Cuando se llega al fondo de la naturaleza humana nunca se sabe, pero me atrevo a decir que no hay tal. No creo que Camps pueda chantajear a Rajoy en algo más que en insinuar que puede alzar bandería propia en el Reino como Cascos lo ha hecho en la siempre indómita Asturias. Porque esa es una preocupación real. Rajoy teme no lo que pueda decir Camps sino lo que pueda hacer. El PP no resistiría una escisión valenciana. Francisco Camps es capaz de cualquier cosa una vez que ha decidido defenderse en el ámbito jurídico con armas políticas, como Berlusconi.

Y lo es porque el hombre no debe de regir ya del todo bien, sometido a una tremenda presión social y mediática de dos años de duración. Sus actos nunca han sido enteramente comprensibles pero, de un tiempo acá, revelan rasgos patológicos. Ese obstinado silencio ante la prensa es tan lamentable como lastimoso. Y de nada le sirven, (al contrario, lo obnubilan) las loas de la televisión valenciana y las defensas públicas de Ritá Barberá, como una dueña dolorida. Así las cosas Rajoy sólo puede desautorizar a Camps y esperar que la derecha valenciana no se eche al monte. Lo que no puede es tener un candidato sentado en el banquillo de los acusados. Porque acabarán llamándolo el candidato Gürtel. Y muy mal deben de ver las cosas los valencianos para no permitir que Rajoy pueda decidir sabiendo si el juez abre la vista oral o no con Camps de acusado. Y ojo porque a veces los cachazudos se vuelven flamígeros.


La vergogna sei tu, Silvio

Como si se tratara de una obra de Aristófanes, cientos de miles de ciudadanas salieron el domingo a la calle en Italia a decir a Berlusconi que ya basta de humillar y maltratar a las mujeres. El comediógrafo griego viene a cuento aunque no lo parezca. ¿No ha invocado una senadora belga el ejemplo de Lisístrata para pedir a las mujeres de los políticos que los tengan en abstinencia sexual en tanto no compongan gobierno? Lo que no sé es qué resultado dará en un país rebosante de católicos y protestantes tan respetuosos con el débito conyugal.

Berlusconi se defiende sosteniendo que él jamás ha pagado por las mujeres ya que una de las acusaciones es haber obtenido los favores de prostitutas menores de edad a cambio de dinero. Pero esa defensa es en verdad el mayor ataque a la dignidad de las mujeres porque, si no es por el dinero, ¿por qué otro don consigue Berlusconi a las mujeres?

(La primera imagen es una foto de mercedesalonso, bajo licencia de Wikimedia Commons. La segunda, una foto de Ricardo Stunckert/PR Agência Brasil[1]), también bajo licencia de Wikimedia Commons).

dissabte, 22 de gener del 2011

Las preguntas de la canallesca.

Ahorremos todo comentario sobre la importancia de la prensa en una sociedad democrática. Es evidente. Vayamos a otros aspectos menos comentados pero no menos importantes. El señor Camps es presidente de la Generalitat valenciana no porque el cargo le pertenezca como le pertenecen sus trajes, al menos los que se paga él, sino por el voto mayoritario de los ciudadanos de su Comunidad. Lo ideal es que el voto sea informado. Los electores (y no electores) tienen derecho a saber qué hace y cómo lo justifica el que los gobierna y aspira a gobernarlos de nuevo. Pero ¿cómo lo van a saber si Camps se niega sistemáticamente a contestar las preguntas de la prensa? Con ello no sólo impide que los medios cumplan con su función de control del poder sino que conculca el derecho de los ciudadanos a la información veraz. Veraz no por lo que él diga, sino porque pueda contrastarse con lo que digan otros, por ejemplo jueces y fiscales.

El PP está rompiendo todas las normas de transparencia que, sin embargo, exige a los demás a veces de malos modos. Sus políticos como Aguirre o Camps, bloquean iniciativas de la oposición en demanda de explicaciones, aclaraciones, en definitiva, rendición de cuentas, ocultan información y se niegan a comparecer apoyados en sus mayorías parlamentarias. Todo lo cual no impide que Aguirre, reina de la manipulación, el engaño y jefa de una máquina de propaganda que se llama Telemadrid, presente una ponencia en la actual convención de su partido sobre...¡la transparencia!

En la calle se mofan directamente de los medios con una actitud de prepotencia tan supina que debiera ser objeto de crítica en sus propias filas. El señor Camps no contesta a las preguntas que le hacen y tampoco explica por qué no contesta. Y cuando lo hace dice algo pasmoso: que sólo responde a cosas serias. Puede decirse que la pregunta del reportero ante el puesto de la FITUR lleva mucho retintín y que, además no es una pregunta sino un sopapo: ¿A qué el estand es tan bonito sin necesidad de pagar lo que le pagaban cuando se lo montaba el señor Bigotes?. Pero le respuesta de Camps de que sólo responde a cosas serias quiere decir que se arroga el derecho a decidir qué sea serio y qué no y no lo que crean los medios a pesar de que estos son la vía de formación de la opinión pública. Es decir, los medios están para transmitir lo que él quiera decir; no lo que interese al público.

Algo parecido es lo que hace Carlos Fabra quien, preguntado en el mismo lugar qué diferencia hay entre ser inocente y que el delito haya prescrito, responde al reportero: Usted trabaja para el PSOE, lo que no es cierto y, aunque lo fuera, ¿no trabaja él para el PP? ¿Por qué está bien trabajar para el PP y mal para el PSOE? Este modo de razonar prueba que este individuo, presunto delincuente prescrito, no tiene ni idea de cómo funciona una democracia sino que le gustaría suprimirla. Como a sus compañeros de partido, Aguirre, Camps, etc., que la aceptan porque no tienen otro remedio pero, cuando pueden, se comportan como lo que son, partidarios de la dictadura.

La democracia no es únicamente un conjunto de reglas. Es preciso que la gente las interiorice. Una democracia necesita demócratas. Gente que facilite información, no que la niegue; gente que responda de lo que hace y lo explique, no que lo oculte; gente que respete al adversario, no que quiera suprimirlo; gente que coopere con los medios, no que los boicotee o manipule. Claro que todo esto es muy difícil para la derecha que sólo admite prensa de inquebrantable lealtad y sumisión siendo la otra la "canallesca".

(La imagen es una foto de Ferbr1 bajo licencia de GFDL).

dissabte, 15 de gener del 2011

¿Se puede criticar a los expresidentes?

Palinuro ayer sobre Túnez




¿Criticar? Sin duda, supongo.

El asunto arranca de los recientes fichajes de los expresidentes González y Aznar como asesores de sendas empresas transnacionales de electricidad (y gas) con emolumentos cuantiosos y sobre lo cual también hay una entrada de Palinuro en días pasados, titulada Hay cosas que no se hacen. Así me ahorro reiterar qué me parece la cosa en sí que, a diferencia de la kantiana, está clarísima.

Pretendo ahora proseguir el asunto y, de paso, examinar algún argumento que he leído por ahí.

En cuanto al asunto, otro de los aspectos más feos es que a dos semanas de anunciar a los españoles que el recibo de la luz va a subirles un 10 por ciento, dos de las empresas eléctricas anuncien que van a gastar 200.000 euros en pagar los servicios de Aznar como asesor y unos 150.000 (o algo así, las cifras bailan) los de González. Así que ya saben los españoles a qué bolsillos va a parar una parte de ese aumento del 10 por ciento. Los que tengan sentido del humor pueden preguntar por qué sale más caro el asesor de la derecha que el de la izquierda. Es un desdoro para ésta. González debiera poner un precio más alto a sus servicios. Claro que, como se centran en Latinoamérica (a diferencia del otro, con más altos vuelos cosmopolitas), se habrá tenido en cuenta la relativa pobreza de la región.

Al margen de esto, que es un asunto de coyuntura y de mal o buen gusto, la decisión de González es criticable desde la izquierda en un plano concreto y otro abstracto. En el concreto, procede aclarar la naturaleza de las actividades de la empresa a la que asesora en América Latina y, más específicamente, en Guatemala. Hay que investigar la acusación de que esa empresa esté involucrada en el asesinato de activistas contrarios a su implantación en el país. Si la acusación no es cierta, que se proceda judicialmente; si es cierta, un político de la izquierda no puede asesorar a una empresa bajo tal sospecha.

En el campo abstracto tiene uno la impresión de que alguien de la izquierda (incluso la socialdemócrata que reconoce la importancia de la empresa en la sociedad), especialmente alguien que acumula una experiencia única, debe tender a emplear sus energías en difundir sus ideas y luchar por sus ideales. Si, al tiempo, quiere rentabilizarlas, está en su derecho: que escriba libros, dé conferencias, cursos y seminarios, haga películas y/o vídeos, monte una academia, una editorial, una universidad y cobre por ello; que invente algo. Pero reconozco que esto es muy subjetivo.

Es obvio que González no es Aznar. Pero eso no lo pone por encima de la crítica ni mucho menos hace bueno lo que puede ser malo. Esa es una actitud acrítica impropia de la izquierda. González debe ser objeto de crítica precisamente porque tiene una autoridad moral nada frecuente. Si esa se ensombrece su responsabilidad es doble. El valor de la crítica política, como el del movimiento, se demuestra andando. Confiar la legitimidad de la propia posición en la capacidad para criticar y ser criticado, pero trocar toda crítica en una alabanza servil es una actitud lamentable, aunque pueda ser conveniente.

El caso de Aznar, con quien ahora puede compararse a González, cosa que antes de esa decisión de asesorar no podía hacerse, es muy distinto, desde luego. Empezando por el hecho de que este contrato de asesor del político de la derecha no es el primero sino el tercero o el cuarto o váyase a saber. Siguiendo por el de que alguna de las empresas asesoradas, (omo esta Endesa y al igual que Gas Natural en relación a González) en su día se benefició de una decisión tomada por el ahora asesor en su condición entonces de gobernante. Y terminando con el de que todo ello lo hace en un clima de escándalo retórico permanente. El hombre se ha convertido en una figura mediática originalísima, el personaje de un género nuevo del periodismo que podríamos llamar periodismo del corazón de oro.

Lo criticable de Aznar no es que firme contratos de asesor bien remunerados a porrrillo. Eso es congruente con la derecha. Sus militantes suelen intercambiar los cargos políticos con presidencias de bancos, cajas, organismos financieros, consejos de administración y todo tipo de bicocas. Si bien es cierto que parte de la izquierda también gusta de figurar en la pasarela de entes financieros. Lo criticable de Aznar no es lo que asesora o por cuánto lo hace, sino lo que va diciendo por los caminos del Señor, entre consejo y consejo. Esas soflamas apocalípticas de "arrepentíos, pecadores, que llega el fin del mundo", provocan reacciones indignadas y encendidas del partido gobernante. Ahí está el señor Zarrías llamándolo mercenario y felón minutos después de que el propio Aznar calificara al Gobierno de la Nación (según adora decir el personal) de incapaz, incompetente e insolvente, que tampoco está mal como muestra de la forma en que la derecha arrima el hombro en momentos de zozobra generalizada.

Esas reacciones airadas a los despropósitos aznarinos en realidad alimentan la tremolina que el personaje se cree obligado a montar dentro del modelo del mencionado periodismo del corazón de oro. Aznar cosecha porque siembra y quienes lo enfilan en sus ataques le abonan el terreno. ¿Qué cómo puede decir el que hablaba catalán en la intimidad que lo de las autonomías es insostenible? Pudiendo. Lo suyo es montar el escándalo. ¿Por qué?

Primero porque así firma más contratos. Segundo porque de ese modo se pasan por alto tres circunstancias que afectan decisivamente a su partido: 1ª) no tiene programa salvo aplicar las medidas que, según dice, está obligado a aplicar Zapatero y multiplicadas por dos; 2ª) está literalmente corroído por por las causas judiciales abiertas, alguna tan pasmosa como la Gürtel; 3ª) su interior es un patio mal avenido en un compás de espera tenso y que de vez en cuando estalla en alguna reyerta. La última, la de Álvarez Cascos, de mucho tronío.

(La imagen de Felipe González es una foto de www_ukberri_net; la de José María Aznar, de Pontificia Universidad Católica de Chile, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 28 de desembre del 2010

Floresta hispánica.


Prescripción, prescripción

El señor Carlos Fabra se libra de cuatro quintas partes de la posible condena por cuanto el órgano judicial competente ha decidido que los supuestos delitos han prescrito. El asunto pasa, pues, del campo jurídico al moral y político, elásticos por naturaleza. La prescripción no es una absolución, dicen unos; pero tampoco es una condena, dicen los otros. Y, entre tanto, rige la presunción de inocencia. Para la quinta parte restante de la imputación seguramente Fabra tendrá una estrategia defensiva que supondrá triunfante. Desde luego será todo legal pero ¿es justo? Y si la justicia no hace justicia, ¿qué hace?


El efecto bumerán

El alcalde de Valladolid es un hombre atípico. Sus excesos verbales escandalizan con frecuencia y a veces lo obligan a cantar la palinodia. Pero se recupera enseguida y formula un cálculo electoral que equivale a otro exceso verbal. Es su propio partido quien se cree obligado a desautorizarlo: no habrá efecto bumerán, dice González Pons. Pero es una desautorización a futuro y el propio Pons sabe que sí puede haber un efecto bumerán. Lo que le fastidia no es que lo haya, sino que el alcalde lo invoque y se jacte de ello. Esas cosas se hacen pero no se dicen, salvo que se sea un bocazas.


Después del Rey, la Iglesia

Terminó de hablar el Borbón al amor del portal de Belén y comenzó a hacerlo el Papa el día de Navidad. En el Angelus de ayer decía que lo que los niños necesitan es el amor de una madre y un padre. Lo que no sea eso, al parecer, no es familia. ¡Qué poco mundo ha visto Benedicto XVI! A su vez, el obispo de Alcalá sostiene que en los matrimonios católicos hay menos violencia "doméstica", lo que quiere decir que los matrimonios no canónicos son más dados a ella. Según lo que se entienda por violencia; si partimos de un concepto que englobe los abusos de menores, creo que el máximo índice de violencia se da en colegios, catequesis y parroquias católicos; lo tienen el Papa y sus obispos metido en casa. Y lo ocultan hablando mal de los demás.


La inocentada de Otegi

Desde la cárcel, en la que lleva de esta vez más de un año a pesar de que en su día se dijo que, si se lo detenía, "ardería Euskadi", Otegi ha concedido una entrevista al Wall Street Journal en la que dice que ETA está dispuesta a abandonar la violencia pero que, añade el periódico de Murdoch, muchos españoles son escépticos al respecto. Muchos no; todos. Incluidos los etarras. El día 28 de diciembre no es el más indicado para que la izquierda abertzale haga la enésima declaración sobre las intenciones de un grupo de pistoleros al que no controla y que, en el fondo, sigue mandando, cuándo por lo que dice, cuándo por lo que calla. Ha pasado el tiempo de las declaraciones de Otegi, que son irrelevantes. Ha pasado el tiempo de las declaraciones. Sólo se esperan hechos


Por qué Palinuro es felipista

Antes de seguir en esta parte de la entrada lean, si no lo han hecho ya, el artículo de Felipe González en El País de hoy, titulado Carlos Andrés Pérez, homenaje al amigo. A continuación se trata de contestar a dos sencillas preguntas: ¿cuántos presidentes y expresidentes pueden escribir una necrológica así de otro mandatario extranjero y hacerlo, de modo espontáneo, en horas? ¿Cuánto poderoso y expoderoso puede hacer un canto a la amistad y resultar conmovedor? Ahí se ve la fibra de que están hechos los hombres.


(La imagen es un cuadro de Ignacio Zuloaga hacia 1911, titulado Torero)

divendres, 17 de desembre del 2010

Aznar tiene razón.

Aznar prosigue la reconquista, tanto en el interior del Reino como in partibus, cantando a su país las verdades del barquero porque probablemente le duele España, como a Unamuno. Dice auténticas atrocidades ante auditorios difíciles de imaginar; son sociedades norteamericanas o congresos de "populares" en las más exóticas plazas, como Miami o Colombia. Eventos que probablemente montan la FAES y el PP sabedores de que su eco local e internacional será mínimo pero máximo en la Península en donde levantarán furor, sobre todo negativo entre la izquierda opinante en los medios que arroja a la cabeza de aquel gruesos epítetos como antipatriota, felón, demagogo, lavador de trapos sucios en el exterior, quintacolumnista, traidor, etc.

Y no solo en la izquierda; la opinión en los sectores cercanos a la Presidencia de su propio partido también le es adversa, aunque no se exprese con tal pintoresquismo o no se exprese en absoluto. Lo que los críticos ven peor es el protagonismo que las incendiarias apreciaciones aznarinas arrebatan a la jefatura actual a la que, sin embargo, designó él con la perspicacia que lo caracteriza.

Tanta crítica, la verdad, me resulta sospechosa y, analizados de cerca los propósitos de Aznar, hay que reconocer que tiene más razón que un santo; que san Juan Crisóstomo, por ejemplo. Está claro que el hombre es coherente porque dice lo mismo fuera que dentro y siempre lo mismo que, en esencia, es como un discurso regeneracionista de la derecha en el peculiar estilo de Aznar. Exprimiendo la última alocución al PP de Colombia el tema suena tal que así: 1º) España es el enfermo de Europa; 2º) su organización territorial es inviable y su Estado del bienestar insostenible; 3º) no inspira confianza; 4º) está paralizada; 5º) El PP tiene la gran responsabilidad de regenerar a España y cuanto antes mejor; 6º) el país es irrelevante en el exterior; 7º) no podemos cumplir nuestros compromisos; 8º) podemos volver a equivocarnos si no damos un giro en las próximas elecciones que deben convocarse ya mismo.

Pues bien, todo esto me parece muy puesto en razón. Veamos:

  • España padece una enfermedad. Así es: un país que tuvo ocho años como Presidente a un hombre tan ruin, malicioso, resentido, escaso de luces y vengativo tiene que estar enfermo.

  • Lo de la organización territorial ya lo había dicho él en su joseantoniana juventud logroñesa calificándola de charlotada. (Por cierto, ¡cuánto habla de la mentalidad de la derecha ese término que mana del nombre del genio de Chaplin al que Aznar jamás entenderá y mira que se le parece físicamente!). En cuanto al Estado del bienestar no hace falta preguntarle; ya contesta Moody's, el oráculo de Delfos.

  • La poca confianza que inspira el país dimana del hecho de que no se puede estar detrás, recibiendo órdenes del exterior. Es obvio: es mucho mejor ir por delante al exterior a recibirlas allí moviendo el rabo, como él en las Azores.

  • España está paralizada. ¿Qué más tiene que pasar para que se tomen medidas? se pregunta un Aznar/Juan Bautista en expresión que recuerda sus tiempos de las filípicas ("¿qué más tiene que pasar señor González...?"). Buena pregunta. ¿La respuesta quizá pueda ser que siga él hablando?).

  • El PP tiene una responsabilidad histórica en la regeneración de España. Y tanto; va a probarlo en los tribunales en donde quedará establecido qué porcentaje del PIB afanó la trama Gürtel que estaba en cierto modo embedded en el PP desde antes de la boda del Escorial. La responsabilidad de devolver la pastuqui.

  • La irrelevancia exterior. España no pinta nada fuera. Es cierto, al menos por lo que respecta al eco internacional de las agorerías del ex-presidente que ya deberían de haber provocado un concurso internacional de acreedores. Pero tiene disculpa. La jugarreta de la taimada ministra Salgado capaz de ir por ahí desmintiendo a Aznar es responsable de ello.

  • No podemos cumplir nuestros compromisos, variante de que no somos de fiar. Es lamentablemente cierto. Ni siquiera hemos conseguido declarar a Aznar persona non grata. Somos unos blandengues y muy poco de fiar.

  • Podemos volver a equivocarnos. Desde luego. Basta con que en las elecciones de 2012 salga elegido Rajoy a quien, a diferencia de Aznar, sólo se ha oído balbucir algunos confusos propósitos inconexos, dichos a desgana con motivo de una entrevista veraniega o algo así.

En efecto, Aznar está en lo cierto. No tenemos arreglo. Él es la mejor prueba.

(La imagen es una foto de Thundershead, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 15 de desembre del 2010

Arde Italia.

El estado de alarma en que vive España se prolonga hasta mediados de enero. De los ribetes políticos de esta decisión ya se encargarán las tertulias, todas de derecha, de informar. Será a base de insultar a Zapatero por hacer lo que ellos, los tertulianos, aplauden. Mano dura. En cuanto a los ribetes filosóficos, puede echarse el estado de alarma en el saco del estado de excepción permanente del debate teórico-político contemporáneo a lo Alain de Benoist o Giorgio Agamben, que no sé si encajará en ese estado de excepción permanente con el que, según Zapatero, ha acabado el estado de alarma, lo que no deja de tener su ironía.

En todo caso, en estado de alarma, España es una balsa de aceite comparada con Italia, en donde no hay estado de alarma probablemente porque hasta ahora se ha mantenido el estado de excepción permanente que es la peculiar forma de gobierno de Silvio Berlusconi. Una forma que cabe calificar de cleptocrática porque en ella parte importante de la labor del ejecutivo y el legislativo consiste en blindar al primer ministro frente a la acción de la justicia por un rosario de presuntos delitos. Otra parte importante se va, al parecer, en jolgorios y fiestas que traen reminiscencias de la Roma escandalosa bajo los doce césares de Suetonio. Cleptocracia y commedia dell'arte. El resultado de la moción de censura de ayer parece un espectáculo de Arlequín, Polichinela, Tartaglia, Pantalone, dottore, Colombina, etc.

Berlusconi ha salvado su gobierno con la ayuda de cinco tránsfugas, dos de Italia dei Valori, de Antonio di Pietro, el famoso fiscal de mani pulite, uno del Partito Democratico, la izquierda para entendernos, y dos de Futuro i Libertà, el partido de Gianfranco Fini, hasta ahora coaligado con Berlusconi. Lo irónico es que los dos primeros partidos eran firmantes de la moción de censura. Y lo sangriento, esos dos de la Italia dei Valori que presuntamente se han pasado a Berlusconi merced a otros valori. Última y amarga enseñanza para di Pietro. Porque la votación era muy reñida, era la ocasión de echar, por fin, a Berlusconi. La prueba es que fueron a votar hasta las parturientas. Una de ellas en una silla de ruedas.

Aunque en el Senado la votación fue más o menos normal, dado que el Gobierno tenía la mayoría asegurada, en la Cámara de los Diputados la cosa se caldeó, sus señorías llegaron a las manos, la bancada del gobierno hacía pedorretas a una frustrada oposición. Todo como en una película de Comencini con Alberto Sordi. El Gobierno sobrevive por un puñado de presuntos tramposos pero no alcanza la mayoría absoluta por lo que puede quedar legislativamente paralizado. Si bien tratándose de Berlusconi nunca se sabe. Su idea es que las instituciones y órganos del Estado deben ser infinitamente maleables en sus manos, como los consejos directivos de sus empresas. Y no se anda con circunloquios: lo que le molesta, lo compra; lo que no puede comprar, trata de hundirlo.

Berlusconi es quien mejor simboliza la política postmoderna, la política sin política, sin valores, sin estrategias, sin proyectos, sin ideología, salva una mezcla primitiva de nacionalismo, chabacanería, conservadurismo y cinismo. Todo ello con una actitud agresiva hacia cualquier tipo de oposición. Y funciona. Esos dos diputados de Italia dei Valori son la prueba viviente de la verdad de una antropología pesimista y negativa. Tangentopoli è tornata y precisamente frente a di Pietro.

Pero la farsa del Palazzo Madama y del Montecitorio incendió Italia entera. En Roma, después de una manifa de cientos de miles, ha estallado la violencia, con cientos de heridos, detenidos, coches incendiados y destrozos de todo tipo. Los violentos, los antisitema y bla, bla, bla. En otras ciudades italianas, Turín, Génova, Bari, Nápoles, Palermo, Bolonia, Florencia, Venecia, la situación está también alborotada. Es un estallido, una protesta espontánea de diversos sectores sociales que coinciden en su aversión a Berlusconi. Recuérdese que es el único país en que los ciudadanos se manifiestan al grito de No Berlusconi Day. Pero en Roma se han dado los choques más violentos. En el video puede apreciarse una pequeña muestra

Ha habido escenas impresionantes. La Repubblica trae una secuencia de fotos de un policía a punto de ser linchado empuñando la pistola. Realmente hay una sensación de frustración y hartazgo con este menda (al que ya partieron la boca hace un par de meses) que cada vez aflorará en brotes más violentos a la vista de cómo un tangentopolita en estado puro ha corrompido todas las instituciones y convertido Italia no sólo en un bazar de truhanes, sino en el hazmerreír de Europa. Estoy seguro de que hasta sus aliados europeos habrían acogido con un suspiro de alivio un triunfo de la moción de censura para que se fuera il coglione.

Pero ahí sigue. Y la pregunta se plantea ahora a la izquierda: ¿cómo, habiéndose llegado a este extremo de depreciación de la actividad pública, de degradación de la democracia, es incapaz de presentar una alternativa ganadora? Porque está silente como un guijarro de río. A la izquierda le sucede lo contrario que a la derecha, como es lógico: cuando no tiene nada que decir, enmudece; a diferencia de la derecha que cuanto menos tiene que decir, más vocifera.

(La imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 25 de novembre del 2010

Oigo, patria, tu aflicción.

Sale la patria a relucir, cosa que sucede en España con harta frecuencia, y los españoles pierden el oremus. Pues naturalmente que, en las circunstancias actuales, el Gobierno (que es gobierno porque lleva el gobernalle de la nave, guste o no) debe reclamar lealtad y esfuerzo mancomunado de todo el pasaje y no sólo de la tripulación del buque. Y naturalmente que aquella ha de dárselas sin escatimar nada, orillando cualquier agravio o rencilla si no es por solidaridad, cuando menos por interés propio, ya que viaja en el mismo barco.

Lo que no puede ser es que, acto seguido, salga el portavoz de la oposición conservadora lanzando un torpedo a la línea de flotación del crédito del Gobierno. Y en momentos en que las bolsas rugen como Escila y Caribdis. Eso es una felonía. En momentos de zozobra tenemos parte del pasaje amotinada y saboteando cuanto puede: hoy el señor Pons, ayer la señora de Cospedal, mañana, quizá, doña Esperanza Aguirre. Cada vez que hablan abren una vía de agua y tiembla el Ibex.

Es en ese escenario de bolsas, parqués, cotizaciones, deuda, valores en donde el presidente Zapatero ha decidido llamar a parlamentar a los treinta capitostes de la empresa española, algo así como cuando un sitiado manda llamar una delegación de los sitiadores para saber las condiciones de una rendición; una delegación de la gran empresa constituida en consejo áulico de un gobernante socialista. Mientras los sindicatos, con casi cinco millones de parados en el país, apenas saben a quién defienden. Mirada con perspectiva histórica la imagen enseña mucho sobre el paso del tiempo y las cambiantes circunstancias del mundo.

Pero el patriotismo es eterno, es una vivencia permanente del hombre y cuando uno lo siente de modo tan ardoroso como el señor Aznar, quien dimitió del Consejo de Estado para trabajar a sueldo de un magnate internacional de los medios, da clase en una universidad extrajera y acaba de incorporarse a la dirección de una extraña empresa también extranjera dedicada a combatir el cambio climático o algo así, no puede menos que irrumpir en la arena nacional para exhibirlo y expulsar del lugar al usurpador, esto es, cualquier gobernante que no sea él o el que él haya decidido..

Rechaza el señor Aznar que el presidente Zapatero pida patriotismo a los demás cuando él debiera ser el primero en practicarlo. Que el señor Zapatero ejercite la noble virtud del patriotismo, según el señor Aznar, quiere decir que dimita y convoque elecciones anticipadas. Patriótico es, por tanto, sumir un ya muy atribulado país en la incertidumbre de un proceso electoral que puede durar varios meses durante los cuales el gobierno y la administración quedarán prácticamente paralizados e inermes frente a los temibles mercados. Es posible que esto parezca a alguien patriotismo; para mí es una felonía cabal. Es dividir, encizañar, fraccionar el país justo cuando la supervivencia de éste depende de la fuerza de su unidad interior. Como se le alcanza a cualquiera que recuerde la célebre máxima ignaciana de no hacer mudanza en tiempo de turbación.

Los dos expresidentes del Gobierno que mantienen actividad pública, Felipe y el señor Aznar, son tan distintos hoy como lo eran cuando ambos dirigían sus respectivos partidos. Felipe que publica algún artículo ocasional en El País conserva intactos su carisma y su prestigio, acrecentado por su evolución manifiesta hacia la figura del abuelo Cebolleta, papel por lo demás ejercido con admirable discreción. Apenas se hace notar, no acumula vanidades mundanas, doctorados honoris causa por universidades de catequesis, no se obstina en dar consejos a los gobernantes de medio mundo y en anatematizar a las del otro medio, no dirige think tanks con mucho de tanks y poco de thinking; no presume de abdominales ni da collejas a su sucesor.

Aznar, por el contrario, está permanentemente en los medios, viajando por el mundo, heraldo de esa alianza neoneo (neoliberales-neoconservadores) , ocupa el proscenio con un discurso radical y estridente, repleto de milagrosas recetas que han fracasado ya en todas partes, empezando por su propio país. Se multiplica en todo tipo de acontecimientos oscureciendo la figura del candidato de su partido con manifestaciones hoscas, hostiles, cuando no agresivas o de ataque, con un retorno a su vieja táctica del "¡váyase señor González!". Este correoso ex falangista piensa que respetar el mandato otorgado por la mayoría democrática y esperar su turno cuando no es él quien gobierna es una pérdida de tiempo y un atentado a los intereses de España. ¡Qué gloriosos días aquellos en que podía pasarse por encima de las urnas cuando se trataba de salvar a la patria! Ahora hay que pedir al gobernante legítimo que se vaya. Pero ¿es necesario hacerlo varias veces al día todos los días desde que se perdieron las últimas elecciones?

(La imagen es reproducción del cuadro del alicantino Antonio Gisbert, El fusilamiento de Torrijos, pintado en 1888 que se conserva en el Museo del Prado). Dominio público.

divendres, 15 d’octubre del 2010

La flor y nata.

Doña Esperanza Aguirre, que es como doña Rita Barberá en fino, tiene en común con ésta el carácter jacarandoso, la campechanía (algo condescendiente en el caso de la dama madrileña), en definitiva el desparpajo con que ambas sueltan los dislates; compite con ella asimismo en agresividad verbal pero le da cien vueltas en mala fe y capacidad para retorcer los hechos. Por eso es presidenta mientras que la otra es alcaldesa, dicho sea sin menoscabo de la gloria municipal.

La entrevista en Los desayunos de TVE, de la que da cuenta Público, ha sido un campo magnífico para ver en directo el despliegue de las armas de la lideresa. Dice Aguirre que simpatiza con el Tea Party estadounidense porque lo único que pide es menos impuestos, menos Estado y más nación americana. Pero eso no es verdad. Pide muchas otras cosas: el cierre de las escuelas públicas, la salida de los EEUU de la ONU, el fin de la escasa sanidad pública, que no haya comunistas en la Presidencia de los EEUU y menos si son negros (es de suponer), etc. En fin, una de sus lideresas, la candidata republicana por Delaware Christina O'Donnell, ha lanzado una campaña en contra de la masturbación con el argumento de que la Biblia la prohíbe. No soy experto en la Biblia pero me parece que, al menos el Antiguo Testamento, no prohíbe ni deja de prohibir la masturbación; lo que prohíbe es el onanismo que sólo por error ha venido a entenderse como masturbación, siendo así que Onán lo que hacía era ir contra el matrimonio levítico eyaculando en tierra cuando accedía carnalmente a su mujer, que era su cuñada. En fin, allá la señora O'Donnell con cómo entiende las cosas, pero lo que es claro es que quiere abolir la masturbación. No sé con qué logomaquias puede una liberal sostener que compete a la autoridad no ya meterse en la alcoba de la gente sino hacerlo también cuando está sola, por si acaso le da por tontear con sus partes pudendas.

Añade la presidenta de la Comunidad que el Tea party en España sería el Café party. Pero eso es otro dislate como un castillo que demuestra que la señora Aguirre no sabe de lo que habla. El Tea party no se llama así porque todos los anglosajones se comporten como los británicos y consuman todos té, cual ella cree, cegada por su patriotismo de Dama de Honor del Imperio Británico. El nombre viene del Boston Tea Party de 1773, una de las primeras escaramuzas de la independencia. Por lo demás, los estadounidenses, anglos o no anglos consumen muchísimo más café que té (ya que éste lo exportaron siempre a la metrópoli), razón por la cual carece de sentido que la señora proponga que aquí se cambie de infusión en favor de la que más se consume porque, si por el consumo fuera, también en los Estados Unidos se llamaría Coffee party.

Pero lo más divertido y en donde la dama acaba de columpiarse, después de decir que la existencia del Tea party irrita a la izquierda, es que, de hecho, el Coffee party USA existe al grito de Wake Up and Stand Up y, por supuesto, es de izquierda, lo que quiere decir que deja a la gente masturbarse en paz porque cada uno/a hace con lo suyo lo que le place y no lo que plazca a la señora O'Donnell o a su acólita la señora Aguirre.

¿Y qué decir de la mala fe en su interpretación del episodio de los fascistas brazo en alto durante los abucheos con que se consagraron los momentos más solemnes del desfile patrio? Los periodistas, que son unos metomentodo y unos quisquillosos estuvieron buscando con lupa hasta encontrarlos. Pero estaban ¿no? Y que estuvieran ¿no reclama algún tipo de explicación? Dice que a ella también la abuchean pero, al margen de que se lo toma siempre por la tremenda, nunca le ha sucedido cuando está con el Rey, la Reina, la bandera, los ejércitos y todos honrando a los muertos, lo cual en principio es sacrosanto para los abucheadores.

No obstante, la presidenta de la Comunidad, la flor, aún tiene que aprender de su maestro, la nata, que sigue mundo adelante combatiendo contra la marca España, su país, al que tanto dice amar. Encizañando, que se le da de cine. Ahora ha ido a contar a los argentinos que Zapatero ha destruido la imagen de España que él forjó. Y termina con las consignas: el Estado tiene que limitarse a garantizar la ley y el Estado de derecho, o sea a garantizarse a sí mismo y hay que evitar el intervencionismo estatal. Pues no sé yo cómo van a lograr que la gente no se masturbe.

La democracia es información, comunicación, deliberación. Pero nada de eso es posible en donde una parte actúa sistemáticamente de mala fe. ¿Un ejemplo? Está por ver un solo caso en el que, abiertas diligencias judiciales contra algún cargo público del PP por presunta corrupción -y va ya una ristra-el partido no cuestione la labor de la policía, los fiscales y los jueces con una evidente mala fe que llega a enunciar la infamia del "Estado policial". Así no hay comunicación democrática que resista.

(La imagen es una foto de Erprofe, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 6 d’octubre del 2010

Rastacuero.

Suele pasarnos en España que han de venir de fuera a decirnos lo que tenemos en casa; en lo bueno y en lo malo. El reportaje de Foreign Policy, Bad Exes, dice que el ex presidente Aznar es uno de los cinco peores ex presidentes del mundo, que ya tiene pecado; un mundo lleno de Blairs. Lo de menos es en función de qué parámetros ha llegado a esta conclusión porque, sean los que sean, Aznar sin duda se lleva la palma. Estoy, además, seguro de que encabeza el pelotón compuesto por Schröder, Obasanjo, Estrada y Shinawatra. La revista cita alguna de las más sonadas declaraciones de un hombre al que, dice, caracteriza su "retórica extremista", como cuando niega de plano que el calentamiento global sea cierto, exige que los árabes pidan perdón por la invasión de la Península Ibérica en el siglo VIII, reclama su derecho a beber al volante o descalifica a Barack Obama.

Pero no debe de ser lo extemporáneo de tales declaraciones el motivo de la mala nota. Hay ejemplos mucho peores, como el del ex presidente Bush hijo, cuyas disparatas salidas de pata de banco son legendarias en su país. Es algo más, es ese espíritu altanero y agresivo de que siempre van revestidas. Aznar no abre la boca sino es contra algo o contra alguien, generalmente lo mismo y los mismos: todo lo que huela a multiculturalidad, progresismo, ecologismo y socialdemocracia; todo lo que provenga de Zapatero, a quien ya juzga peor que Felipe González, dando por supuesto contra toda evidencia que éste fuera malo.

Y es también el hecho de que muchas de estas declaraciones en contra de Zapatero y su gobierno las hace en el extranjero, en donde suenan como declaraciones en contra de España. Pocas cosas están tan claras como que en democracia la política exterior debe estar por encima de los partidos.Y quien no lo respete, sobre todo si es personalidad relevante, sentará plaza de desleal y felón. Esto de la lealtad a la Patria, que la derecha invoca sin parar es, sin embargo, su punto débil porque su concepción patrimonial de la Nación, le hace pensar que ésta se desintegra si no la gobierna ella, la derecha.

Si la citada revista hubiera enviado un reportero a la intervención de Aznar en un foro organizado por el diario La Razón, tendría materia para una crónica amplia. El ex presidente, en presencia de Rajoy, De Cospedal, Sáez de Santamaría y Gallardón entre otros, ha desplegado su panoplia catastrofista, en perfecta ignorancia de su propia actitud. Dice que el Gobierno pone en duda la Transición y hasta la Constitución de 1978; él, que escribió un libro en 1994 (ideario para ganar las elecciones de 1996) titulado La segunda transición y que, en sus años más mozos de falangista independiente, rechazaba la Constitución que ahora idolatra porque amparaba una organización autonómica que él consideraba una "charlotada intolerable".

La artimaña de que se vale el Gobierno para tan monstruoso fin es la Ley de la Memoria Histórica que, según Aznar, es un dislate perpetrado con el "pretexto" de juzgar el franquismo. En román paladino: el franquismo está más allá de todo juicio. No hacía falta decirlo. Emitir un juicio sobre el periodo más sangriento y vergonzoso de la historia de España es dividir a los españoles. ¿Cómo va a decir verdad alguna hoy un hombre que quiere consagrar la mentira con el manto de la Historia?

Los ataques al Gobierno español por su carácter antinacional, que la derecha resume en la expresión del "pacto del Tinell", la conjura para el desmantelamiento de España, se hacen sobre el trasfondo de aquella primera legislatura de Aznar sin mayoría absoluta en el Congreso y en la que éste compró literalmente su investidura a los nacionalistas catalanes y vascos a un precio tan alto que hizo exclamar a Arzallus que habían conseguido más con Aznar en días que con González en años. La derecha pasa del "antes roja que rota" al "antes rota que roja" con la facilidad con que se derrite el hielo al sol.

Convoca de nuevo el líder mesiánico a los españoles a un gran "proyecto nacional" de recuperación, regeneración y reformas. Lo señalado de esta retórica bombástica de "proyectos nacionales" es que ahorra entrar en detalles molestos acerca de las medidas prácticas que se arbitrarán. Qué, quién, cómo y cuánto. Detalles que Rajoy se ha negado sistemáticamente a dar, sugiriendo la idea de que es el hombre que sacará el país del (supuesto) atolladero en virtud de una fórmula tan secreta como la de la Coca-cola.

Termina Aznar su última andanada con un aparente neologismo que sólo muestra que el hombre habla por hablar, empleando términos de grato sonido y nulo significado por ignorar el que normalmente tienen. Dice el héroe de las Azores que el Gobierno español es "transformista", como queriendo contraponerlo al hipotético de Rajoy, que sería "reformista". Pero "transformista" en este contexto carece de sentido ya que los suyos son el de una parte de la teoría evolucionista y el del carácter del Estado italiano entre la instauración monárquica y la llegada de Benito Mussolini; a no ser que se refiera al "transformismo" en el fútbol, que consiste en jugar para dos selecciones nacionales distintas.

Cosa la última nada de extrañar pues el presidente del Gobierno cree (o creía) que el de Nación es un concepto discutido y discutible. Algo que el ex presidente considera abominable puesto que la existencia de la nación española es incontrovertible. Él, por ejemplo, trabaja para ella como asesor de Murdoch, en cuyos medios se ataca a España de modo permanente.

Bien es verdad que se trata de la España socialista. O sea, la anti-España.

(La imagen es una foto de Thundershead, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 31 d’agost del 2009

Palinuro entrevista a Esperanza Aguirre.

Con el desmayo propio del retorno de las vacaciones Palinuro pensó que fuera bueno poner una nota de color en el sombrío panorama público hispano, razón por la cual, pidió audiencia a doña Esperanza Aguirre para hacerle una entrevista, a lo que ella contestó a través de no sé qué delegado que estaba encantada con la idea. Y así fue. Me recibió en un despacho de la sede de la Comunidad Autónoma de Madrid, sita en la Puerta del Sol y que para los de mi generación será siempre la DGS, la "degeese", la Dirección General de Seguridad, un antro en donde se torturaba a la gente, se propinaban palizas... y se obligaba a asistir a misa los festivos y fiestas de guardar. Nada más verme entrar por la puerta me espeta:

Esperanza Aguirre: ¡hola, majete! ¿Vienes a ver si te espíamos un rato?

Palinuro: espero que no, aunque en este edificio he visto yo cosas mucho peores que espiar.

EA: ¡ah, el franquismo! ¡Cómo echáis de menos el franquismo los progres!

P: seremos retroprogres.

EA: tú lo has dicho.

P: vayamos a lo nuestro doña Esperanza, aquí ¿se espía o no?

EA: ¿entre los sociatas? No te quepa duda.

P: no, no, ¿hay espionaje del PP desde la Comunidad de Madrid a gente del PP?

EA: y ¿qué quieres que haga, alma de cántaro? ¿que te diga que sí, que espiamos a tutiplén? Yo no sé nada de espionajes salvo los que sufro del PSOE.

P: ¿cómo lleva la trama Gürtel?

EA: ¿trama? ¿qué trama?¿La del PSOE en contra de la oposición?

P: No, no, no, quiero decir la red de presuntos delincuentes relacionados entre sí, muchos de los cuales están directa o indirectamente asesorados por Vd.

EA: no sé nada de eso. Sólo sé que el PSOE es la corrupción institucionalizada.

P: pero, vamos a ver, doña Esperanza, aquí hay un procedimiento judicial en relación con unos presuntos delitos cometidos por miembros del PP en diversos cargos y lugares de trabajo muy relacionados con Vd.

EA: No conozco militantes del PP condenados por corrupción; del PSOE mogollón, majete, mogollón.

P: dicen, doña Esperanza, que tiene Vd- un talante autoritario.

EA: eso lo dicen los herederos de las chekas.

P: autoritario, arbitrario y contrario al tono moral normal en estos casos.

EA: ¡ja! la superioridad moral de la izquierda. Me río yo de eso...

P: ¿sigue Vd. pensando en que Rajoy perderá las elecciones de 2012; incluso abriga la esperanza de que dimita antes, para presentarse a la presidencia del PP?

EA: estos del PSOE no son ni oposición si quiera. Nunca se sabe lo que quieren.

P: ¿qué opinión le merece el comportamiento de Ruiz Gallardón que tiene sus mismas ambiciones?

EA: Y no hablemos de la oposición que montan los liberados sindicales en los actos públicos.

P: y ¿qué puede contarme de Fundescam? ¿Podremos conocer alguna vez las cuentas de esta fundación y saber si financió o no la campaña electoral de su partido?

EA: los jueces, para eso están los jueces. Son los jueces quienes declararon que el PSOE se financiaba ilegalmente a través de Filesa, Malesa y Time Export. Y no tengo más conocimientos de financiaciones ilegales.

P: ¿es verdad que pretende Vd. privatizar el aire que respiran los madrileños?

EA: la Comunidad de Madrid, que me honro en presidir es un territorio dinámico, a la cabeza del desarrollo tecnológico del país, el que menos desempleo genera y con una relación flexible entre la iniciativa privada y las acciones públicas, como corresponde a un gobierno liberal.

P: justamente de eso quería también hablar. Parece que el vicepresidente de su gobierno acostumbra a adjudicar contratos y negocios suculentos siguiendo criterios de amiguismo y nepotismo.

EA: y esa condición liberal que te explico, basada en la libre competencia en el mercado, único criterio racional de adjudicación de recursos es la que nos permite funcionar y generar riqueza a pesar de que este Gobierno de radicalkes esté maltratando a Madrid presupuestariamente en comparación con regiones privilegiadas como Cataluña.

P: está claro que no va Vd. a contestar a una sola de mis preguntas.

ES: ni tú a las mías. majete.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dimecres, 10 de juny del 2009

Hablando de Berlusconi de Roma...

...por la puerta asoma, aquí lo tenemos, en vera efigie, el prohombre contemporáneo, el héroe de Carlyle, el superhombre de Nietzsche, el mando a cuyo imperio se abate la orgullosa majestad de la ley, el que somete con mano firme el ensangrentado caballo alado, la vigorosa lucha final con las fuerzas del mal.

Su comparecencia es siempre heraldo de algún portento mayor, de una decisión insólita que hace crujir las cuadernas del navío. Personifica la solidez y soledad del poder. El guía que toma las decisiones en nombre de todos pero sin ayuda de nadie. Aquel que responde ante Dios y la historia. El encargado de la entrada y el guardian de la puerta de la salida. El depositario del carisma por procedimiento escrupulosamente democrático.

Una figura así encaja mal en el esquema del Estado de derecho. Pero tiene que encajar porque a día de hoy es la única fuente de legitimidad. Que use ésta para socavar la del propio Estado de derecho, para situarse por encima de la ley y romper con el principio mismo del imperio de aquella es parte de la perversión de este tipo de despotismo legal y plebiscitario que ha puesto en marcha Silvio Berlusconi en su país. Una nueva forma de ataque a la democracia para la que (una vez más) ésta no estaba prevenida: el ataque desde dentro, como el gusano de la manzana.

(La imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).

diumenge, 17 de maig del 2009

El rencor.

No para, no se está quieto, no calla. Dice pasar el setenta por ciento de su tiempo en el extranjero (y supongo que lo dice con tono de desprecio) pero el treinta por ciento que pasa en España cunde por el ciento por ciento de los demás. No hay asunto sobre el que no se pronuncie en público, siempre vaticinando lo peor, siempre diciendo lo más radical, lo más agresivo y lo más desagradable posible. Las cosas tienen que ser como él diga y nadie puede entenderlas de otra forma, empezando por su propio partido cuyo dirigente no puede articular política propia alguna porque ya tiene al señor Aznar marcando los límites del juego siempre puestos en la propia puerta del adversario.

Esta ubicuidad, esta verborragia del personaje apunta a las medidas de su acción. Su estrategia es la muy carpetovetónica "de qué se trata que me opongo" y su justificación es la unidad de acción de su campo y él personificando esa unidad de acción de modo autoritario, poniendo en evidencia cómo el adversario lo odia. Un odio del que suele quejarse alegremente levantando constancia de que si algunos lo odian es porque están obsesionados con él y con lo que él puede hacer.

Y ¿qué puede hacer? Pues lo que dice en su libro: sacar a España de la crisis. Este tipo de libros de recetas de crecepelos suele prosperar en época de vacas gordas; en la de las flacas, cuando se mide sobre las costillas la eficacia de las recetas que proponen, la cosa está más chunga. En este caso concreto el error básico del recetario es que se hace en el orden nacional para una crisis que es básicamente internacional y sólo admite tratamientos internacionalizados.

En fin, ¿a qué razonar con alguien que sólo habla desde el rencor? Este hombre está marcado a fuego por su ignominiosa salida de la política, entre la sangre y la abyección de haber intentado mentir sobre un asunto tan grave como los atentados del 11-M y sólo para tener que reconocer asimismo que también mintió al hablar de armas de destrucción masiva para justificar la aventura iraquí de España, que la mentira es su norma de vida. Y sólo desde el rencor puede llegarse al extremo inverosímil de culpar al Gobierno de España por la pitada y la bronca al himno en el Mestalla con el añadido esperpéntico de sostener que con él y con los suyos eso no pasará ¿Pues qué piensan hacer? ¿Meter la Acorazada Brunete en el estadio? Está claro que todo en la vida tiene un límite excepto la estupidez.

(La imagen es una foto de 20 Minutos, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 30 de març del 2009

La resistible ascensión de Silvio Ui.

El estilo berlusconiano cada vez se hace más fascista. El discurso fascista se distingue del nazi no en el fondo, que es el mismo en ambos, despotismo, tiranía, populismo, agresividad, sino en la forma. El fascismo es al nazismo lo que una farsa a una tragedia. Los congresos del Partido de Berlusconi que suele cambiar de nombre siendo el actual Popolo della Libertà cada vez se parecen más a los Parteitage del Partido Nazi. Cambian la escenografía y el atrezzo, pero no el espíritu ni la retórica. No exagero. Quien quiera convencerse que vea aquí más abajo un vídeo que reproduce el discurso inaugural de Silvio Berlusconi ante el pleno de un congreso delirante con miles de delegados que lo aclaman sin parar en vítores atronadores. Una escena de locura típicamente nazi. Escúchenlo hablar. Es la misma retórica huera y sinsentido de Hitler y Mussolini. La declamación permanente. El recurso a los conceptos grandiosos y vacíos. El poder incondicional de un hombre sobre una masa de borregos preparados ya para todo. Véanlo. Mete miedo:



Porque lo peligroso de los procesos de "fascistización" (rama de estudio de la Ciencia Política crítica europea, abandonada desde hace más de treinta años en pro de programas de investigación menos conflictivos, como las transiciones) no son las habilidades de los caudillos, sino la credulidad y docilidad de las masas. Y esto es lo que de concreto ha dicho Berlusconi a las suyas, a sus delegados al borde del histerismo colectivo: Teneis otra misión: hacer crecer los consensos, ganar las elecciones y consolidar vuestro partido. Os nombro a todos misioneros de la libertad. Misioneros de la libertad, como Jesucristo nombrando apóstoles, evangelistas. El duce no conoce límites. Yo, en lugar de Ratzinger, estaría poniéndome nervioso.

Non dimenticare: a estas alturas en Italia hay miles, cientos de miles de misioneros de la libertad que no sé en qué se diferenciarán de los camisas pardas, los camisas negras, los guerrilleros de Cristo Rey, los empleados de la agencia Pinkerton, los batallones de la muerte, los hassissines o las hordas del Gran Khan, pero estoy seguro de que se sabrá en poco tiempo.

Berlusconi quiere reformar la Constitución para dar más poderes al presidente del Consejo de Ministros que es él, claro. Quiere acabar con las escasísimas atribuciones de la Presidencia de la República y convertir el sistema político italiano, típicamente parlamentario en presidencialista, pero congregando los poderes en el presidente del Gobierno y no en el Jefe del Estado. Lo mismo que pidió Hitler aunque a él no le hizo falta reformar la Constitución. Una cámara que no le estaba menos sometida que la italiana al señor Berlusconi, votó servil una Ley de Plenos Poderes (Ermächtigunsgesetz) que se los daba todos a Hitler. Berlusconi quiere lo mismo.

El Popolo della Libertà se ha constituido con la integración en la fuerza berlusconiana de su hasta ahora aliada Alleanza Nazionale, el partido del exfascista Gianfranco Fini que venía del Movimento Soziale Italiano (MSI), fascistas con todas las letras y los saludos brazo en alto que Fini ha dejado de practicar hace pocas lunas para encargarse de su nuevo cometido de presidente de la Cámara, más burgués y menos de noble estilo militar.

La fusión, en realidad, ha sido una absorción. Berlusconi ha fagocitado a Fini igual que los nazis de Hitler se comieron a los conservadores clásicos alemanes, los nacionales, los Stahlhelm. Fini, que es un facista "proleta" por así decirlo, más cerca de las SA que de las SS, había pedido el día anterior un pronunciamiento de Berlusconi acerca de su programa de medidas: calidad de la democracia y reformas institucionales (conjuntamente con la oposición), asuntos económicos (con tres pactos: generacional, capital/trabajo y Norte/Sur) y previsión de la Italia del futuro, multiétnica y multirreligiosa. Berlusconi no ha ordenado una noche de los cuchillos largos de momento pero no ha hecho ni caso. ¿Para qué va dejarse influir por proclamas izquierdistas de este tipo cuando, como puede verse, tiene a las masas enloquecidas y entregadas a lo que diga?

Y no sólo las masas. También las élites están fascistizándose a toda pastilla. El otro día, el señor embajador de Italia en España, don Pasquale Terraciano, publicaba una carta en El País titulada Puntualización en la que denunciaba que el periódico estuviera haciendo una campaña antiitaliana y de lo que se quejaba en concreto era del juicio muy negativo que sobre Berlusconi vertía en el diario en un artículo de opinión el señor Félix de Azúa. Es decir, el señor Terraciano, embajador de un país democrático, pide que se censuren las opiniones en la prensa. Cierto, el señor Terraciano es un fascista y un fascista no hace granero. Pero la cuestión ahora es ¿cuántos terracianos hay en las embajadas italianas, en los ministerios, universidades, empresas, iglesias? ¿Cuántos intelectuales y líderes de opinión italianos están dispuestos a censurar las opiniones ajenas? A juzgar por el congreso de ayer, muchos. Y eso es el fascismo: un despotismo personal apoyado en una mayoría. La peor, la más odiosa, imbécil y a la postre criminal forma de la tiranía de la mayoría.

(La imagen es una foto de rogimmi, bajo licencia de Creative Commons).