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dijous, 28 de desembre del 2017

Algo habrá que hacer

Algo y alguien. En este caso, Rajoy, tan aficionado a la quietud ignaciana, tendrá que hacer algo. Por mucho que le moleste salir del puro y El Marca. Los de su partido, siempre propensos a meter la pata, azuzan a los de C's a que tomen la iniciativa de formar gobierno. Esto, aparte de una rabieta de patio de colegio, es una tontería porque ni C's ni nadie puede proponerse a nada en tanto no esté constituido el Parlament.

Una vez constituido este, la presidenta abrirá consultas con los grupos. Y entonces, sí, ya puede Albiol retar a Arrimadas o a quien quiera. Hasta a sí mismo. No tiene muchos diputados pero sí mucha voz. No obstante, hay un detalle: el Parlamento tiene que estar debidamente constituido, habiendo tomado posesión de sus actas todos los diputados. Faltan ocho, cinco en el exilio y tres en prisión. Sin ellos la cámara no puede constituirse. Cosa además imposible porque, al parecer en España rige la doctrina del ministro Zoido según el cual un preso no es político aunque tenga restringidos sus derechos políticos. El primero de todos, el derecho de sufragio pasivo. Es fabuloso. 

La solución solo podría ser que las respectivas listas corrieran los ocho puestos de los electos privados del sufragio pasivo, lo cual sería allanar voluntad del electorado y la soberanía del Parlament o suspender, si no anular, las causas judiciales, lo cual sería allanar la independencia de la justicia.

En estas circunstancias, Rajoy, preferirá el anonimato ese que los suyos quieren suprimir en las redes. Aludirá a la división de poderes y la independencia del judicial y el sistema actuará por su cuenta que suele ser la de Antequera. La situación se hará insostenible y la autoridad central echará mano de la garrota del 155 con el beneplácito del PSOE. Los medios seguirán intervenidos, los presos en la cárcel, las libertades públicas restringidas de mil maneras.

Son lógicas propuestas como la de Turull, la investidura telemática de Puigdemont. Lógicas y realizables en tiempos de TIC. Prácticamente todos los actos presenciales son hoy virtualizables con grandes ahorros de dineros, tiempo y paciencia. Pero tiene el inconveniente anterior: se requiere una reforma del reglamento del Parlament, según el propio Turull. Para esa reforma el Parlamento ha de estar previamente constituido y no creo que pueda hacerlo la diputación permanente que, además, tampoco estará constituida. En este mismo espíritu, también podría aceptarse que los diputados ausentes tomen posesión por videoconferencia, pero igualmente habría que reformar el reglamento.

En realidad, todas son maniobras diversionistas, algunas tan exóticas como la de Tabarnia, para bloquear el cumplimiento del mandato surgido de las elecciones del 21D, en las que el pueblo catalán eligió las personas que eligió; no otras. Si se convocaron elecciones fue para buscar una solución política (no judicial) a un conflicto. Habiéndose pronunciado el electorado por una solución, solo queda implementarla. 

Lo que significa retirar el 155 y clausurar las actividades represivas policiales y judiciales.

Porque algo hay que hacer.

dimarts, 26 de desembre del 2017

La sibila Forcadell

La sibila cumana, entiéndase, la fetén. Podría llamarla Marianne, pero está más visto y suena a gabacho. Juzguen ustedes el alcance de la declaración: respeto al Rey y al 21D y, entre los dos, ella, la presidenta in pectore del Parlament. Y ¿qué otra cosa es el 21D sino el símbolo del pueblo, de la voluntad del pueblo, más o menos libremente expresada?

Así que ahí aparece la sibila Forcadell como presidenta del mismo Parlament en el que ella había profetizado la República. Ese Parlamento representa la nación catalana en el sentido cívico, como conjunto del pueblo, titular de la soberanía frente al Rey. Igualmente, el Parlamento, depositario de aquella soberanía, presidido por la Sibila republicana frente al Rey.

La contraposición entre el discurso del Rey y la respuesta de la Sibila ha sido sumamente simbólica y se llama República. El 21D la mayoría ha votado por candidatos independentistas y republicanos. Cómo integrar la monarquía en la república o viceversa viene a ser la cuadratura del círculo. Y aunque se diga que la política es el arte de lo posible, de momento, el círculo parece un círculo. Ese es el límite real del discurso del Rey, objeto todavía de exégesis tan inútiles como variadas. 

El problema es de Estado y exige tratamiento de Estado. El gobierno debe reducir su afición a los juzgados a los asuntos penales que más le afectan y el Parlamento tomar la iniciativa en  la formulación de una propuesta de negociación que conduzca a una solución satisfactoria para ambas partes. 

De lo que se trata es de resolver el conflicto de modo civilizado y no perpetuarlo. Y nadie está interesado en trastornar o desestabilizar nada.  

dilluns, 25 de desembre del 2017

Discursos a la nación catalana

El discurso del Monarca ha acentuado la tradicional union de la Corona con las esencias patrias: 24 de diciembre, como su padre y como su abuelo ideológico; el grupo escultórico de estilo Salzillo; el cuadro de la izquierda, algo como de Correggio y el inevitable retrato de la entrañable familia como-tú-y-como-yo; todo sobre una cómoda de madera noble y herrajes dorados. Detrás del Rey, vestido de paisano para la ocasión, con exquisita gesticulación de manos, un paisaje con aire francés, las flores de Pascua, la bandera española luciendo por donde más loor recibe y la de Europa, cielo estrellado de España. Buena escenificación a la antigua usanza de una España moderna. Ya saben, "todo lo que no es tradición es plagio".

Dijo SM que España debe recuperar su protagonismo en un proyecto europeo. Recuperar, lo que se dice recuperar, como no sea el del siglo XVI/XVII, no se me alcanza ningún otro. Dijo también otras cosas en el antiguo uso de confundir el 24 con el 28 de diciembre. Por ejemplo, eso de salir en defensa de la democracia y en defensa de la igualdad. Él, el Rey.

Y otras sinsorgadas de este jaez que probablemente se le ocurren ya a él solo, sin la ayuda de su amigo de La Moncloa, quien lleva seis años haciendo lo imposible en pro de la democracia y la igualdad. Añadió como colofón una apostilla progresista que debió de redactarle algún miembro de la oposición para probable cabreo del gobierno y delicia de la izquierda dinástica que ve recompensados sus esfuerzos. Aun reconociendo que se ha superado la crisis (como quiere el gobierno), ha señalado los fallos y carencias: las familias, los jóvenes (ni una palabra para los pensionistas), la corrupción (debe de ser la primera vez que se menciona en el contexto), el medio ambiente y la violencia contra las mujeres.

Cada cual es libre de otorgar a las palabras del personaje el valor que le plazca pero son puro relleno. El meollo, el núcleo, el busilis del alegato nativideño es Cataluña. El Rey ha discurseado a, ante, cabe, hacia, sobre, de los catalanes. Pero ya no tan claramente "contra" ellos como en su última alocución, hosca y amenazadora. Tiene gracia que, por la decisión dee TV3 de no emitir el mensaje, los únicos que, si quieren, lo verán mañana o pasado son precisamente aquellos catalanes (audiencia de TV3) a los que el Monarca más encarecidamente se dirigía.

Ya no impone. Ahora implora. No ha rectificado, como le pedía Puigdemont, pero no se ha encastillado en el cumplimiento de la ley del 155. No es mucho, pero tampoco el asunto es importante ya que, con su habitual habilidad, el gobierno ha puesto a la Corona en fuera de juego. El Rey no tiene nada que decir.

Son los políticos quienes han de hablar. Y hacerlo sobre las cuestiones concretas aquí y ahora. El bloque independentista ha ganado las elecciones. Corresponde iniciar los trámites para la constitucion el govern. Para ello, los candidatos electos han de tomar posesión de sus actas en libertad. El gobierno avisa de que, para ser investido (ya lo da por investido), Puigdemont ha de venir a España. Punto este de muy dudosa factura porque, como se sabe, si Puigdemont viene, será inmediatamente detenido. Con conseceuencias imprevisibles porque los jueces españoles lo son. Si hay dudas véase el trato que han recibido los cuatro presos políticos indepes.

Rajoy ya se ha encogido de hombros característicamente al decir que él no controla los procesos judiciales porque en España hay división de poderes, por si la peña lo ignoraba. Palinuro lo advertía hace un par de días: el sistema tiende a ser autopoiético y a autonomizarse. ¿Qué mejor ocasión -y más patriótica- para que los jueces demuestren la independencia de su poder sobre las espaldas de un prófugo?

Llegados a este punto, la situación se ha hecho surrealista. Merkel exige la formación de un govern legítimo (o sea, aceptado por los catalanes) pero el gobierno español no puede garantizarlo porque los jueces no le dejan. Esos jueces que antes le eran tan complacientes. De forma que el Estado español (que ha licenciado al gestor del éxito catalán, Moragas, enviándolo de embajador a la ONU, en donde arreglará el mundo) puede optar entre dos formas de hacer el ridículo: a) desautorizar a los jueces y permitir la formación del govern; b) desautorizar a Merkel y no permitirla. 

En cuanto a Puigdemont y los indepes, la euforia del triunfo los ha convertido en una piña. Su comportamiento es coordinado y espontáneo, pues es impensable que se ajuste a alguna previsión en circunstancias imprevisibles. Pero es. Puigdemont mantiene su actitud gaullista de figura emblemática de liberación nacional que, como se ha visto el 21D tiene mucha fuerza. El bloque al interior reafirma que él es su presidente y encara la restitución del govern depuesto por el consorcio del 155. La CUP, adherida al planteamiento mientras esté dé prioridad al eje nacional. Nada más que decir. Algo invencible.

Esa oferta de Puigdemont a Rajoy de encontrarse a dialogar fuera de territorio español tiene la audacia de plantear la relación al nivel casi más alto, de igual a igual, en ejercicio de un mandato democrático de la mayoría del electorado el 21D. Y digo "casi" porque también la plantea, en efecto, al nivel más alto, al de la Corona, cuando recomienda a esta que aproveche la ocasión del mensaje navideño para rectificar. También de igual a igual. Puigdemont actúa como presidente del govern y Jefe del Estado de la República Catalana, en tanto se dilucida constitucionalmente si esta es presidencialista o parlamentaria. Así que, cuando dice que las elecciones del 21D han significado el triunfo de la Republica Catalana sobre la Monarquía del 155, está articulando otro discurso a la nación catalana.

(He pasado el blog al amarillo en reclamación de libertad para los presos políticos).

diumenge, 24 de desembre del 2017

Censores

Para solaz del domingo dejamos al lector con esta portada de El Periódico del pasado 1º de noviembre, que he encontrado en el tuiter de Francesc Vilallonga @vilallongapac. La foto corresponde a una comparecencia de KRLS en Bruselas hace algo menos de dos meses. Es decir, contexto: se ha aplicado el 155, hay exiliados y presos políticos, una Generalitat intervenida, una euro-orden en marcha y un presidente al que muchos llaman "prófugo". "President", déjelo ya. ¡Qué caprichosa es la fortuna!

La portada merece un estudio semiótico para ver cómo un periódico que se llama El Periódico, y podría llamarse El Despertar de Madrid, convierte en noticia un deseo. Eso sí, un deseo tan profundo que se dirige al presidente en modo imperativo. La realidad no ha sido complaciente, de forma que el deseo en deseo se ha quedado y, como vaticinio, un pleno. Y eso que el deseo era urgente. Pimpinela se había declarado en rebeldía dentro de la rebeldía y la única manera de pararlo era inducirlo a que lo hiciera él voluntariamente puesto que estaba a buen recaudo de las fuerzas que hablan a través de El Periodico. Para convencerlo, casi se diría para sugestionarlo o mesmerizarlo, la orden se le da en tipo resaltado, en negrita blanca, para que no piense en otra cosa más que dejarlo... dejarlo...

Dejar ¿qué? Para el diario, dejar la actividad delictiva y entregarse. Para cualquier observador, dejar un proyecto colectivo de construcción de un Estado al que ha dedicado su vida y por el que arriesga treinta años de cárcel, conjuntamente con otros con la misma dedicación y que ya están en prisión. Al periódico le parecerá que eso puede "dejarse" como el que deja de comprar lotería, lo cual demuestra claramente la escala de valores que en él rige.

Dejar ¿por qué? ¿Porque lo dice El Periódico? ¿Porque lo ordena el gobierno central? ¿Porque lo pide la ciudadanía catalana? La ciudadanía catalana no pide eso sino todo lo contrario y ha revalidado su confianza en Puigdemont. El gobierno central no pinta nada porque son unas elecciones autonómicas según él mismo las ha convocado y en las que su partido solo cuenta con tres diputados, carentes de toda relevancia salvo que sean la Santísima Trinidad y aun así. El Periódico puede decir misa, lo que hace habitualmente con la homilía en la portada, al estilo ABC. 

Para resaltar, la mala uva de las comillas en "President" que, si no son las que usan los de la filosofía analítica, pretenden ser irónicas y negar la categoría de presidente al presidente. En el fondo, un asunto curioso porque Puigdemont va a ser el único presidente votado dos veces en el mismo mandato.

En fin, no lo ha dejado y el gobierno tendrá que hacer algo para normalizar la situación y permitir la investidura de un govern con el que Merkel le ha obligado a negociar. Porque la madrina de M. Rajoy se informa por la prensa libre y sabe que el 21D ha sido un triunfo arrollador del independentismo que ha aumentado en escaños y votos en condiciones de hostilidad y juego sucio apabullantes. En España los medios informan de lo contrario con mayor o menor desvergüenza: los indepes ganan en escaños pero no en votos, están muy divididos, van a pegarse y, además, no los vamos a sacar de la cárcel .

Pero es inútil. La Independencia ha ganado. La República ha ganado. A ver qué cuenta esta noche el Rey sin reino en un discurso que TV3 en Cataluña no transmitirá. Carece de sentido que la lección inaugural de una República la pronuncie un rey.

divendres, 22 de desembre del 2017

La victoria de la gente

Por fin España sale del franquismo y se abre a la historia gracias a Cataluña. A la historia presente, del mundo de hoy, en el que
  • los políticos no se dedican sistemáticamente a robar y mentir.
  • los corruptos dimiten y van a la cárcel.
  • los tribunales de justicia no están al servicio del poder político.
  • Este no persigue penalmente a sus adversarios.
  • Ni los amenaza
  • Ni los apalea
  • Los medios de comunicación no están todos también al servicio del poder económico y su excrecencia política.
  • Donde la Iglesia no es un Estado dentro del Estado, plena de privilegios.
  • Donde no se castiga con prisión el ejercicio del derecho a decidir de los pueblos.
  • Ni se niega a las naciones el derecho a llamarse naciones y actuar como tales.
Un mundo normal, no el de la Marca España, que ha visto cómo fracasaba entre la general irrisión y cómo, además, perdía la joya de la corona más preciada de esta: la República Catalana independiente.

Estas elecciones han construido Cataluña y destruido España. Últimos hitos:
  • El triunfo moral ha sido doble del material porque las elecciones, sobre ilegales e ilegítimas han sido una vergüenza desde el punto de vista del fair play. Con varios candidatos en prisión, privados arbitrariamente del ejercicio de su derecho de sufragio pasivo y activo. Unas elecciones en los que todos han jugado sucio, el Estado, la Iglesia, los partidos unionistas, especialmente los del 155, los medios de comunicación y la sedicente izquierda española.
  • Y una victoria incuestionable, nítida, en votos y escaños, con una participación sin precedentes. El 21D ha sido una repetición del 1/O y ambos se refuerzan mutuamente en legitimidad. La prueba de la rotunda victoria indepe es que la Iglesia ya ha cambiado de bando y ahora pide a la nueva autoridad "respeto para la libertad religiosa" y algún dinerillo, supongo.
  • La señora Arrimadas ha celebrado el hecho aritmético de ser el partido más votado como si fuera el mandato de los dioses. Probablemente en sintonía con esa célebre y machacona fórmula de M. Rajoy de que gobierne el partido más votado. O sea, lo que hace él, gracias a la gentil colaboración de la oposición. El problema es que en Cataluña esto no es posible porque hay una mayoría parlamentaria indepe, que es lo que cuenta.
  • Incidentalmente, de haber habido lista única de país, Arrimadas no sería la más votada. No tiene mayor importancia, pero es cosa de imagen y de no tener a la señora repitiendo el estribillo. Lo interesante es calcular ahora cuál hubiera sido el resultado de una lista de país. No por nada, sino porque así se aprende, comprobando.
  • Catcomú-Podem es la canción del olvido. Su irrelevancia es pavorosa. Sus votos no dan para un gobierno unionista y el bloque indepe no los necesita. El País vaticinaba un empate entre indepes y unionistas con los comunes-podemos de clave. Ni clave ni claque. Nada. Y es aburrido señalar la incapacidad de esta peña para colocar el rollo de la equidistancia.
  • El mismo rollo que sigue soltando IU y Podemos: victoria de la burguesía corrupta (la única que tiene gente en la cárcel y el exilio); ni DUI ni 155 (pero este había que aplicarlo como en un frenopático); banderas y desinterés por los problemas reales de la gente (y se lo dicen a ERC y la CUP). Nada que tenga que ver con la realidad.
  • El PSOE navega por el Leteo. Agarrado al PP con el ilegal e inconstitucional 155, se ha olvidado de sus orígenes y esencia y, en su furia españolista se ha mezclado con la derecha y la extrema derecha y ha hecho suyashasta sus formas amenazadoras e insultantes de intervenir en la esfera pública. No es que no sea socialista; es que no es democrático y presenta una deriva seria hacia el fascismo. Considérese: el único que puede parar una locura dictatorial de M. Rajoy es el partido socialista mediante una moción de censura cofirmada por Podemos, el PNV y los indepes catalanes. Si no se presenta esa moción, el PSOE será corresponsable de lo que pase en Cataluña con esta manga de franquistas en el gobierno.
  • Un gobierno híbrido de autoritarismo, corrupción, incompetencia, clientelismo y agresividad. Uno que dice haber "descabezado" a sus adversarios cuando el único descabezado aquí ha sido él, que, por lo demás ya carecía antes de cabeza.
  • Y miren más arriba del gobierno, a la Corona. Esta sí que ha perdido. Felipe VI tiene algún desparpajo borbónico y no le cuesta nada presentar la Monarquía como la gran defensora de España y de la democracia; pero es difícil imaginarlo defendiendo también la República.
  • En esto de la República es donde el independentismo catalán ha asestado el golpe de gracia a la izquierda española que ni a la República se atreve. Por eso, los ataques de de furor contra el "engaño" de ls independencia de los ricos, de la burguesía corrupta, del 3%. Es un caso patológico: los guardianes de las esencias de la revolución no la ven cuando la tienen ante las narices y optan por anatematizarla agarrados a clichés doctrinales que nunca funcionaron.
  • Los aliados y siervos del gobierno en este ridículo desastre en el que la derecha pierde votos a favor de un neofalangismo de zarzuela, los medios de comunicación, beligerantes hasta lo ridículo, es de suponer, estarán comiéndose toda la basura que han vertido sobre el procés para desfigurarlo y hacerlo fracasar con las peores artes.
  • A todos ellos, gobernantes, políticos unionistas, jueces de parte, medios comprados les resulta imposible comprender un hecho que no puede estar más a la vista: que este movimiento no es de líderes, ni de partidos, sino de la gente, a través de sus asociaciones o por su cuenta; que es la gente la que lo ha acelerado, defendido y, finalmente, hecho triunfar. Así que, por favor, dejen de meter cargos públicos representativos en la cárcel porque van a tener que encarcelar a dos millones y pico de personas. Convénzanse: ni mayoría silenciosa, ni oro de Moscú, ni espiral del silencio, ni los sabios de Sión. La gente. Es una victoria de la gente a la que, ya son ganas de fastidiar, le ha dado por alzarse cívica, pacífica, democráticamente a ejercer su incuestionable derecho a decidir.

Y lo ha conseguido. Porque es una revolución. Consídérese el siguiente interesante punto. Dice Pedro J. Ramírez en El Español que hay que ir a unas elecciones generales inmediatas para que los españoles decidan.Seguro que a los catalanes les parecerá de perlas que en el país vecino se celebren elecciones generales, particulares o callejeras. Pero, argumentan los independentistas (que son los que mandan), no va con ellos. Y, a propósito de esta circunstancia, habrá qué ver cómo se definen los partidos unionistas en el contexto de un parlamento republicano, si como partidos catalanes o como partidos españoles en Cataluña.

Us volem lliures

Un grupo de poetas, pintores y artistas catalanes ha redactadao una original carta en forma de poemas e imágenes a los 4 presos políticos para darles ánimos y comunicarles nuestro afecto. Me han invitado a participar con un breve texto, cosa que he hecho de mil amores.

Reproduzco la carta íntegra, con los poemas, los nombres de los/as autores/as, las pinturas, las fotos de objeto y el anuncio del mimo, siempre con los nombres.

Un buen momento para hacerlo, cuando hemos ganado.

Us volem lliures i us verem lliures.




Des de la proximitat i a frec vostre; volem apropar l’escalf i l’afecte que a casa respirem arreu i que duu el vostre nom, companys .

Sou els nostres representants lliurement escollits,  i malgrat les reixes, les fredes parets o les llunyanies  d’altres terres que us han d’acollir, estem i us sentim  ben nostres.

Us enviem  un breu recull de textos, versos, dibuixos  i objectes,  són  uns presents del nostre Tió secular  i present.

Voldrem lliurar-vos-ho tot plegat, quan torneu a estar entre nosaltres a casa.

Us estimem.

Quan la veritat venç el botxí
la por, l'afront i la ignorància,
la remor es torna clam,
pas segur que alena el poble
i deixa petja de combat,
camí futur i pas salvat,
amb cleda oberta i cel al ras,
de llibertat a ultrança.

Lluís Calvo


Folgada capella
harmònics abismes
i càntics ancestrals,
acompanyen l’aurora
dels incipient nous laberints
-tant esperats-
de la noia dels pits nuus.

Eduard Casas

La terra està presonera,
presoners els curadors,
però no empresonaran
ni idees, ni fe, ni cors.

Àngels de la Torre

Amb la força de la paraula,
del diàleg,  de l'honestedat
solcarem camins

devers els quatre punts cardinals.."

Júlia  Badal


Dignitat d’un poble
llàgrimes que tornaran
a ser  somriures
anhels  dels que vau escriure la historia
quatre pilars de llibertat.

Teresa Tarrida
En el silenci de la nit,
batega el mar, el món.
Contra els cavalls de l’odi
la veu esdevé clam.
Carles Duarte

Una dolça melangia,
un silenci sorollós,
un plorar sense sentit,
una pena amb alegria ...
Tot omple
la solitud d’una vida!

Carrie Dorca

De ex-preso político a presos políticos: encarcelan cuerpos, pero no almas. Estamos todos juntos, somos uno, dentro y fuera y por eso ganaremos.

Ramón Cotarelo

(...)Els llibres són la llar/ per al poeta que tremola de fred.

Vicenç Altaió< Què puc dir, què puc fer, si no fer-te arribar l'alè, que et dugui a port, llevar l'àncora sense por, dibuixar-te un cel de paraules amb la lluna com a far  i els estels com esperança, fer arribar aquest vers a l'illa del teu cor, vestit d'onada. Núria Garcia

He vist el futur
He vist el que he vist i no puc callar el que he vist ...
He vist el que he vist i no puc tancar els ulls davant del que s'ha vist
He vist el que he vist i no puc dir que no escolti el que he vistHe vist el que he vist i es va acabar el bròquil...
He vist a les forces d'ocupació arrasar amb el seu odi blindat sobre nens, joves, adults i gent gran que només alçaven els seus braços en senyal de pau.
He vist urnes i la gent decidir amb el seu vot el seu futur sobirà

Edu Sibori



“Una horda furiosa aixafà les flors del camp
però amb el seu arrasador i malèvol afany
remogué tan a fons les entranyes de la terra
que la llavor rebrotà en una nova primavera.

Maria Rosa Blázquez


Vivim i deixem viure.
No podem avançar sense nom
les estacions de l'any
un ona que banya l'altre
l'ocell, la pluja
l'amor, la por, la reivindicació
vivim, vivim entre ombres i màscares
i cap és més bondadosa que una altra.
Vivim.

Susana Pérez.

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A vuelapluma

Mayoría absoluta de escaños. Con el 97 y pico escrutado, 34 escaños JxC, 32 ERC y 4 CUP.

Dice Rafael Hernando y los franquistas del gobierno que es mayoría de escaños pero que en votos gana el no. La habitual mentira de esta gente. En votos también ganan lo indepes y solo se puede hablar de mayoría del "no" contando con los abstencionistas, lo que es una trampa evidente.

La mayoría de escaños autoriza a seguir con el Procés. El govern legítimo de la Generalitat, pedirá la retirada del 155 y entrará en proceso constituyente.

¡Ay, si hubiéramos ido en lista única de país! Nuestro resultado sería aun mejor.

Con una mayoría parlamentaria hay que ir a la independencia. Si querían otro resultado, más de referéndum, que lo hubieran convocado como tal. En estas elecciones (que son un referéndum de hecho) el gobierno está legitimado para tirar adelante con la independencia con un escaño más de mayoría absoluta.

Los falangistas de C's, que se han llevado el voto españolista más catalanófobo, andan gritando que son el partido más votado. Su sintonía con el Sobresueldos es total; este siempre pide que gobierne el "partido más votado". Así lo hace el ahora gracias al PSOE y los resultados no pueden ser peores. Los falangistas, probablemente, pasarán los próximos 4 años en la oposición gritando lo de más votado; siempre es un consuelo.

El PSC y Catcomú no pintan nada. Ni sus votos dan para un gobierno de  derecha (al que, al menos el PSC, no harían ascos) ni son necesarios para los indepes. Su desaforado oportunismo (el caso de Colau es casi neurótico) los ha llevado a la más absoluta irrelevancia. El PSC ha pagado el precio de ir de la mano del bloque del 155, conjuntamente con la banda de ladrones del gobierno y su sobresueldos.

Con 3 diputados y 183.270 votos, el PP es un partido insignificante en Cataluña, pero es el que la gobierna dictatorialmente con el 155 y el apoyo del PSOE, cuya deriva fascista en el segundo mandato de Sánchez, de la mano del ridículo Iceta ha sido imparable. Pero no haya duda de que intentará arreglarlo a base de insistir más en la injerencia colonial en Cataluña. De hecho, sus gentes y seguidores, que ya insultaron de forma soez a los independentistas, incluso a los que estaban en la cárcel, ahora piden más mano dura, más 155, más represión en Cataluña. La dictadura, vamos. Antesala de la intervención europea.

Porque no hay más salida. La banda de ladrones y sus cómplices no aceptarán jamás el resultado de las eleccioness, salvo que se les obligue. Pues habrá que obligarlos

Hay una posibilidad de impedir la dictadura y la fascistización de España. Pero depende del PSOE y no creo a este capaz de reflexionar y rectificar su comportamiento, desvinculándose del franquismo. Por si acaso, lo explayo: moción de censura a Rajoy firmada por PSOE, Podemos, PNC e indepes catalanes. Objetivo: echar a la banda de ladrones y criminales y constituir un gobierno que capaz de sentarse a dialogar con los ganadores de las elecciones, que no han sido los falangistas de Rivera y Arrimadas, sino el independentismo.

dijous, 21 de desembre del 2017

Sísifo liberado

¡Vaya manera de festejar la feliz Navidad! Ahí están todos con gesto torvo y caras de pocos amigos. Los sondeos, previsiones y encuestas los tienen asustados y furiosos. A ver si, al final, realmente, se han cargado el país. ¡Ah, no, que ahí planta la ministra de defensa el ademán de "estos son mis poderes". El presidente de los sobresueldos amenazando, para variar

No falla: siempre que gobierna la derecha hay autoritarismo, reacción, desgobierno, corrupción y, al final, bronca. Como en este caso, con una bronca que viene como anillo al dedo para tapar el caso más asombroso de corrupción política desde los Austrias. Si no fuera porque la situación es desastrosa y hay mucha gente pasándolo mal, esta asociación de presuntos malhechores mueve a risa. Tan serios, tan formales, tan de la Gürtel, con los finiquitos en diferido, los discos duros destrozados a martillazos y las ristras de expedientes incriminatorios que vuelan de los archivos.  Es la tragicomedia española.

Porque tener gente exiliada y encarcelada (y más que se avecina en el futuro judicial) no es de recibo. Y mucho menos amenazar con que así seguirá siendo si la ciudadanía se obstina en votar mayoritariamente lo que al gobierno no le gusta. Pues, en efecto, ahí está el presidente de la Gürtel, afirmando que se cumplirá la ley en Catalunya, ley que su propio partido, el que él preside, no cumple. Si la cumpliera no estaría procesado, al igual que docenas de sus dirigentes, como podría estarlo él si los avatares judiciales de sus amigos así lo provocaran. 

Esa declaración es equivalente a decir: ustedes voten lo que les dé la gana que yo no reconoceré los resultados que no me gusten. Y se lo haré notar prolongando el estado de excepción en Cataluña, interviniendo de nuevo la generalitat, clausurando sus órganos representativos, destituyendo a sus gobernantes y encarcelándolos si se tercia. Si ganan los independentistas y pretenden aplicar su programa, dictadura y sanseacabó.

Un déja vu, que dicen los políglotas, una repetición o rimeic, en castellano actualizado. Cataluña era como Sísifo, condenado a subir la roca a lo alto de la montaña solo para verla rodar luego hasta el valle y vuelta a empezar. Pero alguna vez había de llegar en que Sísifo, llegado a la cima, sujetara la roca e, irguiéndose con ella sobre la cabeza, simbolizara la I de la independencia.

Es la figura de Sísifo liberado que, en la prosa cotidiana, se llama las elecciones de hoy en las que se vaticina una mayoría independentista. Así lo acepta el gobierno (como puede verse por sus caras de alegría) y por eso, M punto Rajoy, avisa a los "futuros gobernantes" de Cataluña del 155 ya que avisar a los otros sería redundante.  La conclusión es obvia: Sísifo liberado provocará la dictadura en España. Una situación que España no puede permitirse en la UE. Ni a corto plazo. La delicada situación económica y financiera del país apenas le deja margen de maniobra frente a las presiones  internas y externas, especialmente comunitarias, para llegar a un entendimiento. Ello mediando una negociación bilateral y de igual a igual. 

Se puede objetar que esta vía suspende la Constitución y es cierto (aunque no muy grave), pero es que lo mismo hace el 155. Con una diferencia: la vía de la negociación construye; la del 155, destruye. 

Una última nostálgica conclusión: a los catalanes les ha costado 1.000 heridos, mobiliario destrozado, multas de toda forma y cuantía, persecuciones, procesamientos, encarcelamientos y exilios conseguir lo mismo que consiguieron los escoceses tras una breve negociación con el gobierno británico. Un referéndum de autodeterminación. Por supuesto, Rajoy niega que sea tal, que sea de autodeterminación, que sea un referéndum y hasta que sea "un". Pero lo es. Y con un mérito enorme porque se da en unas condiciones bochornosas de desigualdad de la parte más débil.

¡Ah! Y deciden solo los catalanes, dicho sea sin ánimo de molestar.

Así que hoy se ve si Sísifo se libera o ha de volver a bajar en busca del maldito peñasco.

dimecres, 20 de desembre del 2017

Los cofres de Shakespeare

Se recordará cómo en El mercader de Venecia, Bassanio debe elegir entre tres cofres, uno de oro, otro de plata y otro de plomo, para ganar la mano de la bella Porcia. Aquí y ahora los electores indepes son todos Bassanios, obligados a elegir; Porcia, la República Catalana; el padre de Porcia, al que se le ocurre la pruebecita, vaya usted a saber quién. Probablemente a quién se le ocurriera que la lista de país era peor que tres listas, también de país; del mismo país.

La renuncia a la lista de país fue precipitada. Es comprensible por muchos factores, todos ellos explícitos en las correspondientes campañas electorales por separado. Pero queda por ver si la decisión ha sido mejor que la contraria y eso solo podrá hacerse después del evento. Entre tanto en el electorado hay algún desconcierto. 

¿Qué han dicho las tres opciones en la campaña? JxC ha apelado a la legitimidad institucional y adelantado la figura de Puigdemont con un toque de rassemblement gaullista. El sinónimo de JxC es la "lista del presidente". ERC ha hecho hincapié en la historia del partido, poniendo especialmente de relieve su carácter republicano y adelantando la figura de Junqueras con ecos de Mandela, aunque es de esperar, sin su larga condena. Los de la CUP, siempre un poco afuereños, se han limitado a decir que apoyarán el gobierno que implemente la República y, si no he entendido mal, votarán por el restablecimiento de Puigdemont como presidente legítimo.

Eso toca un punto delicado en esta confrontación. Tiene fuerza el argumento de Puigdemont de que no hacerle presidente de la Generalitat equivale a aceptar que Rajoy los destituye y, por lo tanto, los nombra. Y probablemente mucha gente votará con este ánimo, el respeto por la institución. Pero también es razonable la posición de que, estando proclamada la República, su primer gobierno salga de las elecciones. La cuestión aquí es que, una vez contabilizados los votos, habrá una decisión siempre en el mismo sentido de constitución de un gobierno republicano. ¿Por qué no un gobierno provisional, encargado de convocar elecciones constituyentes? Fórmulas concretas habrá muchas.

Obviamente, viéndonos obligados a optar, como el bueno de Bassanio, los votantes hemos (digo hemos por economía de lenguaje) de defender aquello en lo que creemos. Los republicanos de izquierda, una opción republicana de izquierda. Pero quienes no sean republicanos o de izquierda, también deben poder votar independencia, pues la independencia es de todos. Es más, no consigo imaginar una situación en que, al pedir el voto para sí mismo, algún partido independentista no lo pida para los otros también y mucho menos otra en que se aconsejara no votar o hacerlo por un unionista a los electores de otros partidos independentistas, 

Así que los Bassanios-electores podemos ir tranquilos a votar según nuestras convicciones o como nos plazca ya que, votemos lo que votemos, tenemos garantizada la mano de la hermosa Porcia, pues esta nos la dará la suma de los votantes de los tres cofres. 

Acabar con la dictadura española en Catalunya

Artículo de hoy en elMón.cat Ya en la jornada de reflexión, es bueno reflexionar brevemente sobre el contenido de la campaña y el carácter de estas elecciones: impuestas, ilegítima, ilegales, pero de obligada asistencia por la cuenta que nos trae. Los partidos unionistas han pretendido y pretenden que son una consulta normal cuando se trata de un abuso, un atropello, una injusticia. Que no lo hayan hecho patente y, al contrario, se hayan aprovechado con bajo estilo de la ventaja que les daba la arbitrariedad de la dictadura española del 155 responde a su categoría moral. Que Domènech, dels Comuns, compareciera en el debate de TV3 sin el lazo amarillo ya apunta hacia donde tira esta peña. Encabezada por la oportunista Colau, que ya se relame pensando qué va a sacar a cambio de su abstención para elegir a Iceta.

Por fortuna, todo esto es a la par lamentable e irrisorio. Para el 21 esperamos una clara victoria del independentismo en sus tres vertientes. Luego, empezará otra historia.


Acabar con la dictadura española.


La lluvia de debates y tertulias de los últimos días de campaña ha demostrado la verdad de dos hechos: a) el pluralismo de la política catalana en donde se enfrentan siete opciones, casi ocho si contamos la de Albano Dante, que no se presenta a las elecciones, cosa que señala la diferencia cualitativa entre España y Cataluñay; b) el poder de la dictadura española, que tiene cómplices incluso y sobre todo entre quienes la padecen en Cataluña.

En las tertulias, la tónica ha sido debatir civilizadamente (en eso se diferencian de las españolas) entre posiciones muy encontradas pero dando por supuesto que el momento político y las elecciones son circunstancias normales. De vez en cuando, sin embargo, exabruptos de baja y probable etílica estofa como el de Soraya Sáenz de Santamaría, jactándose de que ha sido Rajoy quien ha encarcelado directamente a los independentistas, avisan de la absoluta anormalidad de la situación, de su excepcionalidad.

Unas elecciones en una sociedad sometida al 155, norma de plenos poderes dictatoriales, con varios candidatos en prisión, impedidos de expresarse en los medios, censurados y represaliados si hablan, no son normales. No son ni elecciones, sino un acto de arbitrariedad impuesto por el poder franquista, que es el que rige en España. La suspensión de la Generalitat, la destitución de sus dirigentes, la intervención y ocupación de hecho de Cataluña no son circunstancias normales, sino brutalmente excepcionales.

La presencia de Rajoy en Cataluña, como si fuera a unas elecciones autonómicas ordinarias cuando tiene a sus adversarios encarcelados y rehenes de su arbitrariedad, es otra evidencia de la hipocresía de la derecha y de la situación de dictadura española en que vive Cataluña.

Los ataques permanentes de rabia de Borrell, sus insultos, amenazas y pedanterías solo delatan la frustración y la incomodidad de participar como principal beneficiario de unas elecciones injustas y arbitrarias. Beneficiario y cómplice de quien las ha convocado mediante el golpe de Estado del 155. El principal soporte y aliado del ataque franquista a Cataluña es el PSOE/PSC. Una posición que trae malos augurios al partido. No en punto a dignidad, que la tiene perdida, sino en punto a eficacia. Será imposible convencer al electorado español de la sinceridad del PSOE en su lucha contra Rajoy y el PP cuando se ha puesto a su servicio incondicional para justificar el atropello cometido en Cataluña. Porque este el trágico absurdo del discurso del PSC (ese tan inteligente) que no es contra el PP a favor de Cataluña, sino contra Cataluña a favor del PP. Disfrazar eso es imposible.

Los demás partidos unionistas, el PP, C’s y la seudoizquierda oportunista catalana de Podem y los comunes están dentro de lo previsible. No engañan: quieren perpetuar la situación colonial de Cataluña como cámara de compensación y financiación del perpetuo expolio oligárquico y caciquil de España. Lo escribí hace un mes en este diario: el golpe de Estado del 155 no anuncia la dictadura del PP sino la española en su conjunto sobre Cataluña. Es la dictadura española. El PP, el PSOE, C’s, Podem y los Comuns , con diferencias de matiz tienen la misma intención: el mantenimiento de una régimen autonómico que es una farsa para impedir que Cataluña pueda desarrollar su potencial como Estado independiente.

Al final, la dura realidad de las cosas se ha impuesto y demostrado que, por mucho que se mienta, las elecciones de mañana impuestas manu militari con los candidatos catalanistas en prisión o en el exilio, son un referéndum. El referéndum de autodeterminación que los franquistas españoles del 155 (especialmente PP/PSOE/C’s) trataron de evitar apaleando a la gente indefensa. En este referéndum hay dos bloques: el de los partidarios de la sumisión catalana a una Monarquía ilegítima impuesta por un dictador y el de los partidarios de una República independiente. De elecciones normales, nada. Un atropello por el que se intenta hacer bueno (hacerlo a base de insultar y reprimir) un golpe de Estado en contra de las instituciones legítimas de Cataluña.

Dadas las circunstancias, la estrategia del bloque independentista, al fracturarse en tres opciones distintas, no ha sido especialmente hábil. La unidad del principio debió mantenerse porque fue ella la que obligó al bloque franquista a quitarse la careta e ir a la dictadura del 155 descaradamente. No pudo ser probablemente por ese clima de agobio, hostilidad, acoso, prepotencia e injusticia en que se ha perpetrado este atropello. Yendo por separado, el independentismo ha hecho concebir esperanzas a los unionistas, a los más y los menos provocadores de que, con un poco más de presión “normal”, aquel quedaría fuera de juego.

Con sus dirigentes en la cárcel o en el exilio, una vez contabilizados sus votos por partidos y luego de su probable victoria de mañana el independentismo tiene que recomponer su unidad sin veleidad alguna de pactos con los unionistas. Tiene que restablecer el gobierno legítimo de la Generalitat, sacar de la cárcel a los presos políticos, traer del destierro a los exiliados, levantar el embargo del patrimonio de los represaliados y seguir adelante con la República Catalana.

Tiene que hacerlo porque, si no, todo el esfuerzo, toda la movilización de este pueblo habrán sido en balde, los presos se pudrirán en las cárceles y la frustración durará generaciones.

dimarts, 19 de desembre del 2017

Juego sucio

El País sigue disparando con calibre grueso. Los separatistas (nada de independentistas, que suena bien) crean expectativas falsas. Su partidismo lo ciega tanto como a su musa política, Sáenz de Santamaría, y le hace decir lo que no debiera. ¿Por qué son falsas las expectativas? Bien porque quienes las crean no quieran en realidad satisfacerlas (y eso sería atribuirse dotes telepáticas) o porque se sabe que el incumplimiento será por causa de fuerza mayor, pues, sea cual sea el resultado, seguirá aplicándose el 155 y la situación de excepcionalidad. Las empresas seguirán fuera y los presos, dentro.  El mensaje es "pueden ganar, pero no podrán satisfacer las expectativas porque no les dejaremos". 

Precisamente algunas de estas expectivas las crean también los partidos unionistas. Los presos se quedarán en donde están, pero las empresas volverán, y la estabilidad y las inversiones y la atención a los problemas de la gente y... y...Estos pometen Jauja, con la ayuda del Estado.

Pero los presos se quedan; los exiliados, también, y el independentismo se sigue descabezando sistemáticamente. 

No hace falta nada más para tildar estas elecciones de ilegítimas por su profunda, radical desigualdad. Esta se ha hecho especialmente visible con la invisibilidad de los candidatos independentistas. No se permite a los presos políticos comunicarse con sus seguidores e, incluso, se les sanciona cuando lo han hecho. ¿Hasta dónde llega la discrecionalidad de la administración penitenciaria a la hora de restringir los derechos fundamentales de los presos preventivos?

Elecciones concebidas ya como juego sucio contra unos candidatos que no pueden defenderse contra toda justicia y por un abuso de poder. Ya solo esto debiera ser denunciado como un bochorno por los demás contendientes. Pero el juego sucio saca lo peor de quienes no tienen categoría para el limpio y ese ha sido el ánimo a lo largo de la campaña, una campaña en la que se han escuchado por todas partes las promesas y propósitos de los unionistas, que no han podido acallar el silencio de los presos y exiliados. Y en la que sus imágenes son omnipresentes, sin haber podido ocultar la imagen de la ausencia de los represaliados. 

¿Y se pretende que esta no sea una consideración central en esta contienda? El punto central de las elecciones en las que hay que votar, por impuestas que sean, es sacar de la cárcel a los presos y traer a los del exilio. Para permitir que el gobierno legítimo de la Generalitat pueda continuar con su tarea. La composición de ese gobierno no puede ser un obstáculo. Después de la campaña de guante blanco mutuo que han hecho las fuerzas independentistas, los diferentes resultados les darán una idea del peso de cada cual en la futura coalición para poner en marcha la República catalana, preferiblemente con la participación de la CUP. El meollo de la cuestión es la magnitud real de la victoria independentista. 

La que convertirá la falsedad en realidad.


diumenge, 17 de desembre del 2017

Los líderes, los símbolos y la Pimpinela catalana

El acto de ayer de la ERC en el Born fue impresionante. De organización, coordinación y desarrollo, extraordinario. De asistencia, petado y superpetado. Fresquita mañana de sábado, todos con abrigos, bufandas, aguantando a pie firme, o silla de tijera, que no sé qué será peor. De contenido, acierto total. Había un plantel de líderes, todos con competencia, claridad de ideas y voluntad de lucha; y cientos de "liderados" que, como los soldados de Napoleón, llevan un líder en la mochila. Y estaba el líder principal, representado por el lazo amarillo en su asiento, su imagen en la pantalla y la lectura de sus textos. Nunca un ausente estuvo más presente con el añadido moral de la injusticia de la ausencia.

Ignoro de dónde ha sacado Sáenz de Santamaría la idea de que los indepes están "descabezados" y sin líderes. Sospecho que ella también lo ignora. Dice lo primero que se le ocurre que, sobre ser falso (pues en el acto del Born estaban todos los líderes de ERC) es una metedura de pata que parece de Albiol porque viene a decir que quien ha mandado a Junqueras a la cárcel no son los jueces sino Rajoy. Lo cual deja el Estado de derecho a la altura de lo que realmente es, a qué vamos a engañarnos: un gobierno arbitrario autodotado de una norma de plenos poderes para hacer lo que le dé la gana. Enviar gente que le incomoda a prisión, por ejemplo, y que su segunda se jacte de ello en público y lo convierta en argumento de la campaña electoral. A ver, señorías de la oposición, díganlo: Estado de derecho. Y díganlo, no vaya a aplicárseles el 155.

¡Qué fuerza tienen los símbolos! Ese color amarillo identifica otra etapa del proceso, algo asimilable a la de la iglesia purgante, posterior a la militante y anterior a la triunfante. Amarillo en los lazos, las cintas, las bufandas, los abrigos, los gorros. Amarillo chillón, el color del escándalo. El escándalo que siempre provoca la injusticia. Me recordaba en un post anterior el título de una película de Ford (She Wore a Yellow Ribbon), entendiendo el amarillo como símbolo de la separación de los amantes. Los presos, los exiliados y sus familias, sin ir más lejos.

Y decía el gobierno que el encarcelamiento de los "responsables" no provocaría protestas duraderas. Hablaba Ojo de Lince. 

Hay otra comparación que sugiere el amarillo: durante la II Guerra Mundial, los nazis obligaban a los judíos a distinguirse portando un cinta, un distintivo, una estrella de David amarillos. La finalidad se evidenciaría poco después: exterminar un pueblo. Ahora, un pueblo que se niega a ser exterminado, simboliza con el amarillo el reconocimiento a sus líderes, esos que, según Sáenz de Santamaría ha "descabezado" Rajoy. Mientras no lo haya hecho como don Quijote cercenaba pellejos de vino creyendo descabezar gigantes, endriagos y malandrines, el asunto tendrá un pasar. Lo malo como siempre será el vino derramado.

Y ¿qué me dicen de la resurrección de Pimpinela Escarlata convertido en Pimpinela Catalana? Según información de L'Indépendent, la policía española está aumentado el control de fronteras (supongo que especialmente las del N, N/NE, N/E y E) para "pillar" a Puigdemont si se le ocurre aparecer inopinadamente en algún acto de campaña o rueda de prensa. Hay quien lo compara con el episodio de la peluca de Carrillo cuando la transición, pero lo de Puigdemont pica más alto, hasta la chispa de una aventura de Sir Percy Blakeney al rescate de alguna víctima del Terror.  Terror el que sienten las autoridades de que algo así pueda suceder, una aparición-relámpago del presidente de la Generalitat, lo suficiente para una foto y su desvanecimiento acto seguido. Nuevo y espantoso ridículo internacional del frente del 155. 

Los líderes estarán descabezados pero, como fantasmas de Canterville, se aparecen a los gobernantes con la cabeza bajo el brazo mientras les hacen una jugarreta tras otra. Porque, desde el momento en que el gobierno ordenó retirar la euroorden, Puigdemont puede viajar a donde le plazca, a la Unión Sudafricana o a Cerdeña. Para impedirlo, el gobierno tendría que solicitarlo a la Interpol y eso, supongo, llevará su tiempo, no será de ejecución inmediata como sucede con el Tribunal Constitucional.

La campaña está descaradamente sesgada a favor de los unionistas; sus declaraciones son incendiarias; las calles, las estaciones de metro, las ubicuas pantallas reverberan con sus rostros. Y, sin embargo, no se les ve. A los que se ve es a los ausentes. No hay nada como prohibir algo para hacerlo visible, nada como encarcelar a la gente en nombre de la democracia para sacar a los demócratas a la calle.

Y una última consideración, sin ánimo de chinchorrear: en el caso probable de un triunfo del bloque independentista, los partidos unionistas tendrán que independizarse quieran o no. ¿O van a actuar como correas de transmisión de decisiones adoptadas en otro país? 

dissabte, 16 de desembre del 2017

Garantías de las elecciones

No es mi costumbre pero hoy traigo un artículo de Martí Gironell en El Mundo porque estoy de acuerdo con él en lo que dice y cómo lo dice, de forma que, ¿para que iba a repetir? Lo suscribo de la cruz a la fecha.

Por mi parte añado la sorpresa de que todo el mundo admita que un gobierno de un partido con tanta experiencia en ganar elecciones por financiación ilegal pueda garantizar nada. Supera todo cuanto quepa imaginar en punto a cinismo. Es como nombrar a Herodes director de guarderías. O como poner de juez para juzgar a la Gürtel a un ponente de la FAES.

Igual sorpresa suscitan los enterados que consideran escandaloso dudar de la limpieza de las elecciones porque los pucherazos son técnicamente imposibles. En primer lugar, la limpieza de las elecciones no depende solo del escrutinio. En segundo lugar, ¿cree alguien que importan mucho las razones técnicas a quienes destrozan discos duros a martillazos? Y, más allá en lo paradisíaco, creo haber leído que Rajoy lo considera un método normal de disposición de material de oficina. Calcúlese si, además, se ha otorgado a INDRA a dedo el escrutinio.

Hoy, Palinuro en Santa Eugenia de Berga


El acto de ayer por la tarde en Canet de Mar estuvo muy bien. Tuvo lugar en una carpa inmensa dels Comediants, su centro de acción, el lugar en que nació este fabuloso grupo que tuve el privilegio de ver actuar un par de veces allá por los primeros años setenta del siglo XX. Ya entonces eran una revolución y no solo teatral. Un rayo de genio en el muermo escénico de la época. Pude saludar a una de las integrantes originales del grupo. Muy grato y qué caramba, compay (como el de Buenavista Social Club), un orgullo de generación alzada, tozudamente alzada. Un saludo, comedianta. Seguim.

El acto concluyó con una butifarrada y música con decibelios. Un saludo también a las asistentes que tuvieron la paciencia de escucharme. Había feeling, como dicen las personas viajadas y de mundo. Feeling de victoria el próximo día 21. 

Hoy sabado, 16, tendré una intervención en un mitin de ERC en un lugar tan simbólico como el Born, en Barcelona (no dispongo de cartel, si no, lo pondría) y, por la tarde, a las 20:00, en el pabellón municipal de Santa Eugenia de Berga, para hablar de lo que tenemos por delante después del 21D. Seguirá un sopar popular que solo con el nombre ya alimenta: sopa torrada amb mandonguilles, fricandó i postres.

El tema no puede ser más abierto y, al tiempo lineal porque, pase lo que pase, anirem endavant. Si las elecciones se ganan, como es muy probable y yo tengo por casi cierto, a pesar de haberse convocado de forma ilegal e ilegítima, estar llenas de trampas y apuntar a un casi seguro tongo, hay que ponerse a construir una República de todos, con todas, para todas. 

Si las elecciones se pierden aceptaremos el resultado. En eso nos diferenciamos de los franquistas del 155 (PP, PSOE, C's), pero, aceptando el resultado, seguiremos trabajando para ganar las siguientes y construir esa República que nos hemos ganado. 

Allí nos vemos.

divendres, 15 de desembre del 2017

La antipolítica del 155

Bombardeo de encuestas y portadas de periódicos; declaraciones belicosas de ministras in partibus infidelium; escraches al carrer al presidente del gobierno; horas y horas de debates y tertulias; las redes, saturadas; los tribunales se afanan mezclando lo político con lo jurídico según el dios de Trento les da a entender; los jueces ahuecan la toga machista; los políticos amontonan promesas sin cuidarse de si podrán cumplirlas; los medios han entrado en batalla; la Iglesia ha sacado el anatema; el Rey vigila, aunque no discursee. Las elecciones catalanas se han comido la política española. En realidad, no hay política española.

Hay el 155, que es la antipolítica. 

La idea es que el 21D nos jugamos mucho; todo. Y cuando nos lo jugamos todo, todo vale. Hasta llamar elecciones a una competición injusta, claramente sesgada contra algunas de las partes. Una contienda desigual en la que los partidos unionistas tienen plena libertad de expresión y acción y los partidos indepes carecen de ellas por cuanto sus principales candidatos están en prisión o en el exilio. El bloque español tiene el apoyo del gobierno central (que ahora también es gobierno en Cataluña) que en parte lo ejerce a través de la Junta Electoral Central, órgano en el que no hay un solo catalán. La JEC interfiere en la campaña electoral siempre mermando las posibilidades del bloque independentista. Añádase el activismo judicial, que condiciona el proceso.

Los medios sostienen que se apunta a una posible victoria del frente unionista o constitucionalista, como lo llama El PaísAl menos en votos, si no en escaños. La imagen que se dibuja: un empate en que ninguna de las dos partes suma mayoría absoluta y la clave estaría en los Comunes. Esto es posible, desde luego, como cualquier otra hipótesis, a seis días de las elecciones. 

Una de ellas, y probable, es una mayoría parlamentaria de los indepes. Esa es la hipótesis que los unionistas se niegan a considerar pues de antemano avisan de que el 155 seguirá en vigor. Sin embargo, si se examina la situación más sensatamente, se ve que es la hipótesis más razonable. Más que nada, porque no hay otra. Obviamente, si nadie cuenta con una victoria por mayoría absoluta del bloque unionista, solo se ofrece la prórroga sine die del 155, cosa de la que ya ha avisado Rajoy. Pero esa tampoco es una alternativa, salvo que se quiera dar razón a Agamben (que seguramente jamás pensó llegar a tenerla de modo tan drástico) convirtiendo el estado de excepción en la situación de normalidad. 

Resulta así que un gobierno de mayoría independentista, que ha demostrado hasta la fecha capacidad para gobernar y aplicar su mandato aun con la hostilidad del Estado es la opción más razonable para iniciar una gobernación con una negociación con ese Estado. La Generalitat republicana es un gobierno de fiar porque, hasta cierto punto, lo ha sido de un Estado. Cataluña es de hecho un Estado capaz de autogobernarse. La forma concreta que esta situación tenga dependerá del resultado de estas elecciones, tanto más valioso cuanto mayores y más injustos han sido los handicaps impuestos a los independentistas.

dijous, 14 de desembre del 2017

Mañana, Palinuro en Canet de Mar

Organizado por Ómnium cultural, cuyo presidente, así como el de la ANC, está injustamente en prisión,  con la colaboración del Ágora de Canet, tendremos una xerrada mañana sobre el tema del título. Define este el carácter del momento catalán a partir del próximo 21D y según quién gane. 

Si gana el bloque franquista del 155 (PP, PSOE y C's en union sacrée) se restablecerá el dominio de la oligarquía española en Cataluña, el régimen centralizador y colonial y se tratará de aniquilar no solamente el soberanismo catalán, sino su cultura, sus instituciones, su lengua. Es la reaccion nacional española anhelada por unas derechas y unas izquierdas que, por fin, han encontrado un punto de fusión en la herencia de la España de Franco, que ambos aceptan sin cuestionarla. Por eso son la reacción.

Por el contrario, si el 21D gana el independentismo, como es muy probable, la República Catalana, declarada el pasado 27 de octubre en sede parlamentaria, se implementará mediante un gobierno independentista que se ha ganado el derecho a la investidura por haber demostrado sin duda alguna, una entrega a la causa independentista sin fisuras y un ánimo unitario de acción que le garantizará el éxito. Esa probabilidad, casi certeza, tiene a los franquistas del 155 de los nervios porque, entre otras cosas, con Europa vigilando, no podrán recurrir al vandalismo y a la vilencia que los caracteriza y tendrán que contentarse con las trampas, la censura, los engaños que, por supuesto, no serán suficientes.

La implementación de la República Catalana a partir del 22 de diciembre  será un paso más y definitivo en la nueva forma de revolución popular pacífica, democrática, transversal, abierta, un ejemplo para Europa y el mundo entero. Un ejemplo increíble como el que se dio el día 7 de diciembre en Bruselas. De eso hablaremos mañana.

Entre tanto, la parte de la reacción, la parte de España, también se verá obligada a sacarse a sí misma del atolladero en que se encuentra por su falta de capacidad política, su corrupción, su comporamiento delictivo y su ignorancia, que la ha llevado a jugárselo todo sin saber en dónde se ha metido. Pero de eso también hablaremos mañana, en la Cúpula de comediants en Canet de Mar a las 20.00.

dimecres, 13 de desembre del 2017

Claro: vuelta a la ley de verdad

El propósito de los separatistas, que El País reputa detestable y por eso usa el verbo "planear", que siempre suena sospechoso, parece, con todos los respetos, bastante razonable. Habiendo dicho los tales separatistas repetidamente que no aceptan sus destituciones, persecuciones, encarcelamientos, etc., carecería de sentido resignarse a ellas e iniciar una nueva etapa de sumisión o acatamiento que dirían los jueces. ¿Qué otra cosa haría el propio El País de encontrarse en la situación del Govern por más que el supuesto resulte muy inverosímil? Él y cualquier otro. Te prohíben hacer algo, pleiteas (en este caso, vas a unas elecciones), ganas, y sigues haciendo lo que estabas haciendo. ¿Qué, si no?

Además, la vuelta a la situación anterior tendrá efectos en muchos ámbitos, no solo en el terreno declarativo, normativo, público, sino también en las relaciones privadas de mucha gente. El movimiento independentista tiene bastante de esto, de imbricación entre las instituciones y la sociedad civil, entre lo público y lo privado. Por ejemplo, servirá, sin duda, para levantar ese injusto embargo a la vivienda del expresidente Mas y, con un poco de empeño dejar sin efecto las multas, medidas confiscatorias y agresión a los patrimonios personales o familiares a que tan aficionado es el gobierno. 

Volver al régimen anterior al 155 es volver a la seguridad jurídica de la ciudadanía frente a la arbitrariedad de la norma de excepción. ¿Que la orientación política de ese régimen de derecho no gusta a las autoridades españolas? Deberán plantear el asunto en el terreno de la negociación política, no en el de la persecución penal de los ciudadanos y menos tratando de arruinarlos.

Par dessus le marché, piénsese la autoridad con que el gobierno de la Gürtel impone esas medidas represivas de carácter económico. Mas y sus colaboradores han de responder con su patrimonio por los actos conducentes a los hechos que se reprochan, la consulta, el referéndum, la independencia. Pero los gobernantes del PP que han cometido delitos ya juzgados o siendo juzgados por los tribunales no son objeto de medidas confiscatorias como los indepes catalanes y el daño que han hecho ha sido muy superior. El tribunal que ha dictado el embargo de la vivienda de Mas, el Tribunal de Cuentas, en el que se sientan incluso exministros del PP, es un órgano desprestigiado en todos los órdenes de la acción institucional, desde la forma de proveer a la ocupación de cargos y puestos hasta la forma de proceder y la parcialidad de sus decisiones. 

De aquí al 21D vamos a ver de todo porque cunde la conviccción de que, aun siendo unas elecciones sin igualdad de oportunidades, sesgadas en todos los aspectos de la campaña y los derechos de los candidatos, darán un triunfo del independentismo. La resistencia de este ante la represión del Estado, que sigue planteándolo como un problema de orden público, siendo constitucional, procede de su carácter colectivo, social, movilizado en redes muy activas, interclasista, transversal. Algo que no es posible aniquilar con medidas policiales, judiciales y carcelarias.

La dictadura del 155

Mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado El dia després, versa sobre uno de los dos asuntos que más nos importan ahora: el primero es si, de aquí al 21 de diciembre, puede seguir la campaña de estas elecciones ilegales, ilegítimas e impuestas sin que el bloque franquista del 155 (PP, PSOE, C's) recurra a más trampas y/o provocaciones, sin que aumente la represión, sin que incite más a la violencia, sin que la haya y sin que caigan en la tentación de alterar las regla del juego prohibiendo, por ejemplo, algún partido independentista o todos ellos. Es capaz. Sabe que tiene las elecciones perdidas y carece de escrúpulos. Puede hacer cualquier cosa. Por eso hay que estar muy vigilantes y no caer en sus provocaciones ni darle pie a alguna de sus maniobras.

El otro asunto es si el bloque franquista respetará el resultado de las elecciones si, como, todo hace suponer, ganan los independentistas. Es un asunto del día siguiente. El PP y el PSOE ya han dicho que no, que no lo respetarán porque, si gana el independentismo, seguirán aplicando la dictadura "constitucional" del 155. C's no hace falta que diga nada: tampoco lo respetará. En cuanto a Podemos, de quien no se sabe aun si respetará o no (que ambas posibilidades tiene), es irrelevante lo que diga porque, gracias a la incompetencia mental de sus dirigentes, no pinta nada en Cataluña ni en España. La cuestión es si el bloque franquista puede mantener su negativa a aceptar los resultados de las elecciones ante la presión de la UE. Y ahí se juega esta partida.

La versión castellana:

El día después

La dictadura del 155, sostenida en el triunvirato de Rajoy, Sánchez y Rivera sabe que va a perder las elecciones del 21D. Por eso han lanzado a sus medios de comunicación a fabricar sondeos y encuestas que den resultados distintos, en la vana esperanza de alterarlos. Todos los medios de comunicación que marcan el paso unionista tratan de salvar los muebles del PP, transfiriendo sus votos a C ‘s por si consiguen que la gente vea en la formación naranja algo distinto de la vieja oligarquía nacionalcatólica y franquista que lleva años saqueando el país. Los medios del grupo Prisa son los más decididos defensores de este trasvase de votos de la derecha a la derecha para contener en algo el avance del independentismo y su inevitable victoria el 21/.

Las manipulaciones de los sondeos y encuestas para vender liderazgos ridículos como si respondieran a necesidades reales de la población están a la orden día. Corren parejas con las condiciones claramente abusivas, injustas, dictatoriales en que estas elecciones están celebrándose. Son unos comicios ilegales e injustos, impuestos a la fuerza por la derecha españolista del 155 y organizados como un ejemplo evidente de juego sucio que nada tiene que ver con la democracia. La desproporción entre las posibilidades y medios (incluidos los ilegales a los que recurren igualmente) de los candidatos de la derecha española (PP, PSOE, C’s y la abstención favorable de Podemos) y de los indepes catalanes es abrumadora. La Junta Electoral Central convertida en agencia de transmisión del gobierno, se encarga de los golpes bajos, de reprimir la libertad de expresión de una de las opciones, de coartar los derechos de sus candidaturas. Y los jueces y tribunales. Y la policía y la Guardia Civil, y los medios de comunicación: todos incorporados a una campaña electoral abusiva y tramposa que, probablemente, también estará financiada con los fondos ilegales de la corrupción que, al parecer, manejan con igual soltura el PP y el PSOE.

Frente a ellos unas candidaturas sin medios ni recursos, hostigadas y perseguidas, sometidas a amenaza permanente de ilegalización, con sus candidatos y dirigentes en prisión o en el exilio y que, sin embargo, van a ganar porque cuentan con algo que la derecha española no tiene: el apoyo de la mayoría de la gente catalana, la voluntad de un pueblo de conquistar su libertad por sí solo, que ya ha demostrado en sucesivas ocasiones, hitos en el proceso de emancipación nacional: el referéndum del 1º de octubre, la huelga general del 3, la declaración de independencia del 27, la manifestación de Bruselas del 7 de diciembre y, próximamente, el 21 de diciembre, del que saldrá un mandato expreso para implementar la República catalana.

Por la voluntad de la gente, no de las maniobras de los partidos, las conjuras de los políticos, las presiones de las empresas, los maleficios de la iglesia, las provocaciones de los fascistas o las mentiras de los esbirros en los medios. La voluntad de la gente catalana que se ha puesto en marcha y forma una unidad con unos dirigentes que han entendido el mensaje.

Por eso, el franquismo del bloque del 155 ya anuncia a las claras que no aceptará el resultado de las elecciones si no le place. Que seguirá aplicando la medida ilegal de excepción con la que tiene a Catalunya intervenida, ocupada y expoliada. Incógnita despejada.

¿Y Catalunya? ¿Puede aceptar que la derecha española no acepte el resultado? ¿Y la UE? ¿Puede esta también aceptar una no aceptación de parte de la dictadura española? Es evidente que no; en ningún caso.

Si el régimen español no acata el resultado de las urnas (ese régimen cuyos jueces, convertidos en inquisidores, exige acatamiento de sus inicuas normas a los presos políticos), se intensificará la rebeldía social catalana y se generalizará la desobediencia civil e institucional. Recuérdese, cuando se planeó encarcelar al govern y sus máximos dirigentes, los más franquistas del gobierno y la oposición española argumentaban que la represión no provocaría respuesta social. Todo lo más, un par de semanas de alguna agitación y se volvería a la normalidad, como había pasado en el País Vasco con el encarcelamiento de Otegi. Vamos para los dos meses de prisión de los indepes catalanes y la movilización social de protesta no solo no ha amainado, sino que se ha fortalecido y se ha internacionalizado. La manifestación de Bruselas del 7 de diciembre mostró a los ojos del mundo la verdadera naturaleza de un problema: un estado autoritario, antidemocrático, regido por presuntos delincuentes trata de extirpar por la violencia, a sangre y porrazos un amplio movimiento democrático y pacífico de reivindicación nacional de una minoría nacional maltratada.

Y lo mismo pasará con la UE, que tampoco podrá aceptar que el bloque franquista del 155 no acepte el resultado electoral.

Lo importante, en consecuencia, será el día 22, cuando definitivamente se verá si Cataluña consolida libre e independientemente su República o el Estado español abandona toda pretensión democrática y se declara en la forma lo que ya es el fondo una dictadura.

dimarts, 12 de desembre del 2017

Este es el verdadero sondeo

Es el verdadero porque acierta el resultado al 100 por cien sin necesidad de muestreos, universos, rutas, márgenes de error y otras minucias. Acierta al 100 por cien el resultado porque lo impone por la fuerza. Así lo anuncia el presidente  del gobierno y presidente de un partido casi extraparlamentario en Cataluña con exquisito tacto en campaña electoral.

En teoría, cuando se convocan unas elecciones se asume que sus resultados pueden ser distintos, no uno único. Sin embargo, según se deduce de la última amenaza del presidente, sea cual sea el resultado de las elecciones, será siempre el mismo: 155. Si gana el bloque unionista, constitucionalista, españolista o del 155, este seguirá en vigor por libre decisión del gobierno unionista de la Generalitat. Si gana el bloque independentista, y pretende implementar su mandato, el 155 también seguirá en vigor para impedírselo.

Entonces, ¿para qué convocar elecciones? Los indepes lo preguntan siempre: ¿van ustedes a respetar el resultado del 21D? La respuesta es inequívoca: no. No la derecha y no el PSOE. Podemos va a lo suyo cuando se aclare sobre qué es. Aunque, al menos, ha recurrido al Constitucional la aplicación del 155, si bien en el último momento y bajo considerable presión. Podemos tiene un problema serio en su interior con la cuestión nacional. Es palpable en la controversia planteada por Bescansa, cuya oposición a una consulta referendaria en Cataluña la pone a un paso de integrarse en el bloque nacional-español del 155.

Con su Gramsci se lo guisen. La derecha del 155 lo tiene mucho más claro: nada de discutir sobre la nación, la autodeterminación, la plurinacionalidad y otras monsergas de rojos. A las elecciones se va como iba Teddy Roosevelt (el de los rough riders) a las negociaciones: "hablando dulcemente y llevando un gran garrote". En el garrote está la razón. La razón de Estado, que tiene muy mala fama, excepto cuando la esgrime uno mismo, momento en que asciende a noble y desinteresada motivación.

Así que, si el resultado de las elecciones está decidido en forma del guarismo 155, ¿para qué convocarlas? Esa es la prueba más evidente de que, a la vista del desastre del gobierno de la derecha en Cataluña, las cancillerías europeas, la UE en conjunto ha impuesto su convocatoria, obligando al gobierno a oganizar en forma de elecciones autonómicas el referéndum que trató de evitar sin conseguirlo.

El hecho de amenazar con el 155, además de buscar un efecto desmovilizador en el adversario, revela la desconfianza y el miedo del bloque del 155 de que el resultado numérico sea un triunfo independentista. La amenaza tiene un fundamento racional: no cabe respetar el resultado porque, siendo las elecciones autonómicas, dentro de la legalidad de la Constitución (que la propia Constitución ha suspendido mediante el 155), nada de lo que de él salga puede contravenir ese marco legal autonómico. Cualquier decisión que vaya más allá de las competencias de quien la adopte será un delito.

En esas condiciones, ¿por qué van los indepes a unas elecciones que muchos de ellos -si no todos- consideran ilegales e ilegítimas? En primer lugar porque no ir los pone directamente bajo el garrote. En segundo lugar porque, siendo las elecciones autonómicas un referéndum de hecho, interesa sobremanera que quede claro de modo fehaciente y "legal" qué apoyo social tiene en Cataluña cada una de las distintas opciones políticas y muy especialmente la dicotómica independencia/no independencia. Desde el momento en que el conflicto España/Cataluña se ha internacionalizado, la cuantificación objetiva de los partidarios y los adversarios de la independencia será la base para que se produzca la inevitable mediación exterior. Los indepes se juegan mucho en la participación en las elecciones y en el porcentaje del voto independentista,

Si el resultado es favorable a los unionistas, Cataluña se mantendrá en el marco autonómico, probablemente padecerá una política recentralizadora que rebajará el contenido de autogobierno y no habrá lugar a una petición de mediación exterior porque el gobierno estará aplicando la legalidad que apoya la mayoría de los catalanes y, desde luego, de los españoles.

Pero si el resultado es favorable a los independentistas, como parecen cantar las encuestas y favorable con holgura, se iniciará un proceso de negociación cuyo alcance estará abierto y será indeterminado. En ese proceso, las amenazas de Rajoy y el 155 carecen de eficacia sencillamente porque su cumplimiento no apunta a situación nueva alguna sino que es un retroceso al statu quo ante de las elecciones: un gobierno re-destituido, un Parlamente re-clausurado y unos dirigentes enviados de nuevo a la cárcel y al exilio. Eso sí que es un esperpento que la UE no puede permitir. Tendrán que devolver el 155 a la cueva de los horrores y sentarse a negociar una fómula con el gobierno legítimo de la Generalitat, surgido de unas elecciones que ellos mismos han convocado.

La salida de esa negociación, que se promete ardua porque involucra la dicotomía República/Monarquía, dependerá de la fuerza parlamentaria del independentismo.